9/06/2022, 17:58
Para cuando quiso darse cuenta, y gracias a la ayuda de Datsue, por fin todos habían llegado a la costa. Jamás en la vida había agradecido tanto estar pisando la arena de una playa, y aunque en éste caso quiso agradecerlo, la broma aún no había acabado. Frente a los shinobis, un acantilado se alzaba como un torreón inexpugnable. El viento y la superficie agrietada, cortada y en ocasiones hasta puntiaguda hacían de éste acantilado otro reto. Por si no habían tenido suficiente con el agua, ahora tocaba a la tierra. Siete tragó saliva, en lo que se mentalizaba de lo que iba a ser el próximo desafío.
A poca distancia, la jefa del escuadrón mandó reunirse. No tardarían en hacerlo, y conforme lo hicieran la mujer daría instrucciones muy concisas a los chicos. Estaban en territorio enemigo, y ahora tocaba escalar el acantilado con ayuda del uso del chakra. Ese era el resumen. Podían usar cualquier otro elemento de ayuda para subir, si es que disponían de ello. Y así ella hizo un extraño jutsu, que prácticamente la hizo levitar o volar, y poco después hizo lo mismo con su compañera. Diablos, ese jutsu extraño se veía realmente útil.
Natsu también pareció sorprenderse del jutsu de levitación, y Datsue les dio la instrucción de tomar la delantera, pues tenían una gran ventaja sobre el resto. Al parecer podían no solo levitar, si no que podían volar. Era asombroso, ¿de verdad existía un jutsu así?.
Natsu y Siete quedaban ahora replanteando cómo proceder, al igual que las hermanas Uchiha. El chico dijo que si no tenía hilo shinobi, lo mejor que podrían hacer era recorrer el acantilado agarrados de la mano. Siete no lo logró entender del todo, ¿acaso esa idea no era peor que otra cosa?. Si trataban de subir agarrados de la mano, si alguno fallaba quedarían expuestos, no podrían agarrarse a la superficie con ambos brazos. Caerían, y caerían los dos de hecho.
—No creo que sea buena idea agarrados de la mano. Aquí tengo hilo shinobi. —Comentó en lo que sacaba el hilo del portaobjetos. —Además, creo que antes que ir agarrados de la mano, sería más útil tomar un par de kunais, o algo que nos salve. Sinceramente, si caes yo no podría con tu peso ayudado de una sola mano.
Luego recordó que no tenía un solo kunai, lo cuál era triste. Siempre había defendido que las mejores armas eran los shurikens, en toda discusión los había defendido a muerte. Pero hoy, la verdad es que su corazón lloraba, le habría venido genial un par de kunais.
—Si tienes kunais, te dejo el hilo. La verdad es que no tengo encima más que shurikens. —Le ofrecería a su compañero.
Una vez estuviesen, podrían empezar a afrontar el desafío, acumulando chakra bajo sus pies y con ayuda del resto de material. Quizás con un poco de suerte, ese fuese el desafío más duro del día.
A poca distancia, la jefa del escuadrón mandó reunirse. No tardarían en hacerlo, y conforme lo hicieran la mujer daría instrucciones muy concisas a los chicos. Estaban en territorio enemigo, y ahora tocaba escalar el acantilado con ayuda del uso del chakra. Ese era el resumen. Podían usar cualquier otro elemento de ayuda para subir, si es que disponían de ello. Y así ella hizo un extraño jutsu, que prácticamente la hizo levitar o volar, y poco después hizo lo mismo con su compañera. Diablos, ese jutsu extraño se veía realmente útil.
Natsu también pareció sorprenderse del jutsu de levitación, y Datsue les dio la instrucción de tomar la delantera, pues tenían una gran ventaja sobre el resto. Al parecer podían no solo levitar, si no que podían volar. Era asombroso, ¿de verdad existía un jutsu así?.
Natsu y Siete quedaban ahora replanteando cómo proceder, al igual que las hermanas Uchiha. El chico dijo que si no tenía hilo shinobi, lo mejor que podrían hacer era recorrer el acantilado agarrados de la mano. Siete no lo logró entender del todo, ¿acaso esa idea no era peor que otra cosa?. Si trataban de subir agarrados de la mano, si alguno fallaba quedarían expuestos, no podrían agarrarse a la superficie con ambos brazos. Caerían, y caerían los dos de hecho.
—No creo que sea buena idea agarrados de la mano. Aquí tengo hilo shinobi. —Comentó en lo que sacaba el hilo del portaobjetos. —Además, creo que antes que ir agarrados de la mano, sería más útil tomar un par de kunais, o algo que nos salve. Sinceramente, si caes yo no podría con tu peso ayudado de una sola mano.
Luego recordó que no tenía un solo kunai, lo cuál era triste. Siempre había defendido que las mejores armas eran los shurikens, en toda discusión los había defendido a muerte. Pero hoy, la verdad es que su corazón lloraba, le habría venido genial un par de kunais.
—Si tienes kunais, te dejo el hilo. La verdad es que no tengo encima más que shurikens. —Le ofrecería a su compañero.
Una vez estuviesen, podrían empezar a afrontar el desafío, acumulando chakra bajo sus pies y con ayuda del resto de material. Quizás con un poco de suerte, ese fuese el desafío más duro del día.