24/06/2022, 04:32
No era hora de improvisar. No era hora de dudar. Eso era algo que todos los uzujin tenían presente en mayor o menor medida o, al menos, algo que debían tener presente todos y cada uno de ellos. Incluso los más novatos se esforzaron en mantener la calma y el silencio, haciendo que durante varios segundos lo único que pudiesen escuchar fuese su propio respiración y el sonido de las olas en la distancia.
Pocos instantes después, todos pudieron escuchar el canto de un búho seguido de un segundo canto proviniendo del guardia. El plan estaba en marcha y la puerta estaba a punto de abrirse en cualquier momento. Tardaron apenas unos pocos segundos. Unos pocos segundos a los que muchos podrían llamar sin dificultad alguna los segundos más tensos de sus vidas, pero la espera no fue demasiado larga, por suerte, pues tras esos pocos segundos... ¡una bomba de luz cayó justo frente a Datsue! El flash de luz fue tan potente que cegó a todos los genin, al Uzukage y a varios ninjas diez metros a la redonda. Ni siquiera Hana, que estaba volando, consiguió escaparse del flashazo. En cambio, lo que sí pudo ver la genin fue quien lo hizo. Se trataba de su capitana, Tsuta Neiru.
Datsue en medio de la confusión por el flashazo sentiste un pinchazo en el costado. No, más que un pinchazo sentiste una jodida puñalada que se quedó a escasos milímetros de perforar algún órgano importante (50 PV).
Pasaron varios segundos durante los que nuestros protagonistas no pudieron ver nada, solo escuchar. Pudieron escuchar a algo o alguien caer cerca suyo directamente contra el suelo. Se trataba de Himura Hana, quien había empezado a caer en el instante en el que Neiru canceló su técnica. Luego, pudieron escuchar las voces de algunos de sus compañeros que no habían sido cegados.
— ¡Nos atacan! ¡Desde el cielo! —Gritaban.
Además de escuchar, pudieron sentir. Sintieron como sus piernas empezaban a hundirse en el barro que rápidamente se endureció, atrapándolos (Poder 50) y entonces, cuando la luz cegadora y el ardor en los ojos empezó a convertirse en puntitos y manchas de colores, todos ellos pudieron ver como dos enormes esferas de lava (100 PV cada una) empezaban a caer del cielo muy lentamente como dos enormes meteoritos directamente sobre ellos. También pudieron ver a Tsuta Neiru, su capitana, sobrevolar los proyectiles mientras se dirigía directamente hacia la fortaleza. No recibió ningún ataque por el camino, pero eso no era importante de momento. ¡Tenían que hacer algo! Y tenían que hacerlo pronto.
Eso sí, si el Uzukage planeaba hacer algo para ayudar como el escudo que era, se daría cuenta rápidamente de que estaba muy, muy mal. Su vista estaba nublada, su cuerpo se sentía débil y se encontraba realmente mareado. Algo andaba mal.
A sus costados pudieron varios ninjas que definitivamente no estaban allí antes del flash de luz. Probablemente se trataban de los que los habían atrapado en el barro, pero parecía demasiado exhaustos como para ser un peligro, de momento.
Pocos instantes después, todos pudieron escuchar el canto de un búho seguido de un segundo canto proviniendo del guardia. El plan estaba en marcha y la puerta estaba a punto de abrirse en cualquier momento. Tardaron apenas unos pocos segundos. Unos pocos segundos a los que muchos podrían llamar sin dificultad alguna los segundos más tensos de sus vidas, pero la espera no fue demasiado larga, por suerte, pues tras esos pocos segundos... ¡una bomba de luz cayó justo frente a Datsue! El flash de luz fue tan potente que cegó a todos los genin, al Uzukage y a varios ninjas diez metros a la redonda. Ni siquiera Hana, que estaba volando, consiguió escaparse del flashazo. En cambio, lo que sí pudo ver la genin fue quien lo hizo. Se trataba de su capitana, Tsuta Neiru.
Datsue en medio de la confusión por el flashazo sentiste un pinchazo en el costado. No, más que un pinchazo sentiste una jodida puñalada que se quedó a escasos milímetros de perforar algún órgano importante (50 PV).
Pasaron varios segundos durante los que nuestros protagonistas no pudieron ver nada, solo escuchar. Pudieron escuchar a algo o alguien caer cerca suyo directamente contra el suelo. Se trataba de Himura Hana, quien había empezado a caer en el instante en el que Neiru canceló su técnica. Luego, pudieron escuchar las voces de algunos de sus compañeros que no habían sido cegados.
— ¡Nos atacan! ¡Desde el cielo! —Gritaban.
Además de escuchar, pudieron sentir. Sintieron como sus piernas empezaban a hundirse en el barro que rápidamente se endureció, atrapándolos (Poder 50) y entonces, cuando la luz cegadora y el ardor en los ojos empezó a convertirse en puntitos y manchas de colores, todos ellos pudieron ver como dos enormes esferas de lava (100 PV cada una) empezaban a caer del cielo muy lentamente como dos enormes meteoritos directamente sobre ellos. También pudieron ver a Tsuta Neiru, su capitana, sobrevolar los proyectiles mientras se dirigía directamente hacia la fortaleza. No recibió ningún ataque por el camino, pero eso no era importante de momento. ¡Tenían que hacer algo! Y tenían que hacerlo pronto.
Eso sí, si el Uzukage planeaba hacer algo para ayudar como el escudo que era, se daría cuenta rápidamente de que estaba muy, muy mal. Su vista estaba nublada, su cuerpo se sentía débil y se encontraba realmente mareado. Algo andaba mal.
A sus costados pudieron varios ninjas que definitivamente no estaban allí antes del flash de luz. Probablemente se trataban de los que los habían atrapado en el barro, pero parecía demasiado exhaustos como para ser un peligro, de momento.