26/06/2022, 22:53
Tan solo recordaba que había llegado hasta arriba el último y alcancé a ver la silueta de Hana y Neiru todavía sobrevolando las cabezas de los demás. Todos y cada uno de los presentes esperando la siguiente orden o instrucción que tuviera que dar el Uzukage. Entonces llegó el jodido fogonazo que lo cambio todo. Todos perdimos la visión de forma súbita.
«¿En qué momento nos han pillado?»
Tan solo alcancé a escuchar los gritos de alarma. Todos y cada uno de ellos apuntaban a la autoria de la traición de Neiru. No tenía sentido. Pero, ¿y si era cierto? Ahora debíamos tomar una decisión, y hacerlod e forma rápida aunque antes había que lidiar con esas grandes bolas de ¿lava? que amenazaban a nuestra integridad física. La huida noe ra un plan viable, puesto que habíamos sido atrapados por una trampa de doton en los pies, así que había que contrarrestar con fuerza bruta. Miré a Suzaku que se había adelantado. Chasquee la lengua y mire a la otra Uchiha del escuadrón mientras que observaba de reojo el muro que trataba de levantar Hana.
— ¡Eh, tú! Umi, ¿verdad? unamos nuestros Gokakyos y carguémonos esas rocas
Se uniese a mi idea o no yo llevaría a cabo la ofensiva mientras el sharingan iluminaba aquella fría noche en mis orbes azabache. Una secuencia de sellos que hice lo más rápido posible y luego de mis fauces surgió una bola ígnea de 5 metros de diámetro.
— ¡Katon: Gōkakyū no Jutsu!
«¿En qué momento nos han pillado?»
Tan solo alcancé a escuchar los gritos de alarma. Todos y cada uno de ellos apuntaban a la autoria de la traición de Neiru. No tenía sentido. Pero, ¿y si era cierto? Ahora debíamos tomar una decisión, y hacerlod e forma rápida aunque antes había que lidiar con esas grandes bolas de ¿lava? que amenazaban a nuestra integridad física. La huida noe ra un plan viable, puesto que habíamos sido atrapados por una trampa de doton en los pies, así que había que contrarrestar con fuerza bruta. Miré a Suzaku que se había adelantado. Chasquee la lengua y mire a la otra Uchiha del escuadrón mientras que observaba de reojo el muro que trataba de levantar Hana.
— ¡Eh, tú! Umi, ¿verdad? unamos nuestros Gokakyos y carguémonos esas rocas
Se uniese a mi idea o no yo llevaría a cabo la ofensiva mientras el sharingan iluminaba aquella fría noche en mis orbes azabache. Una secuencia de sellos que hice lo más rápido posible y luego de mis fauces surgió una bola ígnea de 5 metros de diámetro.
— ¡Katon: Gōkakyū no Jutsu!