27/06/2022, 18:33
«No es momento de dudar. No es momento de improvisar. La noche es nuestra aliada; la oscuridad nuestra fiel amante». En esas estaba pensando cuando el búho amigo respondió a su llamada. Entonces se produjo un flash, y la oscuridad se convirtió en una perra traicionera. Y entonces se oyó una acusación de traición, y la noche se volvió fría y desconfiable. Y entonces él emitió un aullido de dolor cuando un filo le penetró por un costado, apenas detenida por sus costillas, y todos y cada uno de sus planes cayeron como un púgil al recibir un knock out. Braceó a ciegas en busca de su agresor, pero, entonces…
Entonces sintió que sus pies, ¡los pies de todos sus ninjas!, se hundían bajo el fango de un pantano que les inmovilizaba. Y entonces, ¡solo entonces!, las dudas asomaron en su cabeza como un enjambre de abejas enfurecidas. Tenía que haberlo previsto. Tenía que haberlo visto venir. Tenía que haber cancelado la misión en cuanto no oyó más de la Operación Tambor de Raijin.
Tenía…
Tenía…
¡Tenía!
Cuando sus ojos lograron enfocar, dos esferas de lava se precipitaban hacia él y todos sus ninjas. Se mareó, al principio pensó que producto del miedo que le había emponzoñado el cuerpo como el peor de los venenos. Luego se dio cuenta que se trataba de algo más literal. En resumen, estaban en la más absoluta mierda, y fue en ese momento cuando también lo supo.
Les habían tendido una emboscada, pero ellos seguían contando con una sorpresa de su lado. Era imposible que los espías de Kurama hubiesen llegado a averiguarlo. Había sido extremadamente cauto en aquel aspecto. Solo Uchiha Raito lo sabía de antemano. Luego Neiru, pero ya aislada en un barco. Era el momento de mostrar la carta.
Sus orejas crecieron hasta convertirse en dos cuernos negros. Su pupila se volvió estrellada, acompañada de tres aspas y un iris dorado. Las marcas de sellado se dibujaron por un cuerpo más musculado, más monstruoso, con la boca serrada y una cola de arena.
Saltó, y sus pies de despegaron del suelo con la facilidad de un elefante tras pisar un chicle. Cinco, ocho, hasta diez metros de altura. Vio a una figura colarse entre las esferas de lava, que recibían ataques ígneos de sus ninjas. También a ninjas exhaustos en los flancos de su ejército. Enemigos, todos ellos.
Pero antes de ocuparse de ellos, tenía que lanzar un mensaje. Tomó dos senbons de su portaobjetos. ¡Dos senbons! Los imbuyó de electricidad. Los lanzó (20 PV cada uno, 121 de Poder). Uno a cada bola de lava, trazando una línea dorada a su paso.
Era una broma de mal gusto. Un chiste mal contado. ¿Cómo iba la arma ninja más pequeña e insignificante del mundo penetrar aquellos dos gigantescos ninjutsus? Datsue no tenía la certeza. Shukaku no tenía todas las papeletas. Pero aquellos senbons iban imbuidos del poder más primitivo y feroz. De la inclemencia del desierto; de la venganza Uchiha.
No buscaba humillar. No era un bofetón en medio de un combate de boxeo para reírse del oponente. Simplemente era un mensaje. No, ya no un mensaje.
Una sentencia.
—¡¡¡NINJAS DE KURAMA!!! ¡¡¡UN MINUTO!!! —rugió, apoyándose en la cima de un muro de Doton, con la voz gutural de Shukaku vibrando en su tráquea—¡¡¡UN MINUTO PARA RENDIRSE!!! ¡¡¡UN MINUTO PARA HUIR!!!
»U os mandaré al mismo lugar al que envié a vuestro General Bakudan. ¡¡¡OS COLGARÉ DEL PUTOÁRBOL MÁS ALTO CON VUESTRAS PROPIAS ENTRAÑAS MIENTRAS TODAVÍA RESPIRÁIS!!!
»¡¡¡Y OS SELLARÉ EL ALMA PARA QUE SUFRÁIS TODA UNA ETERNIDAD!!!
»¿¡No me creéis!? ¡Pensadlo otra vez! ¡SABÉIS QUIEN SOY! ¡Y HEMOS HECHO COSAS PEORES!
Entonces sintió que sus pies, ¡los pies de todos sus ninjas!, se hundían bajo el fango de un pantano que les inmovilizaba. Y entonces, ¡solo entonces!, las dudas asomaron en su cabeza como un enjambre de abejas enfurecidas. Tenía que haberlo previsto. Tenía que haberlo visto venir. Tenía que haber cancelado la misión en cuanto no oyó más de la Operación Tambor de Raijin.
Tenía…
Tenía…
¡Tenía!
Cuando sus ojos lograron enfocar, dos esferas de lava se precipitaban hacia él y todos sus ninjas. Se mareó, al principio pensó que producto del miedo que le había emponzoñado el cuerpo como el peor de los venenos. Luego se dio cuenta que se trataba de algo más literal. En resumen, estaban en la más absoluta mierda, y fue en ese momento cuando también lo supo.
Les habían tendido una emboscada, pero ellos seguían contando con una sorpresa de su lado. Era imposible que los espías de Kurama hubiesen llegado a averiguarlo. Había sido extremadamente cauto en aquel aspecto. Solo Uchiha Raito lo sabía de antemano. Luego Neiru, pero ya aislada en un barco. Era el momento de mostrar la carta.
Sus orejas crecieron hasta convertirse en dos cuernos negros. Su pupila se volvió estrellada, acompañada de tres aspas y un iris dorado. Las marcas de sellado se dibujaron por un cuerpo más musculado, más monstruoso, con la boca serrada y una cola de arena.
Saltó, y sus pies de despegaron del suelo con la facilidad de un elefante tras pisar un chicle. Cinco, ocho, hasta diez metros de altura. Vio a una figura colarse entre las esferas de lava, que recibían ataques ígneos de sus ninjas. También a ninjas exhaustos en los flancos de su ejército. Enemigos, todos ellos.
«No. Cadáveres»
Pero antes de ocuparse de ellos, tenía que lanzar un mensaje. Tomó dos senbons de su portaobjetos. ¡Dos senbons! Los imbuyó de electricidad. Los lanzó (20 PV cada uno, 121 de Poder). Uno a cada bola de lava, trazando una línea dorada a su paso.
¡¡¡Zzzzzzssssssssssssssssssttttt!!!
Era una broma de mal gusto. Un chiste mal contado. ¿Cómo iba la arma ninja más pequeña e insignificante del mundo penetrar aquellos dos gigantescos ninjutsus? Datsue no tenía la certeza. Shukaku no tenía todas las papeletas. Pero aquellos senbons iban imbuidos del poder más primitivo y feroz. De la inclemencia del desierto; de la venganza Uchiha.
No buscaba humillar. No era un bofetón en medio de un combate de boxeo para reírse del oponente. Simplemente era un mensaje. No, ya no un mensaje.
Una sentencia.
—¡¡¡NINJAS DE KURAMA!!! ¡¡¡UN MINUTO!!! —rugió, apoyándose en la cima de un muro de Doton, con la voz gutural de Shukaku vibrando en su tráquea—¡¡¡UN MINUTO PARA RENDIRSE!!! ¡¡¡UN MINUTO PARA HUIR!!!
Carisma 120 + 9 (Senju) + 20 (Poder > 100) = 149
»U os mandaré al mismo lugar al que envié a vuestro General Bakudan. ¡¡¡OS COLGARÉ DEL PUTOÁRBOL MÁS ALTO CON VUESTRAS PROPIAS ENTRAÑAS MIENTRAS TODAVÍA RESPIRÁIS!!!
»¡¡¡Y OS SELLARÉ EL ALMA PARA QUE SUFRÁIS TODA UNA ETERNIDAD!!!
»¿¡No me creéis!? ¡Pensadlo otra vez! ¡SABÉIS QUIEN SOY! ¡Y HEMOS HECHO COSAS PEORES!
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado