7/08/2022, 18:47
La tormenta sucedía a su alrededor, pero Umi era ajena a todos y a todos: ella sólo se concentraba en su Genjutsu, en la cruel realidad que había impuesto a aquella mujer. Sus gimoteos podrían haber causado algún efecto en ella en otras circunstancias, pero el objetivo de la Uchiha no era torturar a aquella joven, aunque pudiera parecerlo, sino enmascarar que se trataba, sí, de una ilusión. Retenerla, y ganar algo de tiempo para que sus compañeros redujeran el número de enemigos.
El dolor pronto se redujo, simplemente, a una sensación de vacío. Más tarde a una falsa inconsciencia. La kunoichi de Kurama despertó en un aséptico dojo de paredes blancas. Estaba encerrada en una jaula de metal, y alrededor de sus muñecas y de sus tobillos habían unos gruesos grilletes que restringían su uso del chakra.
Al otro lado de las rejas estaba Umi. Sentada con las piernas y brazos cruzados, miraba a la mujer fijamente, con semblante serio.
—¿Qué tal? —dijo—. ¿Disfrutando de los efectos secundarios? —Ahora que lo decía, la mujer se sentía todavía débil, cansada: el veneno de las sierpes no debía de haber desaparecido del todo—. ¿Cómo te llamas?
El dolor pronto se redujo, simplemente, a una sensación de vacío. Más tarde a una falsa inconsciencia. La kunoichi de Kurama despertó en un aséptico dojo de paredes blancas. Estaba encerrada en una jaula de metal, y alrededor de sus muñecas y de sus tobillos habían unos gruesos grilletes que restringían su uso del chakra.
Al otro lado de las rejas estaba Umi. Sentada con las piernas y brazos cruzados, miraba a la mujer fijamente, con semblante serio.
—¿Qué tal? —dijo—. ¿Disfrutando de los efectos secundarios? —Ahora que lo decía, la mujer se sentía todavía débil, cansada: el veneno de las sierpes no debía de haber desaparecido del todo—. ¿Cómo te llamas?