11/09/2022, 21:43
Todo había sucedido de una manera tan rápida y brusca que Suzaku no había tenido tiempo de asimilar qué era lo que estaba ocurriendo en aquellos instantes. De un momento a otro, los enemigos, ya no existían. El Uzukage apenas podía mantenerse en pie. Pero buena parte de los leales a Kurama que habían quedado en pie se estaban batiendo en retirada. ¿Significaba eso que habían ganado? ¿Que todo había terminado?
—Suzaku, ¿estás bien?
Una voz junto a ella la sobresaltó. Y le costó varios largos segundos reconocerla como la de Hana. La Uchiha la miró, aún con el Sharingan destellando como rubíes en sus iris. La miraba, pero pero al mismo tiempo tenía la mirada perdida en algún punto del infinito.
—Y... yo... —balbuceó a duras penas, como si se hubiese olvidado de cómo era formular las palabras.
—Todo está bien, ¿vale? Te pondrás bien.
—U... —comenzó a decir, pero entonces Hana se volvió hacia el Uzukage, solicitando nuevas instrucciones.
Pero Suzaku se había dado cuenta de algo aún más importante: Su hermana. ¿Dónde estaba su hermana? ¿Estaba bien? La pobre muchacha giraba sobre sus talones, estirando el cuello en todas las direcciones que era capaz e intentando evitar enfocar la mirada en los grotescos cadáveres que la rodeaban.
—¿Umi? —la llamó, a la desesperada.
—Suzaku, ¿estás bien?
Una voz junto a ella la sobresaltó. Y le costó varios largos segundos reconocerla como la de Hana. La Uchiha la miró, aún con el Sharingan destellando como rubíes en sus iris. La miraba, pero pero al mismo tiempo tenía la mirada perdida en algún punto del infinito.
—Y... yo... —balbuceó a duras penas, como si se hubiese olvidado de cómo era formular las palabras.
—Todo está bien, ¿vale? Te pondrás bien.
—U... —comenzó a decir, pero entonces Hana se volvió hacia el Uzukage, solicitando nuevas instrucciones.
Pero Suzaku se había dado cuenta de algo aún más importante: Su hermana. ¿Dónde estaba su hermana? ¿Estaba bien? La pobre muchacha giraba sobre sus talones, estirando el cuello en todas las direcciones que era capaz e intentando evitar enfocar la mirada en los grotescos cadáveres que la rodeaban.
—¿Umi? —la llamó, a la desesperada.