14/09/2022, 21:58
La noche seguía mas que cerrada, todavía faltaba casi una decena de horas para que el sol empezara a iluminar la costa. La lluvia por su parte pareció haberse visto alterada ante el despliegue de poder que había sucedido sobre la costa. Aquellas zonas donde parecía haber impactado un trueno seguían desprendiendo un humo oscuro.
Todo el combate parecía haberse dado la vuelta en un instante, y tan solo en la distancia se escuchaba el ruido de aceros sangrantes chocando entre sí como una llamada a la persona más cercana para terminar de sofocar esos combates. Los heridos y muertos se extendían por el suelo embarrado, donde principalmente las piernas de los soldados, pero también sus cuerpos o habilidades, habían desdibujado el terreno arrancando la hierba y alterando gravemente las zonas. Algunos gimoteaban, otros estaban inconscientes y los que quedaban a duras penas se mantenían en pie o despiertos.
Umi no parecía responder ante las palabras de Suzaku, pero entre los destellos de la tormenta que todavía seguía vigente podría verla a un par de metros de ella, y si se acercaba hasta ella, vería la luchadora que pertenecía al ejército de Kurama con la que hasta hace nada su hermana había estado combatiendo tirada en el suelo. Se podía casi saborear el terror en sus ojos llorosos mientras sostenía la mano sobre su garganta, intentando tapar una horrible herida que no tardaría en cobrarse su vida. La sangre se escurría con facilidad debido a lo alterada y el agua de la lluvia solo lo empeoraba. O recibía cualquier tratamiento ya, o su vida desaparecería junto al resto en el campo de batalla.
El senju era bastante rápido, pero aquella kunoichi pudo seguirlo algo con la mirada. El clon interpuso los brazos cruzados con rapidez entre ambos, deteniendo el golpe, y la chica aprovechó esto para alejarse un par de metros en lo que durase la pequeña nube de cenizas que se aconteció tras el estallido.
—¡Tsk! ¡Maldita sea! — se maldijo al ver como se escapó de aquel doble impacto.
Se maldijo así misma, estaba demasiado dolorida y había gastado demasiado chakra, aunque todavía le quedaba algún respiro. Convencida de que el combate arriba estaba siendo a su favor, sonrió enfurecida al verse en desventaja.
— No tiene sentido que siga perdiendo el tiempo, yo de ti me iría preparando. El invierno todavía no ha terminado y pronto empezarán a caer los copos de nieve — tras ello, y con el clon todavía en guardia, hizo un breve sello para desaparecer en una pequeña nube de arena que se levantó donde había estado ella y sin dejar siquiera una ligera estela azulada.
Las palabras de la chica tal vez harían mella en Siete, a menos que subiera para comprobar la situación o bajara alguien desde lo alto del acantilado no podría estar seguro sobre lo que se avecinaba.
Todo el combate parecía haberse dado la vuelta en un instante, y tan solo en la distancia se escuchaba el ruido de aceros sangrantes chocando entre sí como una llamada a la persona más cercana para terminar de sofocar esos combates. Los heridos y muertos se extendían por el suelo embarrado, donde principalmente las piernas de los soldados, pero también sus cuerpos o habilidades, habían desdibujado el terreno arrancando la hierba y alterando gravemente las zonas. Algunos gimoteaban, otros estaban inconscientes y los que quedaban a duras penas se mantenían en pie o despiertos.
Umi no parecía responder ante las palabras de Suzaku, pero entre los destellos de la tormenta que todavía seguía vigente podría verla a un par de metros de ella, y si se acercaba hasta ella, vería la luchadora que pertenecía al ejército de Kurama con la que hasta hace nada su hermana había estado combatiendo tirada en el suelo. Se podía casi saborear el terror en sus ojos llorosos mientras sostenía la mano sobre su garganta, intentando tapar una horrible herida que no tardaría en cobrarse su vida. La sangre se escurría con facilidad debido a lo alterada y el agua de la lluvia solo lo empeoraba. O recibía cualquier tratamiento ya, o su vida desaparecería junto al resto en el campo de batalla.
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El senju era bastante rápido, pero aquella kunoichi pudo seguirlo algo con la mirada. El clon interpuso los brazos cruzados con rapidez entre ambos, deteniendo el golpe, y la chica aprovechó esto para alejarse un par de metros en lo que durase la pequeña nube de cenizas que se aconteció tras el estallido.
—¡Tsk! ¡Maldita sea! — se maldijo al ver como se escapó de aquel doble impacto.
Se maldijo así misma, estaba demasiado dolorida y había gastado demasiado chakra, aunque todavía le quedaba algún respiro. Convencida de que el combate arriba estaba siendo a su favor, sonrió enfurecida al verse en desventaja.
— No tiene sentido que siga perdiendo el tiempo, yo de ti me iría preparando. El invierno todavía no ha terminado y pronto empezarán a caer los copos de nieve — tras ello, y con el clon todavía en guardia, hizo un breve sello para desaparecer en una pequeña nube de arena que se levantó donde había estado ella y sin dejar siquiera una ligera estela azulada.
Las palabras de la chica tal vez harían mella en Siete, a menos que subiera para comprobar la situación o bajara alguien desde lo alto del acantilado no podría estar seguro sobre lo que se avecinaba.