15/09/2022, 23:59
Tras haber pasado varias horas por la noche despierta con el objetivo de cumplir su misión, Ren tomó posteriormente un tren con el objetivo de llegar pronto a la villa. Pero estaba tan adormecida que había olvidado el hecho de que no necesitaba hacer eso, pues estaba a alguna hora caminando.
Sin embargo, tal vez por caprichos del destino, acabó en un expreso que la dejó en Tanzaku Gai, y no pudo evitar sentir la necesidad de volver al Valle de los Dojos donde perdió de vista el amor de su vida durante varios meses sin saber de ella. Pensó que aquello era una mala idea, que simplemente esperara el próximo tren que la llevara de vuelta y poco más; pero, por otro lado, quería volver allí donde, entre una desgracia y otra, acabó quedando encandilada.
Había pasado bastante tiempo, por lo que las calles habían tomado su estado y ánimo habitual. Aunque tal vez sería bastante normal qué gran parte de la población no se sintiera tan segura y se hubieran mudado a otro lugar.
Rememorando un poco su estancia, Ren vistió un kimono blanco en su interior con un haori completamente negro por encima junto a su espada en la cintura. Era como un samurai o ronin de sus libros, aunque esta llevaba una coleta lateral con un lazo de colores azuleas y blancos, y una pequeña pinza en su flequillo con una pequeña estrella de cinco puntas redondeada amarilla.
¿Donde debía ir ahora?
Sin embargo, tal vez por caprichos del destino, acabó en un expreso que la dejó en Tanzaku Gai, y no pudo evitar sentir la necesidad de volver al Valle de los Dojos donde perdió de vista el amor de su vida durante varios meses sin saber de ella. Pensó que aquello era una mala idea, que simplemente esperara el próximo tren que la llevara de vuelta y poco más; pero, por otro lado, quería volver allí donde, entre una desgracia y otra, acabó quedando encandilada.
Había pasado bastante tiempo, por lo que las calles habían tomado su estado y ánimo habitual. Aunque tal vez sería bastante normal qué gran parte de la población no se sintiera tan segura y se hubieran mudado a otro lugar.
Rememorando un poco su estancia, Ren vistió un kimono blanco en su interior con un haori completamente negro por encima junto a su espada en la cintura. Era como un samurai o ronin de sus libros, aunque esta llevaba una coleta lateral con un lazo de colores azuleas y blancos, y una pequeña pinza en su flequillo con una pequeña estrella de cinco puntas redondeada amarilla.
¿Donde debía ir ahora?