21/09/2022, 15:10
Hubo algo en los ojos de Datsue, más primitivo y visceral, más asociado a ese color dorado que reflejaba el alma de Shukaku, que quedó decepcionado cuando las armas cayeron al suelo. Existía algo dentro de él que ansiaba más. Que codiciaba más sangre.
«Hemos ganado, de paliza. Deberías estar feliz, Shukaku».
Pero el minuto había pasado, y una promesa era una promesa. Si fuese por Shukaku, la hubiese cumplido hasta las últimas consecuencias. Datsue había aprendido a ceder en algunos casos, a gobernar juntos. Esa había sido su mutua promesa. Pero existían ciertos límites que no quería traspasar. Por suerte, el Padre del Desierto se mantuvo en silencio, sin empujarle.
Datsue sonrió. Después de todo, quizá Shukaku también estuviese aprendiendo a ceder.
Ordenó a sus ninjas que esposasen a todos los ninjas de Kurama, y que alguien le trajese un informe rápido de las bajas, si las había, pero pidió a Hana que se mantuviese junto a él. Cuando recuperó el aliento, sobre la palma de Datsue surgieron complicadas fórmulas de sellado. Empujó el cuerpo de Raiden con un pie para colocarlo boca arriba, y le estampó la mano en el pecho. Sobre el suelo pantanoso se iluminó un sello. Los practicantes del fūinjutsu lo reconocerían como el Sello de Absorción de Chakra. Una técncia que permitía al ejecutor emplear el chakra de un adversario inconsciente para sus propias técnicas. No es que Datsue necesitase de su energía, más bien, quería drenar al General para que no supusiese un peligro cuando despertase. Iba a tener que hacerle unas cuantas preguntas antes de matarle, y lo necesitaba dócil.
«Veamos, ¿qué puedo usar? Ah, sí, supongo que esa es la técnica que más chakra gasta…» La armadura que protegía a Datsue se regeneró y luego tuvo una pequeña perturbación, apenas visible. Los ojos del Uchiha sangraron y apretó los dientes, conteniendo el dolor.
«Sí, con esto quizá ya sea suficiente». Aún usando el chakra de Raiden, sobre los dedos del Uchiha se prendieron cinco llamas moradas que representaban cinco kanjis chinos —metal (金), madera (木), agua (水), fuego (火), y tierra (土)—. Los estampó contra el estómago de Raiden. No tenía la esperanza de cortar su vínculo con Kurama, tan solo de que cuando se despertase, tuviese tan poco chakra que no resultase una amenaza.
—Hana, ¿has estado alguna vez en la Villa de las Aguas Termales? ¿Se te ocurre un buen edificio donde encerrar de forma segura a tantos prisioneros?
«Hemos ganado, de paliza. Deberías estar feliz, Shukaku».
Pero el minuto había pasado, y una promesa era una promesa. Si fuese por Shukaku, la hubiese cumplido hasta las últimas consecuencias. Datsue había aprendido a ceder en algunos casos, a gobernar juntos. Esa había sido su mutua promesa. Pero existían ciertos límites que no quería traspasar. Por suerte, el Padre del Desierto se mantuvo en silencio, sin empujarle.
Datsue sonrió. Después de todo, quizá Shukaku también estuviese aprendiendo a ceder.
Ordenó a sus ninjas que esposasen a todos los ninjas de Kurama, y que alguien le trajese un informe rápido de las bajas, si las había, pero pidió a Hana que se mantuviese junto a él. Cuando recuperó el aliento, sobre la palma de Datsue surgieron complicadas fórmulas de sellado. Empujó el cuerpo de Raiden con un pie para colocarlo boca arriba, y le estampó la mano en el pecho. Sobre el suelo pantanoso se iluminó un sello. Los practicantes del fūinjutsu lo reconocerían como el Sello de Absorción de Chakra. Una técncia que permitía al ejecutor emplear el chakra de un adversario inconsciente para sus propias técnicas. No es que Datsue necesitase de su energía, más bien, quería drenar al General para que no supusiese un peligro cuando despertase. Iba a tener que hacerle unas cuantas preguntas antes de matarle, y lo necesitaba dócil.
«Veamos, ¿qué puedo usar? Ah, sí, supongo que esa es la técnica que más chakra gasta…» La armadura que protegía a Datsue se regeneró y luego tuvo una pequeña perturbación, apenas visible. Los ojos del Uchiha sangraron y apretó los dientes, conteniendo el dolor.
«Sí, con esto quizá ya sea suficiente». Aún usando el chakra de Raiden, sobre los dedos del Uchiha se prendieron cinco llamas moradas que representaban cinco kanjis chinos —metal (金), madera (木), agua (水), fuego (火), y tierra (土)—. Los estampó contra el estómago de Raiden. No tenía la esperanza de cortar su vínculo con Kurama, tan solo de que cuando se despertase, tuviese tan poco chakra que no resultase una amenaza.
—Hana, ¿has estado alguna vez en la Villa de las Aguas Termales? ¿Se te ocurre un buen edificio donde encerrar de forma segura a tantos prisioneros?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado