10/10/2022, 15:35
Parecía un día cualquiera en Amegakure, llovía como solía llover. Pero quizás un poco diferente a como siempre.
Un ojo atento sabría distinguir entre los diferentes tonos de lluvia que la aldea tenía para ofrecer, no eran nubes comunes las de ese día. Hasta se podría llegar a decir que ese día estaba lloviendo, había que ir con un poco de cuidado.
Pero, de una forma u otra, había que hacer vida de igual manera.
Y la kunoichi se encontraba dada a la tarea de realizar un recaudo, volviendo de solicitar una misión en la oficina pertinente. En su poder cargaba con un pergamino que le asignaba la tarea para los próximos días.
Una tarea un tanto curiosa que despertaba ciertamente la atención de la médica, debía partir al día siguiente. Solo quedaba prepararse adecuadamente para hacer el viaje.
Mientras serpenteaba en las calles esquivando charcos con mayor atención a lo normal, no pudo evitar caer en cuenta de que había una voz que la llamaba.
Bueno, no específicamente a ella, pero si llamaba a alguien. A quien sea.
Era una especie de llanto de un niño.
Moguko se detuvo y examinó su entorno, sin intenciones de perder tiempo. Avanzó en la dirección de la fuente del sonido.
Un ojo atento sabría distinguir entre los diferentes tonos de lluvia que la aldea tenía para ofrecer, no eran nubes comunes las de ese día. Hasta se podría llegar a decir que ese día estaba lloviendo, había que ir con un poco de cuidado.
Pero, de una forma u otra, había que hacer vida de igual manera.
Y la kunoichi se encontraba dada a la tarea de realizar un recaudo, volviendo de solicitar una misión en la oficina pertinente. En su poder cargaba con un pergamino que le asignaba la tarea para los próximos días.
Una tarea un tanto curiosa que despertaba ciertamente la atención de la médica, debía partir al día siguiente. Solo quedaba prepararse adecuadamente para hacer el viaje.
Mientras serpenteaba en las calles esquivando charcos con mayor atención a lo normal, no pudo evitar caer en cuenta de que había una voz que la llamaba.
Bueno, no específicamente a ella, pero si llamaba a alguien. A quien sea.
Era una especie de llanto de un niño.
Moguko se detuvo y examinó su entorno, sin intenciones de perder tiempo. Avanzó en la dirección de la fuente del sonido.