16/10/2022, 19:00
Hana la escuchó hasta el final, para al final agarrar su cabeza y bajarla hasta su pecho, abrazandola con fuerza.
— No te odio, Ren, no te voy a dejar. Solo no quiero que mates a nadie por mi, ¿vale? Porque puede que se lo mereciese, pero ¿y el próximo? ¿Donde trazas la linea? Y habrá gente que quiera hacerme daño, soy una kunoichi. Confía en mí, puedo apañarme sola. No me moriré así como así.
No dejó de abrazarla en ningún momento, y su voz era serena, mucho más que la de Ren. Casi como si consolarla le diese unas fuerzas que normalmente no tenía.
— No te odio, Ren, no te voy a dejar. Solo no quiero que mates a nadie por mi, ¿vale? Porque puede que se lo mereciese, pero ¿y el próximo? ¿Donde trazas la linea? Y habrá gente que quiera hacerme daño, soy una kunoichi. Confía en mí, puedo apañarme sola. No me moriré así como así.
No dejó de abrazarla en ningún momento, y su voz era serena, mucho más que la de Ren. Casi como si consolarla le diese unas fuerzas que normalmente no tenía.