18/10/2022, 11:29
Sin duda, Amegakure se pasaba endureciendo a sus kunoichis. ¿Cómo podía darle igual cómo le viese la gente? La gente debía confiar en ellas, debían ser la esperanza del mundo, que cuando apareciesen los malos huyesen y los buenos suspirasen aliviados.
¡No podía ir por ahí siendo una bestia descontrolada y asustando a todo el mundo!
— A mí no. ¡No puedes ir por ahí asustando así a las víctimas! ¿Por qué no puedes ser algo más comedida? Sobre todo ahora que estás recuperando tu fuerza, tienes que controlarte.
Volvió a fruncir el ceño mientras la miraba fijamente esperando que esta vez entendiese el mensaje.
¡No podía ir por ahí siendo una bestia descontrolada y asustando a todo el mundo!
— A mí no. ¡No puedes ir por ahí asustando así a las víctimas! ¿Por qué no puedes ser algo más comedida? Sobre todo ahora que estás recuperando tu fuerza, tienes que controlarte.
Volvió a fruncir el ceño mientras la miraba fijamente esperando que esta vez entendiese el mensaje.