26/10/2022, 21:22
Las dos kunoichis y la idol se encontraron en la cola, delante suyo los grupos de cinco seguían ingresando en el cementerio. La mayoría al menos intentaban mantener un poco el decoro mientras estaban a la vista.
— Señorita, por favor, reconsiderelo. Su padre la espera mañana en... — la mujer justo delante de ellas intentaba disuadir a una chica que acompañaba
— ¡Fantasmas, Mitsu-chan! ¿¡Es que no tienes sangre en las venas!? Esto es una llamada a la aventura. — la chica, que tenía la altura de Kimi, parecía genuinamente emocionada por la situación.
—¡Y-YO! —
La mujer, que llevaba un traje de sirvienta negro de ancha falda que llegaba a sus rodillas, se giró al oír el grito. Vio a la pelirroja y estuvo a punto de volverse a su señorita cuando vio la bandana de Kimi. Tuvo suerte de poder ver algo, pues la kunoichi llevaba todo el set de paraguas, chubasquero y capucha. Agarró a su señorita y la giró hacia Kimi, arrastrandola levemente hasta quedar enfrente.
No podía separarse de ella porque estaba sosteniendo un elegante paraguas para que no cogiese terrible pulmonía.
— Buenas, chicas. Buscan gente para hacer un grupo, ¿verdad?
La chica le pegó un tirón del brazo para que se agachase y le susurraría al oído.
— ¿Qué haces? ¡Yo quería entrar sola! — puso la mano delante para que no la oyesen, pero no se molestó en bajar el tono.
La sirvienta se mantuvo levemente agachada y tampoco se esforzó en bajar la voz ni en susurrar.
— Bueno, Shio-san, nosotras dos solas no podíamos entrar y estas amables jovenes estaban buscando grupo. Además, ¿no es más divertida una aventura si va acompañada? — le sonrió a las chicas, intentando que la ayudasen a convencerla.
Shio vestía con un elegante vestido azul de detalles florales. Sin embargo, por debajo llevaba ropas de entrenamiento que cualquiera de ellas podría reconocer. Tenía los ojos azules y el pelo negro, recogido en dos coletas cortas que le colgaban por detrás de cada hombro. La mujer que la acompañaba, Mitsu, vestía un uniforme de sirvienta negro y tenía el pelo castaño recogido en una coleta baja y sus ojos eran de un marrón oscuro.
— Señorita, por favor, reconsiderelo. Su padre la espera mañana en... — la mujer justo delante de ellas intentaba disuadir a una chica que acompañaba
— ¡Fantasmas, Mitsu-chan! ¿¡Es que no tienes sangre en las venas!? Esto es una llamada a la aventura. — la chica, que tenía la altura de Kimi, parecía genuinamente emocionada por la situación.
—¡Y-YO! —
La mujer, que llevaba un traje de sirvienta negro de ancha falda que llegaba a sus rodillas, se giró al oír el grito. Vio a la pelirroja y estuvo a punto de volverse a su señorita cuando vio la bandana de Kimi. Tuvo suerte de poder ver algo, pues la kunoichi llevaba todo el set de paraguas, chubasquero y capucha. Agarró a su señorita y la giró hacia Kimi, arrastrandola levemente hasta quedar enfrente.
No podía separarse de ella porque estaba sosteniendo un elegante paraguas para que no cogiese terrible pulmonía.
— Buenas, chicas. Buscan gente para hacer un grupo, ¿verdad?
La chica le pegó un tirón del brazo para que se agachase y le susurraría al oído.
— ¿Qué haces? ¡Yo quería entrar sola! — puso la mano delante para que no la oyesen, pero no se molestó en bajar el tono.
La sirvienta se mantuvo levemente agachada y tampoco se esforzó en bajar la voz ni en susurrar.
— Bueno, Shio-san, nosotras dos solas no podíamos entrar y estas amables jovenes estaban buscando grupo. Además, ¿no es más divertida una aventura si va acompañada? — le sonrió a las chicas, intentando que la ayudasen a convencerla.
Shio vestía con un elegante vestido azul de detalles florales. Sin embargo, por debajo llevaba ropas de entrenamiento que cualquiera de ellas podría reconocer. Tenía los ojos azules y el pelo negro, recogido en dos coletas cortas que le colgaban por detrás de cada hombro. La mujer que la acompañaba, Mitsu, vestía un uniforme de sirvienta negro y tenía el pelo castaño recogido en una coleta baja y sus ojos eran de un marrón oscuro.