4/11/2022, 00:00
Aparte de la pelirroja, había una chica que le sonaba bastante. Estaba bastante segura de que la pelirroja era Suzume, aquella primeriza genin que tocaba en un grupo de música, y que conoció por casualidad cuando acabó uno de sus entrenamientos. La otra chica, de piel oscura, le sonaba de algo. No sabía exactamente bien el qué, pero cuando observó su rostro le dio la sensación de haberla conocido en otra ocasión también. Ren se llevó una mano a la barbilla, mientras miraba al cielo. ¿Se lo estaba imaginando, y por el hecho de reconocer a Suzume estaba pensando en lo mismo? No terminaba de estar segura; sobre todo cuando observó que uno de sus brazos no era precisamente orgánico. ¿Se lo habrán hecho con partes de marionetas y otros? Había gente que se especializaba en eso y, a lo mejor, servían a modo de prótesis o algo.
Las palabras de que podría haber algo tenebroso y posiblemente del más allá, inquietaron a Suzume, haciéndola temblar como un flan. El objetivo de Ren no era el de mostrar respeto a los fallecidos, pero si hacer algo con aquel negocio que se estaba formando.
— No se preocupe, varias de nosotros somos ninjas así que no creo que haya ningún problema — añadió tras haber pasado un vistazo por las relucientes placas de cada una de las presentes, para finalmente depositar la mirada sobre la que estaba tan preocupada.
Las palabras de que podría haber algo tenebroso y posiblemente del más allá, inquietaron a Suzume, haciéndola temblar como un flan. El objetivo de Ren no era el de mostrar respeto a los fallecidos, pero si hacer algo con aquel negocio que se estaba formando.
— No se preocupe, varias de nosotros somos ninjas así que no creo que haya ningún problema — añadió tras haber pasado un vistazo por las relucientes placas de cada una de las presentes, para finalmente depositar la mirada sobre la que estaba tan preocupada.