3/01/2025, 15:39
(Última modificación: 3/01/2025, 15:39 por Himura Hana.)
Y la mente de Hana se convirtió en un paramo yermo en cuanto Ren la agarró y la besó como si tal cosa. No había un solo pensamiento en su cabeza, pero Ren había hablado y parecía que esperaba que ella también lo hiciese.
— Eh, je, yo... — palabras, necesitaba palabras. — Sí, estoy bien. Y tú... — empezó a decir separandose un poco para verla entera. — Has crecido todavía más.
Comentó volviendo a subir la mirada a sus ojos con una sonrisa de oreja a oreja. Sus manos aún estaban en su cintura y no parecían querer moverse de allí. Hasta que recordó cómo llevaba el pelo. Automaticamente se separó del todo y empezó a intentar peinarse con las manos como pudo.
— P-Perdona, no esperaba encontrarte aquí. Iba a mandarte una carta cuando llegase a la aldea para ver si querías que nos viesemos en el lago de Shiona. Tengo que decirte algo y no quería hacerlo por escrito porque, bueno, ya sabes. Es mejor hacerlo en persona y no quiero que intercepten nuestro correo y lean según qué cosas. — cuando ya tenía adecentado el pelo se dio cuenta de lo que parecían insinuar sus palabras y enrojeció. — ¡Que no es que yo fuese a escribirte nada calenturiento! ¡No me refería a eso! Es otra cosa. Que debería decirte. Pero...
La miró indecisa, preocupada por cómo reaccionaría Ren si se lo contaba y, al mismo tiempo, solo quería pasar un día tranquilo con ella sin ese peso de conciencia.
— Eh, je, yo... — palabras, necesitaba palabras. — Sí, estoy bien. Y tú... — empezó a decir separandose un poco para verla entera. — Has crecido todavía más.
Comentó volviendo a subir la mirada a sus ojos con una sonrisa de oreja a oreja. Sus manos aún estaban en su cintura y no parecían querer moverse de allí. Hasta que recordó cómo llevaba el pelo. Automaticamente se separó del todo y empezó a intentar peinarse con las manos como pudo.
— P-Perdona, no esperaba encontrarte aquí. Iba a mandarte una carta cuando llegase a la aldea para ver si querías que nos viesemos en el lago de Shiona. Tengo que decirte algo y no quería hacerlo por escrito porque, bueno, ya sabes. Es mejor hacerlo en persona y no quiero que intercepten nuestro correo y lean según qué cosas. — cuando ya tenía adecentado el pelo se dio cuenta de lo que parecían insinuar sus palabras y enrojeció. — ¡Que no es que yo fuese a escribirte nada calenturiento! ¡No me refería a eso! Es otra cosa. Que debería decirte. Pero...
La miró indecisa, preocupada por cómo reaccionaría Ren si se lo contaba y, al mismo tiempo, solo quería pasar un día tranquilo con ella sin ese peso de conciencia.