7/01/2025, 20:47
Hana aprovechó el discurso absurdo de Ren para comerse el último trozo de pollo y seguir con sus fideos, sin prestarle demasiada atención. Una cosa era seguirle el rollo y otra muy distinta darle de comer demasiado a la locura que anidaba en aquel puntiagudo mechón que se alzaba en su cabeza.
— Entiendo. ¿Y tú te especializaras en el arte de la salsa? No, mejor del caldo. Cuando te enfades podrás usar caldo picante y cuando estés calmada el buen caldo de miso. Así podremos alimentarnos para siempre solo de nuestro chakra. — le dijo de forma claramente burlona.
— Entiendo. ¿Y tú te especializaras en el arte de la salsa? No, mejor del caldo. Cuando te enfades podrás usar caldo picante y cuando estés calmada el buen caldo de miso. Así podremos alimentarnos para siempre solo de nuestro chakra. — le dijo de forma claramente burlona.