2/02/2025, 21:00
Llegaron finalmente a la habitación y Ren metió a Lily en la cama arropándola, pasándole en mitad del proceso su nuevo y querido peluche. Después, cogió un taburete y se sentó en este, apoyando el brazo sobre la almohada de Lily y luego la cabeza en su propia mano.
— Finalmente, cuando empezó a amanecer, consiguieron llegar a un escarpadísimo acantilado. Decenas, que digo, ¡cientos de metros! — hizo un gesto con la mano hacia arriba. — El grandullón entonces se puso unos trozos de tela alrededor de su torso, subiendo con ellos a la princesa y a los otros dos hombres. Agarró una gruesa cuerda que caía del enorme acantilado y empezó a subir con todos encima. Fue tras un rato que Hanzo volvió a quejarse como era habitual en él, cuando las cosas no salían como él quería. "¡Date prisa, Kenzo! ¡Nos sigue pisando los talones! ¡¿Es que no puedes subir más rápido?! ¡Ya casi nos ha alcanzado!". "Bueno, a diferencia de él, no está subiendo con tres personas encima". "¡Deja de quejarte y darte prisa!". "Hanzo, podría darme más prisa si aligerara algo de peso, ¿quieres bajar por el camino rápido?". Hanzo entonces enmudeció, y se quedó en un nervioso silencio.
Durante las voces, Ren movía la cabeza de un lado a otro, a la vez que cambiaba su tono por uno más grave y lento para Kenzo y uno algo más agudo y rápido para el tal Hanzo.
— Finalmente, cuando empezó a amanecer, consiguieron llegar a un escarpadísimo acantilado. Decenas, que digo, ¡cientos de metros! — hizo un gesto con la mano hacia arriba. — El grandullón entonces se puso unos trozos de tela alrededor de su torso, subiendo con ellos a la princesa y a los otros dos hombres. Agarró una gruesa cuerda que caía del enorme acantilado y empezó a subir con todos encima. Fue tras un rato que Hanzo volvió a quejarse como era habitual en él, cuando las cosas no salían como él quería. "¡Date prisa, Kenzo! ¡Nos sigue pisando los talones! ¡¿Es que no puedes subir más rápido?! ¡Ya casi nos ha alcanzado!". "Bueno, a diferencia de él, no está subiendo con tres personas encima". "¡Deja de quejarte y darte prisa!". "Hanzo, podría darme más prisa si aligerara algo de peso, ¿quieres bajar por el camino rápido?". Hanzo entonces enmudeció, y se quedó en un nervioso silencio.
Durante las voces, Ren movía la cabeza de un lado a otro, a la vez que cambiaba su tono por uno más grave y lento para Kenzo y uno algo más agudo y rápido para el tal Hanzo.