18/02/2025, 09:53
La sonrisa de Hana solo se ensanchó hasta ser una pequeña risa que no pudo contener. Le resultaba agradable que Ren se preocupase por eso, precisamente porque era ella la que no podía parar de preocuparse cuando su novia era una mujer increiblemente atractiva con un cuerpo más que desarrollado. Sin embargo, gracias a Shiona-sama, Ren también era más simple que el mecanismo de un chupete. Sabía que jamás haría algo así.
— Hey, preciosa, no eres una estúpida cualquiera. Eres mi estúpida. — dijo mientras le agarraba el brazo con cariño, acariciando el antebrazo con dulzura. — Ahora debería volver a mi pequeña orgia, avisame antes de romper la horquilla para que me vista. — dijo todavía con una sonrisa de oreja a oreja.
La dejaría marchar dirigiendose de nuevo al interior del edificio, más feliz que una lombriz.
— Hey, preciosa, no eres una estúpida cualquiera. Eres mi estúpida. — dijo mientras le agarraba el brazo con cariño, acariciando el antebrazo con dulzura. — Ahora debería volver a mi pequeña orgia, avisame antes de romper la horquilla para que me vista. — dijo todavía con una sonrisa de oreja a oreja.
La dejaría marchar dirigiendose de nuevo al interior del edificio, más feliz que una lombriz.