7/03/2025, 23:57
Todos los inconscientes estaban bien. Al igual que ella misma, estaban llenos de polvo y magulladuras del combate, pero nada ni remotamente letal. Podría andar tranquilamente de vuelta a casa, nadie la detendría ni le preguntaría nada.
Al llegar a su pequeño pueblo, ya estaba anocheciendo y las luces del orfanato estaban encendidas.
Al llegar a su pequeño pueblo, ya estaba anocheciendo y las luces del orfanato estaban encendidas.