18/03/2016, 00:02
La locura que se habia creado en la sala por fin cesó cuando aquel robusto ninja dejo dormido a Len entre sus brazos, con un gesto tan simple como el de una caricia. ¿Que es lo que habia pasado? ¿A que vino aquella repentina alteración, que rozaba la locura tan derrepente?.
— Se me está acumulando el entrenamiento. No tengo mas tiempo que perder con un chico medio tarado o su profesor. Yo no le he hecho nada, si lo hubiese hecho estaría reducido a cenizas. — Contestó la chica al ninja de avanzada edad, parecia ser un miembro de elite, o algo asi; sus manos eran algo toscas y por algunas zonas se podian discernir alguna cicatriz, seguramete acontecida por alguna misión. La respuesta tajante y fria de Katomi, hizo incomodarse al maduro hombre, con un gesto de disgusto en el rostro, mostro sus dientes en forma de enfado y enojo; respondiendo acontinuación a esta.
— Maldita cria... ¿Acaso no tienes respeto ni codigo moral por tus compañeros?... Perros faldeos... Todos sois iguales... — ¿Iguales? ¿No es el tambien un ninja como el que mas? ¿Que clase de contestación es esa? Dejo reposar a Len en el suelo con cuidado y despues se acerco a Katomi despacio, quien miraba de reojo los sacos magullados con los que habia estado entrenando, antes de que el albino joven interrumpiera su entrenamiento. Sin intención de intimidarla, pero sin evitar hacerlo por sus gestos, refunfuño un poco, antes de dirigirse a ella nuevamente.
— Solo queria que me respondieras a un par de preguntas, no tienes porque ser tan puñeteramente borde — Mal sonante y tosco, debido a su enfado, comenzo a parecer una disputa familiar; por lo que la gente interesada comenzo a desalojar la puerta hasta que solo quedaron ellos nuevamente. — Tsé... Maldita Sea... Ya ha conseguido lo que ha querido... -Entre los dedos de una de sus manos, estaba aquel papel que Len habia enseñado a la joven kunoichi buscando respuestas, pero del papel, salia un extraño humo de diferentes colores, los mismos con los que estaba pintado. Se dirigió a la salida, donde se detuvo un instante antes de salir, la miro nuevamente con desagrado, y se marchó finalmente.
Durante todo lo acontecido, Len seguia reposando en el suelo durmiendo a pierna suelta cuando el extraño hombre se marchó; se acurrucó de un lateral, y se puso en postura fetal en el mismo rincón donde le habian dejado, parecia que incluso dormido, o involuntariamente, no queria seguir molestando a quien comenzaba a considerar una nueva amiga.
— Lo siento... Katomi... — Susurró en sueños con una dulce y tierna voz, que haria derretir el mas frío corazón, mientras sus manos estaban cerca de su propia boca, y sus cabellos caian lentamente por la misma gravedad.
— Se me está acumulando el entrenamiento. No tengo mas tiempo que perder con un chico medio tarado o su profesor. Yo no le he hecho nada, si lo hubiese hecho estaría reducido a cenizas. — Contestó la chica al ninja de avanzada edad, parecia ser un miembro de elite, o algo asi; sus manos eran algo toscas y por algunas zonas se podian discernir alguna cicatriz, seguramete acontecida por alguna misión. La respuesta tajante y fria de Katomi, hizo incomodarse al maduro hombre, con un gesto de disgusto en el rostro, mostro sus dientes en forma de enfado y enojo; respondiendo acontinuación a esta.
— Maldita cria... ¿Acaso no tienes respeto ni codigo moral por tus compañeros?... Perros faldeos... Todos sois iguales... — ¿Iguales? ¿No es el tambien un ninja como el que mas? ¿Que clase de contestación es esa? Dejo reposar a Len en el suelo con cuidado y despues se acerco a Katomi despacio, quien miraba de reojo los sacos magullados con los que habia estado entrenando, antes de que el albino joven interrumpiera su entrenamiento. Sin intención de intimidarla, pero sin evitar hacerlo por sus gestos, refunfuño un poco, antes de dirigirse a ella nuevamente.
— Solo queria que me respondieras a un par de preguntas, no tienes porque ser tan puñeteramente borde — Mal sonante y tosco, debido a su enfado, comenzo a parecer una disputa familiar; por lo que la gente interesada comenzo a desalojar la puerta hasta que solo quedaron ellos nuevamente. — Tsé... Maldita Sea... Ya ha conseguido lo que ha querido... -Entre los dedos de una de sus manos, estaba aquel papel que Len habia enseñado a la joven kunoichi buscando respuestas, pero del papel, salia un extraño humo de diferentes colores, los mismos con los que estaba pintado. Se dirigió a la salida, donde se detuvo un instante antes de salir, la miro nuevamente con desagrado, y se marchó finalmente.
Durante todo lo acontecido, Len seguia reposando en el suelo durmiendo a pierna suelta cuando el extraño hombre se marchó; se acurrucó de un lateral, y se puso en postura fetal en el mismo rincón donde le habian dejado, parecia que incluso dormido, o involuntariamente, no queria seguir molestando a quien comenzaba a considerar una nueva amiga.
— Lo siento... Katomi... — Susurró en sueños con una dulce y tierna voz, que haria derretir el mas frío corazón, mientras sus manos estaban cerca de su propia boca, y sus cabellos caian lentamente por la misma gravedad.