Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#46
Ajena a la conversación que mantenían Daruu y su hermano a sus espaldas en el interior de la hamburguesería, Ayame salió a la calle. La lluvia la recibió con un gélido abrazo, y la muchacha se estremeció ligeramente y levantó la barbilla para dejar que las gotas bañaran su rostro.

Sí. Había salido del lugar, ¿y para qué? ¿Qué iba a hacer por su cuenta allí fuera? Por un momento acarició la idea de volver al callejón donde habían encontrado el cuerpo sin vida del gato, o donde estaba el cubo de basura volcado, puede que incluso al restaurante de fideos...

«No. No voy a encontrar nada nuevo. Y no creo que sea buena idea ir yo sola...» Tuvo que admitir, a regañadientes.

Y chasqueó la lengua con fastidio. Se sentía frustrada. Terriblemente frustrada. Pero por muchas vueltas que le daba a lo que poco que sabían no servía de nada. Eran piezas inconexas. Y eso era lo peor. Porque una sombra instalada en su interior roía sus entrañas y la culpaba de no encontrar una solución, de no ser de utilidad en la misión. Ayame cerró los ojos y apretó los puños, temblando de rabia e intentando contener las lágrimas. Sería mejor que no volviera al interior, esperaría a que salieran ellos.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#47
Una fría mano se posó sobre el hombro de Ayame. Kori, en solitario, había salido fuera a buscarla. Con presión firme pero suave, la obligó a darse la vuelta para que le mirase.

No se puede luchar contra el crimen con el estómago vacío. —Un brillo suspicaz titiló en los ojos de su hermano.

...y el Kage Bunshin de Kori se deshizo, liberando una nube de humo.

Dentro del restaurante, Kori asintió.

Bien. Ya la he avisado. Más vale que se coma su hamburguesa. La comida no se desperdicia —repitió. A Daruu no le parecía para tanto, pero Kori hablaba muy en serio.

Tranquilo, Kori-sensei. Si no viene ella me lo como yo.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#48
Una mano gélida se apoyó repentinamente en su hombro, sobresaltándola y estremeciéndola a partes iguales. Ayame , antes de que pudiera reaccionar siquiera, se vio obligada a girar sobre sus talones para encontrarse con los gélidos ojos de su hermano, contemplándola en silencio.

«¡No le he oído llegar!» Pensó, sorprendida, aunque bien sabía que Kōri podía ser terriblemente discreto si se lo proponía.

—No se puede luchar contra el crimen con el estómago vacío —le dijo él, con un ligero brillo en sus ojos escarchados. Y entonces se deshizo en una nube de humo.

Un Kage Bunshin, comprendió Ayame. Y exhaló un profundo suspiro. Miró por última vez calle arriba, sopesando de nuevo con tozudez acumulada y cierto rencor la idea de volver a buscar pruebas a los tres lugares que habían visitado. Pero una parte de ella sabía que no serviría más que para entorpecer aún más la misión, y otra parte sabía que Kōri, además de su hermano, era su superior y su sensei. Con un último suspiro, la muchacha se agarró el brazo contrario y, arrastrando los pies, entró en la hamburguesería. La campanita sobre la puerta anunció con alegría su llegada, pero la muchacha, sombría de pies a cabeza, caminó entre las mesas y volvió a sentarse en su sitio con la cabeza gacha.

—Lo... lo siento... —murmuró en voz baja.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#49
Hubo un silencio incómodo cuando Ayame entró en la hamburguesería de nuevo, se sentó al lado de su hermano y se disculpó por haberse marchado malhumorada. Kori no dijo nada, y aparentemente Daruu tampoco pensaba pronunciar palabra alguna.

Ayame tenía los ojos clavados en la bandeja de su comida.

Pobrecita. Así es normal que no viera venir a la patata.

Flop. Patatazo en la cara.

Eh, carapapa. Esa era tuya.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#50
Daruu no habló, Kōri tampoco pronunció palabra. Y el corazón de Ayame se encogió con dolor.

Plaf.

Ayame sintió el impacto de algo alargado y tieso contra su mejilla. Algo que resbaló por su cara y terminó cayendo sobre la mesa. Una patata frita.

—Eh, carapapa. Esa era tuya —dijo Daruu.

Ayame se llevó una mano a la mejilla, estupefacta. Y no pudo evitar echarse a reír, divertida y aliviada. Terriblemente aliviada. Aún así, agachó ligeramente la barbilla y miró a su hermano, a su sensei, por debajo de las pestañas.

—Entonces... ¿qué vamos a hacer ahora?
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#51
El lanzamiento patatil tuvo el efecto buscado y los dos muchachos estallaron a reír. Su sensei les miraba, perplejo, sin pronunciar una sola palabra, no obstante un extraño brillo anunciaba, a nadie, porque nadie percataba en él, que todo aquello de lanzar comida le parecía una aberración y si Daruu lo hubiera visto hubiera jurado, sin duda, que por dentro un sentimiento de ira vibraba al ritmo de la frase con la comida no se juega.

—Entonces... ¿qué vamos a hacer ahora? —preguntó Ayame.

Kori suspiró.

Nosotros estamos a cargo de la investigación y el rastreo, no de la vigilancia —constató—. Hay otros equipos haciendo ronda, y si encuentran alguna pista en el cadáver me imagino que no tardarán en avisarme. De modo que lo mejor que podemos hacer es revisar todo una segunda vez, pero juntos. —Dirigió una mirada a Ayame—. Y si no encontramos nada, quedarnos a la espera de noticias del forense, supongo. Como ya he dicho, me avisarán. Quedaréis libres de volver a casa y descansar, pero entended que no estamos fuera de servicio. Estamos a la espera.

»Por ahora, terminemos con la comida.

El trío acabó con sus respectivos platos y pagó la cuenta; después partió directo al lugar donde habían encontrado el cadáver. Ya habían retirado el cuerpo del lugar, sólo dejando todo cuidadosamente precintado. El equipo sorteó las cintas, y, una vez más, rebuscó por todo el restaurante. En la segunda ronda de búsquedas por las cocinas, Daruu encontró una chapa dorada escondida en un armario. Se trataba de una especie de aro del tamaño de una moneda sobre el que se cruzaban dos kunai. Daruu entrecerró los ojos, mirándolo fijamente. El símbolo le sonaba de algo, pero no acababa de vislumbrar dónde lo había visto.

Chicos, he encontrado esto, ¿podría significar algo? —Llamó a sus compañeros para preguntarles su opinión.

Sólo es una chapa —indicó Kori.

Ya lo sé, ya lo sé. Pero estaba escondida detrás de los botes de las especias. —Daruu señaló la estantería, que afanosamente había deshabitado de botes de cristal—. ¿Por qué esconderla?
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#52
—Nosotros estamos a cargo de la investigación y el rastreo, no de la vigilancia —respondió él—. Hay otros equipos haciendo ronda, y si encuentran alguna pista en el cadáver me imagino que no tardarán en avisarme. De modo que lo mejor que podemos hacer es revisar todo una segunda vez, pero juntos —Kōri clavó una mirada gélida en Ayame, y las mejillas de ella se ruborizaron casi al instante. Al Hielo no le hacía falta la habilidad de lectura de mentes de su padre, la conocía demasiado bien como para saber lo que estaba pensando en cada momento—. Y si no encontramos nada, quedarnos a la espera de noticias del forense, supongo. Como ya he dicho, me avisarán. Quedaréis libres de volver a casa y descansar, pero entended que no estamos fuera de servicio. Estamos a la espera. Por ahora, terminemos con la comida.

Ayame asintió y aunque seguía demasiado alterada para tener hambre, tuvo que forzarse a terminarse su plato. Después, los tres se encaminaron de nuevo al punto de origen del crimen, el local de fideos del señor Takahashi. Para cuando llegaron ya habían retirado el cadáver del lugar, aunque eso no hizo que Ayame se sintiera precisamente mejor. Volvieron a rastrear el local, poniendo especial atención a cualquier cosa que pudiera llamarles la atención o darles una nueva pista sobre el asesinato.

—Chicos, he encontrado esto, ¿podría significar algo? —les llamó Daruu entonces, mostrándoles una especie de chapa dorada del tamaño de una moneda y que representaba un aro y dos kunais cruzados dentro de él.

—Sólo es una chapa —dijo Kōri.

—Ya lo sé, ya lo sé. Pero estaba escondida detrás de los botes de las especias —replicó Daruu, señalando la estantería, que afanosamente había deshabitado de botes de cristal—. ¿Por qué esconderla?

—Quizás era algo especial para él y no quería perderla... Un recuerdo, o un regalo de algún familiar o un amigo —supuso Ayame, encogiéndose de hombros—. Dos kunais cruzados... puede que ese familiar o ese amigo fuera un shinobi, o que el señor Takahashi admirara a los ninjas... No sé, no se me ocurre otra cosa.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#53
Kori se acarició la barbilla, la mirada fija en aquél símbolo. A él también le sonaba de algo, aunque tampoco ubicaba de qué.

Sí, un regalo. ¿Pero de quién? ¿Por qué esconderlo? No parece que tenga mucho valor monetario. ¿Valor sentimental? Puede ser, pero ¿por qué en la cocina? No sé. Todo me huele raro —dijo—. Yo creo que deberíamos guardárnosla. Por si acaso. Quién sabe si pudiera servirnos de pista o preguntar a alguien por ella en el futuro.

Estoy de acuerdo —asintió Daruu—. La guardaré en el portaobjetos. —El muchacho asió la chapa de los kunai y se la llevó al bolso de armas de atrás.

Siguieron registrando unos minutos más; sobra decir que no encontraron nada reseñable adicional. Luego, salieron del local y recorrieron el mismo camino que por la mañana: incluso subieron a la azotea que había escalado Ayame. Nada. Absolutamente nada.

Daruu se quedó mirando a la enigmática puerta de los hombres calvos.

Bueno, ¿y ahora qué?

Está anocheciendo. Como os he dicho, deberíamos mantenernos a la espera de noticias del forense. —Kori estiró los brazos—. ¿Volvemos a casa, Ayame?
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#54
—Sí, un regalo —afirmó Kōri, acariciándose la barbilla con gesto pensativo. Aunque no dejaban de ser elucubraciones de algo que no sabían con seguridad—. ¿Pero de quién? ¿Por qué esconderlo? No parece que tenga mucho valor monetario. ¿Valor sentimental? Puede ser, pero ¿por qué en la cocina?

—Bueno, la cocina es el lugar más reservado del restaurante... Si no quería que se lo quitaran, me parece el mejor lugar para guardarlo —supuso Ayame, encogiéndose de hombros.

—No sé. Todo me huele raro —aseveró—. Yo creo que deberíamos guardárnosla. Por si acaso. Quién sabe si pudiera servirnos de pista o preguntar a alguien por ella en el futuro.

—Estoy de acuerdo —asintió Daruu—. La guardaré en el portaobjetos.

Siguieron buscando durante varios minutos más, pero no encontraron nada más que fuera reseñable, por lo que acudieron a los otros dos puntos que habían visitado. Incluso acompañaron a Ayame a subir a la azotea; pero, como ella anteriormente, no encontraron nada más.

—Bueno, ¿y ahora qué? —preguntó Daruu, de vuelta en el callejón donde habían encontrado el cadáver del gato y que, para desazón de Ayame, seguía allí tirado de cualquier manera.

—Está anocheciendo. Como os he dicho, deberíamos mantenernos a la espera de noticias del forense —Kōri estiró los brazos y se volvió hacia su alicaída hermana—. ¿Volvemos a casa, Ayame?

Ella asintió casi a regañadientes.

—Sí... será lo mejor. —Si ya de por sí la noche era terrorífica para ella, estar buscando pistas sobre un asesinato a oscuras no era un plan que se le antojara para nada apetecible.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#55
El equipo Kori volvió a casa aquella noche con un asesinato a medio resolver, aunque decir que estaban a medias era ser considerablemente generoso, teniendo en cuenta que la única pista que habían encontrado no parecía ser nada más que un pin sucio y sin brillo de plata. Daruu se despidió de Ayame y de su hermano en la puerta de la Pastelería de Kiroe-chan, e introdujo la llave en la cerradura. Como muchas otras noches, Kiroe ya se encontraba arriba, escuchando música. Desde que había perdido los ojos, pasaba los días practicando esa extraña técnica de ecolocalización que le había enseñado Ayame, aunque últimamente se saltaba sus entrenamientos más que de costumbre, algo que a Daruu le parecía sospechoso, dadas las risillas que su madre le dedicaba cada vez que le preguntaba por ello. O, simplemente, se trataba de que Kiroe era así.

Se despidió de ella, le dio un abrazo, cenó un sobrio bocadillo de jamón y queso y se metió en la ducha. Mientras el agua le caía por encima del desordenado cabello intentó darle unas pocas vueltas a de qué le sonaba el símbolo de la chapa. Estaba seguro de haberlo visto en alguna parte, pero ¿dónde?

Se fue a la cama con la duda, molesto.


· · ·


¡POM!


¿Eh, qué? ¿¡Qué!? —Daruu se levantó de golpe. Un porrazo en la ventana le hizo saltar de la cama y casi caer mareado por tomar la posición vertical con tanta rapidez. Se acercó al cristal y retiró la cortina. Un pequeño búho nival se había estrellado con un mensaje atado en una pata—. Oh, otra vez tú. En serio, ¿por qué tienes siempre que estamparte contra la ventana? ¡Te vas a hacer daño!

Normalmente, Kori enviaba búhos nivales a su casa para anunciar que el equipo debía reunirse. Había aprendido a reconocerlos, sobretodo a aquél, porque el pobre no controlaba los aterrizajes y siempre acababa chocando. Los otros solían golpear con el pico en el cristal para llamar su atención.

A ver qué tienes para mi... —dijo Daruu, desatando el papelillo de la pata del ave. Abrió los ojos con severa sorpresa, ahogó un grito y salió corriendo de su habitación.


· · ·


Ayame y Kori ya estaban allí. Se trataba, esta vez, de una joyería. De nuevo, la puerta no estaba forzada —y al tratarse de una joyería, la puerta estaba abierta y sujeta por hilo shinobi, pues sólo podía abrirse desde dentro una vez cerrada a través de un interruptor—. Sin decir ni una palabra y al ver la gravedad de los rostros de sus compañeros, Daruu se asomó por el cristal. La dueña yacía en el centro del local, con un charco de sangre en el suelo y una herida en el centro del pecho, otro agujero de filo limpio. Era una mujer de avanzada edad que vestía de blanco, con un collar de perlas. Tenía el pelo tintado de un castaño roble que hacía juego con los muebles de las joyas.

Mierda. Otro asesinato...

No hemos registrado el interior todavía, te estábamos esperando —dijo Kori—. Pero a juzgar por lo que se ve desde aquí, de nuevo comprobamos que el atacante no quería llevarse nada. Sólo su vida.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#56
Cuando Daruu llegó, Ayame y Kōri ya le estaban esperando frente al nuevo escenario del crimen. El Hielo había despertado a su hermana en mitad de la noche con el aviso de que se había cometido un nuevo crimen que debían ir a investigar, y a consecuencia de las intempestivas horas la muchacha ahora se frotaba los ojos entre bostezos reprimidos. Sin embargo, cuando llegó su compañero se reafirmó en su posición, sin manera posible de disimular las ojeras que cubrían sus párpados inferiores.

—Mierda. Otro asesinato... —comentó Daruu, al comprobar el escenario del crimen.

La puerta, abierta por un hilo shinobi para evitar su bloqueo, dejaba a la vista el cuerpo sin vida de la mujer que yacía en el centro del local sobre un charco de sangre. Otra herida en el centro del pecho, idéntica a la del señor Takahashi, había sido la que se había llevado su vida.

—No hemos registrado el interior todavía, te estábamos esperando —dijo Kōri—. Pero a juzgar por lo que se ve desde aquí, de nuevo comprobamos que el atacante no quería llevarse nada. Sólo su vida.

—Primero el señor Takahashi y ahora la dueña de esta joyería... ¿Tendrían algo en común? —preguntó Ayame, mientras se adentraba en el interior del local para comenzar la investigación—. No es nada normal asaltar una joyería y no llevarse nada. Debía de ser algo personal...
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#57
O tienen algo en común —respondió Daruu, entrando a la tienda con cuidado—, o nos encontramos ante un asesino en serie. Cosa mala.

Kori asintió, y entró el último de los tres. Plantándose en el centro de la joyería, echó un vistazo general.

Eso sería una mala noticia, pero de momento es lo que parece. Sin embargo, más vale que revisemos todo a fondo. Que tratemos de encontrar una conexión. Vamos, chicos. Por cierto, tengo la llave, tenemos que apagar las luces al terminar y cortar el hilo; asegurarnos de que el establecimiento queda cerrado. Luego, iré a devolverla al equipo forense. Que por cierto, me habló cuando me avisaron de este segundo crimen.

»No encontraron nada notable. Una estocada limpia a la altura del corazón.

«Genial», pensó Daruu. «Osea que seguimos igual.»

El trío se puso enseguida a registrar el establecimiento de forma minuciosa. Se trataba de un local de venta de joyas de unos cinco metros de ancho por siete de largo, con dos armarios de vidrio reforzado a cada lado, bien cerradas y sin forzar, en el que se exhibían decenas de joyas de plata y de oro de diferentes rangos de precio. Al fondo había un mostrador, con una caja registradora que tampoco había sido forzada, y en la pared, tras un cuadro de paisaje que Kori retiró con delicadeza, una caja fuerte firmemente cerrada.

La víctima estaba en el centro del establecimiento. Sí que hubo una diferencia en esta ocasión, y es que ahora que la miraban bien tenía la chaqueta rasgada a la altura del brazo derecho. Sí que había habido un pequeño forcejeo, o tal vez una discusión. Pero si la puerta no estaba forzada...

¿Se conocían? ¿O tal vez estaba atendiéndole y luego la mató casi por sorpresa?

La señora, de nombre Goruden Yahime, yacía tumbada boca arriba, con el brazo derecho encogido sobre el vientre y el derecho estirado con el puño firmemente cerrado.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#58
—O tienen algo en común —respondió Daruu, entrando a la tienda con cuidado—, o nos encontramos ante un asesino en serie. Cosa mala.

Ayame entró detrás de él, y Kōri fue el último.

—Eso sería una mala noticia, pero de momento es lo que parece. Sin embargo, más vale que revisemos todo a fondo. Que tratemos de encontrar una conexión. Vamos, chicos. Por cierto, tengo la llave, tenemos que apagar las luces al terminar y cortar el hilo; asegurarnos de que el establecimiento queda cerrado. Luego, iré a devolverla al equipo forense. Que por cierto, me habló cuando me avisaron de este segundo crimen. No encontraron nada notable. Una estocada limpia a la altura del corazón.

Ayame suspiró. Tal y como esperaba, seguían sin tener más pistas entre manos. Comenzó a pasearse por el local, echando un vistazo a todo lo que veía. El espacio era rectangular, de unos cinco metros de ancho por siete de largo, con armarios de cristales reforzados en los que se exhibían todo tipo de bisutería, desde la más discreta a la más ostentosa que se podía llegar a imaginar. Ninguno de esos armarios había sido forzado, por lo que la idea del robo quedaba completamente descartada. Al fondo estaba el mostrador, con una caja registradora que aún conservaba todo el dinero. Y tras un cuadro en la pared que el jonin retiró, una caja fuerte. La víctima estaba en el centro del establecimiento, y además de la herida fatal en el pecho presentaba un corte en la chaqueta a la altura del brazo, que tenía encogido sobre el pecho mientras el otro quedaba estirado, con la mano cerrada en un puño.

—¿Se conocían? ¿O tal vez estaba atendiéndole y luego la mató casi por sorpresa?

Y entonces algo hizo click en el cerebro de Ayame, que palideció y prácticamente se abalanzó sobre la puerta abierta.

—¡Maldita sea, soy estúpida! —bramó, volviéndose hacia los dos shinobi—. Estamos hablando todo el rato de que el asesino no forzó las cerraduras, de que si estaría ya dentro del local o qué, ¿pero y si no necesitaba forzar ninguna cerradura para pasar al interior? ¡Yo soy capaz de hacerlo escurriéndome por debajo de las puertas! —exclamó, apoyándose la mano en el pecho—. ¿Y si el asesino es un Hozuki como yo o tiene una habilidad similar?
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#59
Kori alzó la palma de la mano hacia ella.

Espera, Ayame —dijo su hermano—. Podría ser un Houzuki, y también por qué no podría no serlo. Tu habilidad no es la única que permite colarse por debajo de una puerta.

Daruu se encogió de hombros.

¿Ah, no?

Seguro que no. El Ninjutsu tiene muchas formas y existen muchos Kekkei Genkai. En vuestra corta vida ya habéis podido comprobarlo. Y de todas formas que fuese Houzuki o no no es un dato relevante para buscar más pistas.

A Ayame le reflejó algo en los ojos, haciéndola apartar la vista. Parecía que venía del cadáver de la víctima, pero ahora ya no lo localizaba.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#60
—Espera, Ayame —la llamó Kōri—. Podría ser un Hōzuki, y también por qué no podría no serlo. Tu habilidad no es la única que permite colarse por debajo de una puerta.

—¿Ah, no? —respondió Daruu, encogiéndose de hombros.

—Seguro que no. El Ninjutsu tiene muchas formas y existen muchos Kekkei Genkai. En vuestra corta vida ya habéis podido comprobarlo. Y de todas formas que fuese Hōzuki o no no es un dato relevante para buscar más pistas.

—Pues por eso he dicho que podría tener una habilidad similar —replicó Ayame, ruborizada hasta las orejas.

Decepcionada consigo misma, la muchacha se apartó de la puerta y volvió a ingresar en la joyería. Según caminaba, de vio momentáneamente cegada por algo que le había reflejado en los ojos, obligándola a parpadear y apartar la vista. Pero cuando la volvió hacia el cadáver de la mujer, de donde presuponía que había venido el destello, no volvió a verlo. Y aún así había algo que le había escamado desde que la había mirado. Se acercó con una cautela innecesaria para tratarse de un cadáver y se agachó junto a su brazo estirado. Aquel puño cerrado tan firmemente...

Intentó abrirle los dedos, por ver si sostenía algo entre ellos, aunque sospechaba que el rigor mortis le iba a dificultar enormemente la tarea.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder



This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.