Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Kinumi le sonrió tras el breve beso, esta vez parecía una sonrisa sincera.
— Vamos, Tsu-kun.
Aceptando el brazo que le ofrecía su pareja se alejaron del lugar sin darse la vuelta. Nishi observó la escena acariciandose la mejilla, más humillado que enfadado. Poco podía hacer ya.
Atravesaron arboles y arboles hasta llegar de nuevo al camino principal, fue entonces cuando Kinumi miró a Toshio a los ojos, riendose por lo bajo.
— No me puedo creer que no te hayas acordado de nada, pero diga Tsu-chan y de eso sí te acuerdes. Veo que prestas interes a lo que te interesa. — le susurró tras asegurarse de que no había nadie cerca. — Vamos a por algo de beber, a ver si conseguimos que llegue a mis labios antes de que te lo tires encima.
De repente, Kinumi parecía estar pasándoselo en grande entre burlarse de él y ver a Nishi tirado en el suelo con un recuerdo suyo en la mejilla. Al final iba a acabar siendo un buen día.
29/07/2020, 16:16 (Última modificación: 29/07/2020, 16:17 por Kurogane Toshio.)
Los chicos caminaron y caminaron hasta que finalmente regresaron al camino principal. Fue allí, cuando nadie los veía, que Kinumi se rio por la bajo, mirando a los ojos a Toshio.
— No me puedo creer que no te hayas acordado de nada, pero diga Tsu-chan y de eso sí te acuerdes. Veo que prestas interes a lo que te interesa.
— ¡Oye! Es solo... que estaba repasando lo que me habías dicho mientras iba a por las bebidas. — Susurró Toshio, entre risas.
— Vamos a por algo de beber, a ver si conseguimos que llegue a mis labios antes de que te lo tires encima.
— Jajaja. Lo intentaré, lo intentaré.
Le habría gustado preguntar por el chico de antes, pero la verdad es que parecía pasárselo tan bien que prefirió no arruinarlo. En su lugar decidió guiarla hacia las bebidas.
Las cosas no estaban yendo precisamente como la seda, pero parecía que al menos iban a ir bien.
— ¡Oye! Es solo... que estaba repasando lo que me habías dicho mientras iba a por las bebidas.
— Claro, repasando mientras hacías exactamente lo que te dije que NO hicieses. — le susurró finalmente mientras llegaban a la zona de comida y bebidas.
Solo poner un pie en el espacio abierto Toshio se daría cuenta de que era como entrar en una dimensión paralela. Cuando había entrado él solo, nadie había siquiera mirado dos veces al chico, a excepción de cierto rubio. Al entrar cogido del brazo de Kinumi, hasta los árboles se giraron a mirarles. Los cuchicheos eran de todo menos sutiles.
La morena se paró lentamente con los ojos puestos en las comidas y bebidas.
— Voy a por las bebidas, tú coge algo de comer y te espero en esa mesa. — informó señalando una mesa de piedra que había detrás de las mesas plegables donde se servían los consumibles.
Había varias en paralelo, Kinumi señaló con elegancia la que estaba más escondida y, obviamente, vacía. No esperó a que Toshio le contestase y se fue a coger un par de vasos y llenarlos ella sola, esperando que su compañero hiciera lo propio.
— Claro, repasando mientras hacías exactamente lo que te dije que NO hicieses.
Ahí... quizás tenía un punto. Toshio solo pudo rascarse la nuca, algo avergonzado.
Cuando llegaron donde estaban las mesas con la comida y la bebida, Toshio se sintió más observado que nunca. Usualmente no le importaba recibir atención, al contrario, pero esta vez se notaba a leguas que la estaba recibiendo por la compañía de Kinumi.
Se detuvieron, mientras la chica revisaba con la mirada las comidas y bebidas.
— Voy a por las bebidas, tú coge algo de comer y te espero en esa mesa.
—Perfecto —contestó Tsuyoi antes de ponerse en marcha.
El chico se dirigió hacia las mesas donde estaba la comida. Allí cogió dos platos y cubiertos antes de buscar algo para comer.
29/07/2020, 17:26 (Última modificación: 29/07/2020, 17:27 por Himura Hana.)
Kinumi no tardó ni dos minutos en acercarse a la zona de los vasos, coger dos y rellenarlos sin problemas. Casi parecía que la gente se apartase para dejarla pasar. En cambio, Toshio había tenido que ir apartando a la gente que se cruzaba sin piedad en su camino.
Tardaría bastante más de dos minutos en llegar con la comida que hubiese elegido. Y entonces vería que Kinumi no estaba sola, estaba con alguien conocida para el shinobi. Una compañera de su propia promoción.
— Hombre, si es el bueno de Tsuyoi. — le saludó con una sonrisa de oreja a oreja.
En cuanto lo oyera, Toshio sabría que sabía su verdadera identidad. Sin embargo, la Uchiha estaba tranquilamente dando un pequeño sorbo de su bebida. Por mucho que lo intentase, no le venía el nombre de la chica ni de lejos. Sabía que era compañera de su generación, pero ya está. Empezaba por U...
— Ushie-chan me estaba contando lo mucho que sobresalías en la academia con tu Yoton. Y yo le he comentado los detalles de nuestra relación.
Ushie movió la mano de un lado a otro quitandole importancia al asunto.
— Nada, nada, estoy acompañando a mi hermano. No preocuparse, chicos. Os dejo a lo vuestro. — y con una sonrisa se levantó y les dejó a lo suyo. — Un placer conocerte, Kinumi-chan, y... Tsu-san.
Y riéndose, se marchó. Era rubia con el pelo corto y recogido en una breve coleta, con ojos azules. No vestía tan elegante como el resto, solo llevaba una camiseta de manga corta y pantalones cortos de tonos verdosos. La camiseta más clara que los pantalones, claro.
Toshio tardó mucho más de lo que esperaba en conseguir la comida, pero finalmente, y luego de tener que apartar a más de una persona, el chico consiguió volver alegremente a la mesa con dos platos llenos de dulces.
— Hombre, si es el bueno de Tsuyoi.
«No. Me. Jodas» pero sí, sí que le jodían.
No conseguía recordar exactamente cuál era el nombre de esa chica, pero sí que estaba seguro de que la conocía, y eso era muy malo.
—Hola... —saludó, visiblemente nervioso.
— Ushie-chan me estaba contando lo mucho que sobresalías en la academia con tu Yoton. Y yo le he comentado los detalles de nuestra relación.
Genial, aquello era simplemente genial. No solo era una conocida, no, era Ushie, una ninja de su misma promoción.
— Nada, nada, estoy acompañando a mi hermano. No preocuparse, chicos. Os dejo a lo vuestro. Un placer conocerte, Kinumi-chan, y... Tsu-san.
Y riéndose, Ushie se marchó ante la vista nada discreta de Toshio, que no podía creerse lo que estaba sucediendo.
El chico dejó ambos platos en la mesa antes de sentarse frente a la Uchiha y pegarle un bocado a una magdalena.
—Es... la hermana del idiota de antes ¿verdad? — No sabía qué más decir.
Kinumi abrió los ojos más de lo normal al oír a Toshio. Era más tonto que una piedra cuando tenía que recordar las dos o tres directrices que le había dado y más brillante que un relámpago cuando había que hilar conceptos en un momento tenso. En resumen, la inteligencia del pelirrojo era intermitente.
— Sí, sí que lo es. — cogió cualquier cosa que llevase chocolate del plato que acababa de traer el chico para ella y se lo llevó a la boca.
Realmente, ya le había dado una lección a Nishi. Si les pillaban solo tenía que decir que había mantenido su verdadero nombre en secreto por... cosas y ya. Se rascó la nuca, no muy convencida de que todo eso saliese precisamente bien.
— ¿Qué sabes de ella? ¿Crees que se irá de la lengua?
El plan era que lo viesen en aquella fiesta, pasar un par de meses más y entonces fingir una tragica ruptura. Justo cuando Nishi abandonase aquel afán de conquistarla. Sabía que tarde o temprano descubrirían a Toshio como Toshio, todos eran ninjas de la misma villa. Pero esperaba que fuese días, semanas, incluso meses después.
Toshio se llevó ambas manos a la cara. No había visto a Ushie desde que salieron de la academia, pero definitivamente no querría tener a ningún ninja de su promoción en contra, especialmente cuando él ya no tenía la fuerza de un ninja de su promoción.
— ¿Qué sabes de ella? ¿Crees que se irá de la lengua?
El chico resopló antes de acabarse de otro mordisco el resto de la magdalena, literalmente lanzándola dentro de su boca.
— Pues... —tragó—. No lo sé, nunca hablamos mucho, pero no me da buena espina.
Lo cierto era que en su tiempo en la academia Toshio solía estar demasiado concentrado en su afán por convertirse en un héroe, tanto que realmente no podría recordar a la mitad de sus compañeros ni aunque lo intentase.
—No creo que vaya a delatarnos. —Dijo—. Pero probablemente vaya a hacer algo, luego de lo de su hermano.
— Pues...No lo sé, nunca hablamos mucho, pero no me da buena espina.
—No creo que vaya a delatarnos.Pero probablemente vaya a hacer algo, luego de lo de su hermano.
No sonaba muy convincente soltarle eso justo después de decirle que no tenía ni puta idea y que no le daba buena espina. La confianza generada por Toshio era casi nula en Kinumi. Miró a Toshio, parpadeó y volvió a suspirar.
— Esperemos que no vaya a más.
Como si lo hubiese invocado, el rubio entró en el claro de la comida y tras hacer un barrido con la mirada para ver todos los alrededores, localizó, con relativa facilidad localizaría a Toshio. El único pelirrojo presente.
— ¡Tú! Tsuyuku o como coño te llames. ¡Te reto a un duelo! — le señaló desde el centro de todo el lugar, a grito pelado.
Kinumi bajó la mirada y se tapó con una mano, sin poder creerse lo que estaba pasando. Nishi, con el hombro de su ropa quemado y muy indignado, esperó la respuesta del pelirrojo.
La única respuesta por parte de Kinumi fue hundir más la cabeza hacia la mesa, mirando de reojo como Toshio se levantaba, sin que Nishi tuviese que insistir.
— Oye, oye ¿estás seguro de que quieres un duelo frente a todo el mundo?No querrás que te vean perder tan fácilmente.
— Pero si te defiende tu novia, ¿qué me estás contando?
Toshio podría ver que detrás del chico, a varios metros, estaba Ushie, con exactamente la misma expresión que Kinumi. Ambas mujeres miraban de reojo mientras se tapaban la cara con vergüenza. El resto de gente formó un corro alrededor de los combatientes.
— Joder, por fin, si lleva a pasar la graduación sin una buena pelea, me echo a llorar.
— Que esto es Kusagakure, ¿una graduación sin peleas? ¿Tú no serás de la Ribera Sur?
Los cuchicheos se sucedieron, al final, todos se resumían en que se pegasen ya.
La sonrisa de Toshio se ensanchó aún más cuando escuchó la respuesta de Nishi. Ya se había metido hasta la cocina con esto de la pelea y ya no podía echarse atrás.
Detrás del chico, el herrero pudo ver a Ushie, que parecía tan avergonzada como Kinumi.
«Al menos sé que no se va a meter». Pensó, y no pudo evitar echarse a reír.
—Muy bien, de acuerdo. —Dijo Tsuyoi—. Como solo eres un novato...
Abrió los brazos de par en par, cediéndole el primer movimiento a su rival.
Toshio no tuvo que repertirse tampoco. Nishi cayó en su provocación, aunque sinceramente, Toshio igual se estaba pasando de confiado. Al fin y al cabo, ambos eran genins, ¿cómo de abismal podía ser la diferencia entre ellos? Además, Nishi tenía el poder del amor de su lado.
Salió corriendo hacia Toshio y buscó un puñetazo en el estomago.
29/07/2020, 22:17 (Última modificación: 29/07/2020, 22:22 por Kurogane Toshio. Editado 1 vez en total.)
«Caíste». Pensó Toshio, confiado.
Qué tonto que era
Nishi corrió hacia el herrero, mientras estaba ya estaba maquinando su contraataque cargando una muy pequeña cantidad de chakra en su dedo índice de la mano derecha.
Un simple y directo puñetazo viajó buscando el estómago del pelirrojo, pero fue detenido por el antebrazo de Tsuyoi, que abrió los ojos de par en par, sorprendido de que le doliera.
«¿¡Cómo!?» ¿Acaso ahora los genin eran mucho más fuertes que antes o...?
¿O acaso él era mucho más débil de lo que solía ser?
Toshio no dejó que aquello le distrajera de dejar caer una pequeña e inofensiva gota de lava al pie derecho del chico, buscando obligarlo a levantar su pie por el dolor.
Entonces aprovecharía el momento para, con la ayuda de su otra pierna, barrer el único punto de apoyo del chico a la vez que lo empujaba, derribándolo.
—Vamos, vamos, tendrás que esforzarte más que eso.
- Daños: 5 PV por gota - Efectos adicionales: - Carga: 4 - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: el ataque puede abarcar hasta dos metros de diámetro, y recorrerá hasta cinco metros antes de deshacerse.
Para realizar esta técnica, el usuario recubrirá sus dedos de una fina capa de lava que empezará a gotear de estos sin dañarlos, antes de agitar su brazo con fuerza para lanzarlas hacia su objetivo, dejando unas leves quemaduras que rápidamente se agravarán si se lanzan en cantidad.
Alterador (Kagutsuchi no Te): Concentrando la capa de lava en toda la palma de su mano, en lugar de solo la punta de sus dedos, el usuario es capaz de dañar y quemar con su agarre.
Nishi no tenía mucho más plan que darlo todo en aquel combate. Sin embargo, no era tan tonto o confiado para pensar que un puñetazo tan obvio iba a conectar. Cuando Toshio lo bloqueó, el rubio ya estaba moviendo el pie para seguir con su ofesiva cuando una gota le cayó por el tobillo.
Levantó el pie de golpe ante el calor nada inofensivo que le quemaba la piel y vio la intenció de Toshio. La reacción era obvia, si iba a intentar hacerle un barrido, solo tenía que saltar y que no encontrase nada.
Alzó el pie que le quedaba en el suelo, acabaría cayendo al suelo porque no era tan habil como para caer de pie, pero aprovecharía el impulso para buscar las costillas del pelirrojo con un rodillazo antes de caer de espaldas al suelo.
En cuanto cayese, rodaría hacia atrás y volvería a ponerse en pie una vez fuera del rango de cuerpo a cuerpo de su rival amoroso.