Hana paseaba su mirada por todo el lugar, por si se producía algún altercado adicional al que estaba tratando de solucionar Reiji, también iba revisando que su compañero no necesitase ayuda. Y, de forma inconsciente, iba mirando de vez en cuando a Shizuka, que también dedicaba más de una mirada.

Sin embargo, mientras que las miradas de Hana eran completamente inocentes e informativas, las de Shizuka iban cargadas de algo que la rubia no era capaz de identificar pero que la hacían enrojecer.

Finalmente, parecía que el único altercado por ahora era el de Reiji, y aunque no podía oírles por encima de la música y la gente coreando a la cantante, podía ver que la cosa no parecía ir por la via facil. Se tensó, a la espera de lo que fuese a ocurrir.

—Es tarde, ya habéis armado jaleo. Lo repetiré otra vez. Os vais por vuestro propio pie u os sacare yo de aquí.

Pero Reiji se mantuvo firme. Ya habían armado jaleo y aquello fue suficiente para un Reiji que no quería ni una sola sorpresa. Pero el primero de los alborotadores se puso de rodillas y se abrazó a la pierna del uzujin.

— Por favor, por favor.... juro que no volveré a armar jaleo

—No, en trocitos no, pero una mano... O mejor, el brazo entero, veras como sales por esa puerta corriendo, a ver si llegas al hospital a tiempo o mueres desengrado por el camino.

— Que te jodan — dijo el otro que no estaba por la labor de acceder a los deseos de Reiji.

En su lugar se dio la vuelta, pero no en dirección a la puerta de salida. sino que se dirigía al gentío dispuesto a seguir disfrutando del concierto de Shizuka.

— Que te jodan —

Se dio la vuelta. Eso era lo peor que podías hacer. Darle la espalda a alguien que te amenazaba. Ni un paso daría antes de que el lateral de mi mano cayese sobre su nunca con toda mi fuerza, con la intención de noquearlo. Lo sacaría de allí a rastras.

—Y tu, si no quieres correr la suerte de tu amigo, largate de aquí en éste mismo instante. Arrastrarte no servirá de nada, si tengo piedad contigo, otros pedirán lo mismo, y no habrá orden.

Y ya que estaba, y si conseguía noquear a su amigo...

—Y ya que estás, te llevas a tu amigo, aunque sea a rastras.

Quizás fuese la poca práctica o la poca experiencia con ninjas, pero a estos no se les debía dar la espalda y menos cuando tienes todas las de perder. Pero eso fue lo que hice aquel chulo de poca monta. sin embargo, donde otros se lo habrían pensado dos veces, Reiji actúo con decisión, golpeándole en la nuca y cayendo a peso al suelo.

—Y tu, si no quieres correr la suerte de tu amigo, largate de aquí en éste mismo instante. Arrastrarte no servirá de nada, si tengo piedad contigo, otros pedirán lo mismo, y no habrá orden.

El tipo que seguía consciente y que se había enrollado en la pierna de Reiji había empezado a sollozar, totalmente superado por los acontecimientos recientes.

—Y ya que estás, te llevas a tu amigo, aunque sea a rastras.

Era incapaz de articular palabra alguna. Lo intentó, abriendo su boca, pero no pudo emitir palabra alguna. Terminó aceptando su destino, tomando el chulito de los hombros y se lo llevó arrastrandolo hasta salir del sitio.

— Antes de terminar quiero que conozcais a alguien

El concierto estaba por terminarse y la peliazul quería dar una última sorpresa a sus fans. Sin embargo, los ninjas y Kazuki ya estaban al tanto de que habría numerito final.

— Hana, sé que estás por ahí... ¿dónde te escondes? ¡Vamos, sube!

— Antes de terminar quiero que conozcais a alguien

¿Ya se estaba acabando el concierto? ¡Pero si apenas llevaban dos minutos! ¡Dos y medio como mucho! Hana se arregló el pelo nerviosamente, solo tenía que actuar con normalidad. Sí, eso normalidad.

— Hana, sé que estás por ahí... ¿dónde te escondes? ¡Vamos, sube!

Alzó la mano timidamente, no hacía falta que levantase la voz. ¡Si llevaba todo el concierto echandole unas miraditas que casi se le derrite el corazón! Sabía perfectamente donde estaba.

Empezó a rodear la muchedumbre, apartando a quien tuviese que apartar para llegar a las escalerillas que daban al escenario. Subió y se acercó a donde estaba Shizuka lentamente, intentando centrar su vista en la peliazul y no en todas las personas detrás de ella.

— B-buen concierto, Shizuka-chan, ha estado genial. — alagó sonrojada.

Directo. Si y efectivo. A final logre el objetivo, aunque tuvo que ser por las malas. Pero ambos se marcharon, uno en mejores condiciones que el otro. Bueno, se lo había buscado solito. Si hubiera obedecido, se hubiera ido de aquél sitio intacto. Por lo menos, quizás había aprendido la lección aquella noche.

Luego la peliazul llamo a Hana. Yo había pensado que tendrían una especie de código secreto o algo, y que Hana subiría al escenario a bailar en plan sorpresa final, no que pararía de cantar para llamarla y presentarla al público.

Pero bueno, con Hana en el escenario, parte del trabajo también, por lo visto, me tocaba a mí vigilar si había más altercados. Así que volví a la posición desde donde podía ver a todos los asistentes.

La gente no terminaba de entender de qué iba todo aquello, seguían vitoreando a la cantante y chillando su nombre. Eso no debía faltar, pero la presencia de Hana en aquel escenario era el gran interrogante de la noche hasta el momento.

— B-buen concierto, Shizuka-chan, ha estado genial.

La peliazul sonrío mientras todas las miradas se clavaban en ella. Hana pudo sentir como algunas también en su presencia. Se estaba generando un estado de tensión a tener en cuenta allí arriba y la joven gennin lo sentía.

— Déjate llevar, ¿vale? — dijo Shizuka mirando a los ojos de Hana con deseo — Intenta disfrutar tanto como lo voy a disfrutar yo

Con aquello, la rubia estaba en sobre aviso de lo que estaba por suceder, lo tenía claro y solo ella podría detener que aquello terminase por ocurrir o que quedase en un gran chasco. Así pues, si Hana no lo impedía, Shizuka se lanzaría a por su presa fundiendo sus labios con los de la rubia. Pāra la peliazul serian solo unos pocos segundos, para la kunoichi, puede que fueran unos cuantos más, pero al final llegó un silencio sepulcral. Aquella situación había pillado a todos por sorpresa y nadie supo cómo reaccionar y, ante aquel mar de dudas, el silencio se adueñó del local de Kazuki.

La tensión en el ambiente era palpable. Todos se preguntaban qué demonios hacía Hana ahí arriba, igual que lo hacía la misma kunoichi. Tal vez debería salir de ahí por patas, definitivamente tenía que salir de ahí por patas.

— Déjate llevar, ¿vale? Intenta disfrutar tanto como lo voy a disfrutar yo

Pero no podía decirle que no a Shizuka. Su mirada la atravesaba, veía a través de ella y la atraía como una luz a una polilla. Y su voz era la red en la que sus alas se enganchaban y ya no la dejaban huir. Asintió levemente acercandose aún más a la cantante, que no esperó muchas más señales por parte de Hana.

Se lanzó a por ella sin pensarselo dos veces y la kunoichi se dejó hacer cerrando los ojos. Shizuka hizo gala de toda su experiencia y su calma al hacer algo así en pleno espectaculo y Hana se quedó sin palabras. Como toda la sala.

Tardó varios segundos en volver en sí y la sala seguía en silencio. Miró a Shizuka, insegura de cómo actuar ahora. ¿Saludar? No tenía mucho sentido. Se sonrojó violentamente. Nada de lo que estaba pasando con la peliazul tenía ningún sentido. Espero a que alguien dijese algo, inmovil como un cervatillo ante el peligro.

Todo el local se quedo en silencio. No era para menos. Lo que acababa de suceder allí... ¿Pero que narices?¿No se suponía que iban a bailar para cerrar el espectáculo? Yo no era muy versado en la danza, pero desde luego, eso no era ningún tipo de baile.

No. Eso era un beso. Allí, delante de todo el mundo. No un beso en la mejilla en plan amistad, no. Un beso en la boca. Un beso de pareja, o de amantes.

Por supuesto que era normal el silencio. Incluso yo no sabia que cojones decir en aquella situación. ¿Había que aplaudir o algo?

Al final Hana puso de su parte para convertir aquel beso en algo mágico y especial. Ni siquiera Reiji fue capaz de reaccionar a lo que acababa de ver sorprendido ante lo que las dos chicas habían preparado. Así como también fue mágico el silencio sepulcral que se mantenía en la sala.

— ¡Putas bolleras!

El grito del gracioso de turno fue lo que rompió aquel silencio, pero entonces hubo un sector mayoritario que aplaudió y empezó a silbar, apoyando a su ídolo y a su ¿nueva novia? ¿quizás amante? daba igual, ellos estaban a muerte con Shizuka y con lo que hiciese y, por lo general la mayoría de asistentes, chicos, chicas... sentían una profunda envidia.

— Espero que hayáis pasado una gran noche, amigos y amigas — dijo la peliazul con una sonrisa boba en la cara — Me alegra haberos presentado a mi pareja y haberme quitado un peso de encima, ¡nos vemos pronto!

Entonces alzó los brazos, saludando a la gente para, al cabo de un rato abandonar el escenario por el telón que estaba colocado a sus espaldas, finiquitando así una actuación vibrante y emotiva. De ese modo, Hana se quedó sola en el escenario.

Kazuki se acercó entonces a Reiji.

— Vaya, menuda sorpresita nos tenían preparada esas dos, ¿eh?

— Espero que hayáis pasado una gran noche, amigos y amigas — Quizás si no hubiera tenido que lidiar con aquel par de idiotas... — Me alegra haberos presentado a mi pareja y haberme quitado un peso de encima, ¡nos vemos pronto!

Espera. ¿Que?¿Pareja?¿Cuando habían intimado tanto?¿Acaso se conocían ya de antes y lo habían estado ocultando todo el maldito dia? Claro que, eso explicaría su trato preferente hacia la rubia, que ahora se había quedado sola en el escenario.

— Vaya, menuda sorpresita nos tenían preparada esas dos, ¿eh?

—Y que lo digas... Yo pensaba que iban a bailar, no sabía que eran tan... Intimas.

Seguía perplejo. Normal dada la situación. Pero también había que pensar en la misión. Si. La misión.

—Espero que la noche haya salido tal y como esperaba, siento el incidente con esos dos chicos, pensé que fuera había quedado claro que no había que montar un numerito...

El silencio se prolongó hasta que un grito lo partió en dos, seguido de unos sonoros aplausos y vitoreos que profundizaron el sonrojo de la kunoichi.

— Espero que hayáis pasado una gran noche, amigos y amigas. Me alegra haberos presentado a mi pareja y haberme quitado un peso de encima, ¡nos vemos pronto!

— ¿Qué? — dijo Hana de inmediato.

En cuanto Shizuka se movió, la rubia fue detrás de ella para aclarar aquella situación.

— Shizuka-san, creo que te has confundido. No... No somos pareja, quiero decir, ¡no hemos hablado de eso en ningún momento!

No estaba enfadada, solo quería aclararlo para que Shizuka no se llevase una impresión equivocada de lo que habían hecho. Había sido un beso por el bien de la misión y del espectáculo, pero ya. Hana no se veía compartiendo nada más con la cantante, era guapa, carismática y todo eso. Pero estaba un poco loca.

Desde luego, no iba a meterse en una relación sentimental con una idol que acababa de conocer. Una cosa eran dos besitos y otra su corazón.

No fue hasta detrás de aquel telón que Hana pudo alcanzar a Shizuka para reclamar sus explicaciones.

— Shizuka-san, creo que te has confundido. No... No somos pareja, quiero decir, ¡no hemos hablado de eso en ningún momento!

La peliazul soltó una pequeña risita, al parecer se lo estaba pasando de muerte.

— Pero, Hana-chan, ¿has visto sus caras? ¡se han callado todos y no sabían ni qué decir! A veces... bueno, una tiene que darles cosas a sus fans, no te lo tomes a mal, ¿vale? Además, puede que te haga famosa esto

Cierto es, de aquello se iba a hablar y mucho. No solo porque no todos los días una se emparentaba con alguien de la talla y reputación de aquella cantante, sino que además se destapaba como lesbiana o bisexual... A saber.


—Y que lo digas... Yo pensaba que iban a bailar, no sabía que eran tan... Intimas.

Todos habían flipado, sin excepción, pero aquello le había encantado al bueno de Kazuki y Reiji podría sentirlo en aquella sonrisilla que lucía el hombre.

—Espero que la noche haya salido tal y como esperaba, siento el incidente con esos dos chicos, pensé que fuera había quedado claro que no había que montar un numerito...

— Oh si, la verdad es que no puedo quejarme. Te lo reconozco, tenía dudas sobre vosotros y pensé que para un par de gennins habéis dado la talla con creces, debo aprender a confiar en el criterio de Hanabi-sama. Creo que ese muchacho es el líder que merece Uzushiogakure — explicaba aquel señor que estaba empezando a irse por las ramas — Enfin, ¿donde está tu compañera? Bueno, no importa... ¿podrías encargarte tu con Hideki a desalojar a la gente?

Hideki era el trabajador de Kazuki que ya estaba guiando a la gente hasta la salida, al parecer sin altercados, puesto que todos hablaban de lo que acababan de ver en el escenario.

— Pero, Hana-chan, ¿has visto sus caras? ¡se han callado todos y no sabían ni qué decir! A veces... bueno, una tiene que darles cosas a sus fans, no te lo tomes a mal, ¿vale? Además, puede que te haga famosa esto

Entonces entendió que a Shizuka realmente le daba igual lo que ella pensase o como se tomase las cosas. Vivía por y para el espectáculo. Su tórrido e intenso romance de apenas dos besos había sido su espectáculo en Uzushiogakure. En cuanto pusiese un pie en el barco tendría que buscarse otro para el siguiente concierto.

— Oh, no te preocupes. Solo quería aclararlo para que no te llevases la impresión equivocada.

Eso es lo que ella creía, pero el oír que solo estaban jugando contigo nunca es fácil de digerir. Acompañaría a Shizuka hasta su camerino para asegurarse de que llegaba bien, pues esa era su misión y después saldría de nuevo a la sala principal para ver si había algo más por hacer o habían acabado.

Estaba algo triste y ensimismada. Pensando en qué esperaba exactamente y acariciandose los labios de vez en cuando de forma inconsciente. Desde luego, tendría que haberse negado a hacerlo.

— Oh si, la verdad es que no puedo quejarme. Te lo reconozco, tenía dudas sobre vosotros y pensé que para un par de gennins habéis dado la talla con creces, debo aprender a confiar en el criterio de Hanabi-sama. Creo que ese muchacho es el líder que merece Uzushiogakure — Mejor, una trabajo bien hecho siempre quedaba bien en el expediente. — En fin, ¿donde está tu compañera? Bueno, no importa... ¿podrías encargarte tu con Hideki a desalojar a la gente?

Seguro que Hana tenia muchas cosas de las que hablar con la Peliazul. Sobretodo después del numerito que habían montado para anunciar su romance. ¿De verdad hacia falta algo así cuando eras famoso para decir que tenias pareja? Era... Demasiado.

—Claro, sin problemas. Para eso estoy aquí.

Iría a ayudar al tal Hideki a que la gente saliera del local el orden y sin montar numeritos raros. Al fin y al cabo, seguro que se acordaban de lo que le paso al último que se hizo el chulito conmigo, así que estaba seguro que todos pondrían de su parte para salir de allí tranquilamente.