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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#91
Cuando Lyndis cayó por primera vez, Ranko sonrió, confiada de que la ogresa arremetería contra ella de nuevo. Pero el verla flaquear y perder su color y musculatura monstruosa le hizo temblar.

"Oh, no... Waai-chan..."

Aunque se puso en pie, Ranko supo que algo no andaba bien. Dio un paso dudoso hacia ella.

¿Lynn?

El rostro de la peliplateada acongojó a Ranko, quien, apenas notó que la chica caía una segunda vez, ahora inconsciente, se lanzó hacia ella.

¡¡LYNDIS!!

Sin embargo, Chika había sido más rápida, se había interpuesto entre las combatientes y había sido la primera en evitar la caída de Lyndis. Ranko le ayudó a colocarla con sumo cuidado en el suelo. La preocupación era bastante visible en el rostro de Ranko, y sus manos temblaban con levedad. Cuando la peliazul dijo que se encontraba estable, Ranko suspiró, aliviada.

Pasó una temerosa mano por la mejilla de Lyndis. Así, inconsciente, se notaba tan vulnerable. El corazón de Ranko parecía latir a destiempo, y su estómago se revolvió.

Luchaste m-muy bien, Lyndis. —alcanzó a decir con voz temblorosa.

Quería decirle muchas más cosas, pero la cabeza no le dio para hilar más palabras.

Creo... Creo que la llevaré a descansar. S-si no les molesta. Gracias, Chika-san. Gracias, Kimi-san —La otra hermana Kaminari también se había acercado —. N-no, no se preocupen. Yo puedo subirla.

"Tengo que ser yo. Lo siento, Waai-chan." pensó.

Sin esperar más y sin dar más explicaciones, Ranko pasó un brazo debajo de las rodillas de Lyndis y otro bajo su torso, y la levantó. La peliplateada era más alta que Ranko, pero Ranko tenía más que suficiente fuerza para cargarla. Se disculpó con Kimi y Chika con un gesto de cabeza y fue hacia fuera del dojo. Meme se hizo a un lado para dejarla pasar sin problemas.

Estarán bien —dijo Meme a las hermanas, despreocupada —. Para mi Hermana el entrenamiento es mucho muy importante, y se lo toma muy en serio. Pero nunca quiere lastimar a nadie de veras. Qué curioso, ¿No? Su corazón es tan grande como sus muslos.

La pelirroja rió de su propio chiste.

Y Lyndis parece salida del mismo molde. No me preocupan. Ahora les toca a ustedes, ¿No? Entrenar, quiero decir.

Meme les sonrió mientras movía los pies juguetonamente, sentada al borde del dojo.

Mientras tanto, Ranko subiría a la inconsciente Lyndis a la habitación, y llamaría a Goromise para que le ayudara a colocar un futón y le trajera un paño húmedo. Arrodillada al lado de la peliplateada, Ranko suspiró y, con sumo cuidado, limpió el rostro de su amiga.

Lo siento, Waai-chan. —susurró. Ranko se quedaría cuidando a Lyndis hasta que recuperara la consciencia.
Pensamientos (Plum) Diálogos (PaleVioletRed)

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#92
La preocupación en la Kusajin —la que seguía consciente— era más que evidente, pero Chika consiguió aliviarla, asegurándose de que Lyndis se encontraba bien.

Kimi no puso ninguna pega a Ranko, que decidió encargarse ella sola de Lyndis y llevarla a descansar a una habitación. En su lugar, simplemente se apartó para dejarle paso.

— Procura descansar también, Sagisō-san.

Despreocupada, Meme bromeó un poco y les preguntó a las hermanas si ellas también entrenarían.

— Sí. —Respondió Kimi, antes de girarse a su hermana—. Pero tengamos cuidado. ¿De acuerdo, Ka-chan?
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#93
En el mismo instante en que Chika soltó a Lyndis, Ranko la cogió en brazos con sumo cuidado. La imagen era tan enternecedora como impactante. Tanto el tacto con Lyndis como con Ranko le había dejado claro que se habían esforzado demasiado, ambas ardían y ambas estaban completamente empapadas en sudor. No estaba segura de como sentirse al respecto.

Obviamente, admiraba a ambas por la fuerza que habían demostrado. Por otro lado, le parecía excesivo llegar a esos extremos en un entrenamiento, de hecho, temía llegar a esos extremos con una persona allegada. Y, sin embargo, admiraba que fuesen capaz de llegar a esos extremos por mejorar. Ella sería capaz de sacrificarse a sí misma para hacerse más fuerte, pero la idea de arrastrar a su hermana la aterraba.

Se había quedado arrodillada donde había dejado a Lyndis durante varios segundos, incluso después de que Ranko se la llevase. No había añadido palabra alguna.

Y Lyndis parece salida del mismo molde. No me preocupan. Ahora les toca a ustedes, ¿No? Entrenar, quiero decir.

— Sí. Pero tengamos cuidado. ¿De acuerdo, Ka-chan?


Se puso en pie lentamente, girandose después a mirar a su hermana. Le sonrió con sinceridad. Sentía tantas cosas, pena, admiración, tristeza, envidia, respeto, preocupación... que simplemente se quedó en su modo habitual. Sonriente y alegre. Llegados a ese punto, prefería cien veces que Kimi se pegase con ella que con cualquiera de las presentes. Tenían que entrenar y ahora tenía la oportunidad de hacerlo con cuidado.

Claro, Mi-chan. Entrenemos. — se separó una distancia adecuada y se giró a su hermana, poniendose en guardia. — Cuando quieras.
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#94
Lyndis no estaba herida de gravedad, seguía teniendo rasguños por todas partes en el cuerpo al haber sido arrastrada por el suelo por algún golpe del combate, o por la violencia de los golpes de su adversaria. Había sido atendida gracias a la rapida acción de las chicas, y del conocimiento médico de Goromise, que era suficiente para unos primeros auxilios.

Acostada de lado, Lyndis tenia el pelo descolocado hacia un lado, aunque llevandolo habitualmente de la misma forma, tampoco terminaba de quedarle mal. Pasó varios minutos, siendo atendida por las dos chicas hasta que despertó. La cabeza le daba vueltas y se arqueó hacia delante posando una mano sobre su cabeza.

Ayyy ayy... — Renegó un poco frunciendo el ceño.

Tardo en comprender donde estaba, tras parpadear varias veces para que la luz se acomodara a sus ojos dorados. Yacía en una cama con todo el cuerpo dolorido y maltrecho. Ranko estaba a su lado y parecía algo preocupada.

Hey, que pasa conejita — dijo sin pudor alguno.

Como si nada hubiera pasado, como si no hubiera tenido que llevarla en brazos hasta la habitación y hubiera estado insconciente por unos posibles eternos veinte minutos para Ranko.
¡Gracias a Ranko por el avatar!
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#95
La voz de Lyndis quejándose al levantarse hizo que Ranko retirara la mano, pues después de limpiar su rostro, se había puesto a acomodar los cabellos plateados de la Kusajin.

¡Waai-chan! —suspiró, y la preocupación en su expresión fue sustituida en su totalidad por alivio. Incluso a pesar de las palabras de Chika, la de la trenza no había podido relajarse del todo. El saber si su amiga estaba herida era demasiado importante para ella.

Quiso lanzarse a abrazarla, pero sólo hizo amague de ello, pues no sabía si le dolería que lo hiciera. Suspiró de nuevo, llevándose una mano al pecho. Su rubor y sonrisa usuales regresaron cuando escuchó el conejita.

Waai-chan... Me alegra tanto que estés bien... Yo... —Sentada sobre sus piernas, Ranko apretó sus puños. Era la segunda vez que veía a Lyndis desfallecer así. Y la segunda vez que se culpaba por ello —. Lo siento. Sé que dije que no había que contenernos, pero... Creo que me excedí... ¿Cómo te sientes?

La mirada de Ranko no se apartaba de los orbes de Lyndis. Era como si quisiera perderse en ellos. O verlos de más cerca. De mucho más cerca.
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#96
Lyndis rió levemente, dejando ver un poco de sus afillados dientes mientras ocultaba un poco con una mano semi-cerrada a boca.

No te preocupes, es culpa mia por excederme como siempre ---- dijo con una tierna sonrisa y los ojos entrecerrados. — Si me hubieras dejado ganar o no fueras en serio, me hubiera enfadado más

Se acarició con la mano contraria su hombro, para posteriormente volver a mirarla algo apenada, y casi al momento desviarle la mirada.

Yo... Mphfmfm... — Confusa, y sin saber muy bien que decir y expresar, hizo un gesto de desagrado con la boca. — Tu deberias tener mas cuidado que yo

Que aquel capullo le pusiera un solo dedo encima hacia que se le erizara la piel de la rabia. Pero tampoco es que pudiera ganar con facilidad a Ranko ella ¿decir que la iba a proteger y escoltar? Con esas patadas el resto necesitaban protección de ella más bien. Y aun así, no podía sentirse un poco inútil e impotente, pues le aterraba la idea de perderla y no tener ni la más mínima posibilidad de hacer algo por ella. Se sentía algo dolorida por el cuerpo, y se puso una mano cerca del pecho donde le dolía y molestaba, aunque pensase erróneamente que era por la paliza que había recibido.
¡Gracias a Ranko por el avatar!
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#97
Serena, Kimi realizó una reverencia a su hermana, antes de sonreír con emoción y adoptar una postura inicial. Separó las piernas, ladeando su cuerpo y llevando su puño mecánico justo encima de su cadera mientras apuntaba con la palma de su otra mano a Chika, a la altura del pecho.

— ¡Osu!

Aceptando la invitación de la mayor, Kimi realizó el primer movimiento con algo simple. Avanzó con un paso largo para intentar darle un puñetazo en el abdomen a su hermana (14 PV), llevando detrás todo el poco peso que tenía, pero manteniendo la forma.


- PV:

140/140


- CK:

60/60




- Fuerza: 20
- Resistencia: 20
- Aguante: 20
- Agilidad: 20
- Destreza: 20
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 20
- Percepción: 20


-Hitai-ate (frente)



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#98
Sabía muchas cosas. Es la ventaja de pelear con tu hermana, sabes qué puedes y qué no puedes hacer, pero, además, se conocía a sí misma. Si alargaba la pelea, se contendría cada vez más, cada vez sería más evidente que no podía simplemente golpear el cuerpo reconstruido de Kimi como si no fuese nada.

Sabía que Kimi iría con todo, no tiene otro modo. Se quedó esperando el golpe, usandolo para sujetar el brazo derecho de su hermana con el izquierdo suyo. Automaticamente, cerró la distancia que las separaba, buscando asestarle un puñetazo bajo en el abdomen sin posibilidad de que bloquease o esquivase. Sin embargo, en el momento en que las palabras golpear y Kimi llegaron a su cerebro, su puño se ralentizó (10 PV).

Chika no pudo más que maldecirse mentalmente y rápidamente soltó a su hermana y se separó de ella un par de metros, aún en guardia.


- PV:

176/190

-14

- CK:

100/100



- Daño provocado: 10 PV
- Acciones ocultas:


- Fuerza: 40
- Resistencia: 40
- Aguante: 20
- Agilidad: 40
- Destreza: 40
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 20
- Percepción: 30







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#99
Meme vitoreó cuando las Kaminari se prepararon, cerraron distancia y se atacaron. Las animó desde el borde del dojo, sentada. Deshizo su Suiken y la transformó en dos pompones metálicos para agitarlos a cada movimiento de las chicas.

¡Kimi, Kimi! ¡Chika, Chika! —comenzó a canturrear con una gran sonrisa —. ¡Kimi, Kimi! ¡Chika Chika!

En el segundo piso, Ranko también sonreía. Los ánimos de Lyndis parecían inamovibles.

Nunca me dejaría ganar por ti, tú tampoco lo harías por mí, ¿Cierto? Además... Sé que Waai-chan es muy fuerte. Sé que... Puedes aguantar.

¿Por qué Lyndis entrecerraba los ojos cuando Ranko se moría por verlos fijamente? Apretó sus puños con crecientes nervios. ¿Qué le ponía así?

Cuando la chica puso su mano en el hombro, Ranko colocó las suyas propias sobre la mano de Lyndis y en su espalda, con sumo cuidado.

Waai-chan, descansa, no tienes que... —Pero las palabras de la chica le confundieron —. ¿Yo? ¿Por qué lo dices?

Los gestos de Lyndis también le preocupaban. Escudriñaba entre sus palabras y su mirada, intentando descifrar qué quería decir, aunque la cercanía con ella, con su rostro, le distraía bastante.
Pensamientos (Plum) Diálogos (PaleVioletRed)

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Kimi se sorprendió al ver que su puñetazo, a pesar de haber impactado, no provocó que Chika retrocediese, o se detuviese, o realmente nada. Simplemente lo recibió en el abdomen y avanzó como un tanque mientras atrapaba su brazo para devolverle el ataque.

¿Tal era su diferencia de fuerza?

Sabiendo que no podía recibir un puñetazo como lo hizo su hermana, Kimi antepuso su antebrazo para evitar recibir el golpe de lleno. Entonces, viendo que intentaba alejarse de ella, realizó con su pie izquierdo un barrido al exterior del tobillo derecho de la mayor, buscando desequilibrarla momentáneamente para lanzar una patada lateral con el mismo pie a su estómago (14 PV).


- PV:

137/140

-3

- CK:

60/60




- Fuerza: 20
- Resistencia: 20
- Aguante: 20
- Agilidad: 20
- Destreza: 20
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 20
- Percepción: 20


-Hitai-ate (frente)



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Deslizo la mano sobre la que Ranko tenía la suya posada para ponerla al frente, sobre las sabanas en sus propias piernas. Mantuvo la mirada fija y tragó saliva de la forma que más amarga se le hizo. Se mordía el labio inferior por de recordar la rabia, producto de su impotencia. No quería decirle nada, pero mantenerlo en secreto sería peor. Tenía la voluntad justa y necesaria para mantenerse en silencio, no obstante no era la suficiente como para hacerlo ante Ranko.

Hace unas semanas, fui al País de las Aguas Termales. Allí me tendieron una trampa — mencionó arrugando el rostro, incapaz de mirarla. — Era una pequeña familia, una madre y dos hijas. Llevaban una posada; al parecer el padre murió por culpa de algún ninja y... La hija mayor intento asesinarme bajo las órdenes de un extraño hombre.

Suspiró, y se llevó una mano al rostro por un momento.

Le faltaban los brazos, llevaba una especie de gabardina negra y... — Cerró los ojos, y volvió a tragar saliva. — Conseguí escaparme, pero era muy superior a mis fuerzas — a lo que pudo observar una clarísima muesca de asco. — Me persiguió hasta el vagón del tren, hizo arder aquel lugar y... — Volvió a cerrar los ojos, suspirando y con una voz temblorosa. — Me amenazó con que iría a por ti

Tenía los puños cerrados, con todos los músculos de los brazos en tensión haciendo que el daño que había recibido por el combate de hace unos minutos le remitiera en todo el cuerpo. Y después, dió un golpe sobre su propia pierna.

¡JODER, MIERDA! — Gritó completamente enfurecida arqueándose hacia delante. — ¡Ni siquiera lo reporté porque me aterraba, joder! ¡No quiero que te pase nada! ¡Que estés aún más en el punto de mira!

Esta vez si consiguió mirarla a la cara, con unos ojos llorosos y mostrando parte de la dentadura de la frustración y la impotencia.
¡Gracias a Ranko por el avatar!
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Sin embargo, Kimi era pequeña y agil. Como una rata electrica. Bloqueó su puñetazo que ya iba con escasa fuerza y procedió a intentar barrerla antes de que se alejase. De nuevo, teniendo en cuenta la diferencia de fuerza, Chika simplemente se plantó en el sitio, recibiendo el barrido que no consiguió moverla.

Una vez impactado el golpe, levantó la pierna contraria buscando castigar la pierna izquierda de Kimi con una patada. Volvió a ralentizarse justo antes de golpear, casi inconscientemente. Casi. (10 PV)

Chasqueó la lengua y se volvió a concentrar en su hermana y en detener su próximo ataque. En verdad, si seguía así, podría llegar a cansarla.


- PV:

176/190

-4

- CK:

100/100



- Daño provocado: 10 PV
- Acciones ocultas:


- Fuerza: 40
- Resistencia: 40
- Aguante: 20
- Agilidad: 40
- Destreza: 40
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 20
- Percepción: 30







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De nuevo, Kimi no consiguió siquiera mover un centímetro a su hermana, pero no se frustró por ello. La diferencia de fuerzas era clara y solo se trataba de un entrenamiento, pero sabía que mientras no olvidase de lo que se trataba el Karate Kaminari, siempre estaría a la altura del combate.

Chika lanzó una patada a la pierna de la menor, que consiguió bloquearlo justo a tiempo con el antebrazo derecho, antes de lanzar inmediatamente un puñetazo recto con el brazo contrario de nuevo a su abdomen (14 PV), buscando golpearle antes de que consiguiese recuperar su pierna.

— ¡Puedes hacerlo más rápido, Ka-chan! —Le animó.


- PV:

134/140

-3

- CK:

60/60




- Fuerza: 20
- Resistencia: 20
- Aguante: 20
- Agilidad: 20
- Destreza: 20
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 20
- Percepción: 20


-Hitai-ate (frente)



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— ¡Puedes hacerlo más rápido, Ka-chan!

Sí, podía. Podía hacerlo más fuerte, más rápido y mejor que su hermana. Pero... ¿quería? Recuperó la pierna al mismo tiempo que bloqueaba el puñetazo de su hermana con su brazo y procedió a lanzar un puñetazo exactamente igual que el que acababa de recibir con su otra mano.

Llegados a este punto, Chika tenía las ideas más claras. Podía simplemente seguir como hasta ahora y desgastar a su hermana a la larga, lanzando golpes rápidos sin potencia alguna, como había hecho hasta ahora. Y así lo haría. Su puñetazo no llevaba toda su fuerza, apenas una fracción, era poco más que un toque con sus nudillos. Lo justo para que Kimi sintiese un impacto y lo reconociese como daño. (10 PV)


- PV:

173/190

-3

- CK:

100/100



- Daño provocado: 10 PV
- Acciones ocultas:


- Fuerza: 40
- Resistencia: 40
- Aguante: 20
- Agilidad: 40
- Destreza: 40
- Poder: 20
- Inteligencia: 20
- Carisma: 20
- Voluntad: 20
- Percepción: 30







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Mientras Meme animaba la pelea de las hermanas Kaminari con sus pompones metálicos, Ranko ponía seria atención a Lyndis. Una trampa, una familia, un hombre sin brazos, más fuerte que Lyndis. Un incendio y una amenaza. Ranko abrió los ojos como platos al escuchar esto.

Iría… ¿a por mí? —repitió con voz seca.

Cuando la chica gritó y golpeó su propia pierna, Ranko dio un saltito, y rápidamente tomó el puño de Lyndis con el que se acababa de golpear, y lo apretó, queriendo evitar que se lastimara. Su rostro quedó cerca del de Lyndis, y pudo ver a la perfección aquellos orbes amarillos, perlados por las lágrimas. Pudo sentir la emoción pura en su voz. Ella realmente se preocupaba por Ranko. Y Ranko, a su vez, se sentía más preocupada por su amiga que por la amenaza contra su persona.

Waai-chan... —comenzó. Pero ¿Qué podía decir para tranquilizarla? "Nada me pasará" sería una mentira evidente. "Todo está bien", así como todo estaba bien antes del atentado al torneo. Ranko tragó saliva.

Su mirada se quedó fija en la de Lyndis. No llevaban tanto tiempo de conocerse, y aún así se sentía en sincronía con ella. Lyndis no era una princesa a su cargo, ni una reina encima de ella. Lyndis era una igual, una guerrera a cuyo lado podía combatir a gusto, mostrarse a como era en realidad, y aceptarla a su vez. Ranko sentía que era más fuerte a su lado. Su corazón se aceleró al máximo, pero su mente estaba calmada y decidida.

Entonces, Waai-chan —Ranko tomó ambas manos de Lyndis con las suyas, firmemente, intentando transmitirle su propia fuerza —. Protégeme. Y yo te protegeré a ti. Y no dejaremos que nos pase nada a ninguna de las dos. Seremos fuertes juntas.

Ranko sentía que nunca antes se había decidido por algo con tanta determinación. Esperaba que Lyndis comprendiera sus palabras. Quería ahuyentar cualquier miedo que tuviese, quería que se apoyara en ella para volver a ser la poderosa ogresa roja.

El estar tan cerca del rostro de Lyndis despertó un fuerte impulso en Ranko. Algo dentro de ella quería empujarle y cerrar la poca distancia que separaba sus labios. Ranko sentía que cedería a tal deseo en cualquier momento.
Pensamientos (Plum) Diálogos (PaleVioletRed)

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