Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1

Ayame al habla, tomo esta trama con hueco de máster.



El regreso a la aldea había sido caótico. Terriblemente caótico. La irrupción de Dragón Rojo en el Valle de los Dojos había puesto a todo Ōnindo patas arriba, y el País de los Bosques no era una excepción. Su Señor Feudal se había librado de forma milagrosa del genocidio. Pero, como único superviviente entre los Daimyō, ahora tendrían que redoblar los esfuerzos por protegerle. Era una máxima prioridad. Eso por no hablar de la reunión entre los tres Kage que se avecinaba.

Pero, entre papeleo y papeleo, Aburame Kintsugi consiguió sacar el tiempo necesario para atender otra de sus prioridades. Esta vez, relativa a uno de sus shinobi.

¿Cómo se encuentra?

Está estable, Morikage-sama —respondió la doctora, de camino por los pasillos del hospital—. Despertó hace unos días. Aún está en periodo de rehabilitación, pero hemos conseguido restaurar los huesos del cráneo.

¿Y sobre las secuelas?

Sobre eso... no hay muchos más avances. Estamos tratando como podemos las migrañas con medicamentos, pero parece que también tiene pérdidas momentáneas de equilibrio y ciertas dificultades al hablar. Y sueño, bastante sueño. Se pasa la mayor parte del tiempo durmiendo.

«Esperemos que esté despierto ahora, entonces.» Kintsugi asintió para sus adentros y apretó el paso.

Terminaron plantándose frente a la habitación 309. La Morikage alzó la mano y llamó suavemente a la puerta de la habitación de Hanamura Kazuma.
1
#2
Había algo en aquella habitación que no le había gustado desde que despertase allí. Creía saber que era, aunque se le escapa el porqué: el techo y la decoración monótonas parecían buscar una serenidad austera, casi antiséptica de ideas. Además, estaba aquella sensación surreal de un tiempo que parecía estático, al punto de casi percibir las partículas de polvo suspendidas en una caída eterna. La única constancia de la sucesión de hechos cotidianos era el ir y venir puntual y exacto de los médicos y las enfermeras, como si fueran las manecillas de un reloj de piezas humanas.

«Quizá sea la medicación, esos dopa…», pensó sin poder conseguir la palabra de aquello que le administraban.

Sabía que algo le daban de beber cuando el dolor y las náuseas eran demasiado fuertes, algo que le adormecía el cuerpo y le embotaba la mente; algo casi macabro, por el efecto que la medicina tenía en su estado de ánimo, suprimiendo cualquier elevación o descenso en el fluir del mismo. Sin embargo, aquello era mejor que el dolor. Se decía a si mismo que de tratarse de una pierna rota o de una puñalada podría soportarlo mejor, que podría alejar sus pensamientos; pero no encontraba manera de pensar en otra cosa cuando todo el dolor se concentraba en su cabeza, pulsando ininterrumpidamente como la danza de una abeja furiosa.

Mientras se levantaba y mientras la niebla sedante que le ayudaba a dormir comenzaba a disiparse, escucho que llamaban a la puerta.

Si… —comenzó, pero se detuvo porque las palabras se le extraviaron—. Digo, se puede pasar…
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
#3
Una débil voz sonó desde el otro lado de la puerta, y Kintsugi asintió satisfecha. Pero antes de abrir siquiera la puerta, se volvió hacia la enfermera.

Por favor, déjeme hablar con él a solas —sus palabras eran una petición, pero su tono de voz era una orden.

La enfermera se removió en el sitio, inquieta. Estaba claro que no le agradaba la idea de dejar a un paciente como Kazuma a solas con otra persona, pero poco podría hacer frente a la autoridad de la Hierba.

E... está bien. Si necesita cualquier cosa, por favor avíseme de inmediato. Y... por favor, sea delicada con él, su estado...

No te preocupes, Kaori. Así lo haré.

La enfermera terminó por retirarse, aunque a regañadientes, y sólo entonces la Morikage corrió la puerta y se adentró en el interior de la habitación. Lo primero que notó fue el penetrante y característico olor de los antisépticos, pero la mujer volvió la cabeza hacia la camilla. Kazuma se había reincorporado, pero su aspecto aún dejaba mucho que desear. Tenía la mirada prácticamente perdida, los ojos hundidos... y la cabeza prácticamente envuelta en apretados vendajes.

Me alegra ver que ya has despertado —le dijo, afable—. ¿Cómo te encuentras?
#4
Kazuma se quedó de piedra al ver a la Morikage allí; aunque su cuerpo estuviese tan débil que no pudiese ponerse rígido. Hasta entonces, en aquella relativa soledad, se había sentido como una casa en ruinas azotada por un fuerte viento; ahora se sentía blando como un panecillo puesto en el escritorio de su jefe.

Me alegra ver que ya has despertado —le dijo, afable—. ¿Cómo te encuentras?

Hizo un amago de reverencia, pero se detuvo en cuanto sintió que los sesos se le revolvían al chocar contra la parte interna de la cabeza.

Yo… —se detuvo, como si hubiese extraviado la parte de su memoria en donde explicaba como saludar—. No muy… bien.

Quería ser más claro, pero las palabras sencillas eran las menos dolorosas; tratar de elaborar algo más complejo le hacía doler aún más la cabeza. Aun así, estaba siendo sincero; jamás había estado hospitalizado o tan herido, por lo que aquella era su peor condición en lo que llevaba de vida.

Pero viviré —agrego casi esforzándose.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
#5
Kazuma no estaba del todo recuperado. Eso era algo que Kintsugi supo apreciar en cuanto vio al peliblanco. Moverse parecía costarle un mundo, hablar era una tarea algo aún más titánica... Durante unos instantes, la Morikage no pudo sino preguntarse si lograría conversar con él.

Vivirás, sí. Los médicos se han encargado de ello. Un milagro, después de lo que te hizo ese chico de Uzushiogakure —dijo, cogiendo una silla y tomando asiento enfrente de la camilla. En ese momento, su rostro se ensombreció ligeramente—. Kazuma, he venido en cuanto me han informado de que habías despertado para ver cómo estabas, pero también he venido por algo más. ¿Te puedes hacer una idea de por qué?
1
1
#6
Vivirás, sí. Los médicos se han encargado de ello. Un milagro, después de lo que te hizo ese chico de Uzushiogakure —dijo, cogiendo una silla y tomando asiento enfrente de la camilla. En ese momento, su rostro se ensombreció ligeramente—. Kazuma, he venido en cuanto me han informado de que habías despertado para ver cómo estabas, pero también he venido por algo más. ¿Te puedes hacer una idea de por qué?

Parecía que la nueva Kage era una persona diligente, de esas a las cuales no les gustaba dejar cabos sueltos. Kazuma respetaba aquello, pero se lamentaba de no tener más tiempo para descansar, aunque puede que eso no cambiase el resultado final de las cosas.

«¿Para qué serle evasivo?», se preguntó a sí mismo.

Absolutamente, Morikage-sama —contesto suavemente, casi con timidez.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
#7
Hanamura Kazuma asintió, y la Morikage frunció ligeramente el ceño. ¿De verdad sabía a qué había venido de verdad o aquella afirmación era otra de aquellas fatales secuelas causadas por el traumatismo sufrido? La mujer se cruzó de brazos y levantó la barbilla hacia el muchacho.

¿"Absolutamente"? —repitió, despacio para que la entendiera bien—. Entonces, dímelo tú, Hanamura Kazuma, ¿por qué he venido, además de para verte?
#8
¿"Absolutamente"? —repitió, despacio para que la entendiera bien—. Entonces, dímelo tú, Hanamura Kazuma, ¿por qué he venido, además de para verte?

«¿De verdad me hará decirlo? Que vergonzoso», pensó, aunque la presencia de la Morikage no parecía darle otra opción.

Este… —Busco la forma de decirlo, aunque su maquinaria mental estuviera en pésimo estado—. Por lo que hice yo en el torneo… Eso: lo que dije antes de… antes del duelo.

Se le habían perdido algunas palabras y no sonó como quería, pero considero que estaba siendo honesto y sensible. De todas formas, no era del tipo que lograba salvarse de los problemas, aunque tampoco de los que los encaran confrontándolos; era más de lo que simplemente aguantaban hasta que pasase la tormenta.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
#9
A Aburame Kintsugi se le ensombreció el gesto al escuchar la respuesta de Kazuma. Parecía que, pese al terrible golpe que había sufrido en la cabeza, recordaba a la perfección lo que había sucedido durante su combate de torneo. Y antes.

La mujer tomó una buena bocanada de aire, y después la expulsó en un largo y tendido suspiro.

"Soy el aprendiz de Eikyuu Juro" —le recordó, paladeando cada palabra con amargura—. Dime, Hanamura Kazuma, aprendiz de Eikyuu Juro, ¿qué te llevó a gritar algo así delante de todo Ōnindo?
#10
Y, finalmente, llego la pregunta inevitable.

Es difícil… —dijo mientras tomaba aire—. Un momento…, por favor.

Dentro de él la imagen era clara, pero lograr ponerla en palabras se le hacia todo un desafío. Aun estando en sus mejores condiciones no creía posible trasmitir todos los matices e implicaciones, pero sería cobarde no intentarlo, sobre todo en aquel momento. Ya había pensado mucho en ello y lo había visto desde distintas perspectivas.

Atrapo la idea, y si la Morikage se lo permitía, diría todo de un solo tirón.

…Porque se lo debía… —comenzó—. También porque no quería olvidar…

Agarro una bocanada de aire y trato de expandir sus palabras, con el mínimo de torpeza que le era posible.

Mis habilidades eran pésimas, no lograba adaptarme y todos me trataban como un caso perdi... do. Sin embargo, él decidió darme una oportunidad y enseñar... me. Al principio pensé que era alguien demasiado amable, pero luego aprendí y terminé queriendo ser tan genial como él.

»Y de pronto, un día, se convierte en un crimi... nal. Yo entendía que eso destruyera su futuro, pero no esperaba que también su pasado: sus méritos, sus buenas acciones y su amabilidad; todo había desaparecido como si jamás fuese, como si el buen ninja y ciudadano jamás hubiese existido.

»Creo que él tiene que afrontar las consecuencias de sus actos; pero no quiero ser del tipo de persona que cambia de lealtades de un día para otro, ni de los que olvidan las deudas a la primera de cam... bio. Si, pude simplemente haberme quedado callado y guardarle respeto en silencio; pero ¿en que se hubiese diferenciado eso de huirle, de abandonar y olvidar las cosas buenas que hizo? ¿Cómo seguir adelante si no me deshago de eso?

»Quizá solo fue egoís... mo. Quizá solo quería que todos supieran que alguien no olvi... do lo bueno

El peliblanco termino su discurso y tomo aire con fuerza, como si acabara de correr una maratón mientras seguía reclinado. Las sienes le latían y le dolía un poco la cabeza, pero sentía que de alguna manera se había deslizado sobre las palabras con la suficiente rapidez como para terminar sin tropezarse demasiado. Dejo escapar un leve quejido y se reclino mientras cerraba los ojos un momento, pues el esfuerzo le había mareado un poco.

Kazuma no estaba claro de si aquello era lealtad, pero sentía que era lo correcto. El propio Juro le había dicho que si un día sus intereses chocaban con los de la villa tendría que poner los de esta por delante. Y él pensó que aquello sería fácil mientras se dedicara a cumplir sus misiones, pero no pensó que tendría que probarse rechazando a la persona que a sus ojos era la personificación misma de la aldea.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
1
1
#11
"Es difícil", fue lo primero que respondió Kazuma. Pero Kintsugi era una mujer paciente que sabía mantener la calma incluso en los momentos más críticos; por eso, aguardó a que el chico encontrara las palabras para explicarse.

"Se lo debía", esgrimía. Se lo debía porque Eikyuu Juro le acogió como pupilo, cuando los demás le trataban como un caso perdido. Aburame Kintsugi dejó escapar el aire por le nariz. Su rostro no reflejaba ningún tipo de emoción, ni positiva ni negativa, pero estaba indudablemente tensa.

Kazuma, ¿eres consciente del lío en el que te estás metiendo? —habló, cuando el chico terminó su justificación—. No se trata de cambiar de lealtades, se trata de saber a quién debes tu lealtad. O Kusagakure o Eikyuu Juro, no hay puntos intermedios. ¿O debo recordarte que Juro estuvo a punto de destruir la villa por completo convertido en ese monstruo y que sólo el sacrificio de Sandaime-sama fue lo que lo evitó? ¿Crees que el pasado importa para una persona que ha cometido el peor crimen posible? ¿Cuál crees que es su futuro?

»Y llegas al Torneo de los Dojos, frente a los ojos de todo Ōnindo, y te proclamas orgulloso el pupilo del traidor. El pupilo del Monstruo. El pupilo del asesino de Moyashi Kenzou...
1
#12
Cierto… Creo que no tuvo futuro desde que se convirtió en jin-jinchurikisuspiro, tratando de buscar una culpa yacente en las circunstancias.

Aunque, ciertamente, por un periodo de tiempo fue lo que se podría considerar un ninja ejemplar. Si le hubiesen preguntado unos días antes del desastre, habría dicho sin rastro de duda que Eikyu Juro era uno de los efectivos más leales de la villa. A pesar de todo, a Kazuma la lealtad le parecía algo demasiado adstrato e injustificable: la gente que la tenía no tenía una razón, salvo la lealtad por y para sí misma, más que el objeto de esta. Le parecía que la lealtad ciega no era aterradora, por lo que prefería el “deber”. Era algo sencillo y que no se basaba en obedecer y seguir reglas solamente, sino en un compromiso con sus vecinos y con su trabajo… Pensaba que aquel podía ser el problema, quizá estaba siendo descuidado con la lealtad.

Y bueno, la al… dea es primero: sus intereses por sobre los míos, siempre —concedió, tratando de evitar pensar en la ironía de estar citando las palabras de su maestro—. No le mentiré, no es que sea algo como que tengo una leal…tad ciega. Es más como que aprecio la villa, me agrada su gente y me gusta mi trabajo… Así que… es algo como, como si fuera un deber, como lo que tengo que hacer…, algo muy mío.

»Ade… más no es como si quisiera perjudicar a la villa o negar lo que paso: sé que hubo un crimen y un culpable y que debe hacerse justicia…

Se tomó un instante para masajearse las sienes antes continuar, en aquella parte solía acumulársele la tensión cuando se veía obligado a hablar.

Pero si quiere una explicación racional… Pues… No… No tengo como justificarme… sin contradecirme…

Le hubiese gustado ser más sencillo, simplemente decir que no esperaba que a nadie le importase más de lo que a él le importaba el asunto; pero no se consideró capaz de dar semejante respuesta sin quedar en vergüenza.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
#13
Kazuma volvió a la carga. El chico también estaba de acuerdo en que Juro no tenía ningún futuro desde que se convirtió en jinchūriki, pero Kintsugi ladeó ligeramente la cabeza.

Y menos futuro desde que decidió cometer esa atrocidad contra nuestra aldea —añadió.

Pasado el primer trago, el convaleciente Kazuma reiteró su lealtad sobre la villa, incluso sobre sus propios intereses. Aseguró que lo último que quería era perjudicar a Kusagakure, o negar el crimen acontecido, pero carecía de una razón lógica para hacer lo que hizo.

Dices que no quieres perjudicar a la aldea o negar lo que pasó... Pero, Kazuma —añadió la Morikage, con voz suave pero sombría—Pero lo que hiciste en el torneo, de hecho, nos perjudicó —Y lo habría hecho aún más si no hubiese sido por la intervención de Dragón Rojo. Con casi todos los Daimyō muertos, a excepción precisamente de el del País del Bosque, no quedaban muchos testigos poderosos de lo que hizo Kazuma aquel día. Y los que quedaban, seguramente ya lo habrían olvidado por los terribles acontecimientos que vinieron después. O al menos lo harían durante un tiempo—. Proclamarte orgulloso el pupilo de un traidor a la aldea frente a los ojos de todos, frente a los ojos de los Daimyō, sólo puede acabar con fatales consecuencias para nosotros. Y, sobre todo, para ti. ¿Quién querría contratar al pupilo de un traidor para una de sus misiones? ¿Cómo crees que te van a mirar ahora por la calle, sabiendo que el pupilo del asesino de su Kage camina entre ellos como si nada? ¿Qué será de tus compañeros de verdad?
#14
Hasta ahora mis ami… gos me han tratado bien, acaso con solo un poco de… de… incomodidad —dijo, esperando que siguiese siendo así—. Lo más probable es que simplemente me tachen de temerario, o loco, y luego todo continúe como siempre… probablemente…, espero.

Si, al menos eso esperaba; pues ya tenía pocos amigos como para además perderlos. Aunque le parecía que los que habían conseguido llevarse bien con él no le harían a un lado por ello, pero sin duda habría unos cuantos sermones esperándole.

En cuanto a la gente… —suspiro, como si se cansase con solo recordarlo—. Ya muchos sabían que tenía que ver con el asunto; después de todo me habían visto frecuentando la casa y me hicie.... ron pasar unos cuantos ratos incomodos… No es que fueran malas personas, es solo que... los rumores corren rápido y la gente es buena odiando…

Aquello lo tenía claro, era un secreto susurrado que él era aprendiz del traidor y que aun frecuentaba periódicamente la casa de su “no menos traidora familia”. Al partir de la villa hacia el torneo no le era raro que la gente le mirase con reproche y comentaran algo por lo bajo; ahora se imaginaba que seguirían haciendo lo mismo, solo que por lo alto al sentirse justificados.

Pero el trabajo… —Aquella parte la había considerado poco o nada—. Lo de las misiones… No sé.

La seguridad que tenía en que era alguien diligente y responsable le hacían pensar que no tenía que preocuparse por el trabajo. E igual pensaba que a la gente poco le importa lo que hagan, digan o piensen los ninjas mientras se encarguen de cumplir con su trabajo.

No le encontraba salida al asunto y, cansado de pensarlo, dejo escapar un leve bufido.

¿Qué se supone que debía haber hecho para no ser arrastrado por la corriente? —pregunto al techo mientras estiraba la sabana hasta cubrirse el rostro, como si hubiese perdido la paciencia consigo mismo y quisiera que el tiempo se detuviera.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
#15
Kazuma replicó con que esperaba que sus amigos siguieran tratándole como siempre, aunque le tacharan de loco y temerario. Pero lo cierto era que, a menos para el conocimiento que tenía Kintsugi, era que no había vuelto a ver a ninguno de sus compañeros desde el incidente, por lo que el cómo le tratarían de aquí en adelante sólo era una incógnita.

La Morikage suspiró con pesar.

Era indudable que habría personas que te mirarían con desconfianza por ser el pupilo del traidor. Pero es que no has hecho más que darles alas a esos rumores yendo a casa de Juro después de lo que pasó y ahora aún más después de tu actuación en el torneo.

»¿Qué deberías haber hecho? Desde luego, lo contrario a lo que hiciste. Sé que es duro, muy duro, pero Eikyuu Juro ahora mismo es el mayor enemigo de la aldea, Kazuma. Tienes que dejarlo atrás y actuar con la discreción que se te pide. Si no, mucho me temo que la historia no acabará bien para ti —añadió, sombría.

Por una cosa o por otra, siempre habría gente que buscara venganza, siempre habría miradas inquisitivas, habría amigos convirtiéndose en enemigos y, finalmente, la propia aldea le daría la espalda. No sólo perdería a su maestro, sino que terminaría perdiendo toda su vida.



This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.