19/05/2019, 22:05
Las diez de la mañana. Una hora temprana, en la que al Uchiha le hubiesen pillado durmiendo, con toda probabilidad, casi todos los días del año. Si ese año fuese el anterior, o el anterior a este, o especialmente todos los que seguían para atrás.
Pero no aquel. Desde que su Hermano había muerto —desde que había creído que lo estaba, más bien—, el Uchiha se había encauzado en un entrenamiento sin igual. Ya con Akame a su lado, su constancia y la intensidad de sus entrenamientos habían aumentado considerablemente. Cuando no soñaba con otra cosa que vengarle, se habían convertido en una jodida constante en su vida. Ya no se producían esos días en los que se dejaba llevar por la pereza. Para él, entrenar era tan vital como respirar.
Luego había descubierto que su Hermano seguía con vida, y que en realidad era un jodido traidor. Pero sus ansias por hacerse más fuerte no habían cambiado, solo el nombre de su objetivo. Y la cercanía de la visita a su Uzukage tan solo había hecho que intensificase su rutina.
Así pues, Reiji no tuvo que esperar mucho hasta que se encontró a Datsue. Pero no saliendo de su casa, sino entrando a ella.
—¡Buenos días, Reiji! —vestía un chándal corto, sudaba a mares y Datsuse, a su lado, tenía la lengua fuera. Venían de darse una buena carrera por la playa—. Así que hoy es el día, ¿eh?
»Dame cinco minutitos. Me doy una ducha rápida, me cambio y vengo.
Pero no aquel. Desde que su Hermano había muerto —desde que había creído que lo estaba, más bien—, el Uchiha se había encauzado en un entrenamiento sin igual. Ya con Akame a su lado, su constancia y la intensidad de sus entrenamientos habían aumentado considerablemente. Cuando no soñaba con otra cosa que vengarle, se habían convertido en una jodida constante en su vida. Ya no se producían esos días en los que se dejaba llevar por la pereza. Para él, entrenar era tan vital como respirar.
Luego había descubierto que su Hermano seguía con vida, y que en realidad era un jodido traidor. Pero sus ansias por hacerse más fuerte no habían cambiado, solo el nombre de su objetivo. Y la cercanía de la visita a su Uzukage tan solo había hecho que intensificase su rutina.
Así pues, Reiji no tuvo que esperar mucho hasta que se encontró a Datsue. Pero no saliendo de su casa, sino entrando a ella.
—¡Buenos días, Reiji! —vestía un chándal corto, sudaba a mares y Datsuse, a su lado, tenía la lengua fuera. Venían de darse una buena carrera por la playa—. Así que hoy es el día, ¿eh?
»Dame cinco minutitos. Me doy una ducha rápida, me cambio y vengo.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado