Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Y casi se me olvidaba, Juro nos recordó que su falta de orientación podría ser un problema por lo que lo más probable es que tuviera que quedarse ahí montando guardia. —Debe ser algún lugar poco conocido, el cruce quizás sea su seudónimo o algo por el estilo, no creo que alguien con su reputación llevase a su amante a un lugar de lujo en donde se le pudiera ver entrar y salir, sería un escándalo...— Agregué a lo que comentaba el pelinegro.
Poco después se manifestó Akame, totalmente de acuerdo con lo antes expuesto, fue cuestión de instantes para que una copia del Uchiha se manifestase a un lado de nosotros. "Sabe ninjutsu avanzado... Que atrás me estoy quedando..." Me dije con cierta envidia.
—Entendido, me tomo la puerta lateral entonces...— Aseguré, quería estar sólo un rato. —Tráenos algo para el calor!— Pedí antes de que el verdadero shinobi se marchase.
—Lo mejor será buscar una posición en donde podamos esperar a gusto y sin ser visto...— Comenté al par que se encontraba ahí conmigo, después de todo no era una opción quedarse como un perro guardián a que saliera el objetivo.
Miré los edificios cercanos al instituto, quizá uno pudiera servir para acechar al profesor desde las alturas, sino tendría que exponerme al sol y quedarme en el techo de la misma escuela, solo quería un poco de comodidad...
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El plan se formó por fin: Akame se marcharía a preguntar a la gente, a recopilar información, para lograr encontrar el supuesto luga de reunión. Sin embargo, antes de irse, hizo algo que le dejó con la boca abierta.
Un kage bunshin.
« Que nivel de ninjutsu.. » — No hacía más que asombrarse por el nivel de aquel shinobi. Él, desde luego, no podría hacer algo así. Menos mal que era una misión de infiltración.
El clon se quedaría con ellos y les ayudaría a vigilar. Keisuke, por su parte, se ajenció la parte solitaria. Juro no supo si sentirse curioso o algo ofendido porque ya no quisiera su compañía.
« ¿Se puede hablar con un clon? » ---- Supuso que sí. Luego, al desaparecer, esa información debería de llegar al original. Así que sería como hablar con Akame sin ser Akame.
— ¡Entendido! — exclamó Juro, ante Keisuke —. Vamos a intentar buscar varios lugares para repartirnos. El clon y yo nos encargaremos de la parte principal, entonces.
Se dirigió al clon de Akame. Tuvo dudas de repente.
— ¿Es grosero llamarte clon? ¿Prefieres Akame?
De cualquier forma, Juro empezó a examinar los alrededores. Quedarse en las puertas no era una buena idea, puesto que podrían llamar mucho la atención.
Observó si había algún edificio cercano al que poder subirse y tener un buen ángulo, Si no, también se fijó en alguna localización ventajosa: un parque cercano, alguna plaza, u otro lugar público donde poder sentarse y examinar.
Con la estrategia clara, Akame desapareció momentos después al doblar la esquina del final de la calle.
Allí quedó su Kage Bunshin, que serviría principalmente para acompañar a Juro y Keisuke durante su vigilancia y, sobretodo, para informar al verdadero en caso de que algo urgente o importante sucediese. Así pues, el Clon de Sombra se dirigió a Juro con una sonrisa.
—Puedes llamarme Akame, Juro-san —respondió con total naturalidad. Claro que aquel no era el verdadero uzujin, pero estaba lejos de la simplicidad de otros Bunshin de bajo nivel.
Sea como fuere, Keisuke y Juro buscaron lugares donde desplegarse para ejercer su tediosa vigilancia.
El de Ame se desplazó hacia la calle de al lado en la cual se ubicaba la salida lateral de la Escuela de Historia. Keisuke pudo ver que la acera de enfrente del edificio lectivo estaba construída con viviendas de una sola planta, como mucho dos, de tejas marrones y rojizas. No le costaría esfuerzo trepar hasta el techo de alguna de aquellas casas y desde allí podría tener una buena visual del objetivo.
Por parte de Juro, vería que frente a la entrada principal de la Escuela había varios comercios —un puesto de ramen, una papelería y demás—; algunos de ellos tenían incluso varias mesas dispuestas en la calle, donde la gente podía sentarse a comer o tomar un té. Eran edificios de un sólo piso con el tejado bajo. Si se subía al tejado podría ver todo lo que ocurría en la entrada de la Escuela, pero también podría ser visto si no tomaba precauciones.
El Kage Bunshin de Akame simplemente esperó a que los otros dos ninjas se ubicaran antes de proceder él mismo.
Seguí la calle principal frente de la escuela, justo al frente de la puerta lateral podría verse una infraestructura característica de las viviendas de la zona, había visualizado muchas con ese tipo de tejado desde que había llegado, algunas de una planta y unas pocas de dos, sería un lugar adecuado en donde poder montar guardia sin ser visto.
"Vale ya tengo el lugar, solo falta saber donde se ubicaran los otros" Me aseguré mientras caminaba en su dirección para participarles mi ubicación.
—Ya encontré un puesto, estaré frente a la puerta, en unas viviendas, bueno en el techo de una de ellas, la que mejor vista tenga.— Aclaré rápidamente a ambos. —¿Ustedes dónde se van a ubicar?— Cuestioné para saber exactamente su ubicación, después de todo debíamos transmitirnos mensajes de alguna manera sí el objetivo se movía de manera inesperada.
"¿Cómo hago para avisarles?" Me detuve esperando su respuesta pero de la misma manera me estaba cuestionando cómo ponernos de acuerdo en caso de alguna eventualidad.
—En caso de que ocurra algo, ¿cómo hago para avisarles?— Pedí una sugerencia, la única idea que tenía en mente era utilizar una bomba de humo, pero llamaría mucho la atención de todos los pueblerinos, así que era una última opción.
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Juro no se asustó demasiado cuando el clon de Akame se volvió hacia él, con una sonrisa. Los Kage Bunshin eran clones mucho más perfectos, después de todo, hechos del propio chakra del ejecutor y poseedores de él.
—Puedes llamarme Akame, Juro-san
— Bueno saberlo.
Por otro lado, a la hora de posicionarse, Juro observó que había varios puestos de comercio donde poder sentarse y observar. También había varios tejados en edificios de una planta, aunque en ellos podía ser visto. Los comercios por otra parte proporcionaban el punto de vista de un civil.
« Aun así, podrías pasarte horas aqui, y igualmente sería sospechoso quedarme en un asiento observando durante tanto tiempo. Si solo fuese un rato... »
Pero no lo era. Y tenía que tomar una decisión.
—Ya encontré un puesto, estaré frente a la puerta, en unas viviendas, bueno en el techo de una de ellas, la que mejor vista tenga.¿Ustedes dónde se van a ubicar?—
— Hay varios comercios y viviendas frente a la puerta principal. Sentarme a la vista de todos quizá llamaría mucho la atención, así que intentaré subirme a un tejado para dar una buena vista, sin que me observen — dijo, esperando que sus compañeros lo aprobasen. Después de todo, no tenía que tomar la decisión él solo, era un equipo.
—En caso de que ocurra algo, ¿cómo hago para avisarles?—
— No tengo ninguna clase de comunicador — se excusó Juro, encogiendose de hombros —. Si estuviéramos en contacto visual, podríamos utilizar señas. Pero en este caso... ¿Quizá mandar un bunshin? ... la verdad es que estoy sin ideas. ¿Se te ocurre alguna , Akame?
El Kage Bunshin asintió ante las palabras de sus dos compañeros.
—Yo podría actuar de mensajero. Si ambos vais a posicionaros sobre los tejados, me quedaré aquí, en la calle. Al menos, hasta que llegue mi otro yo —añadió el clon—. Buscaré un lugar desde el que pueda tener visual de ambos.
Así pues, las fichas estaban dispuestas. El lugar que Keisuke había elegido se hacía idóneo, pues desde tanta altura podía evitar ser visto si quería, y al mismo tiempo tenía una visual clara de la puerta lateral de Escuela.
Juro se apostaría en un tejado algo más bajo, un lugar incómodo y poco óptimo para la vigilancia. Probablemente empezaría a notar dolores en el cuerpo por la mala postura sobre las tejas si se veía obligado a esperar más de una hora, pero al menos podía ver la entrada principal.
El Kage Bunshin de Akame sacó un libro de su chaqueta y se sentó en la terraza de una cafetería en la esquina que formaban las dos calles con la Escuela. Desde allí no tenía una visual clara de ninguna de las entradas al edificio, pero tanto Juro como Keisuke podían verle y hacerse ver por él.
Sólo faltaba que el amejin y el de Kusa tomaran sus posiciones y... Esperaran.
—Yo tampoco tengo comunicador...— Comenté tras lo expuesto por Juro. —Desde donde me ubicaré lo más probable es que no nos podamos ver.— Aseguré rápidamente para buscar otra posible solución.
Y fue hasta que el Uchiha, o bueno su clon, se manifestó que obtuvimos una solución aceptable, su propuesta era lo mejor que teníamos hasta el momento. —Estoy de acuerdo, te haré una seña cuando llegue, será mejor que vaya a mi puesto.— Tras dar el visto bueno, me encaminé directamente al lugar que había divisado previamente, posiblemente habrían transcurrido pocos minutos, esperaba que por el abandono del puesto no hubiéramos perdido a nuestra presa.
Una vez ubicado en la vivienda, escalé a su tejado lo más rápido posible y en el momento en que nadie estuviera mirando para no crear sospechas en un posible testigo. Busqué la posición idea para ver la puerta lateral del instituto y al clon de Akame al cual observé con atención y le zarandee esperando a que me respondiese.
Ahora solo quedaba esperar... Y bueno esperar de una forma cómoda, físicamente hablando...
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Akame clon parecía ser la solución a todos sus problemas.
—Yo podría actuar de mensajero. Si ambos vais a posicionaros sobre los tejados, me quedaré aquí, en la calle. Al menos, hasta que llegue mi otro yo Buscaré un lugar desde el que pueda tener visual de ambos.
— ¡Genial! Haremos eso entonces — dijo, levantando el pulgar, en señal de aprobación.
Keisuke se mostró de acuerdo y se marchó a su posición. Juro asintió una última vez más a Akame-clon, y después, se marchó también.
No tuvo muchas opciones: nada más ver el tejado, supo que además de bajo, iba a darle una posición incómoda. Acabaría algo mal durante unos días, probablemente. Sería dificil, pero no había otra opción. Ya habían acordado eso, y no había más tejados. Resignado, Juro esperó a que no hubiese nadie y se subió a su posición.
Tomó su vieja capa y la puso cerca, a su espalda. Si sucedía algo, siempre podía camuflarse con la pared del tejado. Era mejor tener una alternativa.
Tras eso, se quedó ahí. Tenía una vigilancia decente tanto de la entrada de la sala principal como del clon de Akame.
Keisuke fue el primero en tomar su posición mientras el Kage Bunshin de Akame pedía distraídamente una taza de té verde caliente a la camarera de la terraza en la que se había sentado. Mientras bebía con ligeros sorbos, el clon pudo ver a su compañero amejin encaramado al tejado de uno de los edificios. Keisuke le hizo señas, y el Kage Bunshin se limitó a asentir ligeramente con cuanto disimulo fue capaz. De poco servía un escondite si tu compañero te delataba, ¿no?
Luego fue el turno de Juro. El de Kusa tuvo peor suerte, porque su lugar de vigilancia elegido —un lecho de tejas duras y húmedas— era sumamente incómodo. Pero, aun así, podía ver tanto la entrada de la Escuela de Historia como la terraza en la que el Kage Bunshin de Akame pedía ahora un platito de frutos secos.
Entonces, sólo quedó esperar. Desde su posición, ambos gennin echarían la mañana encaramados y sin apenas ver nada interesante. En torno al mediodía el hambre les iría apretando, momento en el que el Kage Bunshin se levantaría de su asiento en la terraza para ir a buscarles algo de comer. Volvería un rato después, y con agilidad felina y discreción subiría hasta los tejados para dejarles una bolsa con un par de sándwiches y un zumo de naranja. Luego, retornaría a su puesto.
Las horas seguían pasando tan muertas como al principio, y conforme iba cayendo la tarde, el viento frío arreciaba en los tejados. Cuando el gran reloj de la Escuela marcó las cinco y media de la tarde, Keisuke pudo ver al profesor Muten Rōshi saliendo por la puerta lateral. Vestía con una capa larga y marrón que ocultaba el resto de sus ropas, llevaba un maletín bajo el brazo y cubría su cabeza con un sombrero de paja.
Andaba rápido, mirando constantemente a un lado y otro de la calle, en dirección a las afueras de Taikarune.
Y los minutos empezaron a pasar lentamente, muy lentamente se convirtieron en horas... "Que ladilla" Me dije un poco malhumorado por la poca acción que pasaba, mi fuerte no era ser muy paciente, pero no podía hacer nada más que quedarme ahí y esperar a que algo sucediera y seguramente estaba por ocurrir, o eso me intentaba de mentalizar para no distraerme, para no quedarme dormido o hacer alguna cosa mejor y más interesante.
Mi estómago empezó a quejarse, a rugir suavemente; miré la estrella solar y estaba en el punto más alto que podía alcanzar, debía ser alrededor de las horas del mediodía, ¿Akame se acordaría se traer algún bocadillo para aliviar el hambre y la sed? ¿Había dicho que tenía la garganta seca y calor me estaba empezando a molestar? Sumado a ello mi malhumor había incrementado por no poder ingerir nada, incluso un dolor de cabeza de ligera intensidad se estaba empezando a manifestar en todo mi cráneo.
Entonces fue cuando sucedió, los dioses se acordaron de mi, la figura del pelinegro llamó mi atención. —Muchas gracias, pensé que iba a morir de hambre.— Sí, había exagerado un poco, pero mi cuerpo no aguantaba más, no obstante, Akame, no duró mucho tiempo ahí conmigo. ¿Sería el real? ¿Cómo diferenciarlos? Sin reparar mucho en ello saqué el sándwich y le di varios mordiscos rápidos, casi me atraganto por la resequedad de mi boca, así que bebí unos tragos de mi jugo de naranja y todo se solucionó, ahora comía un poco más tranquilo.
Ahora me encontraba con la barriga semi-llena y el corazón semi-contento, pero el dichoso profresor no se dignada a hacer acto de presencia, ¿se pretendía quedar todo el bendito día en la escuela? La tarde estaba cayendo y unas ráfagas de viento me refrescaron bastante, la temperatura había cambiado y era mucho más agradable ahora. Suspiré y miré un poco a mi alrededor, en ocasiones veía la figura del Uchiha, o su clon, para asegurarme de que no estuviera tratando de llamar mi atención, pero ninguna señal se manifestaba.
Y finalmente en el momento en que pensaba que el profesor había salido por algún otro lugar, o que se quedaría ahí por siempre, una figura bastante conocida caminaba a paso rápido desde la salida latera, una figura que se estaba intentando ocultar del público, que incluso tenía un sombrero para que su rostro no llamara la atención de algún curioso. Me levanté como un rayo y miré a donde el pelinegro y moví las manos rápidamente, mis brazos se abanicaron de un lado a otro energéticamente, incluso salté un par de veces por sí acaso, era mejor asegurarse de que me había visto a que no... "Espero que con eso sea suficiente..." Miré rápidamente a mi objetivo para evitar que lograra escabullirse.
Efectivamente lo mejor sería seguirlo desde las alturas, hasta donde los techos me lo permitieran, por lo que me desplacé a un ritmo similar al suyo, mis orbes lo seguirían, y me aseguraría de que no se perdiera, no me importaba sí debía dejar a los demás atrás.
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Juro se hizo dueño de su posición, y ahí se quedó. Esperaría y observaría la puerta principal, dando pequeños vistazos al clon de Akame. Sintió una pinzada de envidia cuando lo vio ahí, sentado, tomando frutos secos y pasando el rato tranquilamente sentado. Por su parte, Juro estaba muy incómodo. Completamente incómodo.
« Con suerte, saldrá pronto. ¿Cuanto puede tardar? »
Mientras las horas pasaban, supo que para adivino no valdría. Pasó la mañana ahí, esperando, sin resultados. Pronto, la mala postura le pasó factura, y empezó a sentir dolor en la espalda, el cuello y los hombros. Era tortuoso tener que estar ahí, sentado, esperando.
Entorno al mediodía, el clon de Akame abandonó su puesto y se deslizó sobre el tejado, tendiendole algo de comida y bebida para que Juro pudiera saciar sus necesidades. Un masaje para los hombros ya sería mucho pedir, supuso.
— Gracias — dijo, observando como se desvanecía por el tejado. Tan profesional como el verdadero Akame.
La tarde continuó. El calor fue sustituido por un frió repentino en el tejado. Tanto, que Juro tuvo que abrazarse así mismo para no tiritar.
« Vigilar es una mierda. Una mierda... »
Él no pudo darse cuenta de la salida del profesor, puesto que la puerta lateral estaba lejos de su alcance. Mientras eso pasaba, Juro seguía con lo mismo: miraba hacia la puerta principal y volvía la cabeza para ver al clon de Akame cada dos por tres, a la espera de algun señal.
Los aspavientos de Keisuke fueron rápidamente captados por el Kage Bunshin —que en ese momento de la tarde se encontraba degustando una deliciosa porción de pastel de fresa y un café bien cargado—. Sin embargo, tan enérgicamente como se estaba movimiendo el muchacho, llegando incluso a dar algunos saltos, llamó también la atención de varios transeútes... Entre ellos, el profesor. En un principio Rōshi no le dió mayor importancia, seguramente pensando que se trataba de algún gamberro haciendo de las suyas.
El Clon de Sombras de Akame se volteó con discrección, dio un ligero sorbo a su taza de café y luego alzó la vista hacia el tejado donde estaba Juro. Buscó la mirada del kusajin, y luego hizo un gesto disimulado con su cabeza que parecía indicar la puerta lateral de la Escuela, más allá de la esquina tras la que el de Kusa no tenía visión. Un gesto que decía claramente "ha salido por allí". Después la copia se metió la mano en el bolsillo y dejó algunos billetes sobre la mesa de la terraza, con su porción de tarta de fresa a medio terminar y la taza de café sin apurar. Con esas guardó en su chaqueta la novela de fantasía que había estado leyendo, se levantó y echó a andar hacia la calle lateral de la Escuela de Historia.
Keisuke, por su parte, seguiría al objetivo saltando de tejado en tejado. Para su suerte aquella zona de Taikarune estaba construida ladera arriba y el recorrido que estaba haciendo el profesor Rōshi le llevaba cuesta abajo, de modo que no eran tan cansado ir por los tejados.
El Kage Bunshin de Akame esperaría a Juro en la esquina de una callejuela por la que había ido el profesor —de hecho, su figura todavía era visible en la lejanía, cuesta abajo— para asegurarse de que el kusajin no se perdiera por el camino.
Y justo en el momento en que terminé de avisar a Akame y en el cual miré al profesor, pude ver a unas cuantas personas verme desde el suelo, incluso mi objetivo estaba mirándome fijamente. "Rayos!" Me quedé quieto, ¿me habría reconocido? Afortunadamente no reparó mucho más en mi por lo que podía estar un poco más aliviado. "Te estás olvidando de ser cuidadoso..." Me reprimí por mi fallo.
"Lo importante es que no me reconozca, sí lo hace habré fallado" Me aseguré mientras saltaba entre las alturas, los techos de los locales me estaba permitiendo una visión panorámica perfecta, incluso ahora me movía con un poco más de cautela, no quería que mucho más civiles vieran a un muchacho saltando entre los tejados de Taikarune. En un par de ocasiones volteé a ver sí Juro o Akame venían detrás, pero a la única persona que pude divisar era al Uchiha que se encontraba caminando.
La suerte estaba a nuestro favor porque el profesor iba cuesta abajo por lo que rastrearlo desde donde estaba era demasiado fácil, simplemente me seguiría acercando manteniendo la distancia, pero lo suficientemente cerca para no perderle de vista.
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Juro esperó y esperó... hasta que la señal fue vista.
Una seña disimulada. El clon de Akame tomó tranquilamente un sorbó de su bebida, y movió su cabeza, en dirección hacia otro lado. Hacia la puerta lateral.
« Keisuke lo ha encontrado »
Al parecer, el profesor había decidido tomar otra ruta a la principal. Juro no perdió el tiempo: abandonó su posición y bajó disimuladamente del tejado.
El clon de Akame fue tan considerado como para marcarle el camino, esperandole en la esquina de la calle por la que seguramente el profesor había ido. Juro aceleró el paso, sin llegar a correr, y avanzó hasta su posición. Pudo ver la figura del profesor, a la lejanía, algo borrosa. Pero estaba ahí.
— Gracias — se limitó a decir Juro, al pasar a su lado, en un susurro —. Le seguiré desde lejos. Hay que tener cuidado.
Sin saber si el clon iba a seguirle o no, Juro continuó caminando, sin perder de vista la figura del hombre. Supo que Keisuke le estaría siguiendo, por lo que se relajó un poco. Aun así, no podía perderle, ya que su compañero no era una garantía: tenían que localizarle entre los dos.
Juro continuó cuesta a bajo, sin perder de vista, a lo lejos, su figura. Primero, caminaría normalmente, como una persona que va a un sitio. Trataría de que el profesor no se diese cuenta de su presencia, caminando pegado a la pared, sin llamar mucho la atención. Si notaba algun indicio de que se estaba dando cuenta, recularía rapidamente. Aun así, a esa distancia, dudaba que fuese tan perceptivo.
16/12/2017, 23:52 (Última modificación: 17/12/2017, 15:27 por Uchiha Akame.)
El Kage Bunshin de Akame asintió ante las palabras de Juro.
—A partir de ahora estás solo, Juro-san. Confío en que no pierdas de vista al objetivo —expresó la copia, antes de cruzarse de brazos y desaparecer con un "puf" y una voluta de humo blanco.
Dondequiera que estuviese el verdadero Akame, en ese mismo instante sabría que sus compañeros habían localizado al profesor y le estaban siguiendo ciudad abajo.
Muten Rōshi continuó caminando durante unos diez minutos. Los shinobi que le seguían pudieron darse cuenta de que durante todo el trayecto habían estado descendiendo por la ladera sobre la que estaba edificada Taikarune, y cuanto más bajaban, menos lujosos e imponentes lucían los edificios. En un momento dado el académico tomó un giro hacia la izquierda, caminó durante unos minutos y luego volvió a girar. Los ninjas verían entonces que se encontraban muy cerca del puerto de la ciudad, donde un gran embarcadero de madera que debía medir varias decenas de metros de longitud servía de anclaje para multitud de barcos de diferente insignia y calado, mayormente pequeñas fragatas mercantes con los colores de su país de origen.
Los pasos del profesor les condujeron, calle abajo, hasta una intersección de varias callejuelas. Un cruce. Una vez allí el tipo miró a izquierda y derecha, y luego a su propia espalda. Entonces se quitó el sombrero de paja y entró en un restaurante de paredes acristaladas que tenía algunas mesas dispuestas en una pequeña terraza. Sobre la entrada, un cartel.
«El Cruce»
Si se fijaban bien, tanto Juro —a pie de calle— como Keisuke —desde el tejado de un edificio al otro lado de la acera— podrían ver, sentado en una de las mesas de la terraza, a Uchiha Akame. El uzujin bebía a sorbos de una humeante taza de té mientras leía aquella novela fantástica sobre las aventuras de un tal Juro Jones.
Las líneas negras son las calles, el edificio azul es El Cruce, el círculo naranja pálido es Akame sentado en la terraza del restaurante. El círculo verde es Juro (a pie de calle) y el azul oscuro Keisuke (sobre el tejado de un edificio).