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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Finalmente, la pelirroja subió a escena, bajo la mirada indiferente de Ren. Oh, es verdad, era un show de idols. La música pop no era de su agrado, sobre todo algunas canciones que se le hacían bastante pesadas hasta el punto de molestas. Sus primeras palabras fueron dedicadas a una breve presentación y posteriormente al púbico, algo que hizo con bastante naturalidad. Pero cuando recordó la situación actual, la morena frunció el ceño en desagrado. Si la música que escuchara a continuación, no la letra y el sonido, sino el conjunto global de todo le desagradaban, empezaría a debatirse si marcharse de aquel lugar.

El inicio de la guitarra no le dijo nada, aunque el sonido que acompaño el bajo era agradable, y cuando finalmente se incorporó la batería seguido casi al instante la voz de Suzume no pudo evitar levantar las cejas en gesto de sorpresa. No era para nada el tipo de música que ella esperaba, y cuando gritaba alargando las silabas con pasión, no resultaba en un agudo estridente.

Antes de darse cuenta, estaba sonriendo y moviendo la cabeza lentamente al ritmo de la música. A la segunda vez que se repitió el estribillo, ya parecía haberlo localizado, por lo que cuando se repitió en adelante fue capaz de cantarlo a coro con el resto del público. Ren no aplaudió cuando la canción termino, porque todavía estaba terminando de procesarlo.

¿Cómo se llamaba? ¿Suzume? ¿Lo habría autopublicado en algún lado? Sonaba bastante bien, necesitaba una copia de casete para volver a escucharlo una vez más.
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#17
Miki miró un momento a Chika, repensándose sus decisiones durante un segundo. Quería confiar en Chika, pero ¿y si pedía algo que no le gustase? ¿Y si pedía verduras? ¡Ella no quería comer verduras! Tomó el menú y lo miró rápidamente, buscando algo que conociese, que no era mucho, pues durante su tiempo con Mika apenas había podido comer sopas y...

— ¡Una hamburguesa! —Se decidió—. He cambiado de opinión sobre lo de antes ¿Podrías pedirme una hamburguesa, Ka-chan?

Y entonces, Miki escuchó la voz de Suzume. ¡Se había distraído escogiendo la cena y ahora se había perdido su entrada al escenario! Nunca se lo perdonaría a sí misma. ¡Este era el primer concierto al que podía asistir legalmente y desde el inicio!

El discurso inicial de Suzume realmente ni le iba ni le venía a Miki. Quizás porque era demasiado joven como para entenderlo, o quizás porque tenía otras preocupaciones, cosas como la guerra contra Kurama y el estado actual del mundo realmente le importaban poco. Aún así, la voz de Suzume se le hacía tan hermosa que no podía evitar prestarle atención.

— ¡Suzume-chaaaaaaaaaaaan!

Y entonces, Suzume empezó a cantar. No se parecía nada a la canción que había escuchado en Shinogi-To y eso... ¡solo lo hacía incluso más increíble! Miki no podía evitar preguntarse cómo se escucharía la voz de Suzume en distintos estilos. ¿Cuál sería el siguiente? ¿Suzume Blues? ¿O Suzume Heavy metal? Fuera el que fuese, ella quería estar allí para escucharlo.

Miki empezó a aplaudir con todas sus fuerzas.

— ¡Otra! ¡Otra!
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#18
Miki se lo repensó y le dijo que quería una hamburguesa. Por un lado, se sintió aliviada, había conseguido convencer con sus palabras a su hermana de tomar una decisión, pero por otro lado, parecía haber entrado en panico al oir que tendría que comerse lo que le pidiese. ¿Qué pensaba que le iba a pedir? No era tan desalmada como para aprovecharse de la situación y pedirle una ensalada de verduras o algo así. Aunque tal vez debería. Dios santo, qué fuerte le estaba dando la responsabilidad. Con Kimi todo había sido tan facil, ella simplemente hacía lo que debía.

Entonces Suzume salió al escenario. Estaba tan radiante como la última vez. No, estaba incluso más hermosa. Su voz tenía un tono distinto, la canción era distinta. Chika no era conocida por sus gustos musicales, pero sabía que Suzume era increible. Lo sentía de formas mucho más profundas que la música en sí. Su corazón se lo decía. Se quedó embobada de nuevo. Le había pasado la última vez también. Era aparecer la pelirroja y se quedaba completamente embobada.

Le había dicho a Miki que pediría por ella, pero si aparecía la camarera Chika haría oidos sordos y ojos ciegos. Solo veía y oía a Suzume, como si fuese un girasol mirando a la estrella más brillante.
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#19
Suzume recobró el aliento, escuchando a la gente aplaudir y a alguna chica gritar "¡Suzume-chan!"

Gracias~ —dijo con un alegre movimiento de cabeza. Escuchó un "¡Otra, otra!" y miró a la chica que había gritado su nombre anteriormente. Le dedicó una gran sonrisa y le contestó —. ¡Por supuesto!

Se giró a las chicas que tocaban y les hizo algún gesto. Luego de un instante, Suzume comenzó con la guitarra. Era una melodía alegre, un poco rápida, pero no agresiva como la anterior. La batería y el bajo se unieron después de un tiempo, aunque se detuvieron al iniciar la primera estrofa, y regresaron con el último verso de ésta.

Siente~ ¿Puedes oír?
La sombra se llevó mi voz
¿Puedes oírla gritar
En la oscuridad?

Si en este mundo tan cruel
Hallas chispas de fe
Si hay algo por qué luchar
Inútil no será~

Me aplastaba pensar en todo mi pesar
Y decidí rendirme
Mas nunca había admirado el infinito
Del cielo azul~


Hubo un brevísimo silencio antes del coro.

Y comencé a correr,
pues sé que en mi corazón
Mi latir es tan intenso,
Que nunca más va a parar
Mi yo de hoy va a ascender
A aquella estrella que apuntó
Los mañanas de nuestros deseos
Pronto llegarán

Y la respuesta, sí,
Siempre estará dentro de ti~


Al decir la última palabra, Suzume apuntó hacia adelante, hacia la chica que había gritado su nombre. ¿O era a su acompañante de cabellos azul y negro? Fue un gesto tan breve que no se sabría.

No hay tiempo de más
Para derrotas llorar
Ya no me perderé
Como lo hice una vez

Imposible contar
Los errores de atrás
Arrepentida estoy
Pero eso cambiará

Hasta aquí he llegado, un sueño seguí mirándole la espalda
Es algo que sólo yo alcanzaré si lo busco

Entonces recordé
Lo que dijiste alguna vez
Y mi corazón se aceleró
Mi alma estalló

Incluso más que ayer
Yo me doy cuenta cada vez
La razón de haber nacido,
Mi destino claro está

Y la respuesta, sí,
Siempre estará dentro de ti~


Esta vez, Suzume apuntó hacia una dirección distinta, aleatoria, a una chica de cortos cabellos negros sentada cerca del escenario. Siguieron varios segundos solamente de sus instrumentos, y luego la música se detuvo un momento, dejando sola a la voz de la Llama Radiante:

Todo debe de pasar,
Lo mejor pronto va a llegar
Los días que soñé no nos abandonarán
Por eso, salí...


Los instrumentos regresaron con renovadas fuerzas para el último coro.

Y comencé a correr,
pues sé que en mi corazón
Mi latir es tan intenso,
Que nunca más va a parar
Mi yo de hoy va a ascender
A aquella estrella que apuntó
Los mañanas de nuestros deseos
Pronto llegarán

Y la respuesta, sí,
Siempre estará dentro de ti~


Esta vez no apuntó, pues la guitarra seguía con los acordes finales, pero sí le guiñó un ojo violeta al público antes de que la canción terminara.
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#20
Ren se quedó esbozando una sonrisa mientras apoyaba la cabeza sobre una de sus manos. Suspiró un poco apenada, mirando a la mesa y haciendo circulos con el dedo índice mientras se escuchaba algo de barullo por la euforia de la gente en el breve intermedio. Parecía una noche entretenida, podría quedarse allí durante más tiempo, pero le molestaba estar sola. Seguro que a Hana le hubiera encantado estar allí, de hecho tal vez estaría en la primera línea saltando de la emoción y la alegría como la que no dejaba de gritar por otra canción. Podría ser el sonido más estridente y molesto de la tierra, que si a ella le hacía feliz y lo disfrutaba, a Ren no le importaría lo más mínimo.

Aquellos ánimos que habían subido con la primera canción tuvieron un efecto rebote en ella un poco después. Su mano pasó a torcerse, tapando su boca mientras echaba algo del peso en el brazo mientras con el otro se acariciaba el codo.

Bueno, la comida todavía no había llegado, y a lo mejor la siguiente también era de su agrado.

A diferencia de la anterior, esta era mucho más animada y le hizo recobrar una sincera sonrisa. La anterior le había encantado, ese estilo tan rockero. Ojalá cantara posteriormente una igual. Sin embargo, esas canciones la hacían contagiarse irremediablemente de ese estilo tan enérgico. Y antes de darse cuenta, había sido señalada por la cantante.

Ya lo había hecho un segundo antes, así que debía de tratarse de parte de la actuación. ¿Verdad? Su zona estaba algo oscura, era difícil que hubiera podido verla bien y más con el contraluz del escenario.
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#21
Como dos brillantes estrellas, los ojitos de la pequeña Miki se iluminaron de felicidad en el momento en el que la miró Suzume. Se llevó ambas manos al pecho como si quisiera evitar que se le acabase escapando el corazón, pero ni siquiera sus manos pudieron evitar que una flecha metafórica se lo atravesase de lado a lado en cuanto la cantante le sonrió.

Por reflejo, le abrazó el brazo a Chika mientras miraba a Suzume.

— Ha dicho que sííí...

Con una melodía alegre y rápida, Suzume empezó a cantar otra canción que trataba sobre la esperanza, haciendo que la Kaminari aplaudiese feliz al ritmo de la música y se balancease levemente siguiendo la canción. Claro está, hasta que Suzume decidió matarla apuntándole en medio de la canción, arrancándole un grito de emoción que simplemente no pudo contener.

Cuando terminó la canción, Miki estaba nuevamente abrazándole el brazo con fuerza a su hermana. No había duda alguna. Esta estaba siendo una de las mejores noches de su vida.
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#22
Suzume les brindó una ronda más de puro deleite musical. De nuevo, cayó en sus redes sin saberlo. Por suerte o por desgracia, allí estaba Miki para traerla de nuevo al mundo terrenal. Su querida hermanita estaba como un gremlin enamorado. Gritaba con pura pasión cuando Suzume la miraba y apretaba con fuerza el brazo de su hermana a cada oportunidad que tenía. Y cuando no, estaba aplaudiendo alegremente al compás de la música ignorando por completo sus alrededores y haciendo que Chika se preocupase el doble por ellos.

Sin embargo, la felicidad de Miki era su felicidad. Durante la mitad de esa canción, Chika no estaría mirando a la artista, sino a su hermanita que practicamente volaba de felicidad. Solo eso sería capaz de atraer su atención más de lo que lo hacía Suzume. Sonrió sinceramente mientras la canción entraba por sus oidos y la felicidad por sus ojos.

A partir de ahora tendría que mantenerse siempre atenta a donde actuaba Suzume para poder llevar a Miki a tantos conciertos como le fuese posible.
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#23
Suzume se inclinó ante los aplausos, con una sonrisa tan radiante como su cabellera roja.

¡Gracias! ¡Gracias por el amor que me dan! —dijo con enorme alegría.

Los platillos llegaron al fin a las mesas de Ren y de las Kaminari. La comida estaba calientita y muy rica, aunque el foco de la noche era el espectáculo.

Creo que continuaremos con algo un poco suave para que disfruten de su cena tranquilos, ¿No, chicas? —Suzume le habló a la baterista y a la bajista, quienes sólo asintieron. Después de un momento, comenzó la siguiente canción.

»Ni yo sé bien qué hago aquí
Nunca sentí un vacío así
Y si a alguien necesito para sentir calor
Quien me acompañe y sea mi bastión

La vida es un bote, debes remar
Las olas no paran, no hay que escapar
Y si alguna vez te pierdes lejos de aquí
Las olas te llevarán de vuelta a mí.~


Suzume cantó esa y dos canciones más antes de hacer una pausa. Agradeció y dijo que volverían en un momento, tan sólo era su turno de cenar. Bajaron del escenario ante aplausos, y una mesera guío al trío a una mesa en un rincón, al lado del escenario. Había un buen ambiente en el lugar, y la enorme sonrisa de la cantante parecía iluminarla a ella y a sus dos amigas. Pidieron algo y esperaron.

No parecía que hubiese seguridad para evitar que nadie se le acercara, aunque varias personas parecían susurrar cosas sobre ir a pedir autógrafos.
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#24
Ren podría haber seguido prestandole atención durante un rato más a la cantante, y es que la música habría hecho que ignorase su hambre por más rato; pero cuando le trajeron su plato, lo cual hizo que cambiara su objetivo, ignoraba por completo lo que estaba escuchando.

¡Ah, muchísimas gracias, me moría de hambre! — dijo antes de que terminara de depositar el plato sobre la mesa.

El olor solo le abrió aún más su apetito, y paso a comer con cierto brío y desdén. Sus ojos, y por indolé su poca capacidad de prestar atención, se enfocaron en comer como si hubiera estado esperando por un mes aquella comida. La comida que le preparaba Nanashi estaba mejor segun ella, pero ahora mismo le parecía casi igual de buena después de llevar todo el día entrenando.
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#25
Miki se había apoderado del brazo de Chika, sin tener la más mínima intención de soltárselo, se había quedado abrazándoselo con la cara hundida en su hombro y no la sacó de allí hasta que llegó su comida.

Una vez tuvo su hamburguesa frente a ella, Miki no tardó un segundo en empezar rápido a comer, como si en cualquier momento alguien se le fuese a acercar para robarle la comida, un hábito que Raijin intentaba quitarles a casi todos los hijos de Mika. Eso sí, al menos tuvo la decencia de limpiarse toda la salsa que se había embarrado en la boca.

Durante la cena, Chika pudo volver a disfrutar completamente de los privilegios de tener dos brazos, pero solo durante la mesa, pues en cuanto terminase volvería a cogérselo como si fuera suyo.

— Ka-chan... —Le llamó la atención a su hermana. Por los ojitos de cachorrito que le ponía, Chika ya podía imaginarse que iba a pedirle algo—. ¿Le podrías pedir un autógrafo a Suzume-chan por mí? Porfi. Me da vergüenza ir yo.
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#26
Ni siquiera las canciones de Suzume pudieron hacer que Miki se lanzase como un animal hambriento sobre su comida. Por suerte, eso le daba libertad a Chika para poder comer ella misma, ya que su hermana no había soltado su brazo hasta ese momento.

Ki-chan, mastica bien antes de tragar. — le advirtió antes de pasar ella con su propio hamburguesa.

No le importaba tanto que comiesen rápido siempre y cuando no se atragantara y se matara. Chika no era la mayor fan de los modales en la mesa, de hecho, le gustaba comer con las manos. Así que disfrutó tranquilamente de su comida. Apenas acabó la hamburguesa, su brazo fue apresado de nuevo, lo cual no pareció importarle demasiado a la peliazul.

— Ka-chan... ¿Le podrías pedir un autógrafo a Suzume-chan por mí? Porfi. Me da vergüenza ir yo.

Chika la miró unos segundos antes de contestarle. Suzume parecía haber hecho una pausa para cenar y ella no tenia ni idea de cual era el protocolo a seguir. ¿Estaría bien acercarse ahora que estaba descansando? ¿Tendrían que esperarse al final de la actuación? En cualquier caso, mejor ahora que cuando le traigan la comida.

Claro. Pero vienes conmigo. — se levantó asegurandose de que Miki seguía agarrada de su brazo.

Se acercaría lentamente hasta la mesa de Suzume y la saludaría con su mano libre, sonriendole.

Hey, has estado pre... habeis estado increibles. — se corrigió a sí misma antes de decir algo ofensivo o embarazoso o ambas. — Perdona que te moleste, pero mi hermanita es muy fan tuyo, ¿puedes firmarle un autografo, por favor?

Le hizo una ligera reverencia incluso.
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#27
Las chicas charlaban en su mesa, aunque era Suzume la que estaba de mayores ánimos de entre las tres. La pelirroja vio cómo un par se acercaban, pero no dijo nada sino hasta que estuvieron frente a la mesa.

¡Oh, muchas gracias! —Suzume dio un par de palmaditas, emocionada. Era una chica linda de ojos de distintos colores, lo cual le encantó a la idol. ¡Ay, qué emoción! ¡Por supuesto! ¿Tienes algo en que pueda escribir? ¿Cómo te llamas, linda? —le preguntó lo último a la hermana de la peliazul.

Buscó en su persona, intentando encontrar una pluma, pero fue la chica que había tocado el bajo quien le pasó una al final. Suzume le agradeció y sonrió.
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#28
Ren suspiró, aliviada de por fin sentir algo de comida en su estomago. ¿Que quería hacer antes? ¿Quería tal vez pedir un postre? Una porción de tarta de queso estaría bien, o mejor la tarta entera. Dos chicas pasaron a cierta distancia de ella, y fueron corriendo directas a una mesa, desde la que pudo ver a Suzume y el resto de su banda entre los huecos y laterales.

Ah, es verdad, quería pedirle el nombre de esa canción que había cantado en concreto.

Ren se levantó, echando a su espalda la mochila y el shinai que llevaba para caminar hasta la mesa de Suzume. Cuando se acercase, si hacía contacto visual con alguna de ellas, saludaría con una leve sonrisa y saludando con la mano de forma cordial, esperando su turno. No quería molestar a nadie y tenía paciencia para esperar lo que fuera necesario. Era ligeramente más alta que Chika, y casi le sacaba una cabeza a Miki.
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#29
— ¡Pero no puedo ir contigo! ¡Tengo el pelo horrible, yo...! —Pero Chika empezó a acercarse, asegurándose de que Miki siguiese allí, casi contra su voluntad—. ¡Ka-chan!

Dejó de hacer ruido muy rápido en cuanto se acercaron a Suzume y sus compañeras, escondiéndose tras el brazo de su hermana en cuanto estaban a pocos metros de ellas, apenas asomando la cabecita para mirar a su ídolo cuando esta se dirigió a ella.

— M-me llamo Miki, y... ah...

Empezó a buscar desesperada por todo su cuerpo por algún objeto que le pudieron firmar, pero no encontró nada. Por llevar, ni siquiera llevaba una cartera encima.

— ¡Ay, no tengo nada! —Acabó por mirar a su hermana, con ojos suplicantes—. Ka-chan...
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#30
¡Ay, qué emoción! ¡Por supuesto! ¿Tienes algo en que pueda escribir? ¿Cómo te llamas, linda?

Suzume fue tan diplomatica como esperaba. Chika se giró a Miki para alentarla a darle lo que fuese que hubiese traido para que se lo firmase. Porque, al fin y al cabo, había sido idea de la chiquilla que fuesen a por el autografo, debía de tener algo pensado.

— ¡Ay, no tengo nada! Ka-chan...

Chika parpadeó un par de veces. ¿Cómo? Le sonrió con seguridad y le acarició la cabecita esa que tenía de adorno, porque mira que ir a por un autografo sin nada en mano. Por suerte, ella siempre llevaba su pergamino. Solo lo llenaba cuando tenía que salir de misión y el agua ya la había usado esa mañana para Kimi.

Le pasó el pergamino en blanco a Miki y le dio una pequeña palmadita en la espalda.

Aquí tienes. La próxima vez acuerdate de traer algo para que te firme.

Le sonrió y le dedicó una mirada tierna a Suzume, para que apreciase ella también lo adorable que era su hermana.
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