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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#46
Vosotros. Amigos.

Kaido soltó una carcajada fraternal, y alzó su pedazo de pizza.

—¡Jajaja, pero joder, claro que sí! Habigon muy buen amigo.

Así pues, los tres nuevos colegas terminaron sus porciones —Habigon, evidentemente, se zampó todos los suyos tan rápido como habrían ellos masticado el único trozo permitido— y Daruu fue el primero en levantarse. Entonces inquirió al Yeti cariñoso y le pidió, nuevamente, si podían retirarse. Ésta vez Habigon no se lo pensó tanto, y con la barriga llena y el corazón contento, les dijo que eran libres de volver a casa. Y de volver a la Senda del Carámbano también, a visitarle. Aunque siempre llevando consigo los ingredientes para la pizza.

—Bueno, gracias, y... Bueno, ya nos vamos, esto... Pero en ese túnel hace frío. No tendrás alguna manta o...

—NO DECIR DOS VECES. HIBAGON LLEVAR SEÑORES POR CAMINO RÁPIDO.

—¡NOOOOOOO!


—¡¿PERO QUÉ HAS HECHO, PELOPINCHO?!

Nuevamente, Kaido se veía sobre los hombros de aquella bestia. Ese día le habían mecido más que en toda su niñez, aunque ahora no se sentiría tan mal, viendo que a Daruu le iba a tocar pasar por lo mismo que pasó él una hora atrás. Sí, el escualo estaba contento. Muy contento, porque Daruu conocería el famoso camino rápido.

—VISITAR HIBAGON. O QUIZÁS HIBAGON VISITAR AMIGOS. ¿DONDE VIVIR?

—¿En... Amegakure?


—ESTÁ BIEN. UN DÍA VENIR VOSOTROS. OTRO DÍA IR YO. ADIÓOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS...

Y así, los dos genin volaron.

. . .

Kaido salió de lo profundo del lago casi de inmediato, después de todo, ya tenía experiencia. Nadó hasta la orilla, y esperó a que su compatriota —que habría hecho su primer gran viaje aéreo— también hiciese lo mismo.

—Creo que le he cogido el gusto al camino rápido. ¿Quieres que le llame para que nos lance una última vez? —bromeó.
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#47
Era la segunda vez que Daruu caía de gran altura y chocaba contra una superficie de agua. La primera vez, estuvo a punto de morir. Esta vez, se aseguró de arrebujar el cuerpo como si fuera una bala de cañón humana. El golpe fue brutal igualmente, pero al menos el agua no entró en los pulmones.

Cuando se recompuso —aunque tenía los oídos llenos de agua, y dolía horrores—, salió a la superficie y tomó una buena bocanada de aire. Tuvo que concentrarse para no perder el conocimiento del puro mareo que sentía, y echó a nadar hacia la orilla, donde ya le esperaba su compañero de aldea.

—Creo que le he cogido el gusto al camino rápido. ¿Quieres que le llame para que nos lance una última vez? —bromeó Kaido.

—Ni lo menciones. Buargh. —Sin poder evitarlo, Daruu vomitó en la superficie del lago toda la pizza que había comido. Qué desagradable—. Cof, cof.

»Bueno, Kaido. Volvamos a Nishinoya. Me voy a dormir y a no volver a salir a ver el mundo hasta la segunda puta ronda del torneo. Joder, y yo que quería entrenar mañana un poco más...

Y así, los dos genin completaban aquella aventura peculiar. Quién les diría que tiempo más tarde volverían a encontrarse a su amigo Hibagon en unas circunstancias completamente distintas...
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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