Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Después de que todos estuviesen ya fuera del recinto, Eri admitió con cierto alivio que la instrucción de Daruu había sido mil veces mejor que la suya, ¿cómo era posible que huyese y se ocultase tan bien a ojos de alguien que tenía seguramente mucha más experiencia que él?
Con un toque de esperanza rozándole la espalda la kunoichi siguió con cuidado los pasos del hombre infiltrado, saltando de árbol en árbol con cuidado de no hacer ruido ni de tropezarse y caer; el sigilo no era uno de sus puntos fuertes pero sabía manejarse un poco hasta que el mayor de los tres llamó su atención alegando que detrás de Akame podría estar oculto Daruu. Eri tragó grueso sin moverse mucho, intentando aparentar algo que no era cierto y pensando con celeridad para saber qué hacer pues no había contado con aquello...
«Espero que no sea él, un animal, el viento, lo que sea, pero no Daruu...»
Y cuando resonó el tres en todo el bosque, la joven giró su cuerpo para lanzar la estrella metálica contra el primer árbol que vio. Sí, árbol, el más cercano al arbusto, pero al árbol al fin y al cabo. ¡No quería dañar a Daruu!
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
10/03/2017, 00:53 (Última modificación: 23/05/2017, 11:34 por Amedama Daruu.)
—SKRRRRIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEK. —Un sonido agudo vino de los arbustos. Dando tumbos, caminando en zigzag, un jabalí pardo arrastró las pezuñas varios metros hacia ellos, sangrante, y cayó desplomado.
—¡Mierda! ¡Joder! ¡Joooodeeeer! —vociferó el chunin, que, como comprobarían en un momento, tenía una manera muy peculiar de controlar su ira. Se dio la vuelta y abofeteó a Eri, tumbándola y tirándola al suelo—. Ese hijo de puta se nos ha escapado.
Caminó unos metros hacia atrás y se dejó caer en el árbol más cercano, abatido.
—Esto no tiene que volver a pasar —dijo—. A Shiona-"sama" se le oye mucho hablar sobre paz y mierdas, pero oídme, el la información es poder, y si le dáis información a otra aldea la va a acabar usando en tu contra. Ese chaval estaba mejor muerto.
»Perdona, guapita. Es que a veces no puedo controlarme.
···
Daruu salió de detrás de la barra del bar, saltó por la ventana, y corrió. Corrió muy lejos, volviendo a mirar dónde estaban sus perseguidores de vez en cuando. Y horrorizándose, claro.
«Es posible que todo sea cosa de ese gilipollas, pero... Pero... Habrá más como él. ¿Los de Uzushio son así?»
10/03/2017, 16:40 (Última modificación: 10/03/2017, 16:40 por Uchiha Akame.)
Akame arqueó una ceja ante el lamentable espectáculo que ofreció la actuación conjunta de los tres shinobis de Uzushiogakure. «Un chuunin y dos gennin para matar a un simple jabalí» pensó con amargura. Luego vió cómo el animal seguía respirando, como un fuelle viejo, y la acidez que notaba en lo más profundo de su estómago se acentuó. «¿Ni siquiera eso podemos hacer bien?». Con paso tranquilo el Uchiha se acercó al jabalí moribundo y, desenfundando su preciosa espada —cuya hoja destelló con luces de plata y gris bajo el Sol de Primavera—, le rajó de lado a lado el cuello.
Un chasquido estruendoso, como el de un látigo, le hizo voltearse con rapidez. Lo primero que pensó fue que el tal Daruu había aprovechado para atacarles desde su escondite; luego descartó la idea. Estaba en inferioridad numérica, ¿qué sentido habría tenido?
Entonces vió a Eri tirada en el suelo, y escuchó las palabras de su superior. Akame bajó la mirada con gesto sumiso, pero en su interior, una burbujeante ira homicida empezaba a apoderarse de todo su ser. ¿Cómo había llegado aquel tipo siquiera a ser chuunin? El hecho de que le hubieran confiado una misión de rango B era incluso más inexplicable. El hombre no sólo era patéticamente nulo en las artes ninja —un simple gennin había logrado escabullirse de él—, si no que además parecía tener la disciplina de un perro salvaje.
—Entiendo, shinobi-kun —contestó Akame, lacónico—. No creo que ese extranjero ande muy lejos. Yo podría intentar rastrearle... Si lo cree oportuno.
El Uchiha alzó entonces la mirada, clavándola un momento en Eri. No conocía lo suficiente a la Furukawa como para preveer su reacción. «Por todos los dioses, Eri-san, no hagas ninguna estupidez...»
Los tres lanzaron las armas a la vez, y tras ello un sonido agudo se escuchó de entre los arbustos, un jabalí fue lo que mataron, no un shinobi de Ame, no una persona, un animal. Eri sintió tristeza por ver como el indefenso animal caía en el suelo cubierto de sangre, pero alivio ya que, al fin y al cabo, Daruu estaba a salvo...
Sin embargo poco duró lo que sentía pues algo impactó contra su cara y la hizo caer inmediatamente contra el suelo. Escocía. Escocía y dolía a partes iguales y seguramente a su rostro estaban acudiendo algunas lágrimas traicioneras presas del desconcierto, dolor y, seguramente por la impotencia que venía después.
Se quedó unos segundos tomando aire y dejándolo ir, tranquilizándose; no pasaba nada... No pasaba nada... Eran las únicas palabras que repetía en su interior. «Daruu está a salvo... Daruu está a salvo... Nosotros también...»
Apretó los dientes para evitar llorar frente a su superior y a su compañero de promoción, y tras verse relajada se volvió a incorporar, quedando a una distancia prudente del chuunin.
— No... No pasa nada. — Articuló mientras saboreaba la sangre de su boca, probablemente porque no lo había visto venir y por ello se había mordido la lengua.
—Entiendo, shinobi-kun. No creo que ese extranjero ande muy lejos. Yo podría intentar rastrearle... Si lo cree oportuno.
Eri se encogió de hombros con la mejilla aún colorada del golpe, probablemente el Amedama estaría ya lejos de allí, y si lo encontraban sería por pura suerte, pero no dijo nada; lo único que quería era volver a la villa, que se encargase él de vigilar a los de la secta de la Hoja como bien les había dicho antes mientras ellos volvían sin decir nada a la aldea.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
—¿También vas a llorar, mujer inútil? —espetó el chunin, y se dio la vuelta para encararla—. No sé por qué dejan entrar mujeres a la vida ninja. Bueno, al menos son útiles en misiones de infiltración. Seguro que con esas tetas podrías seducir a cualquiera.
Escupió en su dirección, y se dio la vuelta hacia Akame.
—No, no lo creo —dijo, con rabia—. Que se vaya. Total, es lo que habría querido Shiona... Otra endeble.
»Estaríamos mejor con un hombre, de verdad. Hay ciertas cosas que sólo se pueden hacer echándole huevos. Y si no mira las lágrimas de la inútil de tu compañera.
Suspiró, se acarició la nuca, y se fue alejándose hacia el pueblo de nuevo.
—Será mejor que volváis a la villa. Y más os vale no decir nada de lo que os acabo de contar a nadie. Hacedlo y os rajaré la garganta.
Akame aguantó, estoico, la rociada de basura que salía de la boca de aquel ninja. Parecía increíble que un tipo tan inútil y poco disciplinado hubiera pasado el examen de chuunin... Lo que, por otro lado, también presentaba una perspectiva alentadora. Si aquel deshecho andante y parlante había sido capaz de superar la prueba, Akame no iba a tener ningún problema para hacerlo llegado el momento. El Uchiha se limitó a asentir con cuanta neutralidad fue capaz.
—A la orden, shinobi-kun —contestó Akame, diligente.
Sin duda aquel chuunin era el peor shinobi que Akame había visto en su vida; pero seguía siendo su superior. El Uchiha no estaba tan loco como para confrontarle directamente, o desobedecerle, o cuestionar su autoridad. Así funcionaban las cosas. Sin abrir la boca dirigió una mirada a Eri, una mirada que decía vámonos de aquí. Luego echó a andar entre la foresta, en una dirección distinta a la que había tomado ya el chuunin.
«Qué espectáculo más deprimente... Primero se nos escapa un gennin de otra Aldea, y luego este patético hombrecillo lleno de complejos lo paga con Eri-san. ¡Lo que pensarían de Uzushiogakure si otros vieran esto!»
No sé Eri, pero yo al menos voy de cabeza a la Uzukage a reportar al skumbag chuunin este XD ¿Abro otro tema o aquí mismo vale?
Eri no daba crédito a lo que escuchaba, ¿y este era su superior? No sabía si sentirse ofendida por el desprecio que destilaba hacia ella o hacia su género, aunque se decantaba más por lo primero ya que su autoestima no dejaba de ser golpeada por todos lados, incapaz de evitarlo ya que, por muy bocazas y enclenque que fuera, era su superior.
Pero lo que no podía soportar, era que se metiese con su querida Uzukage.
Apretó aún más los dientes pero no dijo nada, solo se limitó a asentir y a reprimir las lágrimas de rabia y frustración que aún se acumulaban en sus acuosos ojos, miró a Akame, sin saber muy bien leer los pensamientos del joven cuando éste dijo:
—A la orden, shinobi-kun.
Eri asintió a lo dicho, tragando grueso. ¿Sería capaz de rajarles la garganta? Bueno, si trataba así a genins de otras villas con las que se mantenía una paz conocida, no quería ni imaginarse lo que podría hacer con gente de su villa, su gente. Lo mejor era largarse de allí cuanto antes, sí, volver a la aldea... Un momento, sí, ¡exacto! Lo mejor era volver a la aldea. Fue como si la cabeza de Eri funcionase a mil por hora en aquel instante. Así que, decidida, andó lo suficientemente rápido para posicionarse al lado del Uchiha.
«¿Qué pensará Akame sobre todo esto?»
Eso mismo pensaba que podríamos hacer, si Daruu va a seguir masterizando a lo mejor no le importa seguir aquí, lo que quiera el máster
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100