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**Inuzuka Nabi** · (Última modificación: 10/02/2016, 18:34 por Inuzuka Nabi.)

Todo estaba saliendo genial, su plan iba viento en popa, dentro de nada, su Kodachi habria vuelto con papá y todo volveria a la tranquila y pacifica vida que siempre habian tenido. Si no fuera por el vil y engreido tirano que se empeñaba en hacerles vivir en una distancia insalvable solo por su estupido orgullo. Ese villano es el mismo que hizo crecer un pequeño tumor en el pobre suelo, que acabaria por cortar la secuencia de sellos del rubio y lo haria tropezar cayendo al suelo.

Desde allí tuvo que ser testigo de como aquel malvado ente pateaba sin compasión a su pobre katana, separandolos aún más.

—¡Olvídate del juguetito, desgraciado! No volverás a cortarme con eso —gritó, haciéndose oír bien claro y bien alto para que el rubio llegara a percibirlo.

Sus sucias palabras llegaron a los oidos de Nabi, que ya habia dejado atras aquel molesto pitido provocado por uno de los trucos maquiavelicos de aquel demonio andante y lloviente. Aquel combate estaba dando de sí, eso tenia que admitirlo. Y ahí, de pie, a diez metros de su contrincante, la sangre Uchiha le hervia como nunca antes lo habia hecho.

Mira, te permito que cojas mi katana para igualar las tornas, ah no, ¡QUE NO PUEDES! Venga princeso, no te obceques a insultar cuando el único que ha incumplido su promesa y ahora está de rabieta, eres tú. ¿Donde ha quedado tu honor y tu orgullo?

Desde ahí, con la cabeza bien alta y vigilante, se quedaria el Uchiha. Esperando a ver si Daruu reacionaba de alguna forma o seguia con su llanto.

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**Amedama Daruu** · (Última modificación: 10/02/2016, 20:14 por Amedama Daruu.)

—Mira, te permito que cojas mi katana para igualar las tornas, ah no, ¡QUE NO PUEDES! Venga princeso, no te obceques a insultar cuando el único que ha incumplido su promesa y ahora está de rabieta, eres tú. ¿Donde ha quedado tu honor y tu orgullo?

Menos mal que se le habían caído los tapones cuando se precipitó en mitad de su estrategia. Si no, jamás podría haberlo oído, y aquella situación habría perdido toda la seriedad.

Estaba lo suficientemente enfadado como para sentir ganas de salir corriendo hacia Nabi, sí, pero las provocaciones no hacían efecto en él. Quizás aquellos piques infantiles no eran nada comparado con el arranque de ira que le salía del pecho y hacía que le picase la cicatriz en la cara. La señaló con el dedo índice.

—¿¡Honor!? ¿Es esta tu idea de honor, Nabi? —exclamó—. ¡Se supone que era un torneo amistoso! Sólo había que entretener a unos cuantos señores con fuego y luces de colores, ¡no hacía falta que intentaras sacarme el ojo! ¡Muchas gracias, ahora, me has marcado para siempre!

Apretó con fuerza los puños.

—Así que no me hables de honor, sabes que fue una simple provocación. ¿Y el orgullo, qué? Estoy orgulloso de ser un shinobi. ¿Y tú? ¿Eres tú ahora el del síndrome del espejo?

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**Inuzuka Nabi** · (Última modificación: 10/02/2016, 20:54 por Inuzuka Nabi.)

—¿¡Honor!? ¿Es esta tu idea de honor, Nabi? —exclamó—.¡Se supone que era un torneo amistoso! Sólo había que entretener a unos cuantos señores con fuego y luces de colores, ¡no hacía falta que intentaras sacarme el ojo! ¡Muchas gracias, ahora, me has marcado para siempre!

Nabi no cabia en sí de lo que acababa de escuchar. Desde luego, habia dado en el clavo con lo de princeso.

¡Que es un puto corte en la mejilla! ¡No has perdido una pierna ni nada! Ademas, ¡si tú lo primero que has hecho es aplastarme los huevos! ¿¡Tu sabes lo que duele eso!? YO NO HE VISTO NINGUNAS LUCES DE COLORES AHI.

Su logica, como su fuerza, estaba por los suelos, ah, y como su dignidad. Puede, y solo puede, que sea cierto que si hubiera salido el corte como él habia esperado ahora tuviera un problema bastante gordo. No lo iba a negar. Pero ahora mismo, solo tenia una pequeña cicatriz de machote en la mejilla. No entendia a que venia tanto melodrama. Sí, ahora no podra ganar concursos del rostro más bonito o del rostro con menos cicatrices, pero seamos serios, son shinobis, una cicatriz es lo mejor que les puede pasar en combate, comparado con perder una extremidad, o dos, o todas.

—Así que no me hables de honor, sabes que fue una simple provocación. ¿Y el orgullo, qué? Estoy orgulloso de ser un shinobi. ¿Y tú? ¿Eres tú ahora el del síndrome del espejo?

Ah, ahora es solo una simple provocación. No intentes meterme en tus paranoias. La cuestión es que dijiste algo que no has cumplido. Otra cosa, cuando te pregunten donde te hiciste la cicatriz, di que fue el nueve colas al descubrir la sociedad secreta de los bijuus, mola más que decir, fue por tocarle los huevos a un Uchiha.

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**Amedama Daruu** · 11/02/2016, 13:18

—¡Que es un puto corte en la mejilla! ¡No has perdido una pierna ni nada! Ademas, ¡si tú lo primero que has hecho es aplastarme los huevos! ¿¡Tu sabes lo que duele eso!? YO NO HE VISTO NINGUNAS LUCES DE COLORES AHI.

»Ah, ahora es solo una simple provocación. No intentes meterme en tus paranoias. La cuestión es que dijiste algo que no has cumplido. Otra cosa, cuando te pregunten donde te hiciste la cicatriz, di que fue el nueve colas al descubrir la sociedad secreta de los bijuus, mola más que decir, fue por tocarle los huevos a un Uchiha.

Daruu entrecerró los ojos y volvió a acariciarse la cicatriz de la cara. Todavía estaba cálida. Se hizo a la idea de que aquella herida iba a estar para siempre en su rostro: se la había cauterizado. Miró a los ojos de Nabi, y recorrió con la vista todo el cuerpo del chico. No hablaba en serio. «No es capaz de hablar en serio».

—Ya entiendo. Todo esto es un juego para ti.

Daruu se lanzó al ataque. Corrió hacia Nabi, y a medio camino, metió la mano en el portaobjetos para sacar el kunai que había creado minutos atrás. Lo pasó de la mano derecha a la izquierda, y, sin dejar de prestar atención a los movimientos del rubio y procurando frenar para que su momento no le traicionase, dio un corte prudencial dirigido al pecho, de derecha a izquierda. Procuró que la distancia que les separase fuera la mínima para efectuar un corte limpio y directo, pero no menos.

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· Portaobjetos: Bomba de humo, Kunai

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**Inuzuka Nabi** · (Última modificación: 12/02/2016, 12:04 por Inuzuka Nabi.)

—Ya entiendo. Todo esto es un juego para ti.

Ese chaval le estaba sacando de sus casillas. ¿Como puede existir alguien tan irracional? Cuidado, que tiene una cicatriz. ¡Él podria haberse quedado esteril! Y de hecho, podria ser esteril ahora mismo. Pobre del Hachiko que fuera a consultarlo al hospital y le confirmaran que no puede tener hijos, le buscaria, le encontraria y le mataria, esta vez sin reprimirse sus jutsus más mortiferos como estaba haciendo ahora.

— Vamos a dejar esta conversación porque realmente eres alguien incomprensible.

El moreno se lanzó a correr en linea recta hacia él, Nabi esperó en guardia hasta que hubiera pasado la mitad del camino. Una vez estuviera a una distancia de cinco metros, se meteria la diestra en el portaobjetos mientras hacia sellos con la siniestra. Dos shurikens de madera saldrian lanzados contra el mokutonero, segundos despues, un lanzallamas apareceria de los labios del rubio buscando la rica carne del Amegakuriano.

Los shurikens iban hacia los brazos, uno por cada lado, intentando disuadir a Daruu de esquivar el katon moviendose a los lados, de todas formas, si Nabi le veia moverse horizontalmente a pesar de los shurikens, con el simple movimiento de virar la cara unos cuantos grados, el lanzallamas tambien se moveria. Tenia que reconocerle, que si se tiraba a un shurien de buenas a primeras para esquivarle iba a tener que elogiar su valentia. Pero la proxima le tiraria un Fuuma Shuriken, a ver si hay huevos.

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**Amedama Daruu** · (Última modificación: 12/02/2016, 16:18 por Amedama Daruu.)

Nabi aguardó protegido hasta la mitad del trayecto, y entonces, comenzó a hacer sellos con una mano mientras que con la otra le lanzaba dos shuriken. «Increíble, ¡sellos con una mano!». Afortunadamente para él, los shuriken iban dirigidos a sus brazos, así que con ladear el cuerpo unos centímetros le bastó para esquivarlos. Sin embargo, una técnica iba a venir detrás, y se imaginaba lo que sería, así que sujetó el kunai con la boca juntó las manos y acabó unos sellos al mismo tiempo que Nabi expulsaba un lanzallamas hacia él. Volvió a coger el kunai con la siniestra.

Emitió un torrente de agua que chocó contra el chorro de Nabi y liberó una bonita nube de vapor. La técnica de Daruu era menos potente, pero su elemento llevaba ventaja, así que consiguió extinguirla casi de inmediato. Durante el transcurso del chorro no dejó de correr, así que cuando este acabó estaba a apenas un metro y medio del rubio. Repitió el movimiento planeado, ya a menos distancia.

Sin dejar de prestar atención a los movimientos del rubio y procurando frenar para que su momento no le traicionase, dio un corte prudencial dirigido al pecho, de derecha a izquierda. Procuró que la distancia que les separase fuera la mínima para efectuar un corte limpio y directo, pero no menos.

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Daños: 8 PV/corte superficial o 12 PV/corte

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**Inuzuka Nabi** · (Última modificación: 13/02/2016, 16:21 por Inuzuka Nabi.)

El Amegakuriano se puso el kunai entre los dientes cuando vio hacer sellos al Uchiha y sus jutsus chocaron, o como se le pueda llamar a eso. Daruu echó agüita sobre su katon, y ya. Una nube de vapor apareció entre ellos y en apenas un instante volvian a tener el mismo aire de siempre, con su cielo despejado y su querida luz natural. El moreno no habia dejado de correr en ningún momento, a lo suicida, si el fuego llega a ser más potente que su chorrillo hubiera quedado calcinado.

Se lanzó hacia el rubio intentando propinarle un corte en el pecho, de izquierda a derecha. Nabi estaba preparado para ello, con su sharingan pudo ver el movimiento con precision y reaccionar en consecuencia. Viendo que su agilidad era muy parecida, esperó que su respuesta surtiera efecto. Dado que no tenia filo alguno con el que enzarzarse en una pelea de Kenjutsu, con su mano izquierda agarró la muñeca de la mano de Daruu que sujetaba el kunai, haciendo fuerza para detener su movimiento, a pesar de que con un movimiento de kunai podia hacerle un corte bastante feo en el brazo. Esperaba que no reaccionara tan rapido, dado que su mano derecha cerrada en un puño se dirigia al mismo tiempo hacia la cara del Amegakuriano.

Seguidamente, le daria una patada con la planta del pie en el pecho y le soltaria, para que cayera hacia atras y poder separarse de él.

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**Amedama Daruu** · 12/02/2016, 23:56

Daruu acuchilló de derecha a izquierda a su oponente. Nabi, como ya había hecho anteriormente en el combate, no le sorprendió y analizó el movimiento con extrema facilidad. No sacó arma alguna, y desde entonces el moreno supo que había llegado el momento.

Nabi alcanzó su muñeca con fuerza para frenarle. Daruu puso toda su atención en la otra mano de su oponente.

«¡Ahora!»

Daruu soltó el kunai y dio un rápido giro de muñeca, asiendo también a Nabi por la suya con toda la fuerza que pudo, al tiempo que fintaba el derechazo del rubio agachándose un poco y moviendo el cuerpo hacia la izquierda, flexionando el brazo derecho...

...Daruu estiró de Nabi para atraerlo, al mismo tiempo que su mano, que portaba un orbe de color verde brillante de chakra giratorio, se estampaba contra todo el vientre del Uchiha.

—¡¡RASENGAN!!

Un destello esmeralda, un brillo cegador. Un estruendo sobrecogedor. La reacción del público, que estaba esperando. La ropa de Nabi rasgándose, y su piel y carne retorciéndose en una quemadura muy fea. El cuerpo del Uchiha, volando hacia atrás, con la esfera pegada a su vientre.

La esfera dio un último resplandor antes de desvanecerse. Daruu se agachó y cogió el kunai de nuevo. Se levantó y se acercó a Nabi caminando. Les separaban siete metros.

«Como tú querías, mamá».

«Grítalo bien alto, Daruu, para que no haya dudas, quiero ver la cara que ponen los de Uzu, especialmente la Uzukage, jejejeje...»

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· Mokubuki sin gasto: Kunai, Shuriken (x2)

Daños: 50 PV por NABIRUTOOOOOOOOOOOOOOOOO

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**Inuzuka Nabi** · (Última modificación: 13/02/2016, 22:05 por Inuzuka Nabi.)

Habia pensado en cada cosa de su plan que podia salir mal, con lo que habia visto del muchacho y las circunstancias, todo lo que podia salir mal, todo eso habia sido sopesado por el rubio. Sin embargo, lo que nunca se hubiera esperado era que de la nada, sin hacer ningún sello ni detenerse a concentrarse siquiera. Ahí, en medio de su ataque, Daruu crearia un orbe de chakra verdoso en su mano derecha.

¿Habia hecho sellos en algún momento y se lo habia perdido? Imposible, ¿con una mano y sin que él lo viera? Totalmente imposible. Entonces realmente era un jutsu sin sellos, pero eso era... improbable. ¿Quien coño era Hachiko Daruu?

A esa distancia y totalmente pillado por sorpresa no pudo siquiera apartarse para mitigar el golpe. El moreno plantó aquel orbe de chakra rotatorio de color moco en su pecho y traspasando ropa y carne, Nabi se vio impulsado hacia atras unas cuantos metros antes de que el jutsu se deshiciera, dejando el pecho del Uchiha hecho papilla.

La herida que le habia quedado era bastante fea, pero solo un pensamiento paso por la mente de Nabi.

El okasho de Eri sí que dolia de verdad. En comparación, esto no es pa' tanto.

De vez en cuando, no podia comer porque su mandibula aún no se habia recuperado del todo de aquella okashodama. Dios, no queria pensar en ello, que daño. Al finalizar el Rasengan, habia acabado tumbado en el suelo boca arriba. Sin tener en consideración la herida que esta habia dejado, se intentó levantar. Pero en mitad de ese intento, cayó de rodillas a un lado, quedando Daruu a su izquierda.

Hasta ahí habia llegado, era obvio que si el Amegakurense se acercaba, no iba a poder hacer nada, no tenia armas ni ninguna forma de detenerle cuerpo a cuerpo si venia con ese orbe destructor de nuevo. Era la hora del truco final, de cerrar el telon. De rodillas, con la mano izquierda apoyada en el suelo, tosiendo sangre sobre la hierba, la mano derecha estaba inspeccionando la herida del pecho, o eso le pareceria a Daruu. En realidad, estaba preparando su último jutsu, el que tiraria el telon abruptamente.

Y el gilipollas este tomandola conmigo por una asquerosa cicatriz en la mejilla. De todas formas, lo siento, Hachiko Daruu. Ojala lo esquives.

Con el sharingan ya habia visto donde estaba el moreno antes de caer. Sacó fuerzas de flaqueza y se impulsó con el brazo izquierdo, confirmó la posición del Amegakuriano y de su boca salió una diminuta bolita de fuego que iba directa al suelo entre los pies del moreno. Y todos aquellos años siendo entrenado para matar sin piedad ni remordimiento y así volverse un shinobi perfecto, se fue a la mierda. Sabia que ese jutsu iba a ser demasiado para Daruu, para él, incluso para un Chunnin seria algo dificil de resistir. Así que lo lanzó desviado, casi dos metros delante de Daruu. Con un salto hacia atras quedaria fuera del rango. Al menos veria que pudo haber muerto en esa curva.

Antes de que esta impactara, Nabi caeria incapaz de mantenerse erguido llevado por la inercia de su propio impulso. Sin el sharingan y sin fuerzas siquiera para lanzar un shuriken, en aquel pequeño orbe de fuego iban sus ultimas fuerzas.

Tumbado de cara al cielo, solo cabia esperar. Se habia quedado embobado mirando una pequeña nube con forma de pollo que pasaba lenta pero inexorablemente de un lado a otro. Moverse tras recibir tal impacto le habia pasado factura, no podria moverse en un rato. Si Daruu habia esquivado su ataque, todo se habia acabado.

Solo le quedaba esperar a tener fuerzas para salir de ahi por su propio pie, ya fuera para rendirse o para reclamar su victoria. No tenia fuerzas ni para asomarse a ver si habia sido un exito. Cinco segunditos más, mami.

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Puto Daruke

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**Amedama Daruu** · (Última modificación: 14/02/2016, 00:36 por Amedama Daruu.)

Caminaba lento, seguro, sabiéndose ganador de una victoria que le llevaría irremediablemente a la celebración de una segunda ronda en la que podría, tal vez, enfrentarse a Ayame y cumplir su deseo de hacerle perder la apuesta a Zetsuo. «He tenido que llegar muy lejos, sin embargo... Hubiera sido preferible utilizar el Rasengan por sorpresa contra Ayame. Ay, puedo imaginarme la cara de ese viejo...» Pero el daño estaba hecho ya. Se volvió a acariciar la cicatriz y cerró los ojos, deteniéndose un momento. «¿Todos los participantes serán tan buenos como Nabi? Me ha costado un infierno...»

Y sin embargo, allí estaba el rubio. El vientre bastante dañado, una columna de humo serpenteaba, ascendente, de su magullada piel.

«¿Huh?»

Nabi intentó levantarse, pero no pudo con el esfuerzo y cayó de rodillas. Apoyó una mano en el suelo. Daruu se detuvo y se puso en guardia. La primera vez se había confiado. Era obvio que ahora estaba mucho más perjudicado que antes, pero la cicatriz por la que se había enfurecido tanto se la habían hecho por confiarse en primer lugar, así que no pensaba cometer el error por segunda vez.

«¿Cuándo...?»

Maldito Uchiha. Había aprovechado su estado de debilidad para ocultar unos sellos. Nabi se había impulsado y le había lanzado a sus pies una pequeña bola de fuego que, sin embargo, se movía a toda velocidad hacia su posición.

«¿Qué quedó de aquella gigantesca bola de fuego? Bah, es sólo un diminuto ascua...»

Hizo tres sellos, y expelió la versión más sencilla del Mizurappa que tanto conocía y usaba con frecuencia. Aquél día, Daruu aprendió un grave error: subestimar una técnica cuando no la conoces.

Menos mal que lanzó la técnica y mitigó un poco los efectos, sin embargo, porque si no, se habría convertido en un cadáver chamuscado. El agua se evaporó ante la pequeña esfera y ésta impactó en el suelo. Daruu quiso saltar, pero era demasiado tarde, y la esfera, que resultó ser una bomba inestable cargada de fuego, explotó en un círculo mortal de lenguas de flama que le envolvió y lo expulsó, hecho un amasijo de carne tostada, más allá de diez metros, casi tocando la pared del estadio.

¿Habían pasado dos segundos, o dos minutos? ¿Dos... horas? Daruu se levantó, con la piel encarnizadamente dolorida, y dio unos pasos temblorosos hacia donde estaba Nabi. No sabía si estaba de pie, o todavía tumbado, porque veía borroso.

—He... ¿ganado? O he... ¿perdido?

«Me importa... ¿ganar?». El rostro de Zetsuo se cruzó por su mente. «Joder... si no gano, me lo va a restregar toda la vida»

Dio un paso más.

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**Inuzuka Nabi** · 14/02/2016, 01:28

Las nubes... parecian tan... tranquilas.

Iban pasando, como si tiraran de ellas unos hilos shinobis que era incapaz de ver a tal distancia, hacian wiiiiii y abrian sus manitas hechas de nube. Espera, ¿no estaba en un combate? ¿Que coño hacia mirando las nubes?

Sí, me suena el muchacho de este dibujo. ¿No es aquel ladronzuelo que se llevaron al orfanato del otro pueblo? Sus padres eran shinobis de Uzushiogakure, pero murieron en una misión. Él se descarrió y empezó a delinquir mientras huia de los shinobis que querian llevarselo a un orfanato, que es donde debia estar. Oí que fue porque tenia una hermana pequeña que dependia de él y no se querian separar. A ver, es verdad que molestaba a los negocios, pero... da un poco de pena. ¿Su nombre?.....

Abrió los ojos, de repente, oyó a la audiencia contener el aliento. ¿Qué habia pasado? Levantó la cabeza lo minimo para poder girarla y ver a Daruu. Pudo ver una nube de vapor desvanecerse rapidamente, seguido del cuerpo inerte del moreno cayendo al suelo.

No. NO. ¡NO OTRA VEZ!

Se levantó de un salto ignorando el dolor, y fue directo hacia el moreno, lo más probable era que pareciera que iba a rematarle. Se movia todo lo rapido que podia que era bastante lento, podia ignorar el dolor, pero su cuerpo no podia dar más de sí de lo que era fisicamente posible. Contra más cerca estaba menos le gustaba lo que veia, él tenia quemaduras pero Daruu... Estaba mucho peor. No tendria que haber usado esa puta tecnica, sabia que era demasiado, por eso no la habia usado antes ¡por eso no debia haberla usado en ese puto combate!

Entonces, se levantó. Cuando estaba a apenas metro y medio de él, se levantó. Con los ojos vidriosos, como si no estuviera del todo consciente, pero ahi estaba, con el cuerpo para el arrastre pero de pie. Nabi ante él, no pudo hacer nada, en parte porque su cuerpo, forzado a hacer esfuerzos a pesar de estar malherido y sin una gota de chakra, cedió y que en realidad, no sabia que decir. Cayó de espaldas, incapaz de sostener su propio peso y tras un instante el publico rompió en un jolgorio de aplausos y celebración.

Tenian un ganador y no era él. Y no habia necesidad de que fuera él, seguiria vivo incluso si perdia. Ya era hora de ser un Gennin y dejar de ser un Uchiha secuestrado.

¡Ahora me acuerdo! Su nombre era Uchiha Kibō. Con un nombre como ese, era imposible no tenerle empatia al pobre huerfano. Su hermana se llamaba Uchiha Saki, pero tras ser adoptada se cambió el apellido.

**Amedama Daruu** · (Última modificación: 14/02/2016, 02:08 por Amedama Daruu.)

La imagen borrosa se estabilizó y vió a un Nabi dolorido pero seguro de sí mismo. Sin embargo, su cuerpo estaba demasiado magullado como para intentar nada contra él. Daruu se cubrió, levantando unos brazos temblorosos que casi no podían ni sostenerse por sí mismos.

—Deja... de... pele... ar... —dijo al aire, como si estuviera maldiciéndole por no rendirse, por no dejarle ganar... Por no dejarle...

El cuerpo de Nabi cayó hacia atrás, y el rubio quedó tumbado boca arriba.

«...¿ganar?»

Se acarició la cicatriz y soltó una pequeña y silenciosa carcajada mientras el público le hacía ovaciones.

«¿Es la victoria lo verdaderamente importante?»

¿Lo era? ¿Era suficientemente importante ganar? ¿Valía la pena seguir dando todo el espectáculo? Si se retiraba ahora, tendría tiempo de entrenar, más que si tuviera que participar en las siguientes rondas. Tendría tiempo para hacerse más fuerte. Aquél Uchiha Nabi había demostrado ser muy capaz, y ahora se sentía un poco intimidado. En la academia, siempre lo había tenido más fácil.

«No. Lo de Zetsuo sólo es... una estúpida apuesta de nuestros padres. Sólo es...»

A quién iba a engañar. Era importante para él. Pero... «Hay algo mucho más importante».

—Te enseñaré, cachorro. Llega a chunin, y te enseñaré. Te enseñaré a entenderte con la tierra y con el cielo. Te enseñaré el mensaje de la luna, esa que llevas colgada del cuello. Y te enseñaré a aullar como un día le enseñé a tu madre.

Sonrió, dio un paso, trastabilló y se desvió un poco a la izquierda. Cayó de cara al suelo, al lado de Nabi, derrotado.

Sus dedos formulaban el sello del tigre, el de la Reconciliación. Y se juntaban con los del rubio, extendido a su lado.

—Ser tu "rival" es agotador, Nabi. —Cerró los ojos, y disfrutó de la ovación de la gente.

Habían dado un buen espectáculo.

Ambos habían ganado.