Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Continuaron con la travesía hasta que Akame le sugirió que se detuvieran para reponer fuerzas y meterse algo en el estómago. Jadeante y algo sudoroso, Ralexion asintió. Se estaba tomando muy en serio los deseos del otro muchacho de llegar cuanto antes, pero no era ni mucho menos un shinobi veterano, algo que cuanto más pasaba el tiempo más patente se iba haciendo.

Aterrizaron sobre la tierra y gravilla del suelo del bosque. Mientras que Akame buscaba un lecho adecuado sobre el que sentarse, Ralexion se limitó a apoyar la espalda contra el tronco de un robusto árbol, no sin antes dejar reposar su mochila sobre el suelo. Del interior de la referida sacó una cantimplora fabricada con un trozo de bambú, así como una pequeña bolsa de cuero que escondía varios onigiri en su interior.

El moreno tomó asiento de la misma manera en la que estaba de pie, apoyado contra el grueso vegetal. Le pegó un buen bocado a una de las bolas de arroz y bebió del agua almacenada en el recipiente. Akame, curioso, inquirió sobre su pasado.

Sí, muy recientemente. Pero no te preocupes, soy capaz de darle una buena tunda a un buscavidas si es necesario —aseguró, sonriente.

Omitió la mención al torneo, ya que no tenía ni idea de a lo que se refería su interlocutor. Él se había mantenido al margen de los acontecimientos mundiales hasta hacía un par de meses, al fin y al cabo, y no había escuchado nada de tal evento.
Responder
#17
Akame escuchó con atención la respuesta de su guía mientras seguía comiendo a dentelladas aquel bocadillo. Llevaba filetes de pollo, lechuga, tomate y maíz; una combinación ganadora a ojos del Uchiha. Mientras masticaba con parsimonia, tratando de controlar su hambre para no acabar tragando los trozos enteros de pura ansiedad, el de Uzu observaba con atención los movimientos de Ralexion. Ya desde que se conocieran en aquella terraza de Tane-Shigai le había dado la sensación de que era un ninja razonablemente novato, y ahora el propio kusajin se lo confirmaba.

Aseguró, no obstante, que sería capaz de vencer en combate a algún enemigo razonablemente poco entrenado, y Akame asintió. Probablemente así fuera, porque aunque un genin recién graduado no fuese más rápido, fuerte o habilidoso que un bandido con algunos asaltos a la espalda, sí contaba con una gran baza a su favor; el chakra. No había maleante, asaltador de caminos o mercenario novato que no sucumbiera ante el puro miedo de ver a un muchacho vomitando fuego, o enchufándole diez mil voltios en el cuerpo con un jutsu Raiton.

El Uchiha sonrió.

Eso espero, no me gustaría tener que preocuparme de mi guía si surge cualquier imprevisto —dijo, medio en broma medio en serio—. Y dime, ¿cómo están las cosas por Kusagakure? ¿El viejo Kenzou-sama todavía guarda rencor al Remolino?

»Y no, no me refiero a la tunda que os dimos en el Torneo —remató, riendo con sinceridad.

Bebió otro trago de su cantimplora, dejando que el agua fría le refrescase. No estaba cansado, pero intuía que conforme fuesen ascendiendo hacia el Norte el terreno se volvería más inhóspito y escarpado —no en vano, los templos que buscaban lindaban casi con las montañas del País de la Tierra—.
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
Responder
#18
Ralexion seguía masticando y pegándole dentelladas a los onigiri, que se iban esfumando como si se los llevase el viento. Pero ni por esas apartaba la vista de Akame, mostrando interés hacia sus palabras. La actitud de su congénere se le hacía áspera, incluso algo camorrista, pero él no sentía ningún tipo de patriotismo descerebrado por su aldea ni ninguna otra. El único lugar que había llamado hogar se esfumó en una nube de humo y sangre.

Pues sí, anda bien, aunque no sabría decirte si siente rencor o no —se aventuró a decir, ya que apenas había visto de pasada a su líder en un par de ocasiones—. No conozco ese torneo del que hablas, ¿podrías hacerme un resumen?

No pudo evitar preguntar, esta era la segunda ocasión en la que su acompañanante lo había mencionado. Ya había terminado de comer, el pequeño morral donde guardaba sus delicias de arroz y alga yacía despejado. Así que quedó, expectante y sin hacer nada, a la respuesta de Akame.
Responder
#19
La indiferencia de Ralexion sólo le resultó menos sorprendente que su aparente y total ignorancia sobre cualquier cuestión que involucrase la situación internacional de las Aldeas. Hacía menos de medio año que Oonindo se había visto envuelto en la peor crisis diplomática de los últimos tiempos —en el caso de Uzushiogakure, la peor desde la caída de las Grandes Aldeas—. «¿Cómo puede ser que este tipo no sepa nada? ¿Acaso lo tuvieron incubando dentro de un tanque en un laboratorio subterráneo hasta ayer mismo?» Sea como fuere, el kusajin se interesó finalmente por el mencionado Torneo.

El Torneo de los Dojos —aclaró Akame—. Una competición que tuvo lugar el Verano de este mismo año, donde las tres Grandes Aldeas llevaron a sus mejores genin a competir en un cuadrante eliminatorio por enfrentamientos de uno contra uno —explicó el de Uzu, resumiendo—. En realidad no fue más que un mero espectáculo para los Daimyō y otros personajes influyentes y ricos de Oonindo. A nosotros, los ninja, lo único que nos consiguió fue unos cuantos chistes... Y algo de... Fama.

Akame lo dijo con la boca pequeña. Aunque en su momento la idea de ganar el Torneo y traer la gloria a Uzushiogakure le había seducido lo suficiente incluso como para desobedecer las órdenes de su verdadera maestra, lo cierto era que tiempo después sólo quedaban las cenizas de lo que nunca llegó a ser una gran hoguera. Ahora él era conocido, sí, pero a Akame eso se le antojaba más una desventaja que otra cosa. Él era el tipo de shinobi que hacía honor a las antiguas tradiciones de su profesión y prefería pasar desapercibido allá donde iba.

Por fortuna, en Mori no Kuni era improbable que fuese reconocido.

Mientras el Uchiha daba los últimos bocados a su almuerzo, Ralexion pudo fijarse en que algo se estaba moviendo a los pies del uzujin. Sus ojos lo identificarían como una figura alargada, de color verde amarronado que era ideal para camuflarse en el entorno... Una serpiente. Akame no se había dado cuenta, concentrado en su bocadillo como estaba, pero el reptil se dirigía, sigiloso, hacia sus pies.
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
Responder
#20
Tal y como había pedido, Akame le contó todo lo que necesitaba saber sobre el torneo que aconteció mientras él todavía tenía una vida pacífica allá en Uji. Le resultaba irónico, ya que solo habían pasado unos meses desde entonces, pero para él parecían años. Sintió un cuágulo de melancolía en su psique, pero lo apartó con la misma desgana que uno aparta a una mosca cojonera.

«Ojos al frente, mirada al presente», recitó como si se tratase de una fórmula mágica.

Poco después reparó en algo extraño a los pies de su cliente. Algo que rompía la viñeta de tranquilidad que andaban disfrutando en su descanso. Se trataba de una traicionera serpiente que acechaba a Akame. El kusajin no se lo pensó dos veces; ni era consciente de si el ajeno era testigo de lo que reptaba en sus narices —al fin y al cabo, el otro Uchiha parecía más diestro que él, así que nunca se sabe—, mas no lo tuvo en cuenta, pasó a la acción.

Sus ojos adquirieron el aspecto de un carmesí cuando el Sharingan se manifestó en ellos, las dos aspas a cada extremo en su órbita imaginaria. Su diestra, oculta bajo la capa de viaje, se precipitó, rauda, a los confines del portaobjetos, del que extrajo un shuriken. Las comisuras de la prenda se apartaron para dejar paso al brazo que surgió entre ellas, lanzando la estrella contra la cabeza del reptil, ensartándolo.

Vaya, ¿has comido serpiente alguna vez, Akame-senpai? —preguntó como si no hubiera acontecido nada digno de mención; sus orbes habían vuelto a la normalidad— Tengo entendido que la carne de serpiente está algo fibrosa, pero bastante rica, especialmente si la pones al fuego un rato.





PV:

100/100


CK:

129/140

-11


Shuriken -1


Inventario
¤ Portaobjetos básico [Cintura, extremo trasero derecho] [6/10]:
  • Kunai (x1)
  • Shuriken (x1)
  • Hilo shinobi (x1)
  • Makimono (x1)


¤ Ni Tomoe no Sharingan
¤ Ojo Giratorio de Dos Aspas
- Tipo: Apoyo
- Rango: S
- Requisitos: Uchiha 25
- Gastos: 11 CK (divide regen. de chakra)
- Daños: -
- Efectos adicionales: Percepción +12
- Sellos: -
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: -
Los iris del usuario se vuelven de color carmesí, y alrededor de sus pupilas surgen dos aspas negras que giran hasta formar un dúo en una circunferencia imaginaria.

El Sharingan le da color al chakra, y permite distinguir su composición elemental. El usuario puede ver el flujo del chakra de otros seres vivos como un manto, pero no con la suficiente precisión para detectar movimientos de chakra dentro de un oponente si no hay una técnica activa. El Sharingan puede ver el chakra de las técnicas activas: las que afecten al interior de un ser vivo o las que ya se encuentren en el exterior de un oponente, pero no antes de que se hayan formado. Puede detectar si alguien está siendo afectado por una técnica ilusoria.

La percepción visual del usuario goza de un cierto estímulo, volviéndose más sensible al movimiento. El Uchiha puede leer labios con extrema facilidad o imitar movimientos tan sutiles como los de la escritura, escribiendo lo mismo que alguien a quien está observando. En combate, el clan utiliza esta destreza para seguir con claridad los movimientos físicos (y no de técnicas, importante) de un oponente y de sus extremidades en el Taijutsu, y para leer con claridad los sellos manuales que realiza. Si y sólo si el usuario conoce la técnica que va a utilizar, puede anticipar una respuesta (hay muchas técnicas con secuencias de sellos similares o iguales. En este caso, el Uchiha no tiene manera de saber qué va a hacer el oponente). Cabe destacar que aunque el usuario sea capaz de percibir un movimiento, necesita las capacidades físicas y de reacción para poder responder ante él.

La habilidad para leer los movimientos del Sharingan le otorga al usuario la capacidad de copiar los sellos de una técnica de Ninjutsu o de Genjutsu (o los movimientos de una técnica de Taijutsu) que no dependa de una facultad personal para ejecutarla al mismo tiempo que el oponente o registrarla en su repertorio (hasta un máximo de tres técnicas) hasta que termine la trama. Se pueden imitar evolutivas, pero no registrarlas. Para copiar una técnica se debe de tener su requisito convertido a la facultad Uchiha.

El Sharingan le permite al usuario distinguir técnicas como los clones simples (no los generados por la técnica Kage Bunshin no Jutsu) de un usuario real, y ver a través de la técnica Henge no Jutsu.

Responder
#21
El silencio envolvió por momentos a los dos ninjas, que apuraban sus almuerzos bajo la fría sombra de las copas de los árboles. Akame se permitió el lujo de recostarse ligeramente sobre su propia mochila una vez hubo terminado su bocadillo, haciendo una bola con el envoltorio de papel de arroz y metiéndola en uno de los bolsillos laterales del bolso. «Ah, qué bueno estaba. Los filetes de pollo de ese carnicero de Tane-Shigai sí eran realmente de primera calidad... ¡Casi mejor que los de Uzu!»

En aquellos felices pensamientos andaba el Uchiha cuando vió a su guía efectuar un rápido y súbito movimiento. Su mano bajó, rauda, dirigiéndose hacia el portaobjetos que llevaba en la cintura; y sus ojo adoptaron un color rojo sangre. «¿¡Qué demonios...!?»

Akame no perdió tiempo. Activó su propio Sharingan y de un salto se apartó de la trayectoria del shuriken... Que no iba hacia él. «Joder, sí que tiene mala punt...» Los pensamientos del uzujin se vieron interrumpidos cuando Ralexion señaló, sonriente, a su verdadero objetivo.

¿Serpiente...? —cuestionó Akame, atónito, cuya mano diestra ya se encontraba aferrando una de sus propias estrellas metálicas. Bajó la mirada y lo entendió al ver al reptil con la cabeza llena de acero—. ¡Por Susanoo! Ya veo que ese shuriken no iba dirigido a mí —se disculpó, rascándose la nuca con cierta vergüenza mientras devolvía su arma arrojadiza al portaobjetos que llevaba en el muslo derecho.

Sus ojos se cruzaron un momento con los de Ralexion antes de volver a la normalidad. «Dos aspas», confirmó el Uchiha.

Gracias, Ralexion-san —dijo el de Uzu, acompañando sus palabras de una leve inclinación de cabeza—. Por favor, llámame Akame-san.

Ralexion ya le había tildado de "-senpai" varias veces, y no era algo en lo que el uzujin estuviera para nada conforme.

Pronto tomaré mi examen de ascenso a chuunin y, si soy lo bastante inteligente y habilidoso, me ganaré el derecho a ser llamado instructor... Por ahora, no.

Terminado el almuerzo y aclarado aquel detalle, el Uchiha del Remolino devolvió su cantimplora a la mochila y luego se colgó ésta a hombros.

¿Hay algún río cerca? Necesito rellenar mi cantimplora —preguntó Akame—. ¿O quizás algún puesto fronterizo?

No las tenía todas consigo; un buen rato antes de pararse allí a almorzar ya habían dejado de ver cualquier rastro de civilización.
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
Responder
#22
Como resultaba natural, las acciones del genin hicieron que Akame se sobresaltara. Afortunadamente para ambos, su acompañante no llegó a devolverle el "ataque", así que no había nada que lamentar. Ralexion fue consciente de que estaba preparando un arma con la que contraatacar, pero su actitud jovial no se esfumó, ¿cómo podía juzgarlo? Él habría hecho lo mismo.

No hay de qué —se carcajeó—. Ruego que aceptes mis disculpas, he sido indudablemente brusco, pero consideré que la situación requería celeridad...

»...Akame-san.

Habría preferido seguir utilizando el honorífico de senpai con actitud jocosa, pero si andaba incomodando a su cliente, mejor detenerse.

En tal caso espero que asciendas a chūnin pronto, así podré continuar llamándote senpai.

Se puso en pie a la par que hablabla. Acortó distancias entre él y el cadáver de la serpiente con la intención de recuperar su shuriken. Necesitó tirar del objeto un par de veces para lograr que se desprendiese del fibroso músculo. Tomó una hoja seca del suelo y la utilizó para limpiar la fría sangre del reptil depositada sobre las hojas de la estrella. Finalmente, lo devolvió a su portaobjetos.

Entretanto, Akame le preguntó si había un río o cualquier otro tipo de lugar cerca donde pudiese reponer sus reservas del precioso líquido de la vida, a lo que el kusajin meditó durante unos instantes con la mirada perdida en un punto inexacto del paisaje.

Que yo sepa, no y no. Los templos llevan mucho tiempo abandonados y los cazadores no suelen pasar por aquí, así que no ven necesidad de erigir nada, ni torres ni puestos —expuso a la par que gesticulaba—. Un riachuleo es posible... pero no sé de ninguno. Sería cuestión de suerte que nos topáramos con algo así. Si te ves falto de agua yo llevo de sobra, me metí a la mochila más de lo necesario por si las moscas.
Responder
#23
El Uchiha del Remolino se limitó a asentir con indiferencia ante las palabras de Ralexion. Todavía no era capaz de dilucidar si el de Kusa le estaba intentando tomar el pelo o si de verdad le admiraba lo suficiente como para llamarle senpai. «¿Qué demonios le pasa a este tío?» Sea como fuere, Akame todavía necesitaba a su guía; eso dejaba fuera de la mesa cualquier tipo de conflicto o cuestionamiento que pudiera ofender al lugareño.

Ralexion tomó su shuriken, lo limpió y lo devolvió a su lugar antes de contestar a la gran pregunta. Akame ya se había imaginado la respuesta, de modo que no le cogió de improvisto; y aun así, eso no lo hizo todo más esperanzador. «Maldita sea, tendría que haber previsto algo así», se lamentó el uzujin. Entonces Ralexion le ofreció compartir el agua.

Gracias, Ralexion-san. Es un gesto muy amable por tu parte —contestó el del Remolino—. Esperemos toparnos con algún río durante el resto del camino y que no sea necesario.

A Akame no le gustaba tener que confiar en nadie más que de sí mismo, y en aquel momento se vió condicionado a más no poder por aquel chico de Kusa. De él dependía para llegar y volver de los templos, y para no morir de sed. «Joder, en menuda me hallo...»

Sea como fuere, los genin acabaron por retomar la marcha, esta vez a paso sobre el firme suelo. Mientras recorrían el espeso bosque, Akame iba repasando mentalmente las notas sobre el Templo que llevaba en la mochila.
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
Responder
#24
El efímero reposo de la pareja llegó a su fin. El kusajin se echó a la espalda su vieja mochila tras asegurarse de que las pertenencias que había extraído de ella estaban de vuelta en su lugar de origen.

Así pues, comenzaron a andar, esta vez como las personas normales, a ras de suelo, ignorando la espesura de aquel bosque que más que arboleda era jungla. Parecía que Akame se sentía dispuesto a reducir el ritmo. Por su parte, Ralexion lamentó no haber traído consigo un machete o similar con el que abrirse paso entre los arbustos.

Minutos más tarde, el moreno se animó a aclararse la voz, buscando captar la atención de su acompañante. Rompió el silencio que solo se veía perturbado por sus piernas al aplastar los hierbajos.

Akame-san, tengo una pregunta, pero no es sobre tus intenciones con el templo —afirmó antes que nada—. Quizás mis ojos me mintieron, pero supongo que rara vez le falla la vista a un Uchiha, así que... ¿soy yo, o tu Sharingan tenía tres aspas?

Era algo que llevaba rumiando desde la situación con la serpiente. «Quizás sepa sobre el Sharingan más que yo. Al fin y al cabo, yo no sé NADA. No me importaría conocer más sobre mi clan».
Responder
#25
El interpelado abandonó sus pensamientos, que en ese momento se centraban en los pocos datos arqueológicos que tenía sobre el Templo. Alzó la vista y miró a Ralexion de soslayo. «Así que no conoce la verdadera forma del Sharingan. Por Susano'o, cuántos de los nuestros ignoran su auténtico poder...» Con la paciencia de un profesor de la Academia de las Olas, Akame se aclaró la garganta y procedió a explicar lo pertinente acerca del Kekkei Genkai de los Uchiha.

No te engañaban, Ralexion-san. En efecto, mi Sharingan tiene tres aspas —confirmó, sonriendo—. No me ha pasado inadvertido que el tuyo tiene dos. Bien, eso significa que estás en la fase intermedia. Hay al menos una anterior, el Sharingan de Un Aspa, aunque los más dotados de entre los nuestros son capaces de saltársela.

Akame se ajustó las correas de la mochila mientras seguía caminando y hablando. Para él resultaba tan refrescante poder hablar abiertamente de los poderes de su línea de sangre con otro Uchiha, que por un momento incluso se había olvidado de que, al final del día, aquel chico pertenecía a una Aldea distinta a la suya. «Eso no debería importar... Los Uchiha nunca recuperaremos nuestra antigua gloria si no nos unimos», se dijo el uzujin.

Llegar a la última fase del Sharingan requiere de un extenso y duro entrenamiento —agregó—. Pero los dones que te son otorgados, ah... Por Susano'o, bien lo valen. Cuando un Uchiha ha logrado desbloquear todo el poder de su Kekkei Genkai, hay pocos enemigos que puedan hacerle frente.

Durante un momento calló, y luego se decidió a preguntar.

¿Tu sensei nunca te habló del verdadero poder del Sharingan?
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
Responder
#26
Sus dudas no cayeron en saco roto y Akame echó mano de su lengua de plata para revelarle valiosos hechos sobre sus genes. El moreno prestó una atención infinitamente mayor a la que le había dedicado a cualquier otra parte de sus intercambios. Para él, esa información valía su peso en oro, y le estaba ayudando a comprender varios aspectos del pasado reciente. «Mi hermana y yo tuvimos dos aspas desde el primer momento... ¿quiere esto decir que tenemos potencial?», reflexionó, esperanzado.

En último lugar, su colocutor le habló sobre la fase final del Dōjutsu, la cual Ralexion supuso que concedía el tercer tomoe. Deseaba conocer más sobre esos increíbles poderes que le esperaban si era capaz de desbloquearla.

¿Tu sensei nunca te habló del verdadero poder del Sharingan?

No supo muy bien qué responder. Quedó con la mirada perdida —a pesar de que podía tropezar al seguir caminando en un terreno tan difícil sin prestar atención— y se lo planteó a lo largo de unos tensos instantes. Tragó saliva.

No, desafortunadamente no me explicó nada del Sharingan —y raudo como un corcel, viró el tema—. ¿Qué poderes te otorga la tercera fase? Y lo que es más importante, ¿qué hago para obtenerla? ¿Simplemente sigo entrenando y un día aparecerá por sí sola, o debo hacer algo en especial?
Responder
#27
Tal y como Akame había esperado, aqel chico jamás había recibido ningún tipo de información acerca de su poderosa línea genética. El de Uzu apretó los puños, impotente. «Siempre la misma historia. Disueltos, perdidos, olvidados...» Una punzada de dolor en el pecho le obligó a cerrar los ojos un momento. «Perdido, olvidado...» Luego regresó a la realidad.

No me extraña —replicó—. Nuestro linaje, antaño glorioso, está ahora quebrado y roto, disperso por todo Oonindo. Tampoco me resultaría raro que tu maestro ni siquiera conozca tu verdadero potencial, Ralexion-san.

Claro, él no había tenido esa desgracia, porque había crecido rodeado de las enseñanzas que todo Uchiha necesitaba para desbloquear su poder. Recordarlo le produjo una sensación agridulce en el cuerpo y al momento notó cómo se le humedecían los ojos. Parpadeó varias veces y quiso volver a hablar para intentar desanudarse la garganta.

El poder de someter a todos tus enemigos, de domar su mente y su cuerpo —dijo como respuesta, intencionadamente críptico—. Veo que tienes muchas preguntas.

El de Uzu se debatía consigo mismo entre ser fiel a su Aldea o a su linaje. Lo primero requería acabar aquella conversación en ese mismo momento, porque en el futuro Ralexion y él podrían estar en distintos lados de la trinchera. Y, en ese momento, nadie querría enfrentarse a un Uchiha con tres aspas en lugar de dos. Sin embargo, algo dentro de él le empujaba a compartir la información que Ralexion quería. Que necesitaba. ¿Cómo iba Akame a negarle lo que era suyo por derecho de nacimiento? ¿Acaso era peor ser un traidor a la sangre que serlo a la Aldea?

Chasqueó la lengua, molesto.

No me pides poca cosa, siendo de Kusagakure —replicó finalmente—. Pero...

¿Realmente iba a hacerlo? ¿A traicionar a los intereses de su Villa por los de su sangre? «¿Acaso no he abandonado ya ese camino?», se preguntó con innegable amargura.

Tengo algunos libros que podrían interesarte. Si cumples con tu cometido en este viaje y vuelvo sano y salvo a Tane-Shigai, los compartiré contigo. Considéralo una actualización de nuestro acuerdo, ¿eh?
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
Responder
#28
Parecía ser que Ralexion había sumergido a su análogo en una piscina de recuerdos y amargura sin pretenderlo o ser siquiera consciente de ello. Es más, ver las peculiares reacciones por parte de Akame le llevaron a creer que sospechaba de su respuesta, o que iba a explotar y declararle un Uchiha indigno.

Nada más lejos de la realidad, pero el jovenzuelo no era consciente del debate interno del otro.

Mas no tuvo necesidad alguna de conocer el resultado del duelo mental de Akame. Su actitud y afirmaciones se decantaron a favor del kusajin, el cual sonrió, excitado. Incluso llegó a dar un saltito de emoción cuando su colocutor le afirmó que si volvían enteros de aquella misteriosa expedición le haría entrega de unos tomos que responderían a sus preguntas.

¡Perfecto! ¡Trato hecho! —exclamó con actitud infantil, radiante.

Ahora todo se reducía a cumplir con el encargo y que ambos viviesen para contar la historia. "Pan comido", se dijo. «¡Que suerte he tenido con Akame-senpai! Acerté de lleno al ofrecerme como guía, ¡que le jodan al dinero! Esta recompensa es mucho mejor».
Responder
#29
Sí, trato hecho —respondió Akame, con un suspiro de resignación.

«Espero no estar equivocándome con este chico...» No era poca cosa lo que acababa de ofrecerle a Ralexion, y aunque ya estaba pensando en títulos muy básicos y apenas introductorios a la historia del clan, Akame no podía evitar que se le formase un nudo en el estómago. «Meh, le dejaré "Historia Antigua del Clan Uchiha" y "La saga de Konohagakure no Sato". ¿Quién podría decir que estoy traicionando a la Aldea? Nadie, nadie...»

Continuaron andando durante un rato más —el Uchiha ya había perdido la noción del tiempo—, y Akame no paró ni un sólo momento de darle vueltas al asunto. Aquel kusajin no parecía mala persona, pero tampoco cabía duda de que era extremadamente novato e inocente. ¿De verdad quería confiarle alguno de sus preciados volúmenes a una persona así?

Eh, Ralexion-san —llamó la atención del otro sin previo aviso—. Que este trato quede entre nosotros, ¿quieres?

Quizá sólo lo estaba haciendo porque, por fin, había encontrado a alguien a quien la historia de su antiguo linaje le interesaba tanto como a él.




El Sol ya caía en el cielo, tras las frondosas copas de los árboles, cuando los muchachos divisaron un claro más adelante. La foresta se abría de forma inequívoca para dejar paso a una ligera depresión, tan marrón y verde como todo lo demás, donde el efecto de la mano del hombre era notable incluso a pesar de que debía llevar muchísimo tiempo abandonada. Una edificación de piedra muy vieja, cubierta de enredaderas y verdina, se alzaba en el centro exacto del claro.

¡Por Amaterasu! —exclamó Akame nada más sus ojos contemplaron aquella obra—. Es aquí, sin duda.

El Uchiha se acercó, impaciente, sorteando los despojos de piedra y ruina que había repartidos por el paisaje, como si un dios gigantesco los hubiera arrojado con indiferencia. Al llegar ante las puertas del edificio se descolgó la mochila, abrió uno de sus múltiples bolsillos y sacó el libro de historia del profesor Rōshi. Entonces lo alzó frente a sí, alineando la fotografía de la portada con la entrada de aquella antigua construcción...

Y lo vió. El símbolo que aparecía en la fotografía del manuscrito estaba visiblemente tallado en la misma piedra del arco de la entrada. Una serpiente devorándose a sí misma, formando un círculo perfecto.

Uróboros... —musitó el Uchiha—. Lo conseguiste, Ralexion-san.

Encontrar un lugar en el claro donde asentarse no les sería difícil, y mucho menos hacer una pequeña hoguera. Akame había acampado a la intemperie las veces suficientes como para poder encargarse de todo aquello sin dificultad. Reunió algunas ramas secas, hizo un cerco con piedras y luego prendió fuego a la madre con una sencilla técnica de su Katon.

Al calor de la lumbre, mientras el cielo se teñía de naranjas y violetas, el uzujin se sentó sobre su mochila mientras bebía las últimas gotas de agua de su cantimplora. Entonces pensó en algo, algo que llevaba rumiando durante el camino desde que prometiese a Ralexion uno de sus libros sobre el Clan como pago.

¿Sabes, Ralexion-san? Creo que antes de confiarte los secretos de nuestra sangre, necesito comprobar algo —Akame se levantó, quitándose su capa de viaje y ajustando las correas de sus portaobjetos y espada. Luego caminó hasta alejarse una docena de pasos de la hoguera, y se dirigió a su guía—. Vamos, acércate. Ahora quiero que intentes golpearme.

Los ojos del genin habían cambiado de color para abrazar aquel rojo sangre tan característico de su clan, con tres aspas negras en torno a cada pupila.

No puedo dejar mis preciados volúmenes a un cualquiera. Un apellido no es suficiente. Vamos, demuéstrame qué has aprendido en Kusagakure.
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
Responder
#30
Persistieron en su tarea de llegar hasta el templo. El kusajin había olvidado por completo la dureza del cansancio gracias a que se veía colmado de felicidad por el desarollo de los acontecimientos. Irónicamente, su acompañante padecía de las emociones contrarias por lo mismo.

Eh, Ralexion-san —el genin de Kusa lo miró—. Que este trato quede entre nosotros, ¿quieres?

A pesar de su rostro de confusión, asintió. La perspectiva de Ralexion era mucho más simple e inocente que la de Akame, motivo por el que no comprendía las intenciones de su colocutor. Pero si ese era el precio a pagar en aras de contar con la colaboración de su parente, estaba dispuesto a hacerlo.

Oh, claro, sin problema.

***

La noche se aproximaba, pero tal y como el muchacho prometió con anterioridad, ahí estaban, frente a la imponente —y algo tétrica— figura del templo abandonado.

Un ansioso Akame se precipitó a la vanguardia del edificio mientras que el otro Uchiha seguía su estela a un ritmo más moderado. Ralexion se detuvo a poco menos de un metro de este, observando cómo extraía un tomo de su zurrón. Parecía pletórico; claramente había dado con lo que buscaba.

«¿Uróboros? Hmm, ¿dónde he escuchado eso antes? ¡Bah! No importa», pensó. "Lo conseguiste", se le dijo, pero él se quedó en silencio, observando igual que su compañero la peculiar figura empedrada de la serpiente que se mordía su propia cola.

Mientras que Akame iba preparando un campamento improvisado, el segundo moreno dejó reposar su mochila cerca de la localización del escuálido uzujin y echó un vistazo a los alrededores del templo. No dio con nada más que escombros, pero algo de aquel lugar le ponía los pelos de punta.

De vuelta a su precaria base de operaciones, observó a Akame darle un buen trago a su cantimplora. Poco después le dedicó unas palabras, solemnes y serias, que Ralexion no alcanzaba a comprender de dónde surgían. «¿Comprobar algo...?», resonó en su fuero interno, emulando la afirmación del otro.

Le exigió que le golpease, que necesitaba saber de qué estaba hecho, que un debilucho no merecía "sus secretos", incluso aunque compartiesen sangre. Ese tipo de Uzugakure se le antojaba interesante, pero en ocasiones también algo vanaglorioso. Ya habían acordado un precio y Ralexion había cumplido con su parte, pero si deseaba que la situación tomase esos tintes, tampoco barajaba la opción de ser un aguafiestas.

¿De eso se trataba? ¿Dudas de mis capacidades? —cuestionó según eliminaba la distancia que los separaba, no con tono acusatorio o indignado, simplemente neutral; desnudó su capa de viaje y la dejó caer al suelo en el proceso— Está bien, Akame-san. Soy un novato, pero tengo muy claro que no soy un cobarde.

Quedó frente a él, cara a cara. Su Sharingan yacía activo, esperándole, así que el kusajin también invocó el suyo propio. Poco después hizo exactamente aquello que Akame quería: le golpeó. Lanzó su puño diestro directo al centro del pecho del contrario, poniendo toda su fuerza y agilidad en el asalto.
Responder



This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.