Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
26/01/2017, 20:50 (Última modificación: 26/01/2017, 20:50 por Uchiha Akame.)
Akame no movió ni un sólo músculo de la cara ante el halago de su rival; claro, un chico normal habría henchido el pecho de orgullo como un pavo, pero él tenía demasiado interiorizadas duras lecciones sobre la excelencia y la superación personal como para eso. Y Haskoz era Uchiha. Para Akame, eso ya los colocaba a ambos un peldaño por encima del shinobi medio. El hecho de que su compañero estuviera reconociendo que su Taijutsu era peor no influía en absoluto en aquella creencia.
—Quizá no debiste saltarte tantas clases —replicó el de Tanzaku, con su habitual tono amable. Casi parecía que no le acabase de soltar un revés malintencionado, si no que sólo se estuviese preocupando por su compañero de Aldea.
En cualquier caso, Akame decidió que era hora de pasar a otra de las múltiples destrezas combativas que debía tener todo Uchiha de bien. Sacó la mano diestra del portaobjetos y la llevó a su espalda junto con la zurda. Ambas trabajaron laboriosamente durante unos momentos, mientras Akame no perdía de vista a su rival. «Aquí está el extremo... Sí, y ahora, por aquí... Ajá. Espero no haberme equivocado...» Hizo una última comprobación, y luego adelantó el brazo derecho con un súbito latigazo.
De sus dedos voló una estrella metálica que giró, cortando el aire, en dirección a Haskoz. Al mismo tiempo, Akame juntó ambas manos y empezó a realizar una conocida secuencia de sellos. El Uchiha de pelo blanco identificaría todo aquello al instante; su Sharingan le indicaría que el shuriken se dirigía a algún punto de la parte baja de su cuerpo. Akame esperaría un poco más para terminar la serie, consciente de que, de lo contrario, Haskoz podría leerla con facilidad.
«¡Ahora!»
Tan pronto el shuriken impactó contra el suelo, a escasa distancia de los pies de Haskoz, la hikaridama que llevaba atada hizo explosión. Akame cerró los ojos un instante antes, terminando a ciegas su serie de sellos. Luego abrió los ojos, avanzó un paso rápido, se llevó una mano a la boca, y exhaló.
—¡Katon! ¡Gōkakyuu no Jutsu!
De sus labios emergería un monstruoso torrente de llamas abrasadoras, dirigidas de pleno contra la figura del Uchiha de pelo blanco. Al contrario de lo que se solía ver normalmente, Akame no había proyectado una de las gigantescas esferas de fuego por las que era conocida aquella técnica, si no que —aprovechando la corta distancia que les separaba—, por su boca fluían lenguas de fuego de forma continuada. Si Haskoz intentaba esquivar aquella técnica, Akame redirigiría su furia hacia él.
Estado de Akame
PV: 81 CK: 109 -36 = 73
¤ Ni Tomoe no Sharingan activado
Inventario
Bandana de Uzushiogakure [en el brazo derecho]
Mecanismo oculto de kunai [en la muñeca derecha]
Kunai (x1)
Portaobjetos básico [en la cadera, lado derecho]
Hilo shinobi (x1, 2/3 usos)
Hikaridama (x0)
Shuriken (x4)
¤ Katon: Gōkakyū no Jutsu ¤ Elemento Fuego: Técnica de la Gran Bola de Fuego - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Katon 10 - Gastos:
12 CK
(Katon 20) (multiplicable x2)
(Katon 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales:(Katon 80) Tanto el chorro como la esfera pueden lanzarse de forma parabólica - Sellos: Caballo → Serpiente → Carnero → Mono → Jabalí → Caballo → Tigre - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
1'5 metros de ancho y 3 de largo como lanzallamas (multiplicado x1) o 1'5 metros de diámetro, alcanza 6 metros antes de disiparse como proyectil (multiplicado x1).
3 de ancho y 5 de largo como lanzallamas (multiplicado x2) o 2 metros de ancho, alcanza 8 metros antes de disiparse como proyectil (multiplicado x2).
4 metros de ancho y 6 de largo como lanzallamas (multiplicado x3) o 3'5 metros de ancho, alcanza 15 metros antes de disiparse como proyectil (multiplicado x3).
Icónica técnica flamígera, popularmente asociada a los Uchiha, puesto que estos mismos la crearon, y son extremadamentes asiduos a ella. No hay un solo miembro del susodicho clan que sea incapaz de ejecutarla, puesto que el aprendizaje del Gōkakyū no Jutsu se utiliza como rito de adultez, de forma que los jóvenes Uchiha son considerados miembros de pleno derecho tan pronto la dominan. Eventualmente, la técnica fué aprendida por otros ninjas que también poseían chakra elemental de fuego, generalizando su uso. Acumulando el chakra, transformado en llamas, en el estómago, el ejecutor lo exhala por la boca, pudiendo hacerlo de dos formas: ya sea a modo de lanzallamas, con un chorro sostenido a lo largo de varios segundos, dirigible, o disparando una esfera ardiente que avanzará en línea recta. En ambos casos, la técnica abrasa al oponente, y deja un llamativo cráter allá donde impacte. La potencia y alcance pueden variar dramáticamente dependiendo del chakra que se utilice, llegando al extremo de lanzar bolas enormes.
—Quizá no debiste saltarte tantas clases —dijo Akame, arrancando una breve sonrisa a su compañero. Tenía que admitir que había sido una buena pulla, aunque esta vez se quedó ese pensamiento solo para él. Suficiente había sido con una alabanza.
Las manos de Akame se desplazaron hacia su espalda, tramando algo. Algo malo, seguramente. Atar un par de shurikens con un hilo entre sí, quizá. O adherir un sello explosivo al kunai que tenía bajo la manga.
Entonces el pequeño de los Uchiha puso fin a sus pesquisas, lanzando una estrella metálica en dirección a Haskoz, hacia la parte baja de su cuerpo. Haskoz imitó el movimiento, mientras retrocedía un paso, lanzando al punto medio que había entre los dos el pequeño objeto que él había cogido, que era nada más y nada menos que…
Una bomba de humo. Visto ahora, quizá no había sido la mejor de sus elecciones. Pero lo hecho, hecho estaba. Vio que una pequeña bola de papel volaba tras el shuriken, cuyo símbolo no pudo identificar, pues sus ojos estaban atentos a demasiadas cosas. Concretamente, a los sellos que Akame estaba formando. De forma instintiva, su brazo soltó un latigazo. Un latigazo en forma de lanzamiento, que hizo volar el kunai que todavía llevaba en su mano derecha hacia el torso de Akame, con la intención de darle, o, al menos, detener su secuencia de sellos.
Clac.
El maldito shuriken se había estrellado en el suelo. Casi se había olvidado de la maldita arma arrojadiza. Sus ojos se desviaron hacia ella, mientras escuchaba como su bomba de humo también estallaba en el suelo, y entonces…
¡Bam!
Una cegadora luz se coló en sus pupilas. Una luz blanca, tan intensa que sumió a Haskoz en una penumbra profunda. El Uchiha dio un salto en diagonal hacia atrás y la derecha, a la vez que se soltaba la bandana del cuello y lo tiraba a su izquierda, a al menos cuatro metros de distancia. Escuchó el sonido metálico de su protector al chocar contra el suelo y esperó que fuese suficiente para confundir a Akame. O al menos para despistarle. Para asegurarse, retrocedió un par de pasos intentando no hacer ruido, sabiendo que una cortina de humo le cubría, le protegía, ocultando la posición a su enemigo y dándole el tiempo suficiente como para que sus ojos volviesen a la normalidad...
Y para algo más.
Estado de Haskoz
• PV:
87/150
–
• CK:
60/60
–
Sharingan activado
Inventario:
Hitai-ate [Cuello]
Portaobjetos [Lateral derecho de la espalda, a la altura de la cadera][9/10]
27/01/2017, 17:34 (Última modificación: 27/01/2017, 17:35 por Uchiha Akame.)
Sin embargo, la estrategia del más joven de los Uchiha no iba a salir tal y como él había esperado; porque Haskoz, astutamente, tenía planeada su propia ofensiva, y ambas estaban a punto de colisionar. Lo que sucedió a continuación fue una cadena de acciones rápidamente ejecutadas —o, al menos, para tratarse de dos gennin— que darían al traste con la ofensiva inicial de Akame.
Primero Haskoz le lanzó el kunai que llevaba en la mano diestra, y el Uchiha no tuvo más remedio que concentrarse en esquivarlo —interrumpiendo su cadena de sellos en el proceso—. Bastó un simple paso lateral para que el cuchillo de acero que su rival le había arrojado pasara de largo y se estrellara contra el suelo de piedra de la plaza. Luego hubo una explosión de humo, seguida de un destello cegador —cuando la hikaridama de Akame se estrelló en el suelo, a los pies de Haskoz--.
«¡Maldita sea! Cambio de planes...»
Cuando la luz desapareció, y el humo amainó, Haskoz se encontraría... Solo. Estaba solo —o, al menos aparentemente—. La plaza de piedra estaba tan vacía como antes de que ellos llegaran, y a su alrededor el viento soplaba entre las ramas de los enormes cerezos, meciendo sus hojas con armonía. A simple vista, no había rastro de Akame.
Haskoz esperó paciente a que el humo se dispersase. Paciente, pero no ocioso. El Uchiha se había estado preparando a conciencia para el próximo ataque, pero entonces descubrió, no sin sorpresa, que se había quedado sin objetivos al que lanzárselo.
Giró sobre los talones. Un giro de trescientos sesenta grados, que le permitió hacer un barrido visual y comprobar que no había rastro alguno de Akame… ni de su chakra. Eso descartaba que hubiese utilizado un Henge para camuflarse en el empedrado suelo de la plaza.
Hmm… ¿Dónde estará?, se preguntó, temiendo que una estrella metálica se dirigiese en su dirección en cualquier momento. Como no tenía forma de averiguar su ubicación —o, al menos, no se le ocurría ninguna—, pensó en aprovechar el tiempo. Se desplazó unos metros adelante y se apropió del shuriken que Akame le había lanzado minutos antes, quitándole el hilo. Quizá le viniese bien.
Entonces su mirada se desplazó hacia el cerezo sobre el que había estado durmiendo. El cerezo bajo el que reposaba la mochila de Akame. ¿Habría subido hasta las ramas para esconderse? Dudó. No sabía si correr el riesgo de acercarse o mantenerse en su posición. Su corazón le decía que fuese a investigar... su cabeza, le recordaba que ya había salido malherido de una pierna por su comportamiento irreflexivo.
Decidió darle una oportunidad a su mente, por el momento, y no acercarse. Sin embargo, ya que tenía un shuriken extra en la mano, apuntó hacia una de las ramas sobre la que podría estar escondido Akame y lo lanzó. Dudaba que fuese a darle, aun incluso de que se encontrase allí, pero al menos así no tenía la sensación de no estar haciendo absolutamente nada.
Estado de Haskoz
• PV:
87/150
–
• CK:
60/60
–
Sharingan activado
Inventario:
Hitai-ate [Cuello]
Portaobjetos [Lateral derecho de la espalda, a la altura de la cadera][9/10]
Bomba sonora x1
Bomba de humo x1 x0
Bomba de luz x1
Hilo shinobi 3/3
Paquete de 15 makabishi x1
Kunai x1 x0
Shuriken x3
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Akame observó desde su escondite cómo Haskoz se revolvía, preplejo, buscándole por la plaza. De tratarse de un ninja normal y corriente —es decir, un no-Uchiha—, Akame simplemente se hubiera hengeado para camuflarse en el entorno y luego lanzar un ataque sorpresa. Pero aquel muchacho de pelo blanco tenía el Sharingan, igual que él, y por tanto era inmune a esa clase de tretas baratas.
Así que el más joven de los Uchiha había optado simplemente por hacer una ágil carrera hasta el árbol más cercano, aquel a cuyo pie reposaba su mochila, y hábilmente escalar sus ramas bajas para esconderse en la frondosa copa. Desde allí observó cómo Haskoz se detenía junto al shuriken que le había lanzado, recogiéndolo sin pudor ninguno. «Vaya manos largas tienes, Haskoz-kun». Pese a todo, su camarada acababa de ofrecerle una apertura. Y él iba a aprovecharla.
Con un ágil salto, Akame bajó de la rama en la que estaba escondido, tomando de paso su marfileña espada. Consciente de que su rival le vería, le arrojó un par de shuriken con la diestra. Una mera maniobra de distracción. Apenas lanzados, desefundaría el Lamento de Hazama. «A ver cómo esquivas esto, Haskoz-kun...». La pequeña espada se recubrió de una capa de charka carmesí que vibraba como las cuerdas de un shamisen, y Akame la lanzó directa hacia donde se hubiese movido su rival para esquivar los shuriken. O, más bien, la disparó —la energía que envolvía a aquella espada la convertiría más en un proyectil de chakra que en un arma arrojadiza—.
Estado de Akame
PV: 81 CK: 109 -12 = 97
¤ Ni Tomoe no Sharingan activado
Inventario
Bandana de Uzushiogakure [en el brazo derecho]
Mecanismo oculto de kunai [en la muñeca derecha]
Kunai (x1)
Portaobjetos básico [en la cadera, lado derecho]
Hilo shinobi (x1, 2/3 usos)
Hikaridama (x0)
Shuriken (x2)
Hazama no Gōkyū
x1 Acción Oculta revelada: esconderse en la copa del cerezo
Shuriken: 8 PV/corte superficial, 12 PV/impacto directo (x2)
Hazama no Goukyuu: 9 PV/golpe con mango o vaina, 12 PV/corte superficial, 18 PV/corte, 25 PV/penetración (+20 PV por la capa de chakra)
Nada más alcanzar el shuriken, escuchó a alguien caer al suelo. O aterrizar en el suelo, más bien. Alzó la vista y lo primero que vio fueron dos estrellas metálicas dirigiéndose en su dirección. Pero Haskoz había templado sus reflejos esquivando rayos en las Llanuras de la Tempestad Eterna. Un lanzamiento tan evidente no serían nada para sus ágiles piernas, que esquivaron el ataque con un simple paso lateral. Ahora solo le quedaba extender su brazo derecho y enseñarle a Akame como los hombres de verdad lanzaban los…
—Mierd…
No pudo terminar la frase. Una espada había volado hacia él, como si de una jabalina se tratase. Trató de retroceder, de ladear el cuerpo… pero había tardado medio segundo de más en reaccionar, y con medio segundo bastaba para ganar o perder un combate. Con medio segundo era suficiente para inclinar la balanza de la vida y la muerte a un lado u otro.
Al principio no notó nada. Solo vio el pomo de una empuñadura pegada a su abdomen. Haskoz lo observó, perplejo, como si todavía no entendiese lo que acababa de pasar. Entonces echó un vistazo hacia atrás y vio que la punta de una hoja le salía por el otro lado.
Si hubiese sido cierto que había practicado en las Llanuras de la Tempestad Eterna esquivando rayos, probablemente no estaría en aquella situación. Pero no, claro que no era cierto, pues aquello solo lo había soñado. Ni siquiera había pisado un pie en aquellas tierras lejanas del País de la Lluvia.
Miró a Akame, al principio todavía con la mirada confundida. Luego, con un leve fruncimiento de ceño, acusador. Las piernas le desfallecieron y cayó de rodillas, mientras sus manos rodeaban la empuñadura, ahora encharcada por su propia sangre. Trató de tirar de ella hacia afuera… pero se imaginaba la hoja de la espada atravesando sus entrañas, y se puso blanco. Más blanco de lo que ya estaba.
—Mierda —lo dijo con tal tranquilidad y serenidad que no parecía que hubiese sido atravesado por una espada de lado a lado.
Estaba mareado, muy mareado. Su conciencia se apagaba como una vela bajo una tormenta y las fuerzas se le escapaban de entre los dedos…
Y, entonces, se desplomó en el suelo.
Estado de Haskoz
• PV:
42/150
–
-45
–
• CK:
60/60
–
Sharingan activado
Inventario:
Hitai-ate [Cuello]
Portaobjetos [Lateral derecho de la espalda, a la altura de la cadera][9/10]
Bomba sonora x1
Bomba de humo x1 x0
Bomba de luz x1
Hilo shinobi 3/3
Paquete de 15 makabishi x1
Kunai x1 x0
Shuriken x3
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
29/01/2017, 18:34 (Última modificación: 29/01/2017, 18:55 por Uchiha Akame.)
Aquella maniobra salió a pedir de boca. Haskoz esquivó hábilmente los shuriken —que tan sólo eran una maniobra distractoria—, con un ágil paso lateral. Sin embargo, el proyectil de chakra color rojo sangre que salió disparado en dirección a él le impactó en pleno abdomen. El Lamento de Hazama se hundió en su carne como un cuchillo en mantequilla, atravesándolo de parte a parte. Akame abrió ligeramente la boca, estupefacto.
«Mierda, he calculado mal... ¡Mierda, mierda! ¿Estará muerto?», y con aquel último pensamiento se acercó a su compañero de Aldea y pariente lejano. Al principio caminó rápido, alarmado, temiendo haber asesinado a Haskoz. No por el hecho en sí, sino porque habría matado a un hermano de su propia sangre... Y a un compañero de Aldea. Lo primero iba a traerle problemas con Tengu, mientras que lo segundo daría con sus huesos en algún calabozo de Uzushio.
Sin embargo, apenas a un par de metros del —supuesto— moribundo, Akame se detuvo. Algo le había llamado sumamente la atención; no había sangre. Una herida de ese calibre era suficiente para formar un espeso charco de sangre oscura bajo la víctima, pero allí no se había derramado ni una gota.
El Uchiha adelantó la mano diestra, como si quisiera aferrar el aire. La gema en el pomo del Lamento de Hazama brilló un momento, y la espada se extrajo de las entrañas de Haskoz, como movida por una fuerza invisible, y voló rauda hasta acomodarse en la mano de Akame. Su dueño la enfundó, y luego se inclinó hacia su compatriota, solo para ver que...
—Por las tetas de Amaterasu...
Haskoz se estaba... ¿regenerando? En efecto, la grotesca herida que su espada le había inflingido al Uchiha de pelo blanco no duró apenas un instante antes de cerrarse perfectamente. Akame nunca había visto cosa igual.
La conciencia de Haskoz iba regresando poco a poco, como la marea al subir. Notaba un dolor lacerante en el estómago, y estaba tirado en el suelo, más muerto que vivo, pero al menos parecía que no había ningún objeto extraño atravesándole de parte en parte.
Estaba empapado en un sudor frío e incómodo, y tenía ganas de vomitar, y de no moverse de aquella posición en lo que restaba del día. Ni siquiera se atrevía a abrir los ojos, por miedo a que el más mínimo cambio provocase una nueva oleada de dolor.
Entonces, una voz llegó a sus oídos. Una voz familiar, pero que ya no le despertaba tantas simpatías como momentos atrás.
—Por las tetas de Amaterasu...
—Por las tetas de tu madre —alcanzó a replicar, en un murmullo casi inentendible—. Por las tetas de tu jodida madre.
Dio media vuelta en el suelo con todo el cuidado del mundo, cubriéndose con las manos el estómago, como si temiese que de pronto se le pudiesen caer los intestinos por el amplio orificio que a buen seguro había provocado la espada. Entonces, con los ojos entrecerrados y mordiéndose el labio inferior, como si no se atreviese a mirar, fue apartando las manos poco a poco para dejar entrever…
… nada. Su vientre no tenía nada, ni el más mínimo rasguño. Tan solo estaba cubierto por un poco de sangre, seguramente provocada por la hoja de la espada al entrar y salir de su barriga de forma tan poco compasiva.
—Vaya… Que… suerte. —No se le ocurrió qué más decir. Desde que había descubierto su extrema facilidad de regeneración, meses atrás, tras cortarse con el cristal de una botella rota, Haskoz había realizado numerosas pruebas para comprobar hasta donde llegaba su límite. Pruebas que se habían reducido a cortes, más o menos profundos, en distintas partes de su cuerpo. Obviamente, nunca había probado a atravesarse con una lanza de lado a lado. No había tenido, por decirlo de alguna manera, los huevos necesarios para hacerlo.
No agradecía a Akame haberlos puesto por él, pero al menos se alegraba de saber que su cuerpo también se encargaba de subsanar heridas tan sangrantes y letales como aquella. Sin embargo, ahora una nueva pregunta le venía a la mente. ¿Qué pasaría si le atravesasen el corazón? ¿O la cabeza? ¿Sobreviviría a aquello también?
Apretó los dientes y se incorporó, quedando sentado sobre el suelo. Mejor sería no llegar a descubrirlo.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Cuando Haskoz despertó entre blasfemias masculladas, su primo lejano no pudo sino quedarse allí de pie, plantado como un pasmarote, observándole con sus ojos teñidos de rojo sangre. Akame estaba petrificado, como si acabara de ver a un muerto volver a la vida. Y, quizás, eso era lo que había ocurrido. «¿Cómo puede ser? La espada le ha atravesado claramente, pero... No tiene ni un rasguño. ¿Es alguna clase de técnica secreta?». Como buen Uchiha que era, su primera opción partía del Sharingan. ¿Y si tenía propiedades curativas secretas que Kunie nunca le había contado? Debía averiguarlo.
Siguió observando al muchacho con el mismo gesto atónito. Cómo abría los ojos, cómo se incorporaba lentamente hasta quedar sentado sobre la fría piedra de la plaza.
—Lo siento, Haskoz-kun. Calculé mal —fue cuanto pudo articular el joven Uchiha.
De repente su cuerpo empezó a acusar el cansancio, y al final Akame acabó sentado junto a su compañero. No pudo evitar que sus ojos se deslizaran hacia el vientre de Haskoz, donde debía estar una terrible herida.
—¿Cómo es posible? —preguntó, lacónico—. ¿Es alguna técnica secreta del clan? —añadió luego. «Porque me encantaría aprenderla...»
—Solo unos centímetros abajo —le corrigió, ahora algo más calmado—. La próxima vez apunta al corazón. —Pero no a tu compañero de Aldea, hijo de la grandísima.
Akame se sentó a su lado, visiblemente cansado, pero ni de lejos con los dolores que estaba padeciendo el mayor de los Uchiha. Fue entonces cuando se dio cuenta que había perdido el combate. Se había desmayado, quedando a merced de su rival, y perdiendo toda oportunidad de sobrevivir en un combate real.
Apretó los dientes y miró a otro lado.
Siempre se había considerado superior al resto. Más inteligente, más ágil, más diestro… No era algo de lo que se vanagloriaba frente al resto, simplemente era un hecho que él asumía como tal, con la misma naturalidad que sabía que su pelo era blanco y sus ojos de color miel.
Akame le había devuelto a la realidad, y darse cuenta de eso le dolió tanto como la estocada que acababa de recibir.
—¿Cómo es posible? —La voz de Akame le sacó de sus pensamientos—. ¿Es alguna técnica secreta del clan? —añadió luego.
Haskoz se fijó que estaba mirando su herida. Donde debería estar su herida. Chasqueó la lengua.
—No. —¿O sí? Lo cierto era que no tenía ni idea—. Creo… No sé. Recuerdo que de pequeño, en el orfanato, me di un golpe con la cabeza contra la esquina de una pared… Sangré como un cerdo. Todavía se me nota la cicatriz cuando me rapo el pelo —de manera inconsciente, se rascó la parte posterior de la cabeza, donde una fina línea sin pelo bajaba en vertical—. Pero de un día para otro… Bueno, lo acabas de ver.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Akame sonrió, recuperando su usual expresión de afabilidad y calma, cuando su compañero replicó a la disculpa con una chanza mordaz. El más joven de los Uchiha observó el filo de la pequeña espada que todavía sostenía con la mano diestra; estaba ligeramente manchado de sangre, y relucía con el Sol de Primavera, como una mortífera doncella de cabellos de plata. Pasó los dedos índice y corazón de su mano zurda por la hoja, limpiando algunas gotas del viscoso fluído, y luego siguió hasta la empuñadura y el pomo. La gema pequeña y rugosa que brillaba con un fulgor carmesí cada vez que él utilizaba el Lamento de Hazama.
—¿Te habría matado, de haberlo hecho? —preguntó Akame, momentos después.
En realidad él había apuntado más abajo, al muslo de la pierna ya herida de su compañero. Sin embargo, todavía carecía de la destreza necesaria para obrar un lanzamiento como aquel con la precisión que exigía; lo ocurrido no hacía más que evidenciarlo. Akame se sintió peor por eso que por el hecho de haber podido herir de muerte a su pariente lejano, y eso le entristeció. «La familia es lo primero», le había repetido siempre su maestra.
La explicación que luego dio Haskoz no resultó para nada convincente a oídos del Uchiha de Tanzaku. «De un día para otro, claro... Veo que no vas a revelarme tan fácilmente tu secreto, Haskoz-kun». Sin dejar de sonreír, el más joven de los gennin replicó con audacia.
—No creo que un don así sea algo que cae del cielo —sus ojos, que habían vuelto al color azabache, se clavaron en los de su compañero—. Está bien, no me lo cuentes. Todos tenemos nuestros secretos, supongo —añadió, en un tono algo más misterioso del que le hubiera gustado.
Akame se puso en pie, estirándose sin pudor. Luego se acercó al árbol junto al cual reposaban sus cosas, tomó la vaina de su espada —que todavía colgaba de una rama— y guardó la misma tras limpiarla concienzudamente con su propia camisa. Recogió también el resto de su material que había quedado tirado por ahí, y por último se quedó plantado delante de Haskoz, con la mano derecha extendida.
—No lo sé —respondió Haskoz, franco—. Y espero no llegar a saberlo nunca.
Solo de imaginarse que su corazón era atravesado por una katana se ponía enfermo. ¿Cómo se suponía que iba a seguir latiendo con un metal rajándole de lado a lado? Era mejor no pensar en ello.
—No creo que un don así sea algo que cae del cielo.
Ni yo. Pero sus labios no se movieron.
Está bien, no me lo cuentes. Todos tenemos nuestros secretos, supongo.
Ah, ¿si? ¿Tú también, Akame? Observó, con una ceja levantada, como su compañero de armas se levantaba y empezaba a recoger sus cosas. ¿Qué tipo de secretos guardas tú, Akame? Aparte de ese amor platónico por Eri...
Entonces vio que le ofrecía la mano. El Uchiha la aceptó y aprovechó el impulso de su tirón para levantarse.
—Esa espada… —A Haskoz no le había pasado desapercibido el flujo de chakra que recubría el arma cuando fue lanzada contra él. Nunca había visto cosa igual—. Es una lástima que te pertenezca. Si su propietario fuese un extranjero, ya estaría pensando en cómo birlársela. ¿De dónde la sacaste?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Aquella respuesta fue lo suficientemente franca como para convencer a Akame de que realmente su compañero no le estaba mintiendo. «Supongo que tiene sentido, incluso aunque de verdad fuese inmortal, ¿quién tendría el coraje para apuñalarse a sí mismo en el corazón?».
Cuando Haskoz tomó su mano, Akame no pudo evitar alzar una ceja, sorprendido. No hizo ascos al gesto, sin embargo, y como un auténtico camarada ayudó a su albino compatriota a levantarse. Haskoz era un chico curioso, de eso no cabía duda. Parecía tomárselo todo a broma, menos cuando combatía; y aquella capacidad de regeneración —o quizás, simple inmunidad— lo hacía más misterioso todavía. Un chico curioso.
—Mi shuriken —dijo Akame, y sin dejar de sonreír con aquella calma aplastante volvió a extender su mano derecha en dirección al de pelo blanco.
Haskoz entonces se interesó por su espada; «ya era hora». Si un libro biográfico sobre Uchiha Ryoma había sido suficiente para captar la atención de aquel muchacho, entonces una pieza de artesanía tan exquisita como el Lamento de Hazama debía hacerle la boca agua. Haskoz se apresuró a confirmar aquello a su —inquietante— manera. Akame frunció el ceño para sí, y de forma instintiva su mano diestra se movió hasta apoyarse en el pomo de la espada.
—Es un arma magnífica, desde luego —contestó el Uchiha—. Fue un regalo —«Un premio»—. De mi padre —«De un amigo al que maté»—. Tiene mucho valor para mí...
Consciente de que su expresión se había vuelto demasiado sombría —inevitablemente—, Akame trató de desviar el rumbo de la conversación. Y, dado que Haskoz había demostrado interesarse por la historia del clan, qué mejor forma de hacerlo que...
—Su nombre es Hazama no Goukyuu. Dicen que perteneció al auténtico Uchiha Hazama... A ese sí le conoces, ¿no?
30/01/2017, 00:30 (Última modificación: 30/01/2017, 00:31 por Uchiha Datsue.)
—Mi shuriken.
—¿Qué? Oh, ya… Se me olvidaba —Uchiha Haskoz se fijaba mucho en los detalles, y un shuriken en su mano era difícil de olvidar. Era una pena que Akame fuese tan detallista como él. Extendió la mano y se lo entregó.
Entonces fue cuando se tragó su orgullo por la reciente derrota —ya habría tiempo de ponerse de morros y cabrearse consigo mismo—, y preguntó a Akame por la curiosa espada que poseía.
—Su nombre es Hazama no Goukyuu. Dicen que perteneció al auténtico Uchiha Hazama... A ese sí le conoces, ¿no?
—Uchiha… Hazama —por supuesto que había oído hablar de él, aunque no sabía porque era tan famoso. Pero si hasta a alguien como él criado en un orfanato había conseguido oír hablar de él, debía de ser porque había hecho cosas grandiosas. El hecho de saber que la espada hubiese podido pertenecerle hacía que se le hiciese la boca agua. Quizá debería de replantearse eso de no robar a los camaradas…—. Sé que es famoso, aunque no sé por qué. Es por eso que tiene propiedades… especiales, ¿verdad? Me fijé en el flujo de chakra que la recubría… Y esa forma de venir a por mí… no era normal —¿Desde cuándo una espada estaba hecha para lanzarse? No tenía el equilibrio ni la forma adecuada. Si él lo intentase, probablemente la tiraría dando vueltas sobre sí misma. Pero la espada había salido directa con la punta apuntando hacia él…
Era extraño, cuanto menos.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Mientras guardaba cuidadosamente su estrella metálica en el portaobjetos de cuero negro que llevaba enganchado al cinturón, Akame negó con resignación. «Ni siquiera sabe quién fue Uchiha Hazama-sama, Susanoo, perdónale...». La ignorancia de aquel chico sobre sus propias raíces nunca dejaba de sorprenderle, aunque en el fondo supiera que no debía hacerlo. Al fin y al cabo, por ese mismo motivo Tengu era necesario. Él era necesario. Aquella ignorancia, aquel conocimiento ancestral y gloria perdida daban sentido a su propia existencia. En otro tiempo, personas como Uchiha Akame no hubieran encontrado, quizá, su hueco en el mundo.
La voz de Haskoz le sacó de sus divagaciones.
—Uchiha Hazama fue el héroe más grande de nuestro linaje. Un formidable guerrero y líder que alcanzó la gloria suprema y llevó al clan a una época de prosperidad como nuna la ha vuelto a haber —su voz, naturalmente calma, se había desprendido de aquella tranquilidad para vestirse de ferviente convicción—. Noble, justo, poderoso, sabio... Faltan virtudes que atribuir a esta figura. Algunos dicen, incluso, que llegó a poseer el poder de un Dios...
Calló de repente, pues había hablado demasiado. Aquellas otras historias sobre Hazama eran menos conocidas —de hecho él sólo había oído algo que su maestra le comentaba de vez en cuando— y desde luego, no aptas para un extraño. Por muy Uchiha que fuese. «Algún día yo mismo desentrañaré los misterios de nuestra sangre».
—En efecto, esta espada no es una hoja común y corriente —asintió Akame—. De acuerdo a los datos que se han recopilado hasta la fecha, Hazama la forjó personalmente para vengar la muerte de su rival y compañero, Senju Kyosuke, de ahí el nombre.