Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
¿El poder de un Dios? Joder, te pasas un poco, ¿no? A Haskoz no le había pasado desapercibido la devoción con la que hablaba Akame sobre su clan, y lo idealizado que tenía a todo personaje famoso por cuyas venas hubiese corrido la sangre Uchiha. Era algo entendible, hasta cierto punto, pero Haskoz no creía que fuese todo tan bonito como pintaba Akame.
Al terminar la respuesta, Akame sugirió que aquella espada pudo haber pertenecido, en algún momento del pasado, al famoso Uchiha Hazama. Es más, que la había creado él mismo para vengar a su rival y amigo Senju Kyosuke. Haskoz alzó una ceja, claramente impresionado, aunque no le pasó desapercibido que entre tanta palabrería no había explicado ni de refilón el flujo de chakra y la extraña forma en que atravesó el aire que había mencionado antes. Este tío es peor que yo. Parece que te está dando una explicación de lo más completa y en realidad no te dice una mierda. Menuda lengua de serpiente que tiene.
—Pues menuda suerte que tienes de tenerla. Cuídala bien, compañero —dijo, volviendo a fijar la mirada en la espada. Se fijó en su forma, en sus colores, su longitud…—. Porque sería una pena que la perdieses… o te la robasen —su tono de voz fue totalmente impersonal y ausente de cualquier emoción.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
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1/02/2017, 20:02 (Última modificación: 1/02/2017, 20:03 por Uchiha Akame.)
«Ahí va otra vez. Este chico es insistente, ¿acaso debo tomármelo como una advertencia... o una amenaza?». Akame no pudo evitar alzar una ceja ante las palabras de su compañero de Aldea, que ya era la segunda vez que sugería que su preciada espada podía cambiar de dueño en cualquier momento. El Uchiha era alguien difícil de irritar o sacar de sus casillas, pero en aquel momento seguía siendo un niño; y la espada de su difunto compañero Rakurai —asesinado a sus manos— era de las pocas posesiones que podía contar como suyas. No existía nada en Oonindo ni en ninguno de los reinos ultraterrenales que fuera capaz de arrancársela de las manos sin pelear.
—Haskoz-kun... —«Te cortaré los dedos si intentas tocar siquiera esta espada»—. ¿Estás listo para continuar el entrenamiento? Esta pausa ha sido más que larga.
El Uchiha se levantó, estirándose sin disimulo, mientras afianzaba su equipamiento de batalla. El portaobjetos, en el lado derecho de la cintura; Hazama no Goukyuu, en su vaina, colgada del cinturón en la baja espalda. Akame se acercó a su mochila, sacó el termo de té y bebió un largo trago. Luego se colocó en la plaza, en una posición céntrica, aguardando a su rival.
—¿Qué te parece si esta vez nos centramos más en el Ninjutsu? Ahora que sé que eres indestructible, estoy más cómodo todavía.
—Haskoz-kun... Estás listo para continuar el entrenamiento? Esta pausa ha sido más que larga.
La pregunta le sorprendió. Había asumido que ya habían terminado por hoy, pero Akame le ofrecía la oportunidad de resarcirse. La oportunidad de revancha.
—Lo estoy. —No tuvo ni que pensarlo. La ambición de Izanami corría más que nunca por sus venas. No es que quisiese ganar… es que quería aplastarle como una hormiga.
Se dirigió hacia donde había tirado su kunai y lo recuperó, devolviéndolo a su portaobjetos.
—¿Qué te parece si esta vez nos centramos más en el Ninjutsu? Ahora que sé que eres indestructible, estoy más cómodo todavía.
—Me centraré en lo que me dé la gana —Quizá lo dijo demasiado cortante, pero Akame acababa de despertar a la bestia que llevaba en su interior. Le acababa de dar la oportunidad de recuperar su dignidad, y el Uchiha emplearía cualquier medio que tuviese a su alcance para derrotarle. Ninjutsu, taijutsu, shurikenjutsu… No importaba el qué, con tal de conseguir su objetivo.
Caminó hacia el centro de la plaza y se obligó a realizar de nuevo la señal de camaradería, formando el típico sello que todos los Uzureños formaban antes de combatir entre ellos… El segundo asalto estaba a punto de empezar.
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Akame no pudo evitar alzar una ceja ante la súbita predisposición para el combate que parecía haber invadido a su primo lejano. Ante sus palabras, el chico de pelo albino se levantó como un resorte, y había algo en su mirada que Akame no había encontrado en el primer asalto. «¿Qué demonios le pasará ahora? Tan sólo es un entrenamiento más...», se dijo el Uchiha. Sea como fuere, a él le parecía bien que su oponente pusiera tanto empeño en el combate. Ambos aprenderían más.
Esperó a que Haskoz recuperase su kunai y se colocase en posición. La réplica, seca y descortés, sorprendió a Akame; mas no dijo nada. Ya estaba concentrado en el entrenamiento, en los movimientos que su rival había exhibido en el asalto anterior, en las herramientas de las que disponía... Entonces se dio cuenta de que Haskoz, realmente, no había descubierto ninguna de sus cartas. A excepción, claro, de sus asombrosas capacidades de regeneración.
Cuando el Uchiha albino realizó el sello de la camaradería, Akame se vio obligado a contestar del mismo modo. Todavía le parecía inútil, pero temía que, de no hacerlo, Haskoz se tomase aquello como algo personal.
Como si aquel sello fuese el pistoletazo de salida, Akame entrelazó sus manos en una sencilla secuencia que acabó con la aparición de tres copias idénticas que le rodearon. Eran simples clones ilusorios, creados a partir del Bunshin no Jutsu —no engañarían al Sharingan de Haskoz—. Y Akame lo sabía. Las cuatro figuras idénticas empezaron a correr hacia su rival, con los tres clones delante y el auténtico detrás. Los bunshin intentarían llegar a distancia de cuerpo a cuerpo con Haskoz, y una vez allí, envolverle por el frente y ambos flancos. Una simple maniobra para bloquear su visión de lo que el Akame real estaba preparando.
Akame no había perdido el tiempo y, aprovechando el saludo inicial, compuso los sellos necesarios para el Bushin no jutsu. Haskoz se vio tentado de imitarle… ¿pero desde cuándo el cazador imitaba a la presa? Cambió de idea y decidió aprovechar una antigua maniobra que había hecho al amparo del efecto de su bomba de humo, llevándose la diestra al portaobjetos.
Tres bushins se dirigían corriendo hacia él, seguido del verdadero Akame, que se mantenía medio oculto tras el chakra vivaz de su clon. Haskoz trató de dar pequeños saltos hacia atrás para mantener la distancia, mientras su mano sacaba los shurikens que había preparado anteriormente. Eran dos, y lanzó cada uno a un clon distinto: el primero al de la derecha; el segundo, al de la izquierda.
Las estrellas metálicas atravesaron ambos clones, y, como estaban unidos por un hilo metálico, el hilo atravesaría al tercero, que explosionó en una nube de humo blanca. Al seguir su curso, el hilo se toparía irremediablemente con el verdadero Akame, que serviría de punto de apoyo para que los shurikens diesen vueltas a su alrededor para finalmente anclarse en algún punto de su cuerpo. Un segundo hilo estaba atado al primero, estando su otro extremo entre los dientes de Haskoz…
Si le miraba, Akame podría ver como Haskoz levantaba las manos para llevárselas hacia la cabeza y…
Estado de Haskoz
• PV:
135/150
–90%
• CK:
60/60
–
Sharingan activado
Inventario:
Hitai-ate [Cuello]
Portaobjetos [Lateral derecho de la espalda, a la altura de la cadera][9/10]
Bomba sonora x1
Bomba de humo x1 x0
Bomba de luz x1
Hilo shinobi 1/3
Paquete de 15 makabishi x1
Kunai x1
Shuriken x3
AO Revelada: Atar los shurikens con un hilo, y atar un segundo hilo a ese hilo mientras estaba oculto en la bomba de humo. Post #32 AO: 1
Daño causado
Shurikenx2: 8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo
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3/02/2017, 17:47 (Última modificación: 3/02/2017, 18:10 por Uchiha Akame.)
Tras la ilusoria barrera forma por sus bunshin, Akame no perdía ojo de las acciones de su rival mientras terminaba una corta secuencia de sellos. Haskoz, acertadamente precavido, intentó poner más distancia de por medio mientras sacaba algo de su portaobjetos. «Nada de lo que puedas guardar ahí te va a ayudar contra esto, Haskoz-kun», pensó el Uchiha de Tanzaku mientras se llevaba la mano diestra a los labios.
Sus clones no habían sido capaz de colisionar contra Haskoz, pero dado que éste retrocedía dando pequeños saltos hacia atrás y ellos avanzaban a la carrera, la distancia que los separaba era escasa. El Uchiha de pelo blanco disparó un total de dos shuriken, que rodearon a los bunshin de Akame formando una trayectoria parabólica. Al joven gennin igual le daba. Aspiró aire y, exhalando con fuerza, vomitó un torrente de llamas en dirección a su rival.
—¡Katon! ¡Goukakyuu no Jutsu!
Una gigantesca bola de fuego, creada por la máxima potencia que Akame había sido capaz de imprimir a su técnica hasta la fecha, avanzó imparable arrasando con los shuriken, el hilo, y tal vez el propio Haskoz. Los bunshin se deshicieron en tres simples pofs, mientras aquella esfera flamígera buscaba recortar la escasa distancia que la separaba de su víctima.
Estado de Akame
PV: 100 CK: 90 -24 = 66
¤ Ni Tomoe no Sharingan activado
Inventario
Bandana de Uzushiogakure [en el brazo derecho]
Mecanismo oculto de kunai [en la muñeca derecha]
Kunai (x1)
Portaobjetos básico [en la cadera, lado derecho]
Hilo shinobi (x1, 2/3 usos)
Hikaridama (x0)
Shuriken (x5)
Hazama no Gōkyū (enfundado en la baja espalda)
x1 Acción Oculta revelada: sellos del Goukakyuu no Jutsu
Los shurikens atravesaron los clones con facilidad, haciendo que su plan discurriese por el camino correcto… de momento. Pero creer que Uchiha Akame no se guardaba ningún as bajo la manga era dar por sentado demasiadas cosas, y Haskoz estaba descubriendo a medida que luchaba contra él que bajo aquella fachada de niño bueno y formal se escondía una auténtica serpiente, capaz de estar inmóvil en un segundo y lanzándose al cuello en el siguiente. Aun así, Haskoz continuó con su estrategia inicial, lanzando acto seguido de los shurikens una bomba sonora al suelo, a los pies del clon central de Akame, que de pronto desapareció en una nube de humo por su hilo metálico… o quizá por algo más.
Fuese como fuese, Haskoz levantó las manos para llevárselas a la cabeza… concretamente hacia los oídos, amortiguando un sonido desgarrador que de pronto estalló, amenazando con partir Onindo en dos con su eco.
¿Sería eso suficiente para desestabilizar la corriente de fuego que ya discurría por la garganta de Akame? ¿O era demasiado tarde? Sus antiguos pensamientos resonaron de nuevo en su cabeza: Medio segundo más lento o más rápido inclinaba la balanza de la victoria en tu favor o en tu contra. Medio segundo antes o después implicaba, a veces, la diferencia entre vivir o morir.
Estado de Haskoz
• PV:
135/150
–90%
• CK:
60/60
–
Sharingan activado
Inventario:
Hitai-ate [Cuello]
Portaobjetos [Lateral derecho de la espalda, a la altura de la cadera][9/10]
Bomba sonora x1 x0
Bomba de humo x1 x0
Bomba de luz x1
Hilo shinobi 1/3
Paquete de 15 makabishi x1
Kunai x1
Shuriken x3
AO Revelada: Lanzar una bomba sonora tras los shurikens
Daño causado
Shurikenx2: 8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo
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Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
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6/02/2017, 19:10 (Última modificación: 6/02/2017, 23:21 por Uchiha Akame.)
«¡Ah, Haskoz-kun, astuto y esquivo shinobi!». Claro que la ofensiva de su rival no había terminado en un par de shuriken trazando parábolas por el aire, no. Con su línea de visión bloqueada parcialmente por sus propias copias, Akame no había sido capaz de ver el pequeño artefacto esférico que Haskoz había arrojado al suelo. Apenas de sus labios emergió aquella enorme bola de fuego, que continuó su impretérrito avance hacia el Uchiha albino, un fortísimo estruendo sacudió la plaza entera.
Akame sintió como si un trueno acabase de retumbar dentro de su cabeza. Su primera reacción fue llevarse las manos a los oídos, tratando de tapárselos inútilmente, pues la bomba sonora de Haskoz ya había hecho estragos en él. Trastabilló, aturdido, cuando intentó retroceder para poner distancia de por medio. Tenía la vista nublada y apenas podía mantener el equilibrio.
A los pocos instantes los síntomas de aquella granada aturdidora fueron remitiendo, y Akame pestañeó varias veces, tratando de fijar la vista en su rival, mientras con ambos brazos luchaba por conservar el equilibrio. «Me ha cogido bien con esa...».
Estado de Akame
PV: 100 CK: 66 +10 = 76
¤ Ni Tomoe no Sharingan activado
Inventario
Bandana de Uzushiogakure [en el brazo derecho]
Mecanismo oculto de kunai [en la muñeca derecha]
Kunai (x1)
Portaobjetos básico [en la cadera, lado derecho]
Hilo shinobi (x1, 2/3 usos)
Hikaridama (x0)
Shuriken (x5)
Hazama no Gōkyū (enfundado en la baja espalda)
x1 Acción Oculta revelada: sellos del Goukakyuu no Jutsu
Uchiha Haskoz se vio de pronto sumido en el infierno. De forma momentánea, su cuerpo quedó encerrado en el interior de una bola flamígera, cuyas llamas lamieron su piel sin piedad, quemándola y abrasándola como un cerdo a la brasa. Ahogó un grito mientras se veía catapultado hacia atrás, cayendo a varios metros de su posición original, con un golpe en la espalda que le cortó la respiración.
—Hijo de… puta —logró farfullar, mientras se incorporaba de medio cuerpo para arriba.
Entonces se miró: tenía la camisa y los pantalones chamuscados, con varios orificios aquí y allá donde el fuego había hecho los peores estragos, pero tenía la piel intacta. Pese a ello, le picaba y le ardía como si se hubiese puesto al sol en pleno verano durante todo el día y sin protección.
Te voy a dar yo a ti Goukakyuu.
Se levantó lentamente, y apretó los dientes con fuerza al sentir el roce de la ropa contra su piel. Si en algún momento había pensado en aplastar a Akame, aquel no estaba siendo ni muchísimo menos el camino correcto para conseguirlo. Parecía ser capaz de anticiparse a cada movimiento suyo, como si aparte de leer su cuerpo con el Sharingan, también pudiese tener acceso a su mente.
Pero Haskoz había visto las dimensiones de ese Goukakyuu, y si eso era lo máximo a lo que llegaba Akame… sabía que podía superarlo.
—¿Y a eso le llamas Goukakyuu? ¡Más bien parecía un Hosenka no Jutsu! —exclamó, logrando emitir una carcajada por su garganta seca. El camino de la provocación solía dar buenos resultados—. ¿Qué me dices, Akame? ¿Te enseño lo que es una verdadera bola de fuego? —le retó, mientras sus manos formaban el primer sello de la técnica...
Estado de Haskoz
• PV:
95/150
–
-40
–
• CK:
60/60
–
Sharingan activado
Inventario:
Hitai-ate [Cuello]
Portaobjetos [Lateral derecho de la espalda, a la altura de la cadera][9/10]
Bomba sonora x1 x0
Bomba de humo x1 x0
Bomba de luz x1
Hilo shinobi 1/3
Paquete de 15 makabishi x1
Kunai x1
Shuriken x3 x1
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Cuando por fin pudo recuperarse de aquel estallido aturdidor, Akame comprobó que su rival había sido alcanzado por aquella esfera flamígera. Aquello le provocó varias emociones sucesivas. Primero satisfacción, al ver que su técnica de fuego había dado de lleno en Haskoz hasta el punto de propulsarle hacia atrás y hacerle retroceder, chamuscado como una vela. Luego, sorpresa, al ver cómo su cuerpo no lucía quemadura alguna. Y, finalmente, una sensación indescriptible que empezó en el estómago y subió hasta su cabeza, provocándole una especie de hormigueo en la base de la nuca. Era lo mismo que sentía cuando terminaba un buen libro, cuando llegaba a alguna reflexión coherente a partir de las palabras de un sabio, o cuando aprendía algo nuevo.
Algo sumamente interesante.
«Así que también eres inmune al fuego, ¿eh, Haskoz-kun? ¿Existe algo en todo Oonindo que sea capaz de hacer mella en ti?». La pregunta era sincera. Lo que había empezado como una loca conjetura cobraba más y más credibilidad por momentos.
El combate prosiguió cuando ambos se hubieron recuperado. Haskoz casi parecía en mejor estado de salud que el propio Akame, pese a que había sufrido más del doble de castigo. Aquel chico tenía una vitalidad endiablada.
—Por favor, ilústrame, Haskoz-kun —replicó el Uchiha de Tanzaku mientras sus manos, con ayuda de su Sharingan, identificaban los sellos de su rival.
No se fiaba de Haskoz. Y con razón. Pero si de verdad el gennin albino formaba la secuencia del Goukakyuu, y su chakra se arremolinaba en su estómago como un torbellino, Akame haría lo mismo. Si Haskoz quería medirse, él correspondería.
Y tanto que le iba a ilustrar. Una lección que no iba a olvidar en la vida, grabada con fuego y sangre. Las mejores enseñanzas, las que mejor calaban…
Haskoz terminó la secuencia de sellos, inspiró una gran bocanada de aire y rodeó la boca con la mano. Entonces, dejó que toda la furia de su interior saliese despedida en una gran bola de fuego. Una masa flamígera de casi cuatro metros de diámetro que avanzó con paso impertérrito hacia Akame… o hacia la bola de fuego que él también acababa de crear, lo que convertiría aquello en un choque de técnicas idénticas, cuyo vencedor sería ni más ni menos el Uchiha con el que más poder hubiese imbuido el chakra de su técnica...
Y ese no podía ser otro que Haskoz.
Estado de Haskoz
• PV:
95/150
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24/60
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-36
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Sharingan activado
Goukakyu x3
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Akame ni siquiera pestañeaba mientras sus ojos, rojos por el Sharingan, leían e imitaban a la perfección los movimientos que las manos de su rival estaban ejecutando. Caballo. Serpiente. Carnero. Los dos Uchiha se movían como autómatas, como máquinas creadas con el único propósito de alcanzar la máxima eficiencia posible en el control de aquella imparable energía que los ninjas llamaban Chakra. Mono. Jabalí. Sus manos eran raudas como serpientes, entrelazándose en una danza que transmitía su rítmico movimiento al flujo de chakra de cada uno de los gennin. Gracias a su Sharingan, Akame podía distinguir la energía que recorría el cuerpo de Haskoz, arremolinándose en su barriga. Caballo. Tigre.
Los muchachos alzaron su mano diestra al unísono, formando una circunferencia con los dedos índice y pulgar en torno a sus labios. El chakra rugió en su interior, adoptando la forma de la naturaleza de Fuego, caprichosa y destructiva. Ninguno de los dos dudó. Ninguno titubeó.
—¡Katon! ¡Goukakyuu no Jutsu!
Dos gigantescas esferas de llamas fluyeron desde las bocas de los muchachos, tomando forma en apenas un instante y avanzando en sentidos opuestos, directas a encontrarse justo en el punto medio de la plaza. Las llamas iban abrasando la piedra gris, dejando un surco de hollín a su paso. El fuego crepitó y rugió, con la furia que le insuflaba el chakra de aquellos dos Uchiha.
Cuando colisionaron, las bolas de fuego estallaron en una explosión de chispas, llamas y energía que amenazó con destruir el pavimento del lugar. Por suerte aquellas plazas estaban construidas especialmente para entrenar, y la piedra aguantó bien aquel embate.
El humo se disipó al poco, y Akame pudo ver, atónito, como tanto él como Haskoz estaban intactos. «Así que después de todo, su Katon es tan fuerte como el mío...»; no había otra explicación. El Uchiha de Tanzaku sonrió, francamente complacido, y cruzó la distancia que les separaba para colocarse frente a Haskoz.
—Ha sido un honor medirme junto a un verdadero Uchiha, Haskoz-kun —explicó, con una leve reverencia—. Gracias.
Cuando ya creía tener la victoria entre sus manos, ésta se escabulló como el viento, burlándose de él por su exagerado optimismo. Porque no, Uchiha Haskoz ni siquiera iba a vencer a Akame en Ninjutsu, y la explosión de fuego así lo evidenció, sin decantarse finalmente por ninguno de los dos lados…
Un empate que le supo a derrota.
El humo negro formado por las calcinantes bolas de fuego se diluyó en el aire, dejando ver la figura de Akame, todavía intacta. Todavía imbatible. Siempre te subestimé. Aquel pensamiento se agolpó de pronto en su mente, como una acusación. Siempre había visto a Akame como una persona metódica, estudiosa y disciplinada. Un empollón, vaya, en el sentido peyorativo de la palabra. Siempre había pensado que los que eran como él lo eran por debilidad. Por necesidad. Porque de lo contrario no llegarían a unos niveles mínimos en la Academia...
Pero, ¿quién era el débil? ¿Aquellos como Akame, que independientemente de su genética entrenaban y buscaban la superación personal a diario? ¿O él, que no tenía la fuerza de voluntad necesaria para imitarles, y se justificaba con que no lo necesitaba, con que él era distinto? Él era el gran Uchiha Haskoz, después de todo. Había sobrevivido al Bosque de Azur, y a medio año en la intemperie, teniendo que buscarse las habichuelas por su cuenta. Sí, eso era lo que se decía. Eso era con lo que se había estado engañando todo aquel tiempo.
—Ha sido un honor medirme junto a un verdadero Uchiha, Haskoz-kun —Akame se había acercado a él y hecho una reverencia—. Gracias.
—Ya… —No pudo decir nada más. Estaba demasiado cabreado consigo mismo como para que no se le notase en la cara. Tampoco le salió devolverle la reverencia, manteniéndose inmóvil—. Eres bueno —se obligó a decir, tras unos segundos—. Mejor de lo que creía. —Carraspeó—. Creo que es hora de que me vaya marchando… Hoy me prometí arreglar el ventanal de mi apartamento, y el día no es eterno...
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
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Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
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9/02/2017, 22:10 (Última modificación: 9/02/2017, 22:11 por Uchiha Akame.)
Haskoz estaba allí, quieto como una estatua. Desde que el humo de las técnicas ígneas se hubiese disipado, aquel chico de pelo albino no se había movido ni un milímetro. Parecía congelado, con la mirada ausente fija en su rival, Akame. ¿Reflexionaba sobre el combate? ¿O simplemente le había alcanzado alguna esquirla de roca que había saltado tras la explosión, y ahora estaba en estado vegetativo? El Uchiha no se movió de forma más apremiante incluso aunque aquella posibilidad fuese real. Creía que Haskoz era inmortal. Y tenía muy buenas razones para hacerlo.
Sólo cuando Akame le congratuló con una pequeña inclinación de cabeza el muchacho pareció volver al mundo real, como si la voz del Uchiha hubiera sido suficiente para animar la estatua en la que se había convertido Haskoz. Apenas dijo cuatro palabras, pero en su tono se hizo evidente la profunda decepción que invadía al albino. Akame ni siquiera tuvo tiempo de preguntarse por qué.
—Eres bueno. Mejor de lo que creía.
El de Tanzaku no pudo evitar ensanchar su sonrisa, y cuando sus ojos volvieron a la normalidad, habló.
—Gracias, Haskoz-kun —admitió, ligeramente ruborizado. Era la primera vez en toda su vida que alguien le hacía un cumplido, y no tenía ni idea de cómo debía responder—. Tu chakra es poderoso —añadió luego, atropelladamente, como si quisiera equilibrar una balanza imaginaria—. Seguro que si entrenas duro mejorarás muy rápidamente.
Después de aquello, Haskoz masculló una despedida atropellada. Akame parpadeó un par de veces con gesto sorprendido; «¿Se habrá enfadado conmigo?». Él nunca había tenido demasiado en consideración lo que sus compañeros de Aldea pensaran, pero después de haber compartido chistes, charlas y un buen combate con Haskoz... La idea de que su pariente lejano no le tuviese en buena estima le resultaba sorprendentemente incómoda.
—E... ¡Espera, Haskoz-kun! —le llamó, agitando una mano—. Creo que yo también voy a dejarlo por hoy, ¿qué te parece si te ayudo a reparar esa ventana?
Entrenar duro… claro. ¿Tan obvio era que no lo había estado haciendo? ¿Tan obvio era su falta de entreno, su falta de disciplina?
Apretó los dientes, mientras recogía los shurikens perdidos por el suelo y los devolvía a su portaobjetos. Era algo que tenía que cambiar. Por los Dioses que iba a cambiar. Se pondría a entrenar duro desde aquel mismo instante. De hecho, ya estaba perdiendo el tiempo. Tenía que recuperar su vieja tabla de entrenamiento y ponerse al día. Puede que incluso hacer algún viaje, que le sacase de su ahora habitual zona de confort. Algún país extranjero…
El Valle de los Dojos, pensó. El valle de los duelos desde tiempos inmemoriales. Sí, un lugar tan bueno como cualquier otro. Pero antes tendría que hacer alguna misioncilla para pagarse la primera factura del apartamento y cubrir los gastos. Eso, y ponerse a tono. No servía de nada marchar aquel mismo día con el lamentable estado de forma física en el que se encontraba. Lo único que conseguiría sería hacer el ridículo… o hallar la muerte, en algún golpe tonto. Bah, tampoco hay porque exagerar… Pero sí, el Valle de los Dojos. Cada vez que lo pienso me parece mejor idea. El destino perfecto.
—E... ¡Espera, Haskoz-kun! —la voz de Akame le volvió a sacar de su ensmismamiento—. Creo que yo también voy a dejarlo por hoy, ¿qué te parece si te ayudo a reparar esa ventana?
—¿Eh? —aquel ofrecimiento le pilló a pie cambiado. Sabía que Akame era un chico extremadamente amable y cortés, pero jamás se hubiese imaginado que se hubiese ofrecido para ayudarle en algo tan… aburrido. ¿Quién en su sano juicio lo hubiese hecho? Él, desde luego, no—. Ah, ya… Es que… Verás, Noemi también se ofreció a ayudarme —explicó, tirando por lo fácil. A veces las mentiras más sencillas eran las mejores—. Normalmente estaría encantado de que te unieses a ayudarnos, pero… Es la primera vez que nos veremos tras nuestra primera cita y… Preferiría tener algo de intimidad con ella, ya me entiendes.
¿Por qué demonios su expresión se había suavizado de pronto? ¿Acaso el solo recuerdo de Noemi ya le hacía olvidarse de su reciente derrota? Descubrir aquel hecho, más que agradarle, le molestó. Era como si Noemi le estuviese ablandando, y eso era algo que no podía permitir... de ningún modo.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80