Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
21/05/2015, 20:45 (Última modificación: 21/05/2015, 20:45 por Amedama Daruu.)
La muchacha dio un respingo como respuesta y se mordió el labio inferior, indecisa. Sabía que había encendido la llama de la duda, y las ascuas fruto de esa llama no tardarían en llegar.
«No debería haberle dicho que vencí a Akaoni, ahora se rajará... A no ser...»
Ayame estaba empezando a virar hacia el lado que le interesaba de la conversación, sosteniendo que no le dolía tanto, pero aún no se había decidido. Afortunadamente tenía un plan.
Se dio la vuelta y echó a caminar, remolón, un paso hacia la izquierda en diagonal, otro hacia la derecha... Dio una vuelta completa, agarrándose los dedos de ambas manos detrás de la espalda, y finalmente, se apoyó en un sauce cercano, cruzando los brazos y las piernas con una sonrisa cargada de picardía.
—Si tienes miedo, mejor no, ¿eh? No me gustan los cobardes.
Su entrecejo estaba cerrado y sus ojos marrones clavados en ella como espadas a punto de clavarse en una garganta. La estaba desafiando.
Como una mariposa en la tela de una araña, como una marioneta manejada por los hilos invisibles de un titiritero, Daruu estaba jugando con los sentimientos enfrentados de Ayame. Y ella misma lo sabía, pero no pudo hacer nada por evitarlo. Y aún así, cuando Daruu echó a caminar de forma errática, con aquellos pasos lánguidos y marcados y terminó por lanzarle aquella frase tras haberse apoyado en otro de los sauces que poblaban el lugar, la muchacha se encendió.
—¡No soy ninguna cobarde! —exclamó, de manera lacónica. Había apretado los puños a ambos lados de su cuerpo, con todos los músculos en tensión, y su rostro ardía con la rabia de mil infiernos. Por dentro, sus sentimientos bullían como un furioso torbellino.
Y sólo por esa razón fue capaz de sostener la afilada mirada del muchacho que la contemplaba a unos dos o tres metros por delante. Una mirada que le provocó un picazón en la garganta que la llevó a beber de nuevo de su cantimplora antes de flexionar ligeramente las rodillas.
Realmente, no era un lugar del todo cómodo para combatir, aunque se tratara de una lucha amistosa. Aquel pequeño claro apenas medía unos escasos cinco metros de diámetro y estaba cubierto por arbustos y hierbas. Por un lado estaba rodeado por la salceda, que se adentraba hacia el interior de la ciudad antes de dar paso al asfalto y los rascacielos, por el otro, las aguas de lago se abrían interminables y sobre estas flotaban algunas plataformas circulares que mucha gente utilizaba para diversos usos. Pero nada de eso le importaba, ya había centrado su atención en Daruu, y no estaba dispuesta a abandonarlo.
—Bien... ¡pues si quieres entrenamiento, lo tendrás!
Se había llevado la mano derecha al portaobjetos, y con un rápido movimiento en arco un proyectil salió disparado hacia el pecho del shinobi. La escasa luz ambiental arrancó destellos metálicos de la sibilante estrella que rasgaba el aire hacia él a toda velocidad, y Ayame observaba concentrada la actitud de su repentino oponente.
La presa había recibido la picadura como era esperado, y exclamó en pura negación que no era una cobarde, sus puños apretados y el ceño muy fruncido. Sostuvo su mirada fijamente hasta que echó un trago de la cantimplora que llevaba al cinto. Daruu, por su parte, se había enderezado y había dejado caer los brazos. Tras soltar un largo y tendido suspiro, adelantó el brazo derecho y atrasó el izquierdo, e hizo lo contrario con las extremidades inferiores. Estaba preparado para enzarzarse en la lucha.
Como si se hubiera transformado, la sonrisa del rubio ya no presentaba picardía sino emoción, euforia, así como el entrecejo fruncido y los ojos que casi echaban chispas, ahora clavados sobre cada una de las extremidades de su oponente.
—¡Ah, claro que sí! ¡¡Ahora nos estamos entendiendo!! —exclamó, al tiempo que cualquier observador externo podría haber jurado que sus hombros y su espalda echaban... ¿Ascuas? ¿Pequeñas llamaradas?
Ayame respondió con una nueva provocación al tiempo que su brazo se dirigía hacia su portaobjetos, y le lanzaba un shuriken. Al tiempo que el shuriken avanzaba hacia Daruu, Daruu lo hacía hacia el shuriken, y cuando se encontraron, el metal que aferraba su siniestra lamió el de la estrella que la muchacha había arrojado. Rápidamente dio un giro hacia su izquierda mientras guardaba su arma, y cuando estuvo a punto de llegar a Ayame dejó que su cuerpo cayera de espaldas y que se deslizara por el suelo para patearle los tobillos y hacerla caer. Mantenía el antebrazo y el hombro izquierdos cerca del suelo.
Estaba claro que Daruu había conseguido lo que quería: picarla; pero Ayame ya se había centrado tanto en el incipiente combate que poco le importaba aquel hecho. Observaba cuidadosamente la posición que había adoptado su adversario, incluso la sonrisa en su rostro parecía haber cambiado. Aquella picardía inicial había dado paso a un embriagador éxtasis, y la kunoichi no tardó en dejarse llevar por aquel sentimiento.
«¿Qué es eso?» No estaba segura de haberlo visto de verdad, ¿pero qué habían sido aquellas lenguas anaranjadas que parecían haber salido de los hombros y la espalda de su oponente? ¿Se lo habría imaginado? O quizás... «¿Fuego? ¿Podría ser...?» Ante la sola idea, un remolino de emoción onduló en el pecho de la muchacha. No estaba segura de haber visto lo que creía haber visto, pero de ser cierto, aquello daría al combate un giro de lo más peculiar. «Agua y fuego... Luna y Sol...» Se sonrió.
Introdujo la mano en el portaobjetos, y el lanzamiento del shuriken marcó el pistoletazo de comienzo del combate. Y Daruu respondió a él abalanzándose hacia delante. Ayame entrecerró ligeramente los ojos, extrañada ante aquel comportamiento, pero no pudo evitar que la comisura de sus labios se curvara en una ladina sonrisa cuando Daruu alzó el brazo para bloquear el shuriken.
«Te tengo.»
Con un tintineo metálico característico, el primer shuriken se vio repelido por un metal que enarbolaba Daruu en su siniestra. Sin embargo, sus ojos no habían sido capaces de atisbar que otra de aquellas armas viajaba en la sombra de la primera, y el shuriken pronto alcanzaría la parte baja de su abdomen en una herida nada seria.
—¿Qué te ha parecido eso, Daruu-san?
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☾ ~Estado de Ayame~ ☽
• PV: 100 • CK: 93 (-7 CK)(+100 CK del Gobi) • Inventario: Hilo shinobi, Kunai, Senbon x5, Shuriken x2 • Daños recibidos
- • Daños ocasionados
8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo
¤ Kage Shuriken no Jutsu ¤ Técnica del Shuriken en la Sombra - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos: Shurikenjutsu 10 - Gastos: 7 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Permite ocultar un arma de lanzamiento en la sombra de otra del mismo tipo - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: -
Esta técnica fue diseñada por primera vez por un usuario de Fūma Shuriken, pero puede utilizarse con prácticamente cualquier arma diseñada para ser lanzada. Se trata de un curioso pero eficaz truco, en el que el usuario lanza dos de sus armas, del mismo tipo, a la vez. En realidad, lo que el oponente ve es que el usuario ha lanzado sólamente un objeto, pero en realidad éste se aprovecha de un truco de camuflaje con el chakra muy básico en el que aplana el otro arma y la pega y esconde en la sombra sobre el suelo de la primera. Cuando el oponente decide bloquear el primer arma, el usuario puede sacar por sorpresa la segunda de la sombra de la primera, para sorprenderle y atacar sus piernas o su bajo torso.
(Shurikenjutsu 50) Un control avanzado del Shurikenjutsu permite al usuario dejar pasar la sombra del arma bajo los pies del oponente, y sacarla más tarde para atacar a un blanco a sus espaldas, o utilizar hilos para redirigirla a la espalda del oponente.
El frío acero del kunai que empuñaba besó al shuriken de Ayame, al primero, y no al segundo, que desfiló oculto encima de la sombra, o debajo del arma, qué más da, y lamió piel, carne y sangre de Daruu en el costado, arañando de un tajo poco importante y haciendo que gimoteara y se llevase la mano a la herida. El rubio hizo caso omiso a la provocación de Ayame, y guardó su kunai, al tiempo que salía corriendo hacia ella con un grito de guerra.
—¡Esto... no ha hecho más que empezar!
El primer golpe fue dirigido al rostro, con el puño izquierdo, mientras retrasaba el derecho, que, de acertar el primer envite saldría disparado hacia su estómago. Si no le interrumpían finalizaría sus movimientos con una voltereta rápida hacia atrás, que buscaría golpear la barbilla de Ayame y hacerla caer de espaldas al suelo.
El shuriken oculto alcanzó el cuerpo de Daruu con éxito, y la sonrisa de Ayame no pudo sino ensancharse aún más, henchida de orgullo propio. Pero sabía bien que aquello no había hecho más que comenzar. Una herida tan tenue no bastaría para detener al muchacho, y él mismo lo demostró cuando se abalanzó sobre ella con un grito de guerra.
«No me favorece demasiado un combate cuerpo a cuerpo...» Ayame entrecerró ligeramente los ojos, con todos los músculos en tensión. Estudiaba los movimientos de su contrincante a conciencia, pero no llegó a moverse del sitio hasta el último instante.
Daruu lanzó un gancho directo hacia su mandíbula, y Ayame se movió en lateral hacia su propia derecha para que el puñetazo pasara junto a su rostro. Al mismo tiempo había alzado su mano izquierda para aferrarse al antebrazo del chico y mantenerlo en el sitio. Con un rápido giro de su muñeca derecha, Ayame sacó a relucir un kunai que llevaba oculto bajo la manga y con el que trató de asestar un corte a la altura de su cintura. Podría haber intentado apuñalarle, pero tratándose de un amistoso combate de entrenamiento, no quería sobrepasarse y causarle dolores innecesarios. Sin embargo, no le había pasado desapercibido el movimiento de Daruu, y en el momento en el que el que el puñetazo alcanzó su torso, este no se encontró con un obstáculo físico...
Sino que lo atravesó como si en realidad hubiese golpeado una cascada.
Pero sin duda le había dolido, y Ayame no pudo disimular el sufrimiento con ninguna sonrisa. Rápidamente se deshizo del agarre, volvió a guardar el kunai bajo su manga y retrocedió con varios saltos hacia atrás hasta situarse a dos metros del chico. Le miró con cierta timidez, sin saber muy bien cómo sentirse al mostrar su carta más preciada a la primera de cambio. Además, estudiaba el rostro de su Daruu, deseosa de ver cómo había reaccionado al hecho de que su oponente se transformara repentinamente en agua.
En un gesto nervioso, Ayame alzó la mano para reajustarse la bandana sobre la frente.
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☾ ~Estado de Ayame~ ☽
• PV: 90 (-10 PV) • CK: 85 (-8 CK)(+100 CK del Gobi) • Inventario: Hilo shinobi, Kunai, Senbon x5, Shuriken x2 • Daños recibidos
Puñetazo: 14 PV - 25%: 10.5PV (no sabía si ponerlo al alza o a la baja, lo he dejado en 10 PV, si tienes algun problema dímelo) • Daños ocasionados
Kunai: 8 PV/corte superficial, 12 PV/corte
¤ Suika no Jutsu ¤ Técnica de la Hidratación - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Hōzuki 10 - Gastos:
8 CK (divide regen. de chakra)
(Hōzuki 25) 11 CK (divide regen. de chakra)
(Hōzuki 60) 24 CK (divide regen. de chakra)
- Daños: - - Efectos adicionales:
Convierte el cuerpo del usuario en agua líquida para otorgarle ciertas características.
(Hōzuki 10) Reduce un 25% el daño de todo Taijutsu y armas, y aumenta el 25% el daño recibido por Raiton.
(Hōzuki 25) Reduce un 50% el daño de todo Taijutsu y armas, y aumenta el 50% el daño recibido por Raiton.
(Hōzuki 60) Anula por completo el daño de todo Taijutsu y armas, y aumenta el 100% del daño causado por Raiton.
Esta técnica permite al miembro del clan Hōzuki reducir el daño recibido por ataques físicos. Desde un simple pelo, hasta la piel y los músculos, todo el cuerpo puede ser licuado y solidificado a voluntad. Ya sea para evadir un ataque enemigo durante el combate cuerpo a cuerpo, para infiltrarse en una estructura o lanzar un ataque sorpresa en este estado, esta técnica cuenta con un importante valor estratégico.
Así, aplicando esta técnica, el usuario puede también modificar cualquier parte de su cuerpo para determinadas situaciones. Dado el ya comentado valor estratégico de la técnica, la única manera de contener a un usuario de esta técnica es encerrarlo en un recipiente hermético para impedir su movimiento. Cuando el shinobi se desmaya teniendo esta técnica activada, se convierte en algo así como una masa gelatinosa y, ya que esta técnica convierte el cuerpo en agua, los Hōzuki son extremadamente vulnerables a las técnicas de Raiton.
Veloz como una saeta, el primer golpe pasó a ras de rostro de Ayame mientras la muchacha se apartaba hacia su derecha para esquivarlo. Con la mano izquierda, sujetó el antebrazo de Daruu, quien por su parte ya tenía en el rostro dibujada la sonrisa más perspicaz que jamás podría haber visto la kunoichi en nadie. A la muchacha le invadiría entonces una sensación de calor, que en un instante se transformaría en una puntada de dolor.
Desde el codo hasta la punta de los dedos, todo el brazo del rubio estaba envuelto en un torrente de llamas ardientes.
Ya fuera por el factor sorpresa o por el dolor que le habría provocado la técnica de Daruu, éste aprovechó que la muchacha habría apartado la mano para mover rápidamente el antebrazo en llamas hacia la izquierda y golpear el lateral de su rostro. Cuán sorpresivo fue el resultado que Daruu tuvo que ahogar un grito y lanzarse hacia atrás unos dos metros de puro asombro.
—¿Qué... qué narices? ¿Es un clon...? ¿Es...? No, no lo es... —Por un momento había temido que le hubiera arrancado la cabeza a la muchacha, escenario grotesco y bastante improbable. La hipótesis del clon de agua era más veraz, pero aquello no podía ser: la muchacha, más bien el tronco y la cabeza de la muchacha habían estallado en agua, y ahora se estaban reformando en lo que volvería a ser ella misma.
Aclaraciones: Daños: 5 PV por contacto con Kaenka y 30 PV por ¿puñetazo, supongo? + Kaenka (notese, al puñetazo le asigno 10 PV sólo, porque le he restado el 25% que se supone que anula el Suika ). Sobre las "manipulaciones", yo roleo lo que creo que sucede, si me tienes que cortar, hazlo sin dudarlo, lo de que te doy y estallas en agua lo he dado por supuesto pero no lo pongo como un hecho, sino para hacer más fluído el combate y que no salga un post de 5 lineas.
Causa 5 PV y dolor al contacto sin golpe sólo si el usuario lo desea
Multiplicado, estalla al contacto con el oponente, lanzándolo hacia atrás al menos cinco metros
- Efectos adicionales:
(Katon 40) Puede aplicarse a un arma al lanzarla.
(Katon 60) El Kaenka envuelve todo el cuerpo automáticamente, y a las armas que el usuario esté empuñando. La capa sólo quema donde el usuario desea.
(Katon 80) El usuario puede aplicar la capa sobre alguien si lo toca él o su chakra
(Katon 100) Inmunidad a la ventaja con técnicas de agua.
- Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El Kaenka es un Hijutsu transmitido de generación en generación en la familia del padre de Daruu. En su versión más avanzada se trata de una capa de chakra de elemento Katon, que sólo quema al contacto donde el usuario desea, y si no, sólo produce una ligera sensación de calidez. El fuego se extiende sobre las armas que dicho usuario esté empuñando, y puede lanzarlas envuelta en este misterioso manto de llamas. Cuando se aumenta la potencia de la técnica, el fuego ruge con más fuerza y es capaz de provocar inflagraciones que envían lejos a los oponentes, ya sea en armas o cuerpo a cuerpo.
Los acólitos del jutsu sólo son capaces de generar una masa de llamas en un momento puntual y en una extremidad para golpear, pero a medida que van habituándose y entrenándose en su uso desbloquean muchas más habilidades.
Cuando la capa hace daño o defiende de algo, se ha de volver a pagar el coste de activación para volverla a encender.
Sin embargo, el ataque de Daruu no era tan simple como Ayame había previsto en un principio. Cuando él lanzó el puñetazo hacia su rostro y la kunoichi se movió a un lado para esquivarlo y aferró su antebrazo con fuerza, no se le pasó por alto que los labios de su contricante se habían curvado en una ladina sonrisa. La sonrisa de aquel que conoce las reglas de un juego invisible que ella no alcanzaba a comprender.
Sin embargo, antes de que pudiera completar su plan, un intenso quemazón restalló en su mano, obligándola a soltarle en el acto.
—¡AH! —ante la estupefacta mirada de unos ojos empañados por el dolor, Ayame se vio totalmente atrapada por la visión del brazo de su contrincante envuelto completamente en llamas. Y antes de que pudiera siquiera asimilar qué era lo que estaba viendo y apartarse del peligro, una oleada de dolor y calor cruzó su rostro.
Pero cuál sería la sorpresa de Daruu cuando su brazo no encontrara la piel y carne de Ayame, sino una masa acuosa que se limitó a atravesar con una estruendosa salpicadura, como si hubiese golpeado a una catarata en realidad. El fuego acarició el agua, y como un quejido de dolor un sonido sibilante inundó el ambiente cuando parte de ella se convirtiera en vapor. La masa de agua salió despedida hacia atrás a consecuencia del golpe y terminó por aterrizar en el suelo, donde quedaría durante unos instantes como un simple e inofensivo charco de considerable tamaño. Sin embargo, conforme fueron pasando los segundos, el agua volvió a arremolinarse, plegándose sobre sí misma, hasta terminar formando el cuerpo de una Ayame que miraba a Daruu con gesto dolorido mientras se acariciaba la mejilla, en la que presentaba una quemadura.
«Es fuego de verdad.» Meditaba, abstraída por lo curioso de la situación. Ella era agua, él era fuego. Incluso sus aspectos físicos contrastaban entre sí. «Él es el sol, y yo soy...»
Volvió a ajustarse la bandana, y después aprovechó la tregua de la sorpresa para volver a beber de su cantimplora.
—¡Debería preguntarte lo mismo! —le espetó, señalándole con su mano libre—. ¿Cómo es que te prendes en fuego y no te quemas?
Se levantó, tambaleante, y volvió a enganchar la cantimplora a la parte posterior de su obi. Tenía que pensar muy bien sus próximos movimientos; tal y como había sospechado, Daruu no era precisamente moco de pavo. Era un adversario muy capaz al que debía tener en cuenta.
1/06/2015, 12:45 (Última modificación: 1/06/2015, 12:46 por Amedama Daruu.)
Pararse a beber durante un combate podía ser peligroso, y sin embargo era una de las dos cosas que aquella chiquilla nerviosa no paraba de hacer. Beber agua, y ajustarse la bandana. «Bueno, todo el mundo tiene sus manías. Es lo que nos hace únicos», pensó Daruu.
Seguía intrigado, extremadamente intrigado por la habilidad especial de Ayame, pero no pudo evitar soltar una carcajada y sentirse en un plano ligeramente superior por un instante —a pesar de que era él el que se había sorprendido primero— cuando ella mostró sorpresa ante el desempeño de su Kaenka.
—Bueno, somos shinobi ya, ¿no es cierto? —dijo, emocionado, mientras echaba su mano a la espalda—. ¡Lo comprobaremos peleando!
Desenfundó su jō del cinto y cargó contra la muchacha sujetándolo con ambas manos desde un extremo, de modo que tenía más alcance que ella con cualquiera de sus armas. El alcance era un arma esencial en la batalla, su madre siempre se lo decía. Movió el bastón hacia la izquierda y luego hacia la derecha, para intentar darle en la cara. Pero esto sólo era un amago para que la muchacha tratase de esquivarlo, pues pararía a medio camino. Si se agachaba, el bastón iría hacia abajo de pronto para golpearle en el hombro, si se echaba hacia atrás, adelantaría un paso rápidamente para darle en el centro del pecho con el extremo.
«Si es capaz de transformarse en agua, eso significa que los golpes le hacen menos daño... Tengo que ser cuidadoso, tiene que tener más tretas guardadas»
PV: 68/80 CK: 120/120 (regenerando) Objetos: Kunai (x2), Hilo shinobi (x3 usos), Shuriken (x5), Jō (x1, en mano) Darumanegai:
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Aclaraciones: 25 PV/golpe con lado, 30 PV/golpe con extremo
Daruu estaba consiguiendo contagiarle aquel éxtasis. Con aquel desparpajo, aquellas carcajadas y aquellos comentarios taimados, los labios de Ayame se curvaron en una media sonrisa cuando un extraño cosquilleo comenzó a aletear en su pecho.
«¿Qué es esto? Nunca he sentido algo así en un combate...» Estaba ciertamente confundida, pero no podía dejarse distraer por algo tan nimio. Y tampoco estaba segura de que fuera buena idea dejarse llevar por aquel sentimiento; pero...
Daruu volvió a reírse, y cuando alegó que deberían descubrir sus secretos luchando, la sonrisa de Ayame no pudo sino ensancharse aún más.
—¡Muy bien entonces! ¡Averiguaré por las malas si es fuego o ceniza lo que corre por tus venas!
Su oponente se echó la mano hacia la espalda, y Ayame tensó todos los músculos del cuerpo al ver cómo extraía un peligroso bastón de madera con una notable longitud. La kunoichi frunció ligeramente el ceño, aquel arma, además de lo peligrosa que era de por sí, le otorgaba un alcance notoriamente mayor. Le venía bien no tener que acercarse a una distancia demasiado cercana al shinobi para que no volviera a usar sus llamas, pero ahora tenía algo más de lo que estar pendiente para no resultar malherida.
«Menos mal que soy una Hōzuki.» Un extraño cosquilleo hormigueaba en su mejilla. Ayame no era consciente de ello, pero la quemadura que le había infligido Daruu con su anterior bofetada ya había comenzado a curarse.
Daruu arremetió repentinamente contra ella, sujetando el arma con ambas manos desde su extremo. Saltaba a la vista que pensaba golpear con el otro, por lo que Ayame esperó pacientemente al momento adecuado con el corazón palpitándole con fuerza en el pecho y las manos muy próximas entre sí. En el momento en el que el shinobi movió el jō y lo dirigió hacia su rostro, la muchacha terminó de flexionar las rodillas y sus manos se entrelazaron en una rápida secuencia de gestos al tiempo que el bastón pasaba por encima de su cabeza.
Dragón. Tigre. Liebre.
—¡Suiton: Mizurappa! —un potente chorro de agua a presión surgió repentinamente de entre sus labios y buscó el torso de su oponente. A aquella escasa distancia, y con las dos manos ocupadas con el jō, Ayame esperaba que no tuviera demasiadas oportunidades para evitar el ataque y se viera empujado de nuevo hacia atrás.
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☾ ~Estado de Ayame~ ☽
• PV: 55 • CK: 73 (-12CK)(+100 CK del Gobi) • Inventario: Hilo shinobi, Kunai, Senbon x5, Shuriken x2 • Daños recibidos
- • Daños ocasionados
Suiton: Mizurappa: 20 PV
¤ Suiton: Mizurappa ¤ Elemento Agua: Ola de Agua Salvaje - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Suiton 10 - Gastos:
12 CK
(Suiton 20) (multiplicable x2)
(Suiton 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales:(Suiton 80) El chorro de agua puede ser lanzado de forma parabólica, aunque no alcanza el ancho de la técnica hasta que no está a 3 metros del objetivo - Sellos: Dragón → Tigre → Liebre - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
La técnica avanza 3 metros, y goza de 1'5 metros de anchura (multiplicado x1)
La técnica avanza 8 metros, y goza de 2'5 metros de anchura (multiplicado x2)
La técnica avanza 10 metros, y goza de 4 metros de anchura (multiplicado x3)
Tras la realización de los sellos, el usuario expele agua desde su boca, como se tratase de una cascada con forma de trompeta, que arrasa con el adversario y lo derriba. El ejecutor de la técnica puede controlar su poder libremente administrando la cantidad de chakra que libera al utilizarla. Es una técnica básica de elemento agua.
Había visto los tres sellos. Dragón, tigre y liebre. Para alguien poco experimentado, leer sellos sin duda era una tarea difícil, algunos dirían que imposible, pero estaba cerca y eran simples. No los conocía, pero daba igual: estaba a punto de recibir un golpe, de algún lado, de alguna manera. Sólo podía significar eso. Y sin embargo, no cesó en su empeño de propinarle un buen bastonazo a Ayame: seguiría con el arco hacia abajo para darle con el lateral en la cabeza.
Como era de esperar, un chorro de agua salió disparado de la boca de la muchacha y le impactó de lleno en el pecho, haciéndole soltar el jo, a pesar de que probablemente había dado en su objetivo. El bastón cayó en la hierba, un par de metros a la izquierda de Ayame, y Daruu, unos cuantos por delante. Se levantó, mojado y dolorido, pero hacía falta mucho más que una catarata para detenerlo.
«Agua. Lo que me faltaba», pensó, y es que debía haberlo deducido antes. El era todo luz y día, todo fuego y con prendas cálidas. Ella, toda fría, cabello negro, alegre pero tranquila, como el agua. Sabía deshacerse en agua, obvio que la técnica iba a ser un tipo de Ninjutsu acuático.
—Fuego, corre fuego. Lástima que sea agua lo que suele apagarlo —Levantó los hombros, gracioso—. Dos veces he tomado la inciativa. ¿Vas a conformarte con ser un charco, estático, estéril? ¡Vamos, ven aquí!
PV: 48/80 CK: 120/120 Objetos: Kunai (x2), Hilo shinobi (x3 usos), Shuriken (x5), Jō (x1, en mano) Darumanegai:
El chorro de agua brotó de sus labios y se lanzó como una serpiente en pos de buscar el torso de su adversario. Pero el súbito dolor de un fuerte impacto en la parte posterior de su cabeza le hizo ver las estrellas, casi de manera literal, y Ayame, o la masa de agua en la que se había convertido, cayó al suelo sin remedio.
Nuevamente, era como si Daruu hubiese golpeado las apacibles aguas de un lago.
Las amorfa masa de agua volvió a arremolinarse al cabo de algunos segundos. Primero lentamente, luego algo más rápido, finalmente se alzó y formó la silueta de una muchacha que yacía en el suelo con gesto de dolor. Porque por muy líquido que pudiera volver su cuerpo a la hora de encajar un golpe, seguía sintiendo el daño que sufría. Entre jadeos, la kunoichi sacudió ligeramente la cabeza. Fue entonces cuando se dio cuenta de que el jō de Daruu había caído cerca de ella, por lo que aún de rodillas se apresuró a tomarlo. Pero el bastón pesaba demasiado para que alguien como ella pudiera blandirlo con eficacia, por lo que se limitó a lanzarlo por detrás de su espalda para evitar que su oponente intentara recuperarlo.
—Fuego... Parece que somos dos polos opuestos... —se rio. Si lo hubiesen intentado hacer aposta, no les habría podido salir tan bien la jugada. Cabellos dorados, cabellos oscuros; fuego, agua; sol...
Ayame alzó la mano, tanteando la firmeza de la bandana sobre su frente.
Y entrecerró ligeramente los ojos cuando Daruu le instó a tomar la iniciativa bajo una ácida provocación en la que no tardó en caer.
—¿Estática dices? —volvía a sonreír, y echó mano de su portaobjetos—. ¡El agua nunca puede ser estática, Daruu-san!
En un movimiento brusco, su brazo volvió a trazar un movimiento en arco. Dos proyectiles surcaron el aire girando sobre sí mismos sin cesar. Cada shuriken se dirigió a aproximadamente un palmo de su hombro derecho y otro de su muslo izquierdo, respectivamente, y Ayame frunció ligeramente el ceño y arrancó a correr con las manos cada vez más juntas entre sí...
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☾ ~Estado de Ayame~ ☽
• PV: 33 (-22PV) • CK: 73 (+100 CK del Gobi) • Inventario: Hilo shinobi, Kunai, Senbon x5, Shuriken x2 • Daños recibidos
Bastón: 22PV • Daños ocasionados
Shuriken: 8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo
5/06/2015, 20:21 (Última modificación: 5/06/2015, 21:36 por Amedama Daruu.)
La provocación dio resultado, y Ayame enarboló su brazo en arco, para lanzar, de nuevo, dos proyectiles metálicos hacia Daruu. Una de las saetas estrelladas iba dirigida a su hombro derecho, y la otra, al muslo izquierdo. Aunque ninguna de las estrellas fuera a dar realmente en el blanco, lo parecía, así que debía reaccionar.
«¡No me fio de tus trucos!» —Ayame había demostrado ser hábil con las tretas con los shuriken. Debía tener cuidado.
Por eso lanzó dos de sus propios shuriken a los de Ayame, pero también se apartó de la trayectoria de ambos dos proyectiles proyectando una finta hacia la izquierda, ladeando su torso hacia la derecha, no fuesen a haber dos estrellas más escondidas en las primeras, como antes. Todo lo discretamente que pudo, a la vez, su pierna izquierda, hasta la rodilla, se prendió en fuego. La flexionó, como si estuviera aguardando a golpear a Ayame, pero en lugar de eso no esperó a su encuentro y pateó la hierba. Mostraba una sonrisa de satisfacción en el rostro, pues sabía que su adversario no esperaría esta nueva técnica.
—¡Katon: Hiizumi no Jutsu!
El césped prendió en una línea perfectamente recta de llamas que avanzó rápidamente hasta la posición de Ayame.
«Vamos, lanza tu técnica. Estoy preparado para ella, y si apagas la mía no podrás lanzármela directamente a mi... Bueno, tampoco es que fueras a conseguirlo» —Sintió un cosquilleo emocionante en los dedos de la mano derecha, brazo ligeramente flexionado.
Cuando la línea estuvo bajo ella, el rubio levantó la pierna y un géiser de fuego se alzó con un potente estallido, hacia arriba, al menos tres metros. Se hubiese apartado de la línea o no, Daruu estaba seguro de que si no la dañaba, la sorprendería y le dejaría la guardia baja.
¤ Katon: Hiizumi no Jutsu ¤ Elemento Fuego: Técnica de la Fuente Ígnea - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Katon 10 - Gastos:
12 CK
(Katon 20) (multiplicable x2)
(Katon 30) (multiplicable x2)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales:
Si Kaenka está activo, es posible obviar el gasto de esta técnica desactivando Kaenka y golpeando con la extremidad en la que esté activo
(Katon 20) La técnica puede girar hasta 45º en una misma superficie
(Katon 50) La técnica puede girar hasta 90º y pasar de la superficie original a superficies adyacentes (moverse en lateral para cambiar de superficie no cuenta como giro)
- Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones:
La línea de fuego llega hasta los 5 metros, y el estallido abarca 1 metro de ancho por 3 de alto
La línea de fuego llega hasta los 10 metros, y el estallido abarca 1'5 metros de ancho por 5 de alto (multiplicado x2)
La línea de fuego llega hasta los 15 metros, y el estallido abarca 2 metros de ancho por 7 de alto (multiplicado x3)
El usuario prende en llamas una extremidad y golpea con ella fuertemente contra el suelo, la pared o el techo. Sin soltar la extremidad de la superficie, una linea de llamas se mueve a gran velocidad desde el punto de impacto hasta el punto deseado, y cuando se quita la extremidad de dicha superficie, se produce un gran estallido de llamas similar a un géiser o a una erupción volcánica en miniatura, en perpendicular a la superficie en la que se encuentre la línea, que abrasa a los oponentes y los lanza en dirección contraria. Un usuario experto, mientras siga apoyando la parte del cuerpo con la que ha golpeado, puede dirigir la línea ígnea hasta el punto que desee, siempre y cuándo no la haga girar un ángulo demasiado cerrado. También es capaz de hacer pasar la línea del suelo a otras superficies adyacentes, y de estas superficies a otras adyacentes a éstas.
6/06/2015, 13:12 (Última modificación: 6/06/2015, 13:13 por Aotsuki Ayame.)
Sin embargo, el plan no salió tan y como lo había pensado.
Daruu arrojó dos shuriken para contrarrestar los suyos, y Ayame chasqueó la lengua, visiblemente molesta. Las armas se repelieron mutuamente en mitad del aire con un característico tintineo metálico, y las estrellas de Ayame terminaron por caer al suelo enredadas en aquel hilo que había estado conectando sus núcleos para tratar de abrazar a su oponente si intentaba esquivarlas de alguna manera.
«Ha sido una jugada arriesgada» Se dijo, y detuvo su avance en seco con las manos aún próximas entre sí.
Las llamas volvieron a danzar en la pierna de Daruu y con una súbita patada, una línea de fuego comenzó a avanzar hacia ella a toda velocidad por la húmeda hierba.
«¡Esto no es bueno!»
Ayame se echó hacia un lado con un salto. Pero, cuando las llamas alcanzaron su posición, un géiser se fuego rompió la tierra con un escalofriante crujido y se alzó ante sus estupefactos ojos en un mortífero remolino de fuego.
—Qu... ¿¡Qué es eso!? ¡Casi me evaporas! —exclamó, alarmada. Una gota de sudor frío resbaló por su sien cuando volvió su atención a Daruu. Ya había descubierto que el muchacho era puro fuego, pero de verdad no esperaba que poseyera unas técnicas tan terroríficas. En un gesto inconsciente, se llevó la mano a la mejilla herida, pero se sorprendió al ver que ya no había herida que palpar.
Frunció el ceño, ligeramente extrañada y al mismo tiempo preocupada. Ya había mostrado todas sus cartas, ¿con qué podría sorprender a alguien tan hábil como era Daruu? Si se acercaba cuerpo a cuerpo recibiría una nueva quemadura por su extraña habilidad, y él ya conocía la suya propia; tampoco se fiaría de las armas que le arrojara, y ya le había mostrado la única técnica acuática que conocía. Volvió a chasquear la lengua, con un ligero quemazón en la garganta, y entonces volvió a unir las manos.
Dragón. Tigre. Liebre.
—¡Suiton: Mizurappa!
El chorro de agua a presión volvió a surgir de los labios de la kunoichi, buscando el torso de su oponente. Un ataque muy básico directo que escondía una pequeña sorpresa, pues Ayame había sacado dos senbon de su portaobjetos para arrojarlos hacia donde quiera que se moviera Daruu para evitar el ataque...
• PV:33 • CK: 61 (-12CK)(+100 CK del Gobi) • Inventario: Hilo shinobi, Kunai, Senbon x5 • Daños recibidos
- • Daños ocasionados
Mizurappa: 12 PV
Senbon: 4 PV/impacto
¤ Suiton: Mizurappa ¤ Elemento Agua: Ola de Agua Salvaje - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Suiton 10 - Gastos:
12 CK
(Suiton 20) (multiplicable x2)
(Suiton 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales:(Suiton 80) El chorro de agua puede ser lanzado de forma parabólica, aunque no alcanza el ancho de la técnica hasta que no está a 3 metros del objetivo - Sellos: Dragón → Tigre → Liebre - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
La técnica avanza 3 metros, y goza de 1'5 metros de anchura (multiplicado x1)
La técnica avanza 8 metros, y goza de 2'5 metros de anchura (multiplicado x2)
La técnica avanza 10 metros, y goza de 4 metros de anchura (multiplicado x3)
Tras la realización de los sellos, el usuario expele agua desde su boca, como se tratase de una cascada con forma de trompeta, que arrasa con el adversario y lo derriba. El ejecutor de la técnica puede controlar su poder libremente administrando la cantidad de chakra que libera al utilizarla. Es una técnica básica de elemento agua.
Suika no Jutsu activado 1 AO revelada: Hilo ninja atando los dos shuriken lanzados. 1 AO
Ayame se apartó de un salto desesperado hacia un lado para evitar el enorme géiser de fuego que de un estallido amenazó con herirla, se llevó la mano a la mejilla —Daruu no supo por qué— y exclamó una irónica frase que le hizo reír. El lugar donde había estallado el chorro de llamas estaba ahora propagando accidentalmente un pequeño fuego. Daruu frunció el ceño.
—¡Gracias por el elogio, charquito-san! —le guiñó un ojo—. Pero no te preocupes, no le puse tanto chakra al ataque. Podría haber sido peor.
Ayame chasqueó la lengua, molesta, y volvió a juntar las manos para realizar sellos. Daruu sonrió, y se llevó la mano al cinto, de donde extrajo uno de sus muñecos Daruma. Había llegado la hora de demostrar que tenía más de una carta oculta. Y había que ocuparse de ese fuego. Cuando el chorro de agua salió de los labios de Ayame, Daruu interpuso el muñeco entre él y el chorro, y como si alguien hubiera estirado de la cadena, el agua fue succionada en espiral hacia la pupila vacía del artefacto... Que se rellenó cuando no quedó ni gota de dicho agua.
Movió el brazo y apuntó el Daruma hacia el suelo prendido. Apagó el fuego disparando la propia técnica de Ayame desde el Darumanegai.
—Deberíamos dejarlo por hoy, si no, me parece que nos vamos a quedar sin sauces. Y pobre Durru-san, ¿no?
Guardó el Daruma en el cinto y se acercó a la muchacha. Le tendió la mano con el sello del carnero formulado. El sello de reconciliación tradicional.