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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#31
Tan rápido y brusco fue el movimiento del Inuzuka, que sentenció el combate casi en el acto. La chica, dolorida como un tomate en plena tomatina, quedó en el suelo totalmente tendida. Se la veía hasta sorprendida, incapaz de entender qué había sucedido en esas décimas de segundo. No era para menos, se trataba de un golpe inventado por el rastas, algo innovador y único. Al menos eso pensaba, y esperaba.

Pero la sangre había alertado al rastas. Ante todo, lo que no pretendía era llegar demasiado lejos con un mero entrenamiento, y más aún en confrontación con una persona —que pese a ser de su aldea— no conocía en absoluto. No era ni ético ni moral, al menos a ojos del Inuzuka. Casi al instante, se había acercado a ésta para preguntarle si se encontraba bien. Ranko tardó un poco en contestar, quizás levemente aturdida por el golpe, pero según ella tan solo necesitaba descansar un momento. Se encontraba bien, o casi bien.

La chica había entendido la pregunta, había contestado, respiraba... y no se veía con ningún tipo de herida. ¿Sería acaso una herida en la cabeza? Pues la verdad, tenía sentido, y mucho tras un golpe de ese estilo. Pero en ese mismo instante vio como goteaba sangre cerca de la chica, y todas sus dudas se vieron tranquilizadas en ayuda de la disculpa de la chica.

No era ella quien sangraba, si no él.

Un poco sorprendido, se llevó la diestra hacia la nariz, taponandola con fuerza —si-si... creía que te había hecho alguna herida... menos mal que solo es mi nariz... ¡qué alivio! —aclaró con una voz bastante mas aguda de lo normal, a causa del apretón en la nariz.

¿D-de verdad... te encuentras bien?

Se había entusiasmado en el combate, quizás demasiado...
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#32
Fue raro que Ranko se sintiera responsable por el sangrado nasal de Etsu. Aunque era verdad, había sido él quien había golpeado con más fuerza. Si alguien hubiere de hacer daño al otro, habría sido el de las rastas. Pero según él, era un alivio que fuese sólo su nariz.

La kunoichi soltó un sonoro suspiro.

M-me alegra… S-Sí, es solo… Creo que… Creo que estoy exhausta —Sonrió a como pudo, sin moverse del suelo. El combate le había llenado y refrescado el espíritu, aunque hubiese desgastado su cuerpo. Estaba segura de que se levantaría mucho más fuerte que antes —. E-Ése último movimiento… ¡Dis… Disculpe mi a-atrevimiento! Fue im… impresionante… P-p-pero no se ve muy… Tekken. —dijo esto por el contraste entre los firmes golpes del estilo familiar del Inuzuka y el súplex que había borrado unos segundos de su existencia.

Soltó una risita entre tímida y juguetona. Se sentiría de manera similar mucho después, al enfrentarse al Mizujin usuario de Raiton. ¿Por qué se sentía tan natural ser derrotada por otros?

”No, no es eso… No es cómo acabé, es cómo llegué, todo el combate antes de caer rendida… ¡Eso es lo magnífico!”

¿L-le molesta a Inuzuka-san que… que no me levante por unos minutos?

Aquel entrenamiento le había dejado de mucho buen humor. Parecía que un combate era en realidad la mejor manera de entablar una amistad y de romper el hielo. Y de hacerle olvidar la pena y la vergüenza.
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#33
La chica continuó en el suelo, y tras un leve suspiro de puro alivio, se alegró de que el chico se encontrase también bien. Con las mismas, también dejó caer que se encontraba realmente exhausta. El Inuzuka aprovechó para sentarse a su lado, aún con la nariz presionada con su mano. A ésto, Ranko se disculpó para posteriormente elogiar el último movimiento del chico. Sin embargo, su observación era realmente aguda. Se notaba que era diestra en Taijutsu. No se le escapó el detalle de ese último movimiento, que era realmente distinto al Tekken.

Te diste cuenta... —contestó el chico, aún con una peculiar y aguda voz —ese movimiento es inventado por mí. Lo diseñé buscando aprovechar las distancias extremadamente cortas, aunque también es posible usarlo ofensivamente si me aproximo yo directamente. Aunque siempre puedes llevarte una sorpresa.

Y su nariz podía dar fe de ello.

Ranko terminó por preguntar si le importaba al rastas que quedase allí tendida por unos minutos. En ese preciso instante, el chico se dejó caer con suavidad sobre el tatami, recostándose sobre el mismo, al igual que su antagonista. Aún presionando su nariz con su diestra, levó su mirada hacia el techo.

Claro, no hay problema. Podemos descansar un poco.

Akane miró a Etsu en ese instante con los ojos entrecerrados. No le gustaba que Etsu, el obsesionado del entrenamiento, cayese en la desidia tan solo por un combate de entrenamiento. Él bien sabía que Etsu aún podía seguir dando guerra. Y no le desagradaba la situación del todo, pero sabía que de no ser por esa nueva amiga, seguro que él estaría sufriendo a causa del rastas y su obsesión...

¿Sabes? el estilo del abuelo es el segundo estilo de lucha que casi domino... el primero fue el de la academia, y el último al que le hinqué el diente es un antiguo estilo que conocía el abuelo. El viejo siempre me dice que para ser un gran maestro, no hay que dominar un solo estilo de combate. Hay que conocer mucho sobre los otros, y a partir de ello buscar tu propio camino. Solo así te conviertes en un maestro de Taijutsu.

»¿Tu madre también opina parecido?

Sí, así era Etsu, curioso como un gato. Tenía a su lado una fuente de información novedosa, sentía esa imperativa necesidad de saciar su sed de conocimiento.
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#34
Etsu se sentó cerca de ella y le comentó que el último movimiento había sido de su invención. El chico concordó en la idea de descansar algo, y se recostó también. Parecía que su nariz seguía sangrando, y Ranko esperó que la hemorragia se detuviese dentro de poco.

”Creo que descansar sería lo ideal para que no sangre más…”

Lo siguiente que el de las rastas dijo dejó pensativa a la de la trenza por unos instantes. ¿Qué pensaba su madre acerca de especializarse en un solo estilo?

Mmm… No s-sabría decirlo… Cu-cuando madre me enseñó e-el Hakuto no Mai, yo… No tenía… No tenía muchas opciones. Tuve un… —recordó a su hermana rompiéndole el brazo, como si fuese una reacción —. Un combate… Y resulté herida. N-no pude usar mi brazo d… mi brazo derecho por un tiempo. Madre m-me dio la opción… Bueno, me… Sugirió enseñarme su estilo, p-pues las patadas se usan más. Pe-pero realmente desconozco… No sé. T-tal vez el Hakuto no Mai fue ese… fue ese camino propio que e-ella misma construyó después… de un largo viaje.

Ranko se llevó la mano a la frente, a la bandana ninja. Casi nunca la portaba en el rostro. Pensó en cómo ella había entrenado su estilo, y cómo soñaba con hacerlo suyo.

”Pero todavía no es suficiente… Me hace falta tanto por avanzar, tanto por mejorar…” Suspiró.

T-tal vez sea m-mi camino… También. Q-quizá dentro de un tiempo convierta ese baile en mi baile. Creo…

El dolor se pausó. Ranko sabía que en cuanto se levantara y moviera de nuevo, el dolor y cansancio regresarían. Su corazón retomaba un latir más calmado, al igual que su respiración.
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#35
La chica quedó por un instante pensativa, o al menos callada ante la reflexión del chico. Bueno, mas que su reflexión era su día a día... cualquiera le llevaba la contra al abuelo. Pero al final, terminó por contestar dando su opinión acerca del tema. Dijo que ese estilo de lucha había sido su recurso tras un accidente en el que tuvo el brazo herido por una larga estancia. Enseñado por su madre, quizás éste había sido su estilo personal tras una larga tanda de aventuras, y la chica decía que seguramente en algún momento haría de ese baile su propio baile.

El chico sonrió, aún con la nariz presionada en pos de que dejase de sangrar. Continuaba recostado en el tatami, retomando el aliento. Poco a poco se iba relajando, aunque la verdad es que la chica le había puesto en un aprieto con el entrenamiento, se había visto forzado a luchar al 100%. Bueno, al menos al 80% o así, que no es poca cosa...

Tal vez sí, pero empiezo a pensar como mi abuelo... —contestó al fin —para hacer un estilo propio, uno con el cuál estar cómodo, creo que es necesario haber visto muchos estilos antes. Saber un poco en qué flaquea cada estilo, saber en qué son fuertes, saber identificar los ataques y las defensas... así se puede construir uno nuevo que busque la perfección, o al menos un buen equilibrio.

Calló por un momento, dejando a la chica un momento para meditar sobre eso. Aunque eso no era todo lo que tenía que ofrecer, en realidad tenía pensado contarle un poco sobre el estilo que buscaba desarrollar. Quizás una persona como ella, que sabía de taijutu y tenía un punto de vista fuera del estilo tradicional, pudiese aconsejarle. Preguntarle al abuelo era un poco absurdo, pues el quería que perfeccionase el estilo de la familia, haciendo un estilo duro y estable. Un estilo de golpes rectos y potentes, con una defensa solida y una escasa fluidez de movimiento, en pos de crear un estilo sólido como una roca.

Al Inuzuka le emocionaba el movimiento, la agilidad, la destreza y los movimientos improvisados a mitad del combate. No había modo de que el abuelo le diese su favor en desarrollar algo así.

¿Sabes cuál es el estilo de combate llamado "mono borracho"? Al parecer es bastante extraño, pero el abuelo me lo enseñó a regañadientes... no le gusta, y tampoco le gusta que yo lo practique. Dice que es un estilo que se burla de los estilos tradicionales, que esos movimientos y defensas son pura basura...

»Creo que quiero basar mi propio estilo en una combinación de ese llamado mono borracho, con el estilo del abuelo. El Tekken me parece genial, y tiene puntos muy fuertes para combatir. Tiene una defensa férrea y un ataque muy contundente. Pero le falta movimiento, le falta vida... lo veo un estilo demasiado tradicional y estático. Creo que combinarlos podría dar lugar a un estilo de combate asombroso... aunque aún no sé muy bien cómo hacerlo. Supongo que me falta más conocimientos sobre el tema.

»¿Qué opinas?
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#36
Parecía que el de las rastas poseía más sabiduría de la que su alegre aspecto mostraba. O al menos en lo concerniente al combate. Mencionó que comenzaba a pensar como el viejo Inuzuka, y que era uno quien debía de hacerse del estilo, analizarlo, encontrar sus debilidades y reforzarlas. Tal vez es así a como se crea el camino de cada uno.

¿El mono… borracho…?

Ranko intentó hacer memoria. Tal vez en algún momento había sido mencionado por su madre. “Es un arte interesante. Muy impredecible, a menos que lo conozcas a profundidad, entonces pierde mucho de su efecto. Pero a mi gusto no es… estético.” Recordó a su madre riéndose después de decir eso.

Creo que sí… Solo he escuchado de él. U-un poco, por… ahm… Por parte de m-madre —Alzó la cabeza un poco y soltó un “¡Ooh!” al escuchar que Etsu lo había aprendido. Aunado a ello, el chico quería combinar la firmeza del Tekken con la floritura del mono borracho. ¡S-suena bas… bastante interesante, Inuzuka-san! S-se me hizo muy di… difícil enfrenta-tarme a su Tekken. ¿Cree que podría aflojar s-su defensa si intenta… ahm… hacerlo más… dinámico? ¡Ta-tal vez sólo requiere tiempo! Q-quizá necesite dominar mucho ambos, hasta… hasta que logre combinarlos eficazmente. Todo se p-puede mejorar siempre, con tiempo y esfuerzo. Creo. ¡Y-y-yo podría ayudarle a practicar! ¡S-sería el mono de hierro! ¿O el hierro borracho?

Soltó una risita seguida de un suspiro.

C-creo que a veces siento algo… si… similar con el Hakuto no Mai. No es un estilo tan… firme como otros. P-pero madre… y yo también… madre lo considera hermoso. Y… admito que me gusta que sea así. N-n-no sé si sea l-lo mejor…

»Aunque de-después de todo, no hay estilo que sea perfecto.
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#37
Ranko quedó dubitativa al escuchar el estilo del que quería derivar su propia senda el rastas. No era un nombre muy común, eso no podía defenderlo de ningún modo. Pero sorprendentemente, soltó que si había escuchado algo sobre el estilo, por parte de su madre. Sin duda alguna, esa mujer había de ser muy pero que muy diestra en Taijutsu. O al menos estaba realmente bien informada.

Se sorprendió cuando Etsu confesó que lo había aprendido, y permaneció atenta a todas y cada una de las agudas palabras del Inuzuka. Si, aún tenía la nariz presionada. Tras definir su propósito, la chica concluyó que sonaba realmente interesante. Reveló que le había costado mucho enfrentar el Tekken, quizás por su dureza y firmeza. Tras ello, preguntó si creía que el combinarlo con un estilo tan dinámico podría perder la firmeza, reduciendo su capacidad defensiva. No tardó en suponer que debería tomar una enorme experiencia en ambos estilos para poder combinarlos de manera efectiva.

Razón no le faltaba.

Pero la tímida chica se ofreció a entrenar ocasionalmente con él, en pos de ayudarlo a mejorar en su objetivo. Quizás, solo quizás, eso podría ayudar a ambos. Aunque por otro lado, la idea le asustaba un poco. Quería ser el pionero en ese nuevo estilo, quería hacer de él una cosa personal y única... ¿estaría bien desarrollarlo con ayuda de otra persona?

Ranko quebró la duda del Inuzuka con una broma, una acerca de qué nombre pondría al estilo que pensaba desarrollar. Mono de hierro, o hierro borracho. Etsu no pudo aguantar la risa, y rió como bien lo hacíala kunoichi.

Jajajaja... supongo que será Hierro borracho.

»La verdad es que pensé mucho en esa posibilidad de que perdiese defensa a cambio de dinamísmo y movilidad... pero por otro lado, el abuelo es de los que opinan que la mejor defensa es un buen ataque. Quizás llevando en ese sentido el estilo, lo que pierde en firmeza defensiva, lo gana en ofensiva... si atormentas al oponente en una tormenta ge golpes, no tiene tiempo para buscar la debilidad de la defensa...

»Ahh... y puedes dar por hecho lo de entrenar de vez en cuando juntos, enfrentar estilos a los que no estás acostumbrados es la mejor manera de avanzar.

«Aunque no te enseñe todo el potencial de mi estilo, pues el verdadero nombre del estilo será Bestia de hierro borracha

No podía darse de lado el power-up de su transformación Inuzuka.

Ranko delató sus dudas acerca de el estilo familiar, que quizás era débil por esas florituras. Aun así, era un estilo de combate con el que parecía estar a gusto, y que además le gustaba. Concluyó que igualmente, ningún estilo es perfecto.

No puedo quitarte la razón... jajaja.

Probó a destaparse la nariz, pero ésta aún chorreaba un reguero de sangre. El hilo carmesí era fino, pero aún constante... no quedó mas opción que volver a taponar la nariz.
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#38
Reír hizo que le doliera el abdomen a Ranko, pero lo hizo con ganas al escuchar que Etsu aceptaba su sugerencia de nombre. El chico comentó el balance desequilibrado que había en enfocarse totalmente en la ofensiva. ¿De qué te podrías defender si vapuleas a tu oponente sin descanso?

Lo que dijo después hizo sonrojar a Ranko, pues Etsu había aceptado la invitación a entrenar juntos. La chica se inflamó de alegría. ¡Había hecho un amigo!

”Bueno, si lo digo así suena bastante infantil y empalagoso… Un… ¿camarada? Amigo suena bien…”

Le pareció ver de reojo que el Inuzuka revisaba su nariz, pero antes de que pudiera preguntar “¿Estás bien?” o “¿cómo sigues?”, una voz se alzó por sobre otras en el pasillo. Al inicio no le dio importancia, hasta que se dio cuenta de que le llamaba por su nombre.

¡Ranko! —Una chica de baja estatura y cortos cabellos rojo intenso, abrió la puerta de golpe. Vestía pantalones cortos y una blusa con estilo mixto entre tradicional y moderno. Se podía ver su bandana colgando de sus caderas, bajo la blusa. Su rostro era bastante similar al de la kunoichi de la trenza. La pequeña entró y se colocó en una posición algo autoritaria, con las manos a las caderas —. ¡Ah, genial! Llevo irrumpiendo en todas las partes del dojo por al menos… cinco minutos. ¡Cinco minutos! ¡Y aquí estás!

K-k-kuumi… ¿Qué…? —Pero la chica la interrumpió.

Padre te busca. Madre olvidó decirte que padre tenía un compromiso más tarde, y quería que fuésemos. ¡Rápido, vamos!

Oh.. —Su padre insistía en que toda la familia estuviese presente en las reuniones con otros socios de negocios u otras familias con influencia, pues “quería que aprendiesen del negocio que es socializar”. Ranko se moría en algunas de esas reuniones, mientras que en otras era ignorada por casi todos, lo que lo hacía muy llevadero. Pero siempre eran horas de estar sentada escuchando pláticas de comercio y cosas así. Tanto ella como su hermana detestaban estar allí, pero, gracias a los permisos que sus padres les daban, consideraban que era un intercambio justo.

Hola, compañero-de-Ranko-san —Kuumi le dedicó un movimiento de cabeza a Etsu después de un rato, y luego otro a Akane —. Hola, perro-de-compañero-de-Ranko-san. ¿Puedo llevarme a mi hermana a casa? ¿Qué te pasó, por cierto? —La última pregunta la dirigió a la chica de la trenza.

Ranko sólo suspiró y luchó hasta incorporarse y sentarse.
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#39
En ese momento de tranquilidad en que ambos podían hablar y debatir con suma calma, una voz comenzó a llamar la atención levemente en el pasillo. Buscaba a alguien, o bien buscaba algo, pues era acompañada por diversas conversaciones e incluso aperturas de puertas. Conforme se acercó a la sala en que estaban Etsu, Akane y Ranko, lo que ésta persona buscaba se esclareció rápidamente. Andaba buscando a Ranko, y la encontró al entrar finalmente a la sala.

¿Mmmhh?

La chica que entró era bastante parecida a Ranko, salvo que quizás parecía algo mas baja, y con un carácter más firme. Al menos eso último si que era seguro. La recién llegada vociferó el nombre de la kunoichi, y le lanzó tremendo rapapolvo. Al parecer la había tenido que estar buscando por cinco minutos, y eso había sido demasiado. Bueno, quizás hubiesen personas a los que cinco minutos le pareciesen décadas...

Ranko no llegó siquiera a contestar bien, preguntándose qué sucedía, o porqué estaba esa chica allí. Pero ésta no titubeaba un solo segundo, contesto de manera franca que el padre las estaba esperando y la madre se habría olvidado de decírselo. Debían irse, y rápido. Ranko pareció sorprendida, aunque no podía negarse al parecer. A todo ésto, la que recién había entrado en el tatami, saludó a Etsu así como a Akane, de una peculiar manera. Incluso pidió permiso para llevarse a su hermana.

H-hola, hermana de Ranko —contestó a la susodicha —claro que puedes llevarte a tu hermana, sé muy bien que los compromisos familiares son lo primero...

»Cuando quieras podemos volver a entrenar, Ranko. Quizás para la próxima vez pueda mostrarte un poco del estilo Hierro borracho.

Parecía que éste era el hasta luego.
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#40
Fue… ahm… un entrenamiento algo duro. ¡Pero muy interesante!

Kuumi le tendió una mano y ayudó a Ranko a ponerse de pie. La de la trenza se sentía bastante adolorida, y pensó que la reunión, fiesta o lo-que-sea de su padre sería un calvario, a no ser que tuviese que estar sentada todo el tiempo.

Huh —dijo la pelirroja, con cara de sorpresa agradable. Al escuchar a Etsu, Kuumi frunció el cejo —. ¿Hierro borracho? ¿Qué es eso? ¿Con qué clase de pervertido estuviste entrenando, Ran-chan? ¡No te creía capaz de cosas así! ¡Jum! —A paso lento fueron saliendo de la estancia.

¿¿Aah-ah?? ¡N-n-no es eso! ¡I-I-Inuzuka-san no es…! —Ranko se tornó tan roja como los cabellos de su hermana.

Oh, un Inuzuka. Eso explica el perro, creo. Pues ¡cui-da-di-to! —Kuumi apuntó con sus dedos índice y medio a sus propios ojos, luego le apuntó a Etsu con los mismos. La chica estaba siendo algo chusca, y no lo decía en serio, aunque no sabía qué tanto podía leer Etsu entre líneas —. Nada de borracheras ni de hierros con Ran-chan. ¿Eh? ¡Un gusto!

¡K-Kuu-chan! ¡No digas e-eso! ¡P-por su… supuesto, Inuzuka-san! ¡Fue u-un placer!

Mientras decía lo último, Kuumi ya estaba sacando a su hermana con su cabeza apoyada sobre su hombro. Tenía que inclinarse un poco, pues Ranko era casi veinte centímetros más alta que la pelirroja. Anduvieron por los pasillos de los dojos por algunos minutos, siempre al ritmo de la de la trenza.

Creo que no fue muy educado que le hablarle así a Inuzuka-san… ¡Ni siquiera te presentaste!

Pff… No había tiempo. Además lo volverás a ver, ¿no? ¡Y entonces le mostraré cómo dar una buena paliza! Y… Y me presentaré. Cuando acabe con él.

¡Kuu-chan!

Y ambas fueron en dirección a la casa de la familia Sagisō.
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#41
La pelirroja tendió la mano a su hermana, y la ayudó a reincorporarse. Entre tanto, el Inuzuka se levantó también, aunque no del todo, tan solo quedó sentado con las piernas entrecruzadas. Aún no sabía muy bien cómo se debía proceder en éste tipo de situaciones, pero en fin... las chicas tenían prisa, y no era cuestión de retenerlas por mas tiempo. Ya de por sí parecían llegar tarde a causa del despiste de la madre.

Aunque mas vale tarde que nunca, no es cuestión de apretarse la soga antes de saltar al vacío.

Kuuni reaccionó de forma un tanto singular ante el comentario del Inuzuka, quizás malinterpretándolo por completo. Bueno, mas que quizás, seguro que lo malinterpretó. Trató al Inuzuka de alguna especie de pervertido, cosa que sacó un profundo color rojizo en el rostro del chico de rastas.

[p=dodgerblue]¿Qué coño...?[/color]

El chico no supo ni qué contra-argumentar para afrontar esa acusación, pero Ranko rápidamente negó que eso fuese así. Entre lineas, Ranko insinuó sutilmente el apellido del rastas. A ésto, la hermana de Ranko predispuso que entonces se podía suponer como normal lo del perro en el dojo.

Hasta... otra... Ranko... —sentenció en lo que la chica marchaba por la puerta.

Las chicas continuaron hablando a lo largo del pasillo. Etsu, más incómodo que un saltamontes en mitad de una pradera miró a Akane. El can se meaba de risa. No literalmente. No era de ese tipo de animales...

Me siento más incómodo con las personas que nada, tío... no hay quien las comprenda...

¿Ababaur?

Además de verdad...
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