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**Aotsuki Ayame** · 6/09/2017, 11:58

Daruu correspondió a su gesto, dando por concluido el trato y marcando el inicio del combate. Ayame respiró hondo y tragó saliva, tratando de relajarse. ¿Había sugerido luchar con taijutsu para evitar las lesiones de verdad o porque temía a los ojos del Hyūga? Ni ella misma era capaz de responder con certeza a aquella pregunta...

Al menos, se dijo, en aquel lugar no tenía público de por medio. Se eliminaba la tensión por la sensación de tener miles de miradas clavadas sobre ella y estudiando cada uno de sus movimientos y errores.

Su contrincante adoptó una curiosa postura de combate, con las palmas extendidas hacia el frente y las piernas ligeramente flexionadas. Ayame jamás había visto algo así, y aunque le resultó en cierta manera extraño, respondió preparando su cuerpo ante el inminente encontronazo y flexionando ligeramente las extremidades.

Y entonces se produjo el disparo de salida.

Daruu recortó las distancias con ella con un par de zancadas y, con un último salto, se impulsó contra ella con el antebrazo por delante directo hacia su rostro.

«Es rápido... pero no tanto.»

Con su oponente en el aire, Ayame simplemente se agachó para evitar el golpe y, rápida como una centella, adelantó su propio cuerpo para proyectar la fuerza de su hombro y lanzar un puñetazo con su diestra directo hacia su estómago.

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**Amedama Daruu** · 6/09/2017, 12:13

Ayame se agachó para esquivar el puñetazo. «Es rápida». Entonces, aprovechó que estaba justo debajo de su cuerpo para arremeter en un contraataque: un puñetazo hacia su estómago. Daruu adelantó la mano izquierda, libre hasta ese momento, y agarró el puñetazo justo delante de su tripa, bloqueándolo con la palma. Se impulsó y volteó por encima de Ayame, cayendo espalda con espalda. Entonces, aprovechando que tenía las piernas flexionadas, dio un giro de ciento ochenta grados sobre sí mismo con la pierna extendida, para derribarla.

Quedando enfrente de ella, golpearía su torso con el canto de la mano para alejarla.

**Aotsuki Ayame** · (Última modificación: 6/09/2017, 13:32 por Aotsuki Ayame.)

«¡Maldita sea!»

Daruu había frustrado su ofensiva bloqueando el puñetazo en el momento del impacto, agarrando su puño con su mano libre. Ayame chasqueó la lengua, irritada, pero no tenía demasiado tiempo para andarse con chiquilladas. Su oponente volvió a impulsarse, y esta vez saltó por encima de ella.

Ayame era consciente de dónde caería su oponente, y en el momento del aterrizaje ella ya había girado sobre sus talones y lanzó su pierna derecha hacia su espalda para estamparle contra el suelo y hacerle morder el polvo. Tras aquello, se alejó un par de pasos para evaluar la situación y planear sus siguientes movimientos...

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**Amedama Daruu** · (Última modificación: 7/09/2017, 11:21 por Amedama Daruu.)

La ausencia de su Byakugan se hizo evidente muy pronto. Cuando Daruu aterrizó en el suelo, Ayame ya se había girado sobre sus talones. Sin tener ninguna forma de prevenirlo, la suela de sus botas impactó contra su espalda, derribándole al menos un metro más allá. Daruu giró hacia un lateral y se recompuso rápidamente. Formuló hasta cuatro sellos: Tigre, Serpiente, Carnero y Pájaro.

—Se acabó.

Pero todo era una mentira que pensaba atacar a la inocencia de la muchacha, y a su pronta indignación. Daruu salió disparado de nuevo hacia adelante. Flexionó el brazo derecho mientras adelantaba el izquierdo, preparando un puñetazo directo de nuevo, pero en el último instante giró rápidamente la mano izquierda para golpear a Ayame con el canto justo encima del codo. Entonces sí, trataría de golpearla con el otro puño, cerrado, en el rostro.

**Aotsuki Ayame** · 7/09/2017, 10:53

Daruu cayó derribado al suelo, y Ayame se sorprendió a sí misma considerando la posibilidad de que, si no hubiesen pactado que el combate fuera a Taijutsu puro, lo tendría a su completa merced. Sin embargo, sacudió la cabeza para apartar aquellos pensamientos de su mente y después clavó los ojos en el cuerpo de su oponente, que había rodado hacia un lado y se había reincorporado con rapidez.

Para su completa estupefacción, las manos de Daruu comenzaron a entrelazarse en varios sellos.

—Se acabó.

—¡Eh! —gritó, indignada, descargando una patada contra el suelo—. ¡Se suponía que...!

Se vio obligada a interrumpirse cuando el muchacho se abalanzó sobre ella súbitamente. No parecía haber desatado ninguna técnica. La había engañado para despistarla desatando su rabia. Flexionó el brazo derecho y los ojos de Ayame viraron en aquella dirección para contraatacar el puñetazo que se le venía encima. Lo que no se esperaba era que aquello no fuera más que un amago, y que el ataque viniera en realidad por su izquierda. Y Ayame gimió cuando sintió un fuerte golpe justo encima del codo.

—¡Ugh!

Pero no había tiempo para lamentaciones. El puñetazo que había estado esperando se dirigía ahora contra su rostro y apenas tuvo tiempo de ladear la cabeza para evitarlo. El puño pasó junto a su cabeza, por encima de su hombro, y Ayame aprovechó la inercia del movimiento que llevaba Daruu para darse la vuelta y darle la espalda, envolver todo su brazo con el suyo propio y, con una simple inclinación, proyectar su cuerpo por encima del suyo para estamparlo contra el suelo de espaldas.

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EXPLICACIÓN: Por si no queda claro con la narración, Ayame ha hecho una llave básica de judo. Dejo vídeo para que se vea mejor:

**Amedama Daruu** · 7/09/2017, 12:09

Ayame ladeó el rostro rápidamente esquivando su envite. «Mierda», pensó Daruu, al tiempo que Ayame agarraba el brazo y se daba la vuelta, elevándolo inevitablemente por encima de su espalda y haciéndolo chocar contra el suelo. Daruu se aseguró antes de caer de agarrarse con todas sus fuerzas al brazo de la kunoichi, y cuando su espalda impactó contra el suelo, un segundo después, recuperado del shock inicial, hizo acopio de todas sus fuerzas para rodar a la vez que tiraba del brazo, devolviéndole la llave a Ayame.

Se sorprendió de que la muchacha pesase tan poco, y también de ser más fuerte que ella y conseguir que no se zafara. Daruu no era un muchacho que entrenase mucho el tren superior a pesar de que su clan se especializase en el Taijutsu. Para cualquier Hyuuga, o para alguien que los conozca muy bien, esta afirmación nunca es contradictoria, porque sus golpes no se basan en dar más fuerte sino en dar donde toca.

Por supuesto, en aquella pelea de iniciados nada de eso valía.

Cuando la llave finalizase, Daruu se aseguraría de soltar a la kunoichi y de zafarse él mismo de cualquier otro tipo de agarre que pudiera pactar con su antebrazo. Y luego, rodaría un poco, lo suficiente como para poder levantarse de un salto y quedar en guardia.

—Joder, pues no luchas tan mal, considerando que el especialista en Taijutsu soy yo.

**Aotsuki Ayame** · (Última modificación: 7/09/2017, 12:39 por Aotsuki Ayame.)

Lo que Ayame no esperaba era, mientras estaba proyectando el cuerpo de Daruu hacia delante, sentir unos dedos cerrarse en torno a su brazo con fuerza.

«¡No!»

Daruu la había apresado. ¡Pero nadie podía apresar al agua! Y, aprovechando su propio movimiento, tiró de ella para lanzarla hacia delante de manera similar a como lo había hecho ella. Ayame cerró los ojos en el momento en el que el suelo se daba la vuelta frente a ella y se acercaba a toda velocidad. Apretó las mandíbulas, esperando el momento en el que el suelo impactara contra su espalda y le cortara momentáneamente la respiración. Y entonces...

¡CHOOOOOOFF!

El cuerpo de Ayame estalló violentamente en el momento del impacto, empapando a Daruu de los pies a la cabeza en el proceso. Se recompuso de manera casi inmediata, acuclillada en el suelo y mirando con profunda congoja a su compañero. Se tapaba la boca con una mano.

—Uy... —gimió, con el rostro enrojecido por la más absoluta vergüenza—. ¡Lo... Lo siento!

Apenas habían pasado unos pocos segundos desde que le había gritado a su compañero al creer que había roto el pacto que habían establecido, y ahora ella...

Su orgullo como Hōzuki y el miedo al dolor se habían sobrepuesto a su autocontrol.

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**Amedama Daruu** · 7/09/2017, 13:16

Y sin embargo, cuando el cuerpo de Ayame chocó contra el suelo, estalló en una abundante cantidad de agua que caló a Daruu hasta las cejas. El muchacho reaccionó apartándose rápidamente y poniéndose de pie. Señaló a Ayame, que se estaba formando de nuevo, y dijo, con tono acusador:

—¡Eh, has hecho trampa!

—¡Lo... lo siento!

Daruu volvió a tomar una posición de kata de Hyuuga y frunció el ceño. Las venas de entorno a sus ojos se hincharon y en sus irises blancos se formó la leve sombra de una pupila.

—Está bien, tú lo has querido, tramposa. —Sonrió—. Luchemos.

Daruu se adelantó rápidamente y fintó un golpe de juuken con la palma al pecho de su oponente, pero manteniendo los pies firmemente amarrados al suelo.

**Aotsuki Ayame** · 7/09/2017, 13:35

—¡Eh, has hecho trampa! —le increpó Daruu, y no era para menos.

Ayame se encogió sobre sí misma sumida bajo el peso de la culpa, pero antes de que se le pudiera ocurrir una respuesta su oponente adoptó la misma postura de combate que le había visto realizar antes: con los brazos flexionados y las palmas hacia delante. Parecía que el combate retornaba a la normalidad...

Pero entonces las venas en torno a los ojos de Daruu se hincharon y el muchacho clavó en ella aquellos escalofriantes ojos que parecían mirar en el interior de su alma.

—Está bien, tú lo has querido, tramposa. —Sonrió—. Luchemos.

—Q... ¡¿Qué?! —exclamó ella, con un hilo de voz—. E... ¡Espera!

Pero Daruu no estaba dispuesto a dejarle unos segundos de respiro. Se abalanzó sobre ella, y Ayame se vio obligada a saltar hacia un lado para evitar que la golpeara con la palma en el pecho.

—¡Ha sido sin querer! ¡Vamos a acabar haciéndonos daño! —dijo, y no pudo evitar que un tinte de súplica y temor inundara su voz.

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**Amedama Daruu** · 7/09/2017, 13:58

Ayame saltó hacia un lado evitando su ataque. Daruu puso los brazos en cruz, esperando un contraataque que nunca llegó. La muchacha no había atacado.

—¡Ha sido sin querer! ¡Vamos a acabar haciéndonos daño! —dijo, con la voz cargada de...

—Miedo —dijo Daruu, avanzando un paso hacia ella—. Lo único que tienes es miedo. Miedo de mis habilidades.

Daruu era consciente de que estaba caminando sobre una fina, muy fina capa de hielo. Pero cuando entras en el lago helado, caminar sobre tus propios pasos normalmente significa la muerte. En esos momentos, sólo queda seguir adelante.

Dio otro paso.

—¿Sabes qué nombre tiene eso?

**Aotsuki Ayame** · 11/09/2017, 10:55

—Miedo —replicó Daruu, avanzando un paso hacia ella. Y, sorprendida porque hubiese visto a través de ella con tanta facilidad, ella retrocedió otro, prácticamente dándole la razón—. Lo único que tienes es miedo. Miedo de mis habilidades.

Ayame se mordió el labio inferior, incapaz de negar la verdad. Daruu seguía acercándose a ella, como un tigre blanco al acecho de su próxima presa. Una presa temblorosa y temerosa que era incapaz de reaccionar antes de que le clavara los colmillos en la garganta y terminara con su vida. Y, sin embargo...

—¿Sabes qué nombre tiene eso?

Ayame despertó de su letargo. Sacudió la cabeza y, rápida como una centella, sacó dos shuriken de su portaobjetos que enarboló entre sus nudillos.

—¿Qué nombre tiene? —le devolvió la pregunta, en un peligroso siseo.

¿De verdad iba a volver a decirle aquella palabra? ¿Se atrevería a hacerlo?

**Amedama Daruu** · 11/09/2017, 20:47

Ayame sacudió la cabeza inmediatamente, como despertada por las palabras de Daruu. Se llevó la mano al portaobjetos y sacó dos shuriken de él, sujetándolos con fuerza entre sus nudillos. Daruu observó la reacción y dejó de avanzar: incluso dio un paso hacia atrás con cautela. Aún así, sonrió abierta y malignamente, sabiéndose ganador del duelo de palabras.

Ayame siempre había sido muy vulnerable.

—¿Qué nombre tiene?

Por eso, cuando le tiró de la lengua, Daruu no dudó ni un instante en cargar su voz con el tono más provocativo que pudo y dijo la palabra mágica del hechizo:

—Cobarde.

**Aotsuki Ayame** · (Última modificación: 13/09/2017, 11:22 por Aotsuki Ayame.)

—Cobarde —respondió Daruu, sin ningún tipo de tapujos y con aquella sonrisa envenenada en el rostro.

«Lo ha dicho.» La mirada de Ayame se afiló en un instante. Sabía que la estaba provocando. Estaba más claro que el agua. Pero le daba igual.

Porque la había vuelto a llamar cobarde. Como ya lo hizo durante su misión de las fresas shiroshimo.

Y por eso, se desató.

—¡NO SOY NINGUNA COBARDE! —exclamó, al tiempo que lanzaba los shuriken, uno hacia el hombro derecho de Daruu y otro hacia la parte inferior de su pierna izquierda.

Y prácticamente después de hacer soltado las armas, sus manos se entrelazaron: Dragón, tigre, liebre...

«¡Suiton: Mizurappa!»

Ayame puso todo su poder en aquel ataque. Tomó una buena bocanada de aire y después expelió desde sus labios un auténtico torrente de agua a presión que se abalanzó sobre Daruu con salvaje fiereza.

**Amedama Daruu** · 12/09/2017, 13:18

Los ojos de Ayame se endurecieron y sus músculos se tensaron. Las palabras de Daruu habían hecho mella. La kunoichi había caído en su provocación. Por eso, no le sorprendió que no tardase nada en gritarle como respuesta y le lanzase las armas, para después, ponerse a realizar sellos.

Daruu evadió el shuriken que iba dirigido a su pierna izquierda ladeando el cuerpo y bloqueó el otro con una ráfaga de su juuken. Inmediatamente, juntó las manos: Tigre.

«¡Teppoudama!»

La bala acuática chocó contra el torrente de Ayame prácticamente cuando estaba a punto de alcanzarle, y se abrió paso partiéndolo como una roca que atraviesa la arena. El chorro de agua de Ayame debilitó su ofensiva, pero también la nutrió, y al mismo tiempo que la bola de agua disminuía un poco a veces, también se hacía más grande un instante después.

**Aotsuki Ayame** · (Última modificación: 13/09/2017, 11:26 por Aotsuki Ayame.)

El chorro de agua chocó contra algo, pero Ayame no llegó a ver lo que era debido a las dimensiones de su técnica hasta que fue demasiado tarde. Horrorizada, fue testigo de cómo su Mizurappa era atravesado repentinamente por una esfera de agua y apenas tuvo tiempo de cruzar los brazos frente al cuerpo antes de que impactara contra ella.

Fue empujada hacia atrás con violencia. La esfera de agua estalló violentamente contra el suelo y, tras la salpicadura, aún pasaron algunos segundos hasta que el líquido volvió a alzarse y a formar la silueta de una Ayame jadeante y completamente empapada que tenía sus airados ojos fijos en los de Daruu.

—Había olvidado que tú eras más diestro que yo con el suiton... —confesó, herida en su orgullo de Hōzuki. Se levantó de nuevo, y cerró los puños a ambos lados de su costado—. ¡Pero voy a hacer que retires lo de que soy una cobarde aunque sea a la fuerza! ¡A ver cómo te defiendes de esto!

Las manos de Ayame volvieron a entrelazarse y terminó con una palmada.

Al principio no ocurrió nada. Ayame ni siquiera inspiró para tomar aire y lanzar otra de sus técnicas ni realizó ningún movimiento o gesto. Se mantuvo totalmente inmóvil. Y entonces Daruu lo oyó, claro como el agua. Un potente zumbido inundó sus oídos. Provenía de sus piernas. Y cuando se miró, vio su cuerpo totalmente envuelto por un enjambre de avispas que no dejaban de revolotear a su alrededor.

Y comenzaron a clavarle sus aguijones...

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