Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—¡Pues claro que estoy bien! Vamos, no me miréis así. ¡Ni que fuese la primera vez que invito! —exclamó Datsue, ofendido ante la duda de los dos Amejines.
Pero Ayame vio la verdad en su rostro cuando habló de ese supuesto restaurante famosísimo del Valle de los Dojos. Vio la tensión en su mandíbula, la palidez en su piel, sus ojos desorbitados. Por sentir, casi le pareció sentir a su cartera llorando a lágrima viva. Y no pudo evitar sentir un siniestro placer con ello.
—P-pues claro que estoy seguro, Ayame —balbuceó. Incluso su voz había perdido ese firme tono de confianza que siempre esgrimía—. Estoy seguro, sí… ¡Seguro de que mis amigos no irán a lo caro solo porque invite yo! Porque eso estaría feo, ¡muy feo!
Ayame soltó un bufido.
—¡Por supuesto que no, Datsue! ¿Cómo puedes pensar eso de nosotros? —dramatizó, con los brazos en jarras.
—No sé, pero pienso que un tío que te llama desde un jacuzzi y sugiere irse de fiesta no va a invitar a dos amigos que le ayudaron a vencer a un General de Kurama a un sitio de mala muerte roñoso... —la acompañó Daruu—. ¿A que no, Datsue? ¿A que tú eres mucho más que eso, verdad? ¿Porque tú eres un buen tío, eh?
—Además, el sitio que os comento tiene una comida buenísima. He oído de unas croquetas que sirven que son para quitarle el aliento a cualquiera. Eso sí, sólo te sirven una por plato, y el plato más barato son 200 ryō... ¡Pero ya os digo yo que vale la pena!
Ayame seguía estirando de la cuerda. ¿Cuánto daría de sí la goma antes de romperse?
Tenían que estar de coña. Tenían que estar de puta coña.
—¡¿Doscientos ryōs?! Pero, ¿¡qué están, rellenas de jodido caviar o qué?! —exclamó Datsue, estupefacto—. Pues claro que no os llevaré a un sitio roñoso, pero… —Pero eso era un extremo, y el sitio que proponía Ayame el lado opuesto—. Oigan, que tenga jacuzzi no quiere decir que sea rico, ¿eh? Me tuve que vender mi apartamento, ¡tirar de todos los ahorros acumulados por tantos años! ¡Ahorros ganados con el sudor de mi frente, la sangre de mis venas y negocios paralelos! ¡Negocios que ya no tengo!
Como para ahora dárselos a un tío que se dedicaba a vender croquetas a precio de oro.
—No, hombre, no. ¡Lo de ese restaurante es una estafa! Una cosa es pagar y otra que te timen. Eso es delictivo, ¿sabéis? ¡Denunciable! ¡Por abuso al consumidor!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Datsue había caído de lleno en el cebo. Y Daruu era ese niño cabrón al que le hace gracia el rostro agonizante del pez que ha caído en él. Ahora ya se había olvidado del secreto que ambos le estaban ocultando, y prácticamente luchaba por no desternillarse rodando en el suelo. El puto Datsue, macho, que estaba indignado y todo.
—¡Pero Datsue! —dijo Daruu, ya con lágrimas en los ojos—. ¡LA CROQUETA! ¡PIENSA EN LO BUENA QUE ESTARÁ ESA CROQUETA, TÍO!
—¡¿Doscientos ryōs?! Pero, ¿¡qué están, rellenas de jodido caviar o qué?!
Boom. Ahí estaba la explosión que estaba esperando Ayame. Parecía que no sólo el Uchiha era experto manipulando las emociones de los demás.
—Pues claro que no os llevaré a un sitio roñoso, pero… Oigan, que tenga jacuzzi no quiere decir que sea rico, ¿eh? Me tuve que vender mi apartamento, ¡tirar de todos los ahorros acumulados por tantos años! ¡Ahorros ganados con el sudor de mi frente, la sangre de mis venas y negocios paralelos! ¡Negocios que ya no tengo! No, hombre, no. ¡Lo de ese restaurante es una estafa! Una cosa es pagar y otra que te timen. Eso es delictivo, ¿sabéis? ¡Denunciable! ¡Por abuso al consumidor! No, hombre, no. ¡Lo de ese restaurante es una estafa! Una cosa es pagar y otra que te timen. Eso es delictivo, ¿sabéis? ¡Denunciable! ¡Por abuso al consumidor!
Ayame se llevó una mano a la boca, tratando desesperadamente de retrasar lo inevitable.
—¡Pero Datsue! —Daruu continuó con el juego a duras penas—. ¡LA CROQUETA! ¡PIENSA EN LO BUENA QUE ESTARÁ ESA CROQUETA, TÍO! Tiene que ser la croqueta de los dioses, tío.
Y Ayame no lo soportó por más tiempo y lo dejó explotar. Soltó una pedorreta y se echó a reír con todas sus ganas. Con tantas ganas que se tuvo que abrazar el abdomen y arqueó el cuerpo mientras se seguía riendo a carcajada limpia.
—¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!!! ¡Que...! Jajaja... Que era una broma! Jaja... —exclamó, limpiándose las lágrimas de los ojos entre risas contenidas—. ¿Pero cómo te vamos a hacer algo así, Datsue? Venga, va, vamos donde queráis. ¡Si ni siquiera conozco ese restaurante, me lo he inventado!
Datsue tuvo que haberlo visto venir. Aún sin el Sharingan activado, las señales estaban ahí, frente a sus narices. Esas lágrimas que brotaban, incontenibles, de los ojos risueños de Daruu. Esa mano que Ayame se llevaba una y otra vez a la boca para ocultarla. Ese…
… ese empeño por comerse una jodida croqueta de mierda. ¡Ni cuando rechazó ir a una pizzería la última vez Daruu había insistido tanto en llevarle la contraria! ¡Esa, esa era clave que tenía que haberle abierto los ojos! Pero no fue capaz de verlo, porque, con el dinero, Datsue siempre se cegaba.
No fue hasta que la pareja se empezó a descojonar en su cara que lo comprendió todo. La franqueza acudió a sus labios:
—¡Bah!, par de gilipollas —soltó, abrupto y ofendido—. ¡Con esas cosas no se juegan!
Había cientos de cosas sobre las que se podían bromear. Un brick de zumo que en realidad contuviese humo; una sorpresa inofensiva sellada en el pecho en forma de bola de fuego; un… ¡un tsunami sellado en una carta, incluso! Pero, ¿jugar con el dinero? ¿Con los ahorros de uno? ¡Eso nunca! ¡Eso estaba feo! ¡Eso era tabú!
Chasqueó la lengua mientras negaba con la cabeza, todavía irritado. «Mamones de mierda, joder. Menudo susto me han metido en el cuerpo».
Suspiró, todavía con el ceño fruncido y apartando la mirada.
—Bueno, pues vamos a una pizzería, que de la otra vez Daruu se quedó con las ganas —dijo, recordando la última vez que habían estado allí, hacía ya cosa de un año. Aunque más que por Daruu lo hacía por sí mismo: las pizzerías solían ser baratas en comparación con el resto de restaurantes y, qué coño, estaban buenísimas.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Después de que ambos estallaron en risas y Datsue les recriminase, ofendido como un chiquillo, el Uchiha sugirió ir a una pizzería. Fue entonces cuando los ojos de Daruu se iluminaron como un faro en medio de un océano de oscuridad. Se acercó rápidamente a Datsue y le tomó de la camiseta.
—En ese caso, permíteme que ilumine tu camino, Datsue —dijo—. Conozco un BUFFET de pizza. Pagas una vez. Comes y bebes todo lo que quieras.
Tarareando una cancioncilla y marchando con un ritmo divertido, Amedama Daruu comenzó a caminar hacia el exterior de Sendōshi.
· · ·
Pizza Puzzle era una cadena muy extendida en el País de la Tormenta, pero Daruu no vio ninguno en Uzushiogakure durante su corta estancia allí, por eso se mostró gratamente sorprendido durante el anterior Torneo de los Dojos, cuando encontró uno pegadito a la cordillera del Valle, al lado de unos cuantos dojos y plataformas de combate. Un negocio redondo: la gente terminaba de entrenar y se iba a comer.
Daruu se regocijaba recorriendo con su Byakugan la carta. Con su Byakugan activo. ¿La emoción? ¿O acaso quería ver más allá?
—¡Bah!, par de gilipollas —soltó Datsue, tan brusco como ofendido—. ¡Con esas cosas no se juegan!
—Vamos, vamos, no te enfades —le dijo Ayame, aún limpiándose las lágrimas de risa—. Que aún no se me ha olvidado ese cigarro disfrazado de brick de zumo —añadió sombría. Tampoco se le habían olvidado las técnicas selladas entre ellos, ni la transformación frente a la Arashikage que casi le había costado el cuello; pero las prioridades eran las prioridades—. ¡Ya era hora de que te devolviésemos alguna!
El Uchiha terminó por apartar la mirada con un suspiro.
—Bueno, pues vamos a una pizzería, que de la otra vez Daruu se quedó con las ganas —accedió.
Y fue como si al Hyūga le acabasen de comunicar que le había tocado la lotería. Sus ojos se encendieron como dos luceros y, ni corto ni perezoso, se acercó a Datsue y le tomó de la camiseta.
—En ese caso, permíteme que ilumine tu camino, Datsue. Conozco un BUFFET de pizza. Pagas una vez. Comes y bebes todo lo que quieras.
. . .
El lugar en cuestión era una cadena bastante extendida por el País de la Tormenta conocida por el nombre de Pizza Puzzle y representada por el logo de una porción de pizza con forma de pieza de puzzle. Las veces que Ayame había estado allí había sido en compañía de Daruu —su padre odiaba con todas sus fuerzas las cadenas de comida rápida— y no había tardado nada en cogerle el gusto. Literalmente, y tal y como había afirmado Daruu, pagabas una vez y podías comer y beber todo lo que pudieras ingerir. Aún recordaba lo mucho que le había chocado aquella forma de negocio la primera vez que había oído hablar de Pizza Puzzle. Y aún a día de hoy seguía sin entender cómo les salía rentable, pero ahí estaba.
Ayame le dio un sorbo a su vaso de agua y levantó la vista de su carta para descubrir, con cierta estupefacción, que Daruu estaba inclinado sobre su propio papel con las venas alrededor de los ojos hinchadas en un signo inequívoco de que tenía el Byakugan activado como si quisiera atravesar la carta con sus pupilas. ¿Era tal el ansia que tenía por las pizzas? ¿O había algo más? ¿Habría detectado algún tipo de peligro?
—Esto... ¿Daruu? ¿Ocurre algo? —le preguntó en voz baja, algo preocupada.
¿Un buffet de pizzas? ¿Dónde podías pagar una vez y comer todo lo que quisieses? Joder, ¡aquel negocio sí que era oro puro! Datsue nunca había sido de comer demasiado, pero desde que se había puesto a tono físicamente, era como si su estómago también se hubiese agrandado. Necesitaba comer más, y necesitaba comer más veces. En un restaurante solía cortarse, claro. Pero en un buffet…
Oh, sí. Uchiha Datsue pensaba ponerse las botas.
Dejó la chaqueta sobre el respaldo de la silla mientras miraba, distraídamente, un grupo de amigas que hablaban a chillidos a un par de mesas de al lado. Luego se sentó, y antes de ojear la carta algo llamó su atención. Un detalle insignificante, que hubiese pasado desapercibido para casi cualquiera salvo para alguien que conocía el secreto. Daruu tenía los ojos clavados en su carta, pero dichos ojos estaban rodeados de venas hinchadas. El Byakugan. Y el secreto del Byakugan era que podía ver en cualquier dirección, y a una distancia de la hostia.
Datsue vio la cara de puro regocijo de Daruu y volvió a escuchar una risotada del grupo de chicas de al lado. Entonces, recordó. Recordó y casi se le cae la mandíbula al suelo. Porque Daruu, hacía mucho, mucho tiempo, en una isla perdida, le había dicho: Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y yo ya me he visto treinta pares de tetas. O algo parecido. Algo muy parecido.
«No, no, no. Tiene que ser un error. No… ¿Y delante de Ayame? ¡No puede ser tan indecente e hijoputa, el tío! Vamos, vamos, tú le conoces. Sabes que es buen chaval…» La cara de Daruu seguía igual de emocionada, igual de intensa. Las venas del contorno de sus ojos igual de hinchados. «Pero, ¡¿qué cojones, Daruu?! ¡¡¿QUÉ COJONES?!!»
A Datsue se le cayó la carta al suelo y se agachó para recogerla. Fue en ese momento que aprovechó para activar el sello de la Hermandad Intrépida —número nueve—, y haciendo uso de la maestría que tenía con aquel fūinjutsu, susurrarle a Daruu, y solo a Daruu:
—Mamón, ¿qué coño andas mirando? Es un puto canteo.
Datsue se incorporó con la carta en la mano y como si nada hubiese pasado. Y entonces llegó lo que tanto se había temido:
—Esto... ¿Daruu? ¿Ocurre algo?
Una gota gorda de sudor resbaló por la frente de Datsue. Con el corazón en un puño, aguantó la respiración. Podría intervenir, echarle un cable a Daruu, pero… «¡Esta te la arreglas tú solito, Daruu! Ni una mano te pienso echar. ¡Vamos no me jodas!», pensó, lleno de indignación. Había límites que no se podían cruzar.
A Datsue se le cayó la carta al suelo, el muy torpe. Y Daruu chasqueó la lengua, molesto. ¿¡Pero es que no se daba cuenta de que le estaba cortando la concentración!? Y el tío va y encima le dice que qué está mirando. ¡Pues qué va a estar mirando! ¡Pues qué va a estar mirando, estaba claro! ¡Pero mira qué buenas, tío! ¡Qué buenas estaban!
—Esto... ¿Daruu? ¿Ocurre algo?
El Hyūga volvió a chasquear la lengua, y chistó buscando el silencio. Discretamente, dirigió la vista a la mesa de las chicas que reían. Se relamió descaradamente.
—Vale, vale, chavales —anunció—. Las de la mesa de allí se han pedido la Carbonara Puzzle BBQ y la Puzzletopía. ¡Tienen una pinta que te cagas!
El Byakugan había cumplido su misión. Fue hora de desactivarlo. Daruu dio un golpe en la mesa con el puño.
Daruu aún tardó algunos segundos en responder. De hecho, se mostró extremadamente irritado ante la torpeza de Datsue cuando se le cayó la carta de las manos y les chistó para que se callaran. Ayame, aún más inquieta, se revolvió en su asiento y comenzó a mirar a su alrededor, pero no veía nada sospechoso.
Fue entonces cuando Daruu giró la cabeza hacia una mesa cercana, donde un grupo de escandalosas muchachas charlaba distraidamente a voz en grito, y... se relamió. Ayame sintió como si la acabaran de apuñalar en el pecho. Ella nunca había sido una chica celosa, pero... ¡pero aquello era demasiado!
—Vale, vale, chavales —anunció Daruu, como si no acabara de pasar nada.
Ayame apretó las mandíbulas, roja de indignación e ira. De su cuerpo comenzaron a brotar varios hilillos de vapor ardiente. Y entonces...
—Las de la mesa de allí se han pedido la Carbonara Puzzle BBQ y la Puzzletopía. ¡Tienen una pinta que te cagas! Está claro. ¡Pidamos esas! —agregó, dando decidido golpe en la mesa con el puño, y desactivó su dōjutsu.
Ayame se había quedado congelada en el sitio, pálida y con la boca a medio abrir. Las briznas de vapor habían desaparecido en el aire.
—Estabas... estabas espiando las pizzas de los demás... —fue lo único que fue capaz de decir, con un hilo de voz, antes de derrumbarse en el sofá.
No sabía si morirse de la vergüenza por creer que Daruu se estaba relamiendo mientras miraba a otras chicas o sentirse estúpida porque en realidad lo que había estado espiando era el menú del resto de comensales del local. Abochornada, se tapó los ojos con una mano y dejó escapar un largo y profundo suspiro.
Si Ayame sintió una puñalada en el pecho, Datsue fue en el estómago. O debió ser cerca de ahí, porque sintió que las tripas se le revolvían de puro rechazo. Si a ella empezaron a brotarle hilos de vapor ardiente, a él… «¡¡¿Vapor?!! Ay, ¡la hostia la que se va a liar!», pensó, olvidándose por un momento de la indignación y el cabreo que tenía con Daruu.
Fue entonces cuando cayó el baño de realidad, tan frío que congeló la bomba con cuenta regresiva que era el cuerpo de Ayame.
—Estabas... estabas espiando las pizzas de los demás...
«Me cago en… ¡Por un momento había pensado que…! Joder, Daruu. ¡JO-DER!» ¿Cuántos malentendidos llevaban ya en aquel día? Se limpió la gota de sudor que tenía en la frente.
—Ah, típico en Daruu —soltó, tratando de disimular su error. Tratando de hacer ver que él en ningún momento había malpensado. Luego, Ayame hizo un comentario que le hizo levantar ambas cejas—. ¿Piña? Pero, ¿quién le va a poner piña a una pizza? —preguntó, perplejo—. A mí me parece bien la elección… para empezar. Luego hay que pedirse otras, ¿eh? ¡Hay que aprovechar el buffet! —Y que coño, un día era un día. Ya controlaría mejor la dieta el resto del mes de competición.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
—Un shinobi debe aprovechar todos sus recursos. Y el entorno —dijo en un tono solemne—. Siempre que voy a un sitio nuevo lo hago. Y en este Pizza Puzzle tienen una oferta diferente. Hay que investigar.
Daruu era totalmente ajeno a las sospechas —erróneas— de sus dos amigos. Algo sí que le había extrañado que Dataue le hablase por el sello que tenía en la nuca. Pero estaba tan concentrado en las pizzas que...
«Ah, ya estamos. El típico desprecio a la piña. ¡Eso es que ni siquiera lo han probado! ¡Lo dicen por seguirle la corriente a los demás!»
Para algunas cosas, Daruu era un purista de la pizza. Para la masa, desde luego. ¿Pero para los toppings? A veces más tradicional, al estilo de Yugakure, el origen del plato. A veces, totalmente lo contrario.
Pero optó por callarse. No era momento de pelearse. La pizza es unión. Es fiesta. No conflicto.
—A mí me parece bien la elección… para empezar. Luego hay que pedirse otras, ¿eh? ¡Hay que aprovechar el buffet! —dijo Datsue.
—Hooombre, ¡ya te digo! ¡Al menos dos o tres por cabeza! —Daruu había llegado hasta cuatro. Luego... luego no lo había pasado bien—. ¡Vamos a arrasar!
La camarera, que ya se acercaba a la mesa para tomarles nota, escuchó la conversación y sintió un terrible escalofrío.
· · ·
Unas horas después, los tres se refugiaban, recostados, sobre el tronco de un gran árbol. Daruu se acariciaba su matratado vientre con el rostro rojo, el calor encendiéndose las mejillas de tanto que había comido.
9/04/2020, 15:47 (Última modificación: 9/04/2020, 15:48 por Aotsuki Ayame.)
—Un shinobi debe aprovechar todos sus recursos. Y el entorno —proclamó Daruu, en un tono solemne—. Siempre que voy a un sitio nuevo lo hago. Y en este Pizza Puzzle tienen una oferta diferente. Hay que investigar.
«¿Se toma tan en serio las misiones como las pizzas?» Se preguntó Ayame, inquieta. «¿O se toma las pizzas tan en serio como las misiones?» La verdad, no sabía si quería conocer la respuesta, porque tampoco estaba segura de cuál opción era peor.
—Ah, típico en Daruu —respondió Datsue—. ¿Piña? Pero, ¿quién le va a poner piña a una pizza? —preguntó, perplejo, y Ayame se cruzó de brazos y asintió varias veces con los ojos cerrados. «Completamente de acuerdo. Sí. Sí.»—. A mí me parece bien la elección… para empezar. Luego hay que pedirse otras, ¿eh? ¡Hay que aprovechar el buffet!
—Hooombre, ¡ya te digo! ¡Al menos dos o tres por cabeza!
—E... Espera, ¿qué? —preguntó, Ayame, asustada.
Pero Daruu no pareció escucharla. Estaba en su salsa.
—¡Vamos a arrasar!
. . .
Varias horas después, los tres shinobi se habían sentado, recostados, sobre el tronco de un enorme árbol.
—Chicos, estoy mareado... —dijo Daruu, quien se acariciaba la barriga con las mejillas encendidas.
No era el único. Ayame, incapaz de moverse siquiera, se abrazaba el vientre como si temiera que fuera a explotar si lo soltaba. Tal era la hinchazón que llevaba, que incluso le costaba respirar con normalidad.
—Uuuughhh... —fue lo único que fue capaz de pronunciar, ladeando la cabeza a un lado.
Y así fue como Ayame y Datsue cometieron el error de sus vidas, al dejarse llevar por la emoción de un loco amejin. Él también quería darse un buen festín, claro, ¡pero es que lo de Daruu era exagerado! ¡Su amor por las pizzas era tan desproporcionado como la tacañería del Uchiha! ¡Seguramente hasta más, incluso!
Nadie quiso quedarse atrás. Y pasó lo que tenía que pasar.
—Puff… —Tumbado, de lado, sobre el césped, Datsue se abrazaba su propio estómago, en posición fetal, y con el rostro tan pálido como un kusareño cuando le anuncian que debe participar en un torneo. Aquel chiste mental le hizo sonreír, pero en seguida su estómago volvió a rugir, borrándosela de un plumazo—. Joder, me encuentro peor que tras aquella cogorza que nos pillamos en la isla perdida aquella. Qué mal… Joder, qué mal… —No podía dejar de lamentarse. ¿Cómo se habían pasado tanto? ¿Cómo narices habían llegado a aquel extremo?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
9/04/2020, 18:09 (Última modificación: 9/04/2020, 18:09 por Amedama Daruu.)
Daruu le dio un codazo a Datsue, alarmado, mientras miraba a Ayame de reojo.
—¡Ssshhh, calla, callaaaa! —le susurró, esperando que el empacho de Ayame le hubiera hecho no escuchar lo de aquella cogorza—. ¡Bueno, vais a contar ya los secretitos o no! ¿O es que no queréis que yo lo sepa? —protestó en su lugar, tratando de desviar la atención.