Nivel: 20
Exp: 64 puntos
Dinero: 400 ryōs
· Fue 70
· Pod 40
· Res 50
· Int 40
· Agu 50
· Car 40
· Agi 40
· Vol 60
· Des 40
· Per 40
Tanto Ren como Hana se mostraron preocupadas de que Ranko no quisiera tumbarse en un futón, y la Kusajin lo agradeció. Días antes, a Aotsuki Ayame le habría alarmado que vieran a una chica de Kusagakure con una de Amegakure. Pero allí, después del caos, dos kunoichi de las otras dos aldeas se mostraban muy consideradas con Ranko. Esto le dio bastante esperanza.
Se separó de las chicas y salió del dojo. Se sentó muy lentamente con la espalda contra la pared. Apenas caer, sintió como si su cuerpo entero suspirara. El dolor seguía en su vientre, pero era manejable. Tal vez estaba más cansada que adolorida.
Veía gente acercarse, muchos con personas en brazos, o al hombro. Muchos corriendo. Muchos llorando. Pero no vio a su padre ni a su hermana. Quería esperar a verlos de nuevo, a asegurarse de que estaban a salvo, pero el cansancio fue más que ella y pronto se durmió en la misma posición en la que se había sentado.
Pensamientos (Plum) ✧ Diálogos (PaleVioletRed)
Nivel: 14
Exp: 129 puntos
Dinero: 750 ryōs
· Fue 40
· Pod 40
· Res 40
· Int 40
· Agu 40
· Car 40
· Agi 40
· Vol 20
· Des 40
· Per 40
Salvo el traqueteo de los pies, por parte de enfermeros y otro personal, la habitación gozaba de un ambiente relajad. Komachi, la madre de Ranko, seguramente no tardaría en dormirse por el cansancio; Etsu y Akane no respondían, pero parecían estar claramente fuera de peligro; Ranko seguía preocupada, pero a la mínima que hiciera alguna locura, Hana saldría tras ella para detenerla. Y Ren... Oh, Ren. No podía despegar los ojos de Hana, y movía con suavidad los dedos sobre la palma de Hana para apreciar y guardar el recuerdo de su tacto, de su suavidad, de su pulso.
Un pulso que la relajaba ¿O tal vez era el agradable calor que desprendía? No, debía de ser su dulce olor a melocotones... O sus ojos ámbares brillantes. Le daba igual; fuera una cosa, o el conjunto de todas eso no importaba, estaba junto a ella, y estaban vivas; que era lo que importaba. Poco después de tumbarse, el cansancio del combate junto a todo lo sucedido, la golpearon casi en el momento y cerró los ojos lentamente sin apartar la mirada de Hana. Necesitaba dormir.
Hablar (Royalblue) — Pensar (MediumOrchid)
¡Gracias a Ranko por el avatar!
Nivel: 18
Exp: 435 puntos
Dinero: 3400 ryōs
· Fue 30
· Pod 50
· Res 40
· Int 60
· Agu 40
· Car 60
· Agi 40
· Vol 20
· Des 50
· Per 50
Hana estaba sentada al lado de Ren, más por cabezoneria que por otra cosa. Puede que ella no estuviese físicamente agotada como Ranko y Ren, pero sabía que si se tumbaba al lado de su hermana se dormiría al momento. Abrazando a aquella espadachina loca...
Pero no lo hizo. Se quedó sentada, agarrando la mano de su hermana con una suya mientras con la otra le acariciaba el brazo suave y ritmicamente. Al principio miraba de reojo la puerta de vez en cuando, pero llegó un punto que la mirada de Ren era demasiado intensa, la absorbió por completo.
Compartieron un duelo de miradas. Ren poco a poco se dejaba llevar por el cansancio, cerrando poco a poco los parpados, para entonces darse cuenta de que se estaba durmiendo y abrirlos de golpe, asustando a Hana. Siguieron así unos minutos hasta que el cansancio pudo con Ren. Hana suspiró y esperó unos minutos más para asegurarse antes de intentar soltarse.
No pudo. No porque la amase tanto que no pudiese separarse de ella, que también, sino porque Ren no la soltaba. Tenía la mano completamente atrapada por la morena. Por suerte, Oda volvió en el momento justo.
— Chicas... — se calló tan pronto como vio a Hana hacerle veinte señas para decirle que Ren estaba dormida. — vuestra amiga está dormida en la puerta.
— ¿Puede traerla, Oda-san? Y-Yo estiraré un futon, ¡no puede quedarse durmiendo fuera! ¡Se va a asar!
Consiguió agarrar uno de los futones con su mano libre, sin soltarse de Ren, y estirarlo al otro lado. Oda volvió con una Ranko más inconsciente que dormida en brazos y Hana le señaló el futon estirado de mala manera. Tras colocarla ahí, Ranko se revolvió adaptandose a su nueva posición de dormir y Hana pudo suspirar de alivio. Ahora sí, se estiró al lado de Ren, pegando sus frentes, cogiendo su mano con ambas y cerrando los ojos.
Estaba bien. Estaba con Ren. Estaba bien. Estaba con Ren. El olor familiar a menta. Le refrescaba, se sentía más libre, más cómoda a su lado que en su propia casa. Respiró hondo y se intoxicó del todo, cayendo en un profundo sueño más allá del ruido que había alrededor. Oda les dedicó una última mirada a todas y pasó de nuevo a administrar el pequeño refugio que habían creado.
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