Abrazame fuerte o no lo hagas

[Himura Hana]

— H-Hana yo... V-Vayamos a ese sitio... Tengo... Tengo algo que contarte...

El nerviosismo de Ren tomó otro matiz al acompañarlo de unas palabras que generaban tanta tensión. ¿Algo que contarle? Tenía que ser algo sobre su relación. Tal vez ya no quería ser su hermana, finalmente lo había pensado y era raro ir por ahí diciendo que era hermana de una kunoichi de Uzushiogakure rubia y huerfana.

— Claro. — Hana asintió levemente haciendo gala de más calma de la que tenia.

Por suerte, Ren la agarró con fuerza y la guió, porque Hana dudaba de haber sido capaz de guiarse con sus pensamientos yendo completamente locos. ¿Qué podía ser? Si era lo de dejar de ser hermanas, no tendría tantos problemas en decirselo, ¿no? Tenía que ser algo más importante. ¿Pero el qué? No se le ocurría nada más que cosas malas. ¿Iba a desaparecer ella ahora? O peor, ¿iba a participar en la guerra? Había evitado el tema por si Ren no lo sabía, lo cual era tremendamente estupido, pero Hana era de agarrarse a creencias estupidas por su bien mental.

Llegaron al lugar y Ren se hizo cargo de todo mientras Hana se quedaba muy quieta y sin perderla de vista. Estaba intentando parecer tan calmada como fuese posible pero empezó a juguetear con sus mechones de pelo en cuanto Ren la soltó. Después a dar pequeños golpecitos con los pies en el suelo. Por suerte, Ren no tardó demasiado en volver y llevarla a una habitación.

Ni siquiera miró el lugar con atención. En cuanto cerró la puerta, se quedó allí mismo, mirando a Ren.

— ¿Y bien?

[Himura Ren]

Ni siquiera hizo el más mínimo esfuerzo de sentarse, simplemente se quedo ahí de pie frente a ella. Ren suspiró, y la cogió de una de las manos para invitarla a sentarse junto a ella en el mar de cojines.

— Hana... Esta mañana, cuando he llegado tan tarde... Era... — Inspiró mirando al suelo, tragó saliva y sus ojos brillaban humedecidos —. Un hombre que al parecer me conocia, que nos conocía, y que sabía que tenemos algún tipo de relación, se me acerco... Me llevo a una cafetería cercana y... Decía ser tu padre

Dejo durante unos segundos reposar aquella información, antes de seguir hablando. Seguramente Hana quedaría en shock. Para ella su padre llevaba muerto años, vivia sola, y lo más cercano que tenía a un familiar, era Ren. La morena sentía una angustia horrible, algo de presión en distintas zonas de la boca y la garganta, y estaba empezando a temblar un poco.

— M-Me contó que... Que perdió la memoria, q-que tenia ahora una nueva familia y-y-y... Y-Y que yo.. Q-Que... Que decidiera si era buena opción que se acercara a tí... O-O que yo te lo contara... M-Me dió un mapa donde vive y... — Sacó un pequeño pergamino, que sostenia entre sus dos temblorosas manos, mientras una lagrima se desbordó por su mejilla —. S-Se supone que esta semana iba a ser para nosotras... S-S-Solo nosotras dos... S-Sin pensar en nada más... Como si no hubiera pasado el tiempo, como si no hubiera ocurrido lo de los dojos, como si no fuera a estallar una guerra de un momento a otro... Solo eramos nosotras dos juntas y...

[Himura Hana]

— Hana... Esta mañana, cuando he llegado tan tarde... Era... Un hombre que al parecer me conocia, que nos conocía, y que sabía que tenemos algún tipo de relación, se me acerco... Me llevo a una cafetería cercana y... Decía ser tu padre

Al principio, la preocupación de Hana se centraba en que le hubiesen hecho algo malo a Ren. Le hubieran robado o violentado de alguna forma, ya que la pobre estaba en la peor forma física que la había visto nunca. Pero las últimas palabras de su hermana borraron todas sus preocupaciones de un plumazo.

Quería decirle que seguramente sería un farsante buscando aprovecharse de su nueva y no buscada fama. Sin embargo, la sola posibilidad de que su padre siguiese vivo era más de lo que Hana podía aguantar. Siguió escuchando a Ren, ligeramente porque todo parecía haberse hundido kilometros en las profundidades del oceano y agarró el pergamino cuando se lo tendió.

¿Y si sí que era él? ¿Qué querría entonces? Si realmente tenía otra familia, ¿no sería mejor simplemente pasar de largo? Que cada uno siguiese con su vida y ya. Pero ¿qué vida tenía Hana? Vivía sola, sin padre ni madre y por mucho que quisiese a Ren, a ella siempre tendría que decirle adios. ¿Era egoista por querer a su padre de vuelta?

— S-Se supone que esta semana iba a ser para nosotras... S-S-Solo nosotras dos... S-Sin pensar en nada más... Como si no hubiera pasado el tiempo, como si no hubiera ocurrido lo de los dojos, como si no fuera a estallar una guerra de un momento a otro... Solo eramos nosotras dos juntas y...

En ese momento recordó todo el daño que le había hecho a Ren y que estaba ahí por un solo motivo, hacerla feliz. Le sonrió sutilmente, aún con los ojos vidriosos.

— Ren... No te preocupes. Estoy segura de que no era más que un impostor que querría aprovecharse de mi fama. Mi padre murió en una misión. Me quedaré contigo y tendremos una semana maravillosa, ¿de acuerdo?

Sin embargo, se guardó el pergmino de inmediato. Se acercó a Ren y la abrazó, perdiendo la sonrisa en cuanto ésta no pudiese verla. ¿Qué podía decirle?

[Himura Ren]

— E-Es... Es posible... N-No había pensado en ello... — se llevó las manos a la cabeza, despeinándose un poco—. Pero... No sabia que es lo que pensarías... T-Tampoco quería ocultarlo, no quería dejarlo para más tarde... Pero es que... No sabía qué hacer Y-Y... Cuando lo volviste a mencionar... No pude callármelo más... Si no te lo decía, creí que te enfadarías y me odiarías por callármelo; y si te lo decía, tampoco sé como reaccionarias... Llevo todo el día con esa puta angustia, he conseguido comer porque conseguiste distraerme lo suficiente, sino, no hubiera podido probar bocado

Miraba al suelo, acolchado y lleno de cojines de distintos tamaños, colores y formas. Ren estaba aferrado a un par con sus manos, mientras se encorvaba más y más conforme hablaba, a la vez que algunas lágrimas caían sobre la tela, oscureciéndola.

— Lo siento... Soy una persona horrible...

[Himura Hana]

— E-Es... Es posible... N-No había pensado en ello... Pero... No sabia que es lo que pensarías... T-Tampoco quería ocultarlo, no quería dejarlo para más tarde... Pero es que... No sabía qué hacer Y-Y... Cuando lo volviste a mencionar... No pude callármelo más... Si no te lo decía, creí que te enfadarías y me odiarías por callármelo; y si te lo decía, tampoco sé como reaccionarias... Llevo todo el día con esa puta angustia, he conseguido comer porque conseguiste distraerme lo suficiente, sino, no hubiera podido probar bocado

Ren estaba cada vez más y más tensa, Hana la abrazó con más fuerza, acariciandole la cabeza con una mano mientras con la otra la mantenía firmemente agarrada de la cintura.

— Ya está, nee-chan. Tranquila. Todo está bien. No has hecho nada malo y has podido comer. Así que respira hondo, relajate y vamos a disfrutar del resto del día, ¿vale?

Siguió acariciandola hasta que se calmase, mientras ella misma mantenía un poco a ralla todos sus sentimientos. Ya estaba consiguiendo cierto dominio en ello. Se convenció a sí misma de que no era nada, de que era un estafador o un mentiroso o ambas y que ya iría a comprobarlo ella antes de volver a la villa.

[Himura Ren]

— Ya está, nee-chan. Tranquila. Todo está bien. No has hecho nada malo y has podido comer. Así que respira hondo, relajate y vamos a disfrutar del resto del día, ¿vale?

Deslizo las manos sobre su cadera, y luego las subiria hasta la mitad de la espalda de la chica, mientras apretaba la cabeza sobre su hombro, algo más tranquilizada.

— S-Si... — Pero no la soltaría, si no que se aferraria a su camisa ahora que habia dejado de sollozar, y su cabeza estaba hundida en el hombro de la rubia—. P-Podemos comer y leer lo que quieras... Pero... ¿Puedo estar un poco más así? — añadió con una voz quebrada y hundida, temblorosa y debil.

[Himura Hana]

— S-Si... P-Podemos comer y leer lo que quieras... Pero... ¿Puedo estar un poco más así?

— Claro, todo lo que quieras.

Hana siguió abrazando a su hermana, apoyando su barbilla en el hombro de ésta y mirando al infinito. Se había aclarado bastante en el tiempo que había estado en la villa y había vuelto mucho más animada que la última vez que se vieron. Sin embargo, ahora estaba completamente perdida de nuevo. Sentía muchas más cosas de las que podía asimilar y manejar y no quería salpicar a Ren de nuevo.

[Himura Ren]

Pasarían varios segundos en silencio, apenas se podrían escuchar los pasos en el exterior de donde estaban, más allá del ruido que produjeran sus prendas al reforzar el abrazo. La morena suspiró muy aliviada, sintiendo que se había quitado un gigantesco peso de encima, pero no podía evitar pensar que tal vez ahora ese peso recaía sobre los hombros de la rubia.

— Si quieres te acompañaré... Si es un estafador o lo que sea... No quiero que pases por esto tu sola, sea lo que sea lo que pase...—Desharía entonces finalmente el abrazo, acariciándose con la yema de los dedos los ojos. Volvería a suspirar, y le temblarían los labios —. P-Perdona de nuevo... ¿H-Hay algo que quieras? Iré yo a buscar algo de comer, es lo menos que puedo hacer.

[Himura Hana]

— Si quieres te acompañaré... Si es un estafador o lo que sea... No quiero que pases por esto tu sola, sea lo que sea lo que pase... P-Perdona de nuevo... ¿H-Hay algo que quieras? Iré yo a buscar algo de comer, es lo menos que puedo hacer.

— No voy a ir, no te preocupes. Informaré a la villa de lo que ha pasado y que Datsue decida. — le mintió vilmente a la cara a su hermana con una sonrisa que parecía sincera.

No podía ponerla más en riesgo de lo que ya había estado. Si ese hombre quería atraerla a una trampa, prefería ir sola. Además, Ren no parecía estar precisamente más mentalmente preparada que ella para afrontar dicha situación. Mejor lidiarlo por su cuenta.

— Traeme algo de beber, por favor.

Sentía la garganta increiblemente seca.

[Himura Ren]

No decidió discutir la respuesta de su hermana; hubiera tenido fuerzas o no, habría hecho exactamente lo que ella hubiera pedido. Por ello se levantó y se dirigió hasta la puerta.

— ¿Buscas tú algo de leer de mientras? Yo cogeré algo también... — Todavía se le podía ver los ojos algo lagrimosos, así como sus mejillas sonrojadas por el llanto —. V-Vuelvo en seguida

Tras ello, cerró la puerta y se dirigió a donde le habían indicado en la entrada. Había bastante bebidas, así como dulces y salados, la mayoría comida basura, aunque también tenían algunas cosas caseras. Era bastante caro, y es que es de lo que más se aprovechaban negocios, así al negar el acceso de comida del exterior. Ren pidió dos batidos de fresa con sirope del mismo sabor y nata, solo esperó que fuera del agrado de ella. También pidió una creepe bastante grande, de chocolate, plátano y nata; si bien Hana no quería algo más de comer, pensó que tal vez aquello le agradaría.

Tardaría varios minutos, y se impacientó un poco. ¿Dejarla sola tras soltar aquella bomba era una buena idea? Pero puede que necesitara llorar en solitario un rato. Ahora Hana le parecía bastante hermética, y le costaba suponer que es lo que podría llegar a pasar por su cabeza. ¿Era por haber pasado tanto tiempo sin verse, o era otro motivo? Puede que el propio juicio de Ren le nublara los pensamientos, y los sentimientos que procesaba hacia ella, lo empeoraban. Finalmente, tomó en una pequeña bandeja con dos agujeros su pedido, y se dirigió hasta la habitación donde había dejado a Hana.

Tocaría a la puerta antes de abrirla, pues tal y como se había quedado el ambiente, no sabría como reaccionaria Hana al haberla dejado a solas. Tras recibir respuesta, entraría. Ren todavía tenía un semblante algo serio y preocupado.

[Himura Hana]

Ren salió de la habitación mientras Hana la despedía con la mano, con una sonrisa en el rostro. En cuanto cerró la puerta, la rubia se tumbó, deshaciendo la sonrisa y cualquier tipo de felicidad o tranquilidad en su rostro. Miró al techo como si este fuese a darle alguna respuesta, pero como era de esperar, ni se la dio ni lo intentó.

Por suerte, estando sola no tenía que fingir nada. No estaba contenta, no quería estar allí, no quería ir a donde su padre y no quería ir a la villa de nuevo. De repente, todo se había desmoronado. Tras años pensando que su padre había muerto, lo lógico sería que se sintiese aliviada de que estuviese vivo.

Era lo logico. Le gustaba la logica. Pero no sentía eso. Sentía muchas cosas, pero felicidad o alivio estaban fuera del espectro. Estaba triste de que hubiese tardado tanto en enterarse, estaba preocupada por qué pensaba él de ella, qué le diría si la viese, no había afrontado nada de lo que había pasado de una forma digna. Y lo peor, era saber que si todo aquello era cierto, las había reemplazado. A ella y a su madre. Eso la destruía por dentro.

Todos esos sentimientos al mismo tiempo hicieron que le doliese mucho la cabeza, mucho más de lo que estaba dispuesta a soportar. Así que hundió la cabeza contra el primer cojín que viese e intentaría relajarse. Quedandose dormida para cuando Ren regresase.

[Himura Ren]

No hubo respuesta tras un rato, así que finalmente abrió la puerta con lentitud, para ver la escena que se había imaginado en su mente. Hana se había desmoronado ante aquella información, y puede que solo se estuviera haciendo daño si resultaba ser falsa. Poso la bandeja en la pequeña mesita y después se sentó a su lado, pasando una mano por su espalda y posteriormente tumbandose a su lado.

Ahora era Hana quien necesitaba desesperadamente unas palabras de animo, o tal vez algo que permaneciera inamovible sin importar las inclemencias o el paso del tiempo.

— Hana... Pase lo que pase estaré junto a ti... ¿Vale? — Su mano subió hasta la cabeza de la rubia para acariciarla con suavidad, y posteriormente entrelazar un par de dedos con los suyos—. Y si es un estafador, le daré una paliza por hacerte sentir así.

Añadió al final, intentando animarla y alzando un puño señalando al techo.

[Himura Hana]

— Hana... Pase lo que pase estaré junto a ti... ¿Vale? Y si es un estafador, le daré una paliza por hacerte sentir así.

Hana despertó de su delicado sueño cuando Ren empezó a hablar y le devolvió una leve sonrisa.

— No te preocupes, te he dicho que no voy a ir. Eso ya es cosa del pasado. Solo quiero tenerte a ti. Estar tranquila.

Se abrazó a ella, intentando relajarse con el tacto de su hermana. Hacía tanto que no tenía ningún tipo de contacto físico con otra persona que ahora lo estaba necesitando más que nunca. Además, Ren era increiblemente mullidita. Sobre todo ahora que todos sus músculos eran montones de gelatina en los que poder apoyarse.

[Himura Ren]

Acarició con una mano la parte baja de su espalda, y con la otra le apartó un poco los cabellos para besar su frente.

— Lo sé, a menos que me lo pidas no iré. Pero lo que quiero decir es que siempre podrás contar conmigo — respondió con un suave, bajo y dulce tono completamente irreal para ella—. Si quieres hablar de cualquier otra cosa mientras estemos aquí, solo dimelo... Prometo no llorar, esta vez

Volvió a depositar otro beso en su frente, y la aferró un poco entre sus brazos mientras respiró una vez con profundidad, inflando su gran pecho para después dejar el aire escapar lentamente.

— Te he traido un batido de fresa con nata y sirope, espero que te guste

[Himura Hana]

— Lo sé, a menos que me lo pidas no iré. Pero lo que quiero decir es que siempre podrás contar conmigo Si quieres hablar de cualquier otra cosa mientras estemos aquí, solo dimelo... Prometo no llorar, esta vez


Hana se hundió contra el pecho de Ren, apretando el abrazo levemente. No quería pensar, no quería hablar, quería descansar de todo. Sencillamente dejar de lado sus responsabilidades por un momento, olvidar a qué se debe y las cargas que portaba. Nada más que estar ahí, entre los brazos de su hermana siendo querida.

— Lo sé, nee-chan. Pero ahora no quiero hablar. Quiero descansar. ¿Puedo seguir abrazandote para siempre? Estás tan blandita.

Su voz sonaba atenuada por estar hablando directamente contra el cuerpo de Ren, pero ésta sería capaz de escucharla.