28/09/2016, 13:15
Pudo distinguir perfectamente como Riko empezaba a sospechar al ver como se ponía serio, demasiado serio como para que sea una broma, sin embargo, ni siquiera el saber que iba a venir algo MUY serio le quitó la sorpresa cuando de los labios del rubio salieron las palabra clave de la trama.
Era un tema duro para todos, para algunos más que para otros, por lo menos ellos tenían traumas para toda la vida pertenecientes a ese día. Pero era una mierda que debían sacar del cajón y rebozarse en ella para sobrevivir a lo que les esperaba.
— Sí, estuve allí, pero ojalá no hubiera estado...
— Tú también estuviste allí, ¿verdad?
Era díficil, muy díficil, hablar de ese tema sin recordar lo que paso. Y lo que pasó fue una cosa esotérica muy jodida de esas que solo pasan una vez en la vida y si la cuentas te toman por loco y te meten en un manicomio. Pero en ese caso, Nabi tenía ventaja, a él ya lo habían tomado por loco. Sin embargo, a quien más cicatrices tiene, más heridas pueden abrirsele.
Hizo una respiración profunda y levantó la mirada al cielo. Cerró los ojos con fuerza, recordandose que debía mantener los pies en el suelo. Volvió a mirar a Riko, quien aún no se había recuperado del shock de recordar aquello. Tomó aire para contestarle.
— Sí, pero de relleno más que nada. Me cogió el bicho y me desmayé tras intentar deshacerme de su agarre. No sé nada más de lo que ocurrió, ni de como quedó aquello totalmente destrozado. Tras la visión del sabio, ya no estaban los dojos, ni nada.
Intentó ser tan sútil como pudo, sin mencionar nombres ni nada que pudiera entender alguien que no haya estado en el incidente. Tras una breve pausa para retomar el aliento volvió a hablar.
— ¿Tú sabes algo de lo que paso con el bicho?
No era una noticia, no era algo que supiera mucha gente, no era un tema público, y no había tenido el coraje de presentarse ante Shiona a preguntar. Estaba loco, pero no tanto. El ridiculo de haber sido la damisela en apuros del incidente no era algo que se fuera con una ducha, con una de ácido a lo mejor. Por eso esperaba encontrarse a alguien que lo hubiera presenciado y pudiera decirle algo más.
Era un tema duro para todos, para algunos más que para otros, por lo menos ellos tenían traumas para toda la vida pertenecientes a ese día. Pero era una mierda que debían sacar del cajón y rebozarse en ella para sobrevivir a lo que les esperaba.
— Sí, estuve allí, pero ojalá no hubiera estado...
— Tú también estuviste allí, ¿verdad?
Era díficil, muy díficil, hablar de ese tema sin recordar lo que paso. Y lo que pasó fue una cosa esotérica muy jodida de esas que solo pasan una vez en la vida y si la cuentas te toman por loco y te meten en un manicomio. Pero en ese caso, Nabi tenía ventaja, a él ya lo habían tomado por loco. Sin embargo, a quien más cicatrices tiene, más heridas pueden abrirsele.
Hizo una respiración profunda y levantó la mirada al cielo. Cerró los ojos con fuerza, recordandose que debía mantener los pies en el suelo. Volvió a mirar a Riko, quien aún no se había recuperado del shock de recordar aquello. Tomó aire para contestarle.
— Sí, pero de relleno más que nada. Me cogió el bicho y me desmayé tras intentar deshacerme de su agarre. No sé nada más de lo que ocurrió, ni de como quedó aquello totalmente destrozado. Tras la visión del sabio, ya no estaban los dojos, ni nada.
Intentó ser tan sútil como pudo, sin mencionar nombres ni nada que pudiera entender alguien que no haya estado en el incidente. Tras una breve pausa para retomar el aliento volvió a hablar.
— ¿Tú sabes algo de lo que paso con el bicho?
No era una noticia, no era algo que supiera mucha gente, no era un tema público, y no había tenido el coraje de presentarse ante Shiona a preguntar. Estaba loco, pero no tanto. El ridiculo de haber sido la damisela en apuros del incidente no era algo que se fuera con una ducha, con una de ácido a lo mejor. Por eso esperaba encontrarse a alguien que lo hubiera presenciado y pudiera decirle algo más.
—Nabi—