20/02/2017, 23:21
La kunoichi salio temprano de su casa, debía cumplir con un encargo de su madre el cual se trataba de comprar alimentos para la casa en el que su "misión hogareña" era comprar verduras. carne y pan.
Aquel dia estaba vestida con unos pantalones comodos de color azul marino y encima llevaba un hoodie de color blanco con detalles en un fucsia claro, antes de salir de su casa fue hacia el paraguero a tomar el suyo y colocarse el calzado que se encontraba justo al lado de la puerta.
Como era la costumbre, afuera llovia como todos los dias y aunque la villa tuviera un gran sistema de alcantarillas siempre se formaban grandes charcos justo en los bordes de la calle, los cuales debia estar saltndo para luego no entrar con los pies mojados a la casa. Nunca en la vida hasta el dia de hoy la chica se habia movido tan rapido como hoy para finalizar sus quehaceres, hoy tenia ganas de entrenar y muchas
-¡Volví!- dijo la kunoichi al entrar nuevamente en la casa y descalzarse, rápidamente se dirigió hacia la cocina y dejo todo donde debía: la carne en el refrigerador y el pan y la verdura en sus respectivos lugares de la alacena
-¡Falto dejar algo!- dijo la madre de Reika al verla salir corriendo nuevamente en dirección de la puerta, la chica pensó en que podría estar olvidándose dejar, el dinero lo había dejado en la mesa cerca de su madre y no sabia que otra cosa podría llegar a ser....fue entonces cuando ambas kunoichis sonrieron la una a la otra, Reika volvió hacia su madre a darle un beso en la mejilla -Volveré antes de la cena- le dijo a su madre a modo de despedida
Nuevamente salio a las calles de la villa, nuevamente esquivar charcos de agua a los saltos. Cualquier ninja de otro lugar se desanimaría con tantos días de lluvia, pero en Amegakure todos los días eran de lluvia y sus habitantes aprendieron a convivir con ella al punto de que se sentía verdaderamente desafortunados los raros días en los que ella no caía del cielo.
Noto que mucha gente se dirigía al mismo lugar que ellla: El torreón de pruebas, lugar en el cual se hacían presentaciones y retos y muy cada tanto se usaba para entrenar -¿Me parece a mi o a todos se les dio por entrenar en el mismo lugar?- se pregunto la chica al entrar a la recepción del edificio -¿Quizá algún evento y yo no me entere?- sus dudas se disiparon cuando se dirigió donde la recepcionista y pidió información, resulto como pensaba en un principio...solo fue una casualidad.
Dentro el predio camino mirando a un lado y el otro, intentando ver si se topaba con alguien conocido al menos, pero no lo consiguió entre tanta gente y se puso a buscar algún lugar donde practicar con sus shurikens o, al menos, alguien que quisiera compartir su diana con ella
Aquel dia estaba vestida con unos pantalones comodos de color azul marino y encima llevaba un hoodie de color blanco con detalles en un fucsia claro, antes de salir de su casa fue hacia el paraguero a tomar el suyo y colocarse el calzado que se encontraba justo al lado de la puerta.
Como era la costumbre, afuera llovia como todos los dias y aunque la villa tuviera un gran sistema de alcantarillas siempre se formaban grandes charcos justo en los bordes de la calle, los cuales debia estar saltndo para luego no entrar con los pies mojados a la casa. Nunca en la vida hasta el dia de hoy la chica se habia movido tan rapido como hoy para finalizar sus quehaceres, hoy tenia ganas de entrenar y muchas
-¡Volví!- dijo la kunoichi al entrar nuevamente en la casa y descalzarse, rápidamente se dirigió hacia la cocina y dejo todo donde debía: la carne en el refrigerador y el pan y la verdura en sus respectivos lugares de la alacena
-¡Falto dejar algo!- dijo la madre de Reika al verla salir corriendo nuevamente en dirección de la puerta, la chica pensó en que podría estar olvidándose dejar, el dinero lo había dejado en la mesa cerca de su madre y no sabia que otra cosa podría llegar a ser....fue entonces cuando ambas kunoichis sonrieron la una a la otra, Reika volvió hacia su madre a darle un beso en la mejilla -Volveré antes de la cena- le dijo a su madre a modo de despedida
Nuevamente salio a las calles de la villa, nuevamente esquivar charcos de agua a los saltos. Cualquier ninja de otro lugar se desanimaría con tantos días de lluvia, pero en Amegakure todos los días eran de lluvia y sus habitantes aprendieron a convivir con ella al punto de que se sentía verdaderamente desafortunados los raros días en los que ella no caía del cielo.
Noto que mucha gente se dirigía al mismo lugar que ellla: El torreón de pruebas, lugar en el cual se hacían presentaciones y retos y muy cada tanto se usaba para entrenar -¿Me parece a mi o a todos se les dio por entrenar en el mismo lugar?- se pregunto la chica al entrar a la recepción del edificio -¿Quizá algún evento y yo no me entere?- sus dudas se disiparon cuando se dirigió donde la recepcionista y pidió información, resulto como pensaba en un principio...solo fue una casualidad.
Dentro el predio camino mirando a un lado y el otro, intentando ver si se topaba con alguien conocido al menos, pero no lo consiguió entre tanta gente y se puso a buscar algún lugar donde practicar con sus shurikens o, al menos, alguien que quisiera compartir su diana con ella
Hablo - Pienso - Telepatía