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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#6
Importante: esta trama ocurre un tiempo después del Torneo de los Dojos. Sea como fuere y en el mes que eso ocurra, evitemos menciones a los eventos que pudiesen ocurrir en esa saga, por favor.

Lo que sucedería a continuación tenía muy pocos precedentes, de modo que sentémonos con tranquilidad, tomemos un buen tazón de café, té, chocolate, la bebida más barata del mercado o cualquiera que sea el brebaje social que decidamos que nos guste. Acompañémoslo de un buen pedazo de pastel, por ejemplo, de fresa, que dadas las circunstancias sería bastante apropiado. Porque lo que os voy a contar hoy implicaba a bastante gente...

...como estaban a punto de comprobar los genin que subieron el último peldaño de la escalera, y se encontraron con aquél espectáculo casi sobrenatural.

Para empezar, había gente muy importante. Esto no debía ser una sorpresa para nuestros queridos genin, claro que no. Al fin y al cabo estaban esperando encontrarse con nada más y nada menos que con integrantes del grupo de ANBU. La sorpresa era que... no se trataba de gente de ANBU.

Eran kages.

Esto tampoco debía de ser una sorpresa, porque iban a tener una audiencia con el Morikage desde que habían pisado el primer escalón. La sorpresa era que... el número de kages ascendía por encima de uno.

Además, como ya he dicho, había mucha más gente, sentada con las piernas cruzadas en el suelo de madera de la terraza en tres grupos ordenados por países, o por aldea, formando un círculo abierto. A algunos, quizás, los conocían. A otros, quizás no tanto. Empecemos:

Por un lado, al oeste, como si en aquella reunión se hubiera trazado un mapa imaginario, se encontraba la Arashikage, con el ceño fruncido y los brazos cruzados; ahora les miraba casi atravesándolos con los ojos. Estaba acompañada de una mujer de ojos verdes y cabello azul que vestía un gorro de lana gris, una máscara de gas y el chaleco de Amegakure sobre un mono simple de color azul oscuro. Si hubieran llegado antes de las presentaciones, sabrían que se llamaba Shanise, y era, ella sí, una importante miembro de ANBU de la aldea.

A ambos lados y un poco atrás habían dos genin, uno de ellos sentado formalmente pero con aparente nerviosismo y la otra sin poder disimular ni una gota del mismo. Uno de ellos era un muchacho llamado Mogura, y la otra, una kunoichi llamada Ayame.

El este, como en el mapa, lo ocupaba Uzushiogakure. En una posición formal nada apropiada para ella y con un ceño aún más fruncido que el de Yui se encontraba Gouna, la Uzukage. No les miraba: tenía la cabeza agachada y mantenía los párpados cerrados. Se golpeaba el brazo con un dedo, con impaciencia, o con preocupación, o con ambas. A su lado se sentaba un hombre que un poco más y ocuparía media habitación. Tenía una presencia imponente y el mismo rostro impaciente que Gouna. Era un shinobi gordo vestido con un kimono naranja y un cinturón negro y ancho, con el cabello largo y de color negro; tenía dos dibujos en zigzag de color dorado en la mejilla. Su nombre: Akimichi Yakisoba. Llevaba un bo de madera más alto que él si cabe, y se podría decir que, en proporción, era grueso.

Sentados detrás de ellos y casi sin poder ver —Yakisoba les tapaba la vista— habían dos miembros de un famosísimo clan: Uchiha Akame, y Uchiha Datsue, amigos y compañeros de extraña situación, jamás se hubieran imaginado algo como aquello.

Y finalmente, en el centro se encontraba Kenzou, acompañado de un extraño vestido con un uwagi verde y un pantalón azul marino, que tapaba su rostro con un kasa de paja. Lo único que se veía de él eran dos cosas: su pelo largo de color azul cielo exótico, recogido en una coleta baja que llevaba caída por delante de lo hombros, y sus exhuberantes y pobladas cejas, encrespadas, que se había dejado crecer tanto que salían por los laterales del kasa. Senju Yubiwa siempre llamaba la atención.

Vista la disposición de los demás, era evidente cual era el puesto que Taeko y Yota debían ocupar.

—¡Oh, Yota-kun, Taeko-chan! —Sonriendo afablemente, Kenzou les indicó que fuesen hacia él—. Creía que Kusagakure no encontraría hoy dos ninjas para apoyar la misión.


Turno libre. Todos los participantes deben contestar en 72 horas. De lo contrario, saltaremos el turno a quien sea. Si esto sucede en medio de la acción, el participante saltado reiteradamente podría morir o sufrir... accidentes.

Debéis rolear vuestras apreciaciones personales durante el viaje a Kusa y vuestras observaciones, nada más, aunque salga corto si creéis que hay poco que decir. No sabéis nada todavía, sólo que os han llevado con los kages y esta gente de altísimo rango por algún motivo. También podéis rolear la situación, simplemente.

Taeko y Yota deben rolear también sus apreciaciones y tomar asiento.

Por motivos evidentes, me veo obligado a NO tomar esta misión con mis huecos de rol y tomarla con Sama-sama.
Sigo siendo Daruu, haré de webmaster esta ocasión.

Participantes

- Taeko
- Yota
- Mogura
- Ayame
- Datsue
- Akame
[Imagen: MsR3sea.png]

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Mensajes en este tema
(S) Los hilos del mundo (prólogo) - por Taeko - 28/07/2017, 05:54
RE: (S) Los hilos del mundo (prólogo) - por Sama-sama - 31/07/2017, 18:52


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