31/08/2017, 15:52
Un fúnebre día nublado arreciaba, dando un ligero respiro para aquellos que estaban acostumbrados a no ver mas que lluvia. Así mismo, daba también un gran respiro con respecto a las altas temperaturas veraniegas, que no hacían mas que sofocar a todo ser viviente. Se mirase por donde se mirase, aquél día que parecía tan triste, no era mas que lo contrario, un gran día para salir y tomar un respiro. Era un día perfecto para tomar un descanso, y meditar sobre las futuras acciones, sobre qué podría o no pasar durante el torneo.
Vestida con un yukata blanco y sin detalle alguno, la kunoichi salió a dar una vuelta, sin rumbo fijo. Aunque su vestimenta fuese de lo mas simple, su mera presencia hacía que el ropaje pareciese lindo. No se trata de como vestir, si no de quién viste. Sin embargo, la chica tampoco le hacía mucho caso al tema, después de todo, le importaba una mierda.
Con paso firme sobre sus getas, la kunoichi fue caminando por las calles de la capital con parsimonia. Iba quizás algo ensimismada, pero buscando algo concreto, no cualquier cosa. Calle a calle, la pelirroja fue recorriendo gran parte de la urbe, llegando hasta la zona mas céntrica, donde una cantidad de comercios aún mayor se conglomeraban. Tampoco era de extrañar, después de todo, era una capital, se lucraba del comercio y el turismo.
«¿Donde habrá uno...?» Pensó la chica, buscando sin pausa pero sin prisa. Su paso continuaba luciendo con parsimonia, y su mirada se perdía de edificio a edificio, buscando algún cartel que llamase su atención. Numerosos comercios, y numerosos dojos, decoraban todo lo que la vista abarcaba.
«Por aquí debe haber alguno... estoy segura.»
Continuo su caminar, buscando y buscando, hasta que al fin lo encontró. Se trataba de un comercio de estructura tradicional, con puertas correderas incluso, y un tejado de tejas ornamentadas que hasta era adornado con carpas a ambos lados del mismo. El cartel era bien grande, anunciando el nombre del comercio para que no hubiese duda.
Sin duda, tenía buena pinta, seguro que ahí podría tomar un buen trago, y relajarse, ya que había superado la primera fase del torneo. Lo tenía bien merecido.
Vestida con un yukata blanco y sin detalle alguno, la kunoichi salió a dar una vuelta, sin rumbo fijo. Aunque su vestimenta fuese de lo mas simple, su mera presencia hacía que el ropaje pareciese lindo. No se trata de como vestir, si no de quién viste. Sin embargo, la chica tampoco le hacía mucho caso al tema, después de todo, le importaba una mierda.
Con paso firme sobre sus getas, la kunoichi fue caminando por las calles de la capital con parsimonia. Iba quizás algo ensimismada, pero buscando algo concreto, no cualquier cosa. Calle a calle, la pelirroja fue recorriendo gran parte de la urbe, llegando hasta la zona mas céntrica, donde una cantidad de comercios aún mayor se conglomeraban. Tampoco era de extrañar, después de todo, era una capital, se lucraba del comercio y el turismo.
«¿Donde habrá uno...?» Pensó la chica, buscando sin pausa pero sin prisa. Su paso continuaba luciendo con parsimonia, y su mirada se perdía de edificio a edificio, buscando algún cartel que llamase su atención. Numerosos comercios, y numerosos dojos, decoraban todo lo que la vista abarcaba.
«Por aquí debe haber alguno... estoy segura.»
Continuo su caminar, buscando y buscando, hasta que al fin lo encontró. Se trataba de un comercio de estructura tradicional, con puertas correderas incluso, y un tejado de tejas ornamentadas que hasta era adornado con carpas a ambos lados del mismo. El cartel era bien grande, anunciando el nombre del comercio para que no hubiese duda.
La carpa dorada
Sin duda, tenía buena pinta, seguro que ahí podría tomar un buen trago, y relajarse, ya que había superado la primera fase del torneo. Lo tenía bien merecido.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)