¡Vaaaaamo a tomaaaaá! ¡HIP!

[Aiko]

El chico no negó que sería fantástico ver un ejercito de esas pequeñas armaduras de papel en acción. Hasta Aiko daría su suspiro por poder hacerlo en realidad, pero en fin, había que faldar un poco... no sabía si sería su oponente en la final, al menos que le tuviese cierto miedo, era lo adecuado.

Poco después, tras el trago y hacer que la armadura del caballero se convirtiese en un tutu, y danzase, la chica soltó la puntita que debía soltar. Juro, asombrado por la manera en que la chica manipulaba el papel, de nuevo halagó la habilidad de la chica. Por su parte, añadió un poco mas de información sobre sus obras en el taller. Al parecer, él también era un buen artesano, pero todo lo que hacía lo hacía con su sudor y cansancio.

«Curioso...»

Curioso cuanto menos. De nuevo, la habilidad de la chica al joven le parecía algo casi mágico, fuera de lo habitual. Hizo una pausa, y lo pensó mejor. Tras ello, se retractó un poco, afirmó que en realidad casi cualquier jutsu podría ser considerado mágico, pero que ciertamente el suyo era raro, jamás había visto algo parecido.

—Bueno, hay cosas mas raras por ahí sueltas... la verdad que ésto para mi es bastante sencillo, supongo que a lo mejor algo que a ti te parece común a mi me puede parecer fascinante. Es cosa de a qué estás acostumbrado a ver...

Al fin, el camarero que les había tomado nota apareció, con tres platos sujetos con extremado cuidado sobre su mano y antebrazo. El hombre, colocó frente a Juro su ración de patatas, tras ello hizo lo mismo con Aiko, y temrinó por poner los dangos justo a la vera de la chica.

—Aquí tienen, que les aproveche. —y con las mismas, se dispuso a continuar con su labor, realizando una rápida y cortés reverencia.

—Muchas gracias. —apresuró a decir la chica.