15/10/2017, 00:44
(Última modificación: 15/10/2017, 00:53 por Umikiba Kaido.)
Así pues, por parte de Mogura, Kaido recibió una respuesta típica de su vieja alma conciliadora. Él, según sus palabras, dudaba que el gyojin fuera parte de los secuestradores. Y estaba en lo cierto, desde luego.
Koori, sin embargo, y a pesar de que pensaba exactamente igual que el chunin; tendría otras formas de hacérselo saber al tiburón. Entonces, mientras éste abría la boca, Kaido entendió que había sido un momento poco oportuno de hacerse el valiente. No, poco oportuno era decir poco. Técnicamente, su vida estaba en manos de Daruu, quien casi al unísono que el hielo, soltó también una amenaza velada; con aquellos ojos blanquecinos atravesándole el alma tal y como hacía con todo a su alrededor. Y es que sii de algo pudo darse cuenta el tiburón, fue de que esa vez, Amedama Daruu no lucía igual que aquel amigable pelopincho quien no reparó en prepararle una riquísima pizza al abominable Yeti de las cordilleras, sino como un joven notoriamente afectado por la situación que les acaecía a ellos cuatro.
De forma mucho más personal que a cualquier otro...
¿Pero por qué?
—Créeme cuando te digo que si tuviéramos la más mínima sospecha de ti, sólo me bastaría darle una orden a Daruu-kun para que tu vida terminara aquí y ahora.
—Si sospechase de ti, hace tiempo que estarías muerto.
Kaido no pudo hacer más que cerrar los ojos por un momento y sobarse la cien. Luego, volteó a ver a Mogura como si esperase que éste le fuera a amenazar también con curarle hasta la muerte. Ya dos lo habían hecho sin ningún reparo, ¿así que por qué no él también?
—Miren, podéis amenazarme todo lo que quieran, pero eso no cambia el hecho de que sigo siendo un jodido Hoozuki. Así que, no me culpen, ¡eh! por querer cerciorarme de que no estoy aquí por las malditas razones equivocadas. Viendo que estamos en sintonía respecto a ese asunto —«o bueno, no estoy tan seguro»—; ya puedo estar más tranquilo.
Luego volvió a ver a Daruu, quien yacía con la cabeza gacha. Finalmente, buscó al hielo con la mirada.
—Koori-san ¿a dónde se cree que pueden estar llevando a Ayame? y... ¿qué es lo que esperan lograr con secuestrarla? además, claro; de que la ira de Yui-sama les persiga por toda una eternidad, por supuesto.
Koori, sin embargo, y a pesar de que pensaba exactamente igual que el chunin; tendría otras formas de hacérselo saber al tiburón. Entonces, mientras éste abría la boca, Kaido entendió que había sido un momento poco oportuno de hacerse el valiente. No, poco oportuno era decir poco. Técnicamente, su vida estaba en manos de Daruu, quien casi al unísono que el hielo, soltó también una amenaza velada; con aquellos ojos blanquecinos atravesándole el alma tal y como hacía con todo a su alrededor. Y es que sii de algo pudo darse cuenta el tiburón, fue de que esa vez, Amedama Daruu no lucía igual que aquel amigable pelopincho quien no reparó en prepararle una riquísima pizza al abominable Yeti de las cordilleras, sino como un joven notoriamente afectado por la situación que les acaecía a ellos cuatro.
De forma mucho más personal que a cualquier otro...
¿Pero por qué?
—Créeme cuando te digo que si tuviéramos la más mínima sospecha de ti, sólo me bastaría darle una orden a Daruu-kun para que tu vida terminara aquí y ahora.
—Si sospechase de ti, hace tiempo que estarías muerto.
Kaido no pudo hacer más que cerrar los ojos por un momento y sobarse la cien. Luego, volteó a ver a Mogura como si esperase que éste le fuera a amenazar también con curarle hasta la muerte. Ya dos lo habían hecho sin ningún reparo, ¿así que por qué no él también?
—Miren, podéis amenazarme todo lo que quieran, pero eso no cambia el hecho de que sigo siendo un jodido Hoozuki. Así que, no me culpen, ¡eh! por querer cerciorarme de que no estoy aquí por las malditas razones equivocadas. Viendo que estamos en sintonía respecto a ese asunto —«o bueno, no estoy tan seguro»—; ya puedo estar más tranquilo.
Luego volvió a ver a Daruu, quien yacía con la cabeza gacha. Finalmente, buscó al hielo con la mirada.
—Koori-san ¿a dónde se cree que pueden estar llevando a Ayame? y... ¿qué es lo que esperan lograr con secuestrarla? además, claro; de que la ira de Yui-sama les persiga por toda una eternidad, por supuesto.