16/10/2017, 16:58
El jōnin observaría al subordinado un momento, un extendido momento.
—Arashikage-sama sospecha que los Kajitsu Hōzuki podrían estar al norte de Amegakure. Quizás en Coladragón o Yukio. Pero como Ayame desapareció en las Playas de Amenokami, lo mejor será que vayamos a ver si encontramos cualquier tipo de rastro que nos dé alguna pista más sobre su paradero.
Serían las palabras que escaparían de sus labios. La líder de Amegakure, y probablemente su grupo cercano, tenía una teoría sobre la posible ubicación del grupo de rebeldes, pero la desaparición de Ayame atentaba un poco contra dicha teoría. Después de todo, las Playas quedaban al Oeste y los Kajitsu se suponía que estaban en el Norte.
Sobre lo que pretenden, sólo ellos lo saben. Retenerla consigo, probablemente.
Al escuchar las palabras que Kōri agregaría, el joven médico de Amegakure no pudo evitar ladear ligeramente la cabeza de un lado a otro. Aotsuki Ayame sería, sin duda alguna, un valioso rehén para los Kajitsu Hōzuki, los situaría en una posición ventajosa para demandar casi cualquier cosa.
Mogura echó un ojo al paisaje, ya no faltaba mucho para que llegaran a destino. No había hablado mucho en el viaje realmente y tampoco es como si hubiese sentido la necesidad de hacerlo, en su cabeza había algunos pensamientos que debía dejar en claro antes de pisar la Playa.
«Los Kajitsu Hōzuki son peligrosos.»
Hōzuki Marun no había probado lo contrario cuando lo conocieron, llegó a echar mano a diferentes herramientas para intentar cumplir su objetivo. Y por un momento le molestó la idea de no saber que estaba sucediendo, a donde estaban yendo realmente y que tenían que esperar.
«Es muy pronto para cruzarnos de nuevo.»
—Arashikage-sama sospecha que los Kajitsu Hōzuki podrían estar al norte de Amegakure. Quizás en Coladragón o Yukio. Pero como Ayame desapareció en las Playas de Amenokami, lo mejor será que vayamos a ver si encontramos cualquier tipo de rastro que nos dé alguna pista más sobre su paradero.
Serían las palabras que escaparían de sus labios. La líder de Amegakure, y probablemente su grupo cercano, tenía una teoría sobre la posible ubicación del grupo de rebeldes, pero la desaparición de Ayame atentaba un poco contra dicha teoría. Después de todo, las Playas quedaban al Oeste y los Kajitsu se suponía que estaban en el Norte.
Sobre lo que pretenden, sólo ellos lo saben. Retenerla consigo, probablemente.
Al escuchar las palabras que Kōri agregaría, el joven médico de Amegakure no pudo evitar ladear ligeramente la cabeza de un lado a otro. Aotsuki Ayame sería, sin duda alguna, un valioso rehén para los Kajitsu Hōzuki, los situaría en una posición ventajosa para demandar casi cualquier cosa.
Mogura echó un ojo al paisaje, ya no faltaba mucho para que llegaran a destino. No había hablado mucho en el viaje realmente y tampoco es como si hubiese sentido la necesidad de hacerlo, en su cabeza había algunos pensamientos que debía dejar en claro antes de pisar la Playa.
«Los Kajitsu Hōzuki son peligrosos.»
Hōzuki Marun no había probado lo contrario cuando lo conocieron, llegó a echar mano a diferentes herramientas para intentar cumplir su objetivo. Y por un momento le molestó la idea de no saber que estaba sucediendo, a donde estaban yendo realmente y que tenían que esperar.
«Es muy pronto para cruzarnos de nuevo.»
Hablo - Pienso