19/10/2017, 00:24
La campanilla volvería a sonar cuando la puerta del negocio se abrió y un nuevo cliente ingresó. Cargaba un paraguas que no tardaría en cerrar y colocar en un receptáculo especialmente dedicado para ese fin. Seguidamente comenzaría a quitarse el abrigo de cuero cuando...
«¡Ah...! ¡Qué bien huele!»
No pudo evitar detenerse un instante para sentir el aroma de aquel sitio, la Pastelería de Kiroe. Aquella esencia que flotaba en el aire era tan poderosa que era capaz de romper por un momento la barrera de seriedad del joven médico.
Manase Mogura terminaría de quitarse su sobretodo de cuero y lo colgaría en el perchero cercano a la puerta. Desde luego que no sería necesario, pero aún así llevaría una mano hasta su cabeza para acomodarse el peinado.
Sin mayor demora, el joven médico de Amegakure tomaría asiento en una mesa desde la cual sería fácilmente visto y él podría llegar a tener vista de un delicioso postre, el postre que siempre probaba.
«¡Ah...! ¡Qué bien huele!»
No pudo evitar detenerse un instante para sentir el aroma de aquel sitio, la Pastelería de Kiroe. Aquella esencia que flotaba en el aire era tan poderosa que era capaz de romper por un momento la barrera de seriedad del joven médico.
Manase Mogura terminaría de quitarse su sobretodo de cuero y lo colgaría en el perchero cercano a la puerta. Desde luego que no sería necesario, pero aún así llevaría una mano hasta su cabeza para acomodarse el peinado.
Sin mayor demora, el joven médico de Amegakure tomaría asiento en una mesa desde la cual sería fácilmente visto y él podría llegar a tener vista de un delicioso postre, el postre que siempre probaba.
Hablo - Pienso