25/10/2017, 19:43
Más allá de su comentario, el joven médico de Amegakure se mantuvo al margen de lo que estaba sucediendo con Daruu. Pero los adultos si que parecían más alterados, esa reacción y algunas palabras de ambas partes terminó por darle a entender a Mogura que aquel grupo era más unido de lo que parecía.
«Parece que hay varios lazos entre estas dos familias.»
Momentos más tarde, luego de que Zetsuo asistiese a Daruu para que este se volviese a poner sobre sus pies y pudiese volver a ver el mundo a través de sus ojos y de la misma manera que el resto, Amedama Kiroe se aproximaría a Mogura para extenderle su propio respirador.
El muchacho de cabello azabache lo tomaría y, tras una reverencia, se lo colocaría de la manera correcta. Los respiradores de Amegakure eran sin duda alguna muy novedosos, abrían un montón de puertas siempre y cuando tuvieses el dinero suficiente para costear uno.
—Bien. Kaido asegura que no necesita el respirador. Zetsuo, Kōri y Mogura vestirán el respirador, y yo mantendré dos burbujas de agua para mi y para Daruu. Con eso será suficiente.
Umikiba Kaido se adelantaría al resto, pasando por Daruu y su madre, quienes se abrían metido dentro de un par de burbujas gigantes. Casi cuando el agua estuviese a punto de cubrirle la mayor parte del cuerpo se dignaría a hablar.
—Nos vemos abajo
Mogura por su parte prestó un poco de atención a como se desempeñaban en ese momento los otros dos miembros del equipo que contaban con el respirador, si ellos se insertaban en el agua él los seguiría.
«Allá vamos.»
No pudo evitar reparar por un momento en lo que estaban por hacer, entrar en la posible guarida de un grupo de renegados. Una misión un tanto imprudente, pero la vida de la joven jinchuuriki de Amegakure estaba en juego. No había otro camino que seguir.
«Parece que hay varios lazos entre estas dos familias.»
Momentos más tarde, luego de que Zetsuo asistiese a Daruu para que este se volviese a poner sobre sus pies y pudiese volver a ver el mundo a través de sus ojos y de la misma manera que el resto, Amedama Kiroe se aproximaría a Mogura para extenderle su propio respirador.
El muchacho de cabello azabache lo tomaría y, tras una reverencia, se lo colocaría de la manera correcta. Los respiradores de Amegakure eran sin duda alguna muy novedosos, abrían un montón de puertas siempre y cuando tuvieses el dinero suficiente para costear uno.
—Bien. Kaido asegura que no necesita el respirador. Zetsuo, Kōri y Mogura vestirán el respirador, y yo mantendré dos burbujas de agua para mi y para Daruu. Con eso será suficiente.
Umikiba Kaido se adelantaría al resto, pasando por Daruu y su madre, quienes se abrían metido dentro de un par de burbujas gigantes. Casi cuando el agua estuviese a punto de cubrirle la mayor parte del cuerpo se dignaría a hablar.
—Nos vemos abajo
Mogura por su parte prestó un poco de atención a como se desempeñaban en ese momento los otros dos miembros del equipo que contaban con el respirador, si ellos se insertaban en el agua él los seguiría.
«Allá vamos.»
No pudo evitar reparar por un momento en lo que estaban por hacer, entrar en la posible guarida de un grupo de renegados. Una misión un tanto imprudente, pero la vida de la joven jinchuuriki de Amegakure estaba en juego. No había otro camino que seguir.
Hablo - Pienso