27/10/2017, 00:01
Cuando entraron en las cocinas de nuevo, el dulce olor de los bollitos horneándose les invadió como una ola de algodón de azúcar derretido en una playa hecha por gominolas. Daruu se revolcó en la apetitosa esencia como si pudiera devorarlos todos en cuanto saliesen del horno.
—Ah... ¡qué bien huele! Espero que nosotros seamos los primeros en probarlos. Ya que nos hemos esforzado en hacerlos... —comentó Ayame con una sonrisa.
—Sí, seguro que sí —dijo Daruu, y dudó un momento. Luego añadió, con una risilla—: Y si no, cogemos uno discretamente...
Los muchachos vigilaron los pasteles durante un buen rato, tanto que el calor del horno les hizo sudar. Finalmente, cuando estaban volviéndose de un color anaranjado tostado, Daruu abrió el horno. Se apartó un poco para que el aire caliente subiera y no le diera en la cara, y pinchó uno de los bollos con el cuchillo.
—Ya están. Avisa a mi madre. Yo mientras voy a ir sacándolos...
Daruu había sacado las bandejas del horno en múltiples ocasiones. Para él, ya casi era una costumbre.
Cuando Kiroe y Ayame volvieron de la barra, la mujer aplaudió dando saltitos.
—¡Bien! —exclamó—. Anda, si ya los has sacado. Bueno, entonces me vuelvo a la barra. Ahora lo que tenéis que hacer es esperar un poco a que se enfríen. Así que supongo que podéis daros una vueltecita por ahí mientras, jijiji.
Los miró sonriendo maliciosamente, y ella misma se puso roja y volvió a la barra.
—No sé si prefiero la actitud de tu padre hacia nuestra relación o la de mi madre, la verdad. —Daruu se encogió de hombros y caminó hacia la puerta.
—Ah... ¡qué bien huele! Espero que nosotros seamos los primeros en probarlos. Ya que nos hemos esforzado en hacerlos... —comentó Ayame con una sonrisa.
—Sí, seguro que sí —dijo Daruu, y dudó un momento. Luego añadió, con una risilla—: Y si no, cogemos uno discretamente...
Los muchachos vigilaron los pasteles durante un buen rato, tanto que el calor del horno les hizo sudar. Finalmente, cuando estaban volviéndose de un color anaranjado tostado, Daruu abrió el horno. Se apartó un poco para que el aire caliente subiera y no le diera en la cara, y pinchó uno de los bollos con el cuchillo.
—Ya están. Avisa a mi madre. Yo mientras voy a ir sacándolos...
Daruu había sacado las bandejas del horno en múltiples ocasiones. Para él, ya casi era una costumbre.
Cuando Kiroe y Ayame volvieron de la barra, la mujer aplaudió dando saltitos.
—¡Bien! —exclamó—. Anda, si ya los has sacado. Bueno, entonces me vuelvo a la barra. Ahora lo que tenéis que hacer es esperar un poco a que se enfríen. Así que supongo que podéis daros una vueltecita por ahí mientras, jijiji.
Los miró sonriendo maliciosamente, y ella misma se puso roja y volvió a la barra.
—No sé si prefiero la actitud de tu padre hacia nuestra relación o la de mi madre, la verdad. —Daruu se encogió de hombros y caminó hacia la puerta.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)